
El primer año de gobierno estuvo marcado por los retos de la pandemia y por el estilo peculiar de liderazgo de la alcaldesa.
Nadia Pérez Guevara*
El primer año
El 1 de enero se cumplió un año desde que Claudia López se posesionó como alcaldesa de Bogotá.
En medio de una crisis sanitaria sin precedentes, muchos temas de ciudad quedaron en un segundo plano y otros, que no estaban en la agenda del año anterior, pero que son muy importantes, ganaron cada vez más importancia.
Como en todos los gobiernos municipales, durante el primer semestre de 2020 López concluyó la ejecución del Plan de Desarrollo del gobierno anterior; en junio, el Concejo de Bogotá aprobó el nuevo Plan de Desarrollo, y la alcaldesa comenzó a ejecutarlo en el segundo semestre del año. Este es su balance.
La pandemia
Como lo señalé antes en esta misma revista, el estilo de liderazgo de Claudia López ha sido uno de los protagonistas en el manejo de la crisis sanitaria en Bogotá.
En ocasiones, esto ha dejado en un segundo plano las discusiones más importantes sobre las medidas que se han adoptado en la ciudad y el cumplimiento de las metas que se han trazado:
- A partir de marzo se adoptaron confinamientos y toques de queda para preparar la red hospitalaria de la ciudad.
- Según el Observatorio de Salud de Bogotá, entre abril de 2020 y enero de 2021, las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) de la ciudad pasaron de un poco menos de mil camas a más de 2.300. De ellas, 1.827 se destinaron al tratamiento de COVID–19.
- Se adaptó el centro de convenciones de Corferias como un centro hospitalario transitorio, que llegó a tener una ocupación del 63%. El centro cerró a finales de septiembre, una vez superado el primer pico de la pandemia.
- Para aliviar el efecto económico y social de las cuarentenas, se hicieron transferencias monetarias a las familias más vulnerables. Desde marzo, se realizaron cinco giros, que beneficiaron a más de 480.000 hogares. También se entregaron ayudas para pagar el arriendo a más de 30.000 hogares y alrededor de 12 millones de ayudas alimentarias.
Paulatinamente, la ciudad se reactivó a través de estrategias como la de Bogotá a Cielo Abierto y, en diciembre, volvió casi totalmente a la normalidad. Según varios expertos, esa es una de las causas del rebrote actual.
Esto llevó al gobierno distrital a decretar un nuevo confinamiento en tres localidades y un toque de queda en toda la ciudad durante el puente festivo de reyes.
Desde marzo, se realizaron cinco giros, que beneficiaron a más de 480.000 hogares
Bajo este panorama, las acciones adelantadas por la Alcaldía fueron de nuevo objeto de crítica, pues muchos sectores apenas empezaban su reactivación económica.
Además, la Personería Distrital alertó sobre la incongruencia en las cifras reportadas sobre la ocupación de UCI en la ciudad y sobre posibles sobrecostos en el contrato de adecuación de Corferias.
Tal vez las críticas no serían tan intensas si la comunicación del gobierno distrital y de la alcaldesa, en particular, no abriera paso a la confusión. Con todo, López sigue siendo la mandataria local con más altos índices de aprobación en el país: el nivel más alto lo alcanzó en abril, con el 89% de aprobación y, el más bajo, en agosto, con el 70%.
Otro de los protagonistas de 2020 fue la protesta ciudadana, motivada en parte por la falta de ayudas económicas suficientes y por las peticiones que venían desde el Paro Nacional de 2019.
Durante esas jornadas de protesta, el asesinato de Javier Ordoñez marcó un antes y un después. A causa de la respuesta desmedida por parte de la policía nacional, otras 10 personas fueron asesinadas en septiembre de 2020.
A pesar de lo anterior, la respuesta de la Alcaldía fue ambigua: por una parte, la alcaldesa pidió una reforma urgente de la policía, pero no condenó enfáticamente su papel durante las protestas.

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Comunicar en medio de la crisis
Según el experto en comunicación política, Mario Riorda, en tiempos de crisis como la actual, la comunicación debe buscar que las personas dimensionen el peligro que enfrentan y modifiquen sus hábitos. Esto requiere, entre otras cosas, una vocería coordinada por parte del Estado y una adecuada difusión del mensaje.
Durante la pandemia, muchos gobiernos han temido exagerar el peligro del virus y no han sabido encontrar un equilibrio entre su propia responsabilidad política y la responsabilidad individual de las personas. Por eso, muchos gobernantes han atribuido los éxitos en el manejo de la pandemia a las medidas que ellos mismos adoptaron, y los fracasos al comportamiento individual de los ciudadanos.
López no fue la excepción: durante la crisis, la alcaldesa ha apelado constantemente a la “cultura ciudadana” y a la responsabilidad de cada ciudadano, pero en varias ocasiones se ha contradicho con sus actos. En diciembre, fue la misma Alcaldía la que incentivó algunas aglomeraciones y, en las últimas semanas, la alcaldesa salió del país de vacaciones mientras le recomendaba a la ciudadanía que se quedara en casa.
Con todo, López sigue siendo la mandataria local con más altos índices de aprobación en el país
El manejo de la pandemia implica responsabilidades políticas, más aún cuando se trata de la una líder que promueve una “forma distinta” de gobernar. En ese contexto, los aciertos de la alcaldesa se han visto opacados por sus errores y sus contradicciones.
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Los otros temas
Desde la campaña por la alcaldía en 2019, se empezaron a discutir algunos de los temas que serían prueba de fuego para el gobierno de López, por ejemplo:
• El Transmilenio por la Avenida Séptima;
• La construcción del metro elevado;
• La modificación del Plan de Ordenamiento Territorial (POT);
• La constitución de la Región Metropolitana Bogotá-Cundinamarca, y
• La seguridad ciudadana.
Algunos de estos temas se han seguido discutiendo, a pesar del protagonismo que ha cobrado la crisis sanitaria. Varios de ellos quedaron consignados en el Plan Disitrital de Desarrollo “Un nuevo contrato social y ambiental para la Bogotá del siglo XXI”.
Por su parte, la construcción del POT enfrenta un nuevo reto: la secretaria de Planeación, Adriana Córdoba, renunció por razones personales, lo que dejó sin cabeza visible el proceso y pospuso la meta de radicar el proyecto ante el Concejo en marzo de 2021. Además, la renuncia del gerente de la Empresa Metro, Andrés Escobar, reavivó la discusión sobre el modelo de ciudad y de movilidad que propondrá López.
En medio de la crisis, la Alcaldía se trazó una meta de reactivación y normalización económica para 2024, que quedó consignada en el Plan de Desarrollo y en el llamado “Plan Marshall”. Este segundo plan incluyó una serie de alivios e incentivos para la reactivación económica de los sectores más afectados por la crisis.
Si 2020 fue un año para trazar hojas de ruta y proponer metas, en 2021 la ciudadanía empezará a exigir resultados. La ejecución de proyectos para alcanzar las metas trazadas en el Plan de Desarrollo permitirá hacer otros balances sobre el gobierno distrital, más allá de las ambigüedades en la comunicación y el estilo de liderazgo de la alcaldesa.