Lo que el uribismo no le da a RCN, Betty lo presta - Razón Pública
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Lo que el uribismo no le da a RCN, Betty lo presta

Escrito por Omar Rincón
Betty, la fea.

Omar RiconYo soy Betty, la fea se ha convertido en lo único que puede ofrecer RCN Televisión, un canal que no levanta cabeza en índice de audiencia y no tiene pudor en mostrarse parcializado en temas de política.

Omar Rincón*

Sin canal con el público

RCN y su uribismo no lo logran (aunque sea raro el fenómeno de Uribe sin rating). Su noticiero no sube de 4 puntos. Por eso RCN pierde billete, pero gana duquismo recargado. Se va Gurisatti y llega Lozano, y nada.

Solo Yo soy Betty, la fea lo logra. Betty y su cuartel de las feas (un cartel que no mata, sino que hace reír y pensar riendo) salvan el 2019 de RCN.

RCN llevaba perdiendo más de tres años. Y todo por su mala leche noticiosa y su infidelidad con los televidentes. Debe pedir perdón, venir de rodillas y decirnos que va a cambiar.

La genialidad de Betty

Por ahora solo tiene como argumento a Betty, que se convirtió en el programa número uno de Colombia. La genialidad de Betty está en que:

  • Es melodrama (patito feo enamora a galán bonito),
  • Tiene el tonito colombiano (el humor para sobrevivir con el cuartel de las feas),
  • Hace homenaje a lo popular (lo único que nos queda a los pobres es el amor y el humor),
  • Olvida a los hombres (para ellos la guerra, la noticias y la política), y
  • Hace un homenaje a las mujeres (los modos en que Colombia es más digna).

Betty es una telenovela clásica en su historia principal: “mujer fea y pobre pero pura e inteligente salva a hombre equivocado”. Triunfa la bondad. Gana el amor. Betty seduce porque cumple la promesa de que la telenovela es mejor que la vida. Betty es un relato de mujeres que son capaces de reírse de sí mismas mientras hacen el mundo a su imagen y semejanza.

Betty seduce porque cumple la promesa de que la telenovela es mejor que la vida.

Betty es una comedia en la que el cuartel de las feas es el reinado de la ironía, el modo inteligente de hacernos sentir estúpidos a los hombres en nuestro machismo, un modo de imaginar que la vida feliz es posible en la solidaridad. La vemos para reírnos y sentirnos parte de las sobrevivencias de los feos del mundo.

Fernando Gaitán, creador de Betty la Fea murió este año.

Foto: Radio Nacional de Colombia.
Fernando Gaitán, creador de Betty la Fea murió este año.

Le recomendamos: 60 años de la televisión colombiana: somos lo que la televisión dice que somos.

¿Qué es lo bello?

El cuartel de las feas es una ironía expandida sobre lo que significa ser feo o bello en este mundo. Ellas son bellas que no corresponden al prejuicio del machismo nacional:

  • Bella pero alta (luego fea para machos bajitos),
  • Bella pero afro (luego fea para machos racistas),
  • Bella pero de formas redondas (luego fea para machos barrigones),
  • Bella pero más allá de los 40 (luego fea para machos acosadores de menores).

Ellas se saben bellas y, por eso, se burlan de manera solidaria de las miserias masculinas. Betty es una telenovela colombiana en la que las mujeres son diversas y guerreras mientras los hombres somos planos y patéticos, o apenas chistositos, como Freddy el mensajero. Y en esto la telenovela imita a la realidad.

Betty es una telenovela que reflexiona sobre las apariencias de nuestro mundo definido por estándares de belleza hechos en academias de peluquerías del consumismo. Una reflexión sobre esa obsesión capitalista sobre ser bellos. Un manifiesto donde cabeza y humor les ganan a las apariencias de clase, raza y cuerpo.

Betty es una telenovela de personajes creíbles, con historia y “tumbao” propio, y todos muy nuestros. Cada uno representa un estilo de vida, una manera de ser, una forma de comprender la colombianidad (el feo, el bello, el playboy, la celosa, el chistosito y el cuartel).

Personajes colombiches con buen humor y mucho de buena gente, colombianos que se creen mucho pero que se comportan como niños.

Puede leer: Colombia: un país que ha aceptado el machismo.

Apuesta segura

Betty es tan genial que es el programa más re-hecho en el mundo: más de cuarenta países la hicieron de nuevo, y eso la convierte en un éxito mundial. Además, fue vista en más de doscientos países con alto rating. Por eso, así como El Chavo, Los Simpson o Titanic son cartas seguras de rating. Betty no falla: póngala a la hora que quiera y logrará seducir y hacer suspirar y reír a los televidentes.

Betty también fue llevada al teatro.

Foto: Gobernación de Risaralda
Betty también fue llevada al teatro.

Betty demuestra que innovar no es copiar a Miami o creerle a Netflix; tampoco es hacer lo que todos hacen. Es analizar la pantalla y ver cómo competir. En este triste momento del país sin presidente y un canal dormido como Caracol, un sueño tradicional como Betty es suficiente para innovar la pantalla.

Betty es una telenovela de personajes creíbles, con historia y “tumbao” propio.

Betty es una genialidad de Fernando Gaitán, nuestro nuevo García Márquez, quien fue un creador de situaciones que a partir de la realidad nos prometen reír y preguntarnos por cómo somos en esta dura realidad: colombianidad desde lo sutil, lo no dicho, el gesto de la identidad.

La mayor virtud de Betty está en ser todo lo que la televisión debe ser: sueño, suspiro, risa, relajación.

Su mayor defecto es noticias RCN. Su pésimo rating. Por eso, mientras no reinventen el noticiero y sigan insistiendo en su tonito uribista arrogante y mala leche será casi imposible que Betty los salve.

*Profesor del Centro de Estudios en Periodismo, CEPER, Universidad de los Andes

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