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Todo lo que necesita saber de las vacunas contra la COVID-19

Escrito por David Bautista Erazo
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¿Son seguras? ¿Cuánto puede durar la protección? ¿Me protegerán contra las nuevas variantes?

David Bautista-Erazo*

Las vacunas y su eficacia

A pocos días de comenzar la vacunación masiva contra la COVID-19 en Colombia, muchos se preguntan si la vacuna sirve, cuál es la mejor opción y cuánto durará la inmunidad. A continuación se presentan las respuestas a estas preguntas, a la luz de lo que se sabe hoy en día.

Para desarrollar cualquier vacuna, se necesita completar tres etapas. Después de los exámenes “in vitro” o en el laboratorio, de pruebas con animales y de asegurar que la vacuna no produce efectos adversos graves, en la tercera fase se precisan el grado de seguridad y de eficacia de la vacuna, usualmente en miles de personas.

Pero, ¿eficacia contra qué? Una vacuna puede ser eficaz para prevenir la muerte por la enfermedad, para evitar los síntomas más o menos graves, para evitar que la persona se contamine o para evitar que contamine a otros.

En el caso actual, lo más importante es que las vacunas sean eficaces para prevenir los síntomas graves de COVID-19 que puedan llevar al paciente a una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) o a morir.

Hasta el momento, todas las vacunas que se han probado en ensayos clínicos fase tres han mostrado ser muy eficaces para prevenir los síntomas graves, la hospitalización y la muerte por COVID-19.

Es importante mencionar que la eficacia de una vacuna, que se mide en ensayos clínicos controlados, no corresponde directamente a la efectividad, que se observa cuando la vacuna es administrada en el “mundo real”.

Una vacuna puede ser eficaz para prevenir la muerte por la enfermedad, para evitar los síntomas más o menos graves, para evitar que la persona se contamine o para evitar que contamine a otros

Hasta ahora, con datos preliminares de Israel (el país con el mayor porcentaje de personas vacunadas contra COVID-19 en el mundo), parece que la efectividad de la vacuna de Pfizer-BioNTech es un poco menor que su eficacia. Aún así, esta efectividad ha mostrado ser sorprendentemente alta, y se espera que suceda lo mismo con las demás vacunas.

¿Cuáles son los riesgos?

Hasta ahora, ninguna de las vacunas disponibles parece tener efectos adversos graves de corto plazo.

Por supuesto, estas vacunas producen dolor en el sitio de la administración, enrojecimiento e incluso fiebre o fatiga en algunas personas. Pero estos efectos adversos leves son fácilmente manejables y no representan un problema mayor.

Algunas vacunas pueden producir eventos de alergia, pero estos son extremadamente raros y existen protocolos para contrarrestar la aparición de este efecto adverso. En general, el balance de riesgo-beneficio es evidente y favorece a la vacunación.

Mientras exista un riesgo de que la COVID-19 sea grave o fatal en población envejecida o con factores de riesgo, los beneficios de la vacuna seguirán siendo más altos.

Foto: Gobierno de Entre Ríos Las vacunas anti-covid desarrolladas hasta el momento han demostrado ser, en general, eficaces y seguras para prevenir ciertos desenlaces en covid.

¿Cuál es la mejor vacuna?

En primer lugar, es importante aclarar que es incorrecto comparar la eficacia de las diferentes vacunas entre sí, pues provienen de diferentes ensayos, en diferentes lugares, con diferentes diseños experimentales, etc.

Por lo tanto, es irrelevante si una vacuna tiene una eficacia del 80% y otra del 92%. La única manera de saber si una vacuna es más eficaz que otra es hacer un mismo ensayo para evaluar y comparar ambas opciones. Eso no se ha hecho ni se hará, al menos por ahora.

Por eso, los expertos recomiendan que las personas reciban la vacuna que esté disponible cuando sea su turno. La única razón médica para no tomar la vacuna es una contraindicación médica particular, que puede ser discutida con el personal de salud caso a caso.

Por ejemplo, algunas vacunas no tienen una amplia información sobre su efecto entre menores de edad, mujeres embarazadas o personas con cáncer e inmunosuprimidas. Quienes pertenecen a estas poblaciones deben consultar con su médico cuál es la mejor opción o si pueden recibir la vacuna que esté disponible en el momento.

En todo caso, hay otra manera más importante de “comparar” las vacunas, que está relacionada con la logística de su distribución: algunas vacunas requieren ultracongelación o más de una dosis y, por lo tanto, deben ser distribuidas en lugares donde se pueda garantizar esta logística.

¿Cuánto durará la inmunidad?

Existen dos tipos de inmunidad: la producida por la propia infección por COVID-19 y la producida por la vacuna.

A principios de este año, algunos artículos científicos mostraron que una persona que haya contraído COVID-19 tendrá una protección natural de al menos ocho meses. ¿Por qué 8 meses? Ese es el tiempo de seguimiento que se ha podido hacer hasta ahora. Sin embargo, eso no quiere decir que la protección se limite a ocho meses.

Para entender este resultado, necesitamos saber cómo funciona el sistema inmune. Este sistema tiene muchas ramas que pueden ayudar a recordar los patógenos que nos infectan. Cuando nos volvemos a encontrar con el patógeno, esta memoria nos ayuda a atacarlo con más eficiencia y evitar que nos produzca la enfermedad en cuestión. Estas ramas actúan de distintas maneras, y algunas son más relevantes para unos tipos de patógenos que para otros.

Los datos disponibles hasta ahora indican que nuestro organismo es capaz de producir varios tipos de memoria contra la COVID-19. Esta evidencia sugiere que la mezcla de procesos de memoria puede ayudar a que el organismo genere una inmunidad protectora de larga duración.

La única razón médica para no tomar la vacuna es una contraindicación médica particular

Otros estudios han mostrado que, después de la exposición a la COVID-19, producimos células B de memoria de larga duración y de alta calidad, y que la inmunidad natural podría ser de al menos seis meses. En estas investigaciones, la evidencia indica que la inmunidad podría superar esos seis u ocho meses de protección mínima.

Como las vacunas intentan imitar la respuesta inmune contra el patógeno, pero sin causarnos la enfermedad, es de esperarse que la información brindada por la inmunidad natural nos oriente sobre la inmunidad causada por la vacuna.

Dado que las vacunas han estado disponibles apenas durante algunos meses, no podemos decir a ciencia cierta cuál es la duración de la inmunidad que producen. No obstante, es probable que esta inmunidad sea de muchos meses e incluso de años.

En conclusión, decir que las vacunas contra la COVID-19 ofrecen una inmunidad de solo seis meses (como dijo un político colombiano) o de 40 días (como llegó a afirmar un científico reconocido en agosto de 2020) es incorrecto y alarmista.

Medir la inmunidad que produce una vacuna es un proceso complejo. Algunos piensan que, si se determina que la inmunidad es de dos años (por decir cualquier cifra), a los dos años y un día la persona deja de ser inmune. En realidad, la inmunidad se mide como una frecuencia entre la población: algunas personas podrían desarrollar una inmunidad más corta o larga que otras, y esto depende de muchos factores.

La vacuna y las nuevas variantes

Es importante esperar más información sobre las variantes del virus que han aparecido, pues es probable que alguna de ellas evada parcialmente la inmunidad a la infección natural y que esto implique un mayor número de reinfecciones.

Sin embargo, esto tampoco significa que todas las personas que se han infectado por COVID-19 dejen de ser automáticamente inmunes a una nueva variante. Al fin y al cabo, las variantes son prácticamente el mismo virus (SARS-CoV-2), no un virus completamente nuevo, y nuestro sistema inmune responde de múltiples maneras contra estos patógenos.

Las vacunas contra la COVID-19 desarrolladas hasta el momento han demostrado ser eficaces y seguras para prevenir los síntomas graves y la muerte.

De hecho, se prevé que la disminución de la efectividad de las vacunas (en términos de prevención de covid grave) sea un porcentaje moderado frente a estas nuevas variantes.

Sí a las vacunas

En resumen, las vacunas contra la COVID-19 desarrolladas hasta el momento han demostrado ser eficaces y seguras para prevenir los síntomas graves y la muerte.

Aunque todavía no se sabe con certeza cuál será la duración de la inmunidad que proveen estas vacunas, es posible que en la mayoría de los individuos la protección dure meses e incluso años.

Además, es probable que las vacunas actualmente disponibles sean efectivas para prevenir la COVID-19 ante la aparición de nuevas variantes; y si no es el caso, muchas de estas tecnologías se podrían adaptar rápidamente ante estos cambios

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