Las tareas de la nueva directora del Centro Nacional de Memoria Histórica
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Las tareas de la nueva directora del Centro Nacional de Memoria Histórica

Escrito por Constanza Castro Benavides
Centro Nacional de Memoria Histórica

Un resumen de los problemas, los retos y las oportunidades que tendrá que asumir María Valencia Gaitán, sucesora de Darío Acevedo.

Constanza Castro Benavides*

Cambio de dirección

Después de tres años y medio bajo la dirección de Darío Acevedo, y de las muchas críticas a su gestión, el presidente Petro acaba de nombrar a María Valencia Gaitán como directora del Centro Nacional de Memoria Histórica, CNMH.

La nueva directora se enfrenta a problemas presupuestales heredados de la anterior administración, a unas políticas discutibles de intermediación para asignar los recursos, a un rezago serio en proyectos de pedagogía y de divulgación, y a la desconfianza que produjo la política negacionista de la administración anterior entre las organizaciones de víctimas

Resolver estos problemas es urgente para reparar a las víctimas del conflicto, como lo exige la ley, y para asegurar el futuro del proceso de paz en curso y el de los procesos que parecen retomarse. Este proceso será difícil, sin duda, teniendo en cuenta el debilitamiento institucional propiciado por la administración anterior ad portas de un nuevo gobierno.

Construcción del Museo de la Memoria

Uno de los principales problemas a los que se enfrentará la nueva directora, es la construcción del Museo Nacional de la Memoria, que está estipulado en la ley 1448 de 2011 o Ley de Víctimas. Su objetivo es fortalecer la memoria colectiva sobre la violencia reciente en Colombia y le corresponde al CNMH diseñarlo, construirlo y administrarlo.

La construcción del edificio comenzó en febrero de 2020 y en noviembre de 2021 el presidente Duque aseguró que se inauguraría antes del 7 de agosto de 2022. Hoy hay un rezago de por lo menos un año.

La interventoría de la obra ha impuesto ya dos multas a la empresa constructora por incumplimientos. Para agosto de este año, según los datos obtenidos durante el proceso de empalme, ya había un sobrecosto de 25 mil millones de pesos en la construcción del Museo.

Ya se agotaron los recursos aprobados por el CONPES, y los aprobados el año anterior por el Ministerio de Hacienda no alcanzan para la dotación y la museografía. Si se mantienen el rezago y los sobrecostos, los proyectos de inversión fundamentales para cumplir la misión del CNMH quedarán desfinanciados.

Problemas de contratación y asignación de recursos

Para cumplir con el deber de memoria del Estado y con la reparación de las víctimas, el CNMH debe garantizar la existencia de una pluralidad de voces hoy en riesgo por razones ideológicas y también administrativas.

En primer lugar, el sistema de contratación pública con sus exigentes protocolos técnicos, impide en el caso particular del CNMH y del Museo, la contratación de miembros de las comunidades locales que quieren y deben participar de las iniciativas de construcción de memoria histórica, como líderes y lideresas sociales, y con gestores y gestoras comunitarias de memoria.

En segundo lugar, los criterios definidos recientemente en el CNMH para la asignación de recursos, según lo encontrado durante el empalme, dan prioridad a la asesoría técnica sobre las iniciativas de memoria locales, sectoriales y poblacionales. Estas decisiones reducen la posibilidad de contratar equipos locales de memoria, como los de las comunidades étnicas, que han sido claves en la metodología impulsada por el equipo de enfoque étnico del CNMH.

Centro Nacional de Memoria Histórica
Foto: Centro Nacional de Memoria Histórica - El nuevo Centro y la nueva directora tendrán varios asuntos que solucionar.

Sabemos también que los lugares de memoria locales, como museos comunitarios, parques de la memoria, o casas de memoria, entre otros, carecen de los recursos necesarios para mantenerse en el tiempo, y de vínculos entre sí y con el CNMH, para convertirse en instituciones de memoria sostenibles en el ámbito local.

Tanto el sistema de contratación pública como los criterios para la contratación y asignación de recursos definidos recientemente por el CNMH, ponen en riesgo el papel de la memoria histórica en la reparación de las víctimas y su lugar como las voces privilegiadas en la construcción de memoria histórica sobre el conflicto.

Investigaciones tercerizadas y dependencias sin cabeza

De manera similar, las investigaciones para el esclarecimiento, a cargo de la Dirección para la Construcción de Memoria Histórica, fueron delegadas a diferentes investigadores y universidades a través de un convenio firmado con Colciencias.

Esta decisión, que reconoce sin duda la rigurosidad del trabajo académico, ha supuesto la “tercerización” de una función asignada al CNMH. Se corre entonces el riesgo de que las investigaciones pierdan de vista el mandato de la entidad, que incluye el enfoque de participación de las víctimas y, entonces, los objetivos de reparación simbólica.

Ahora bien, aunque las universidades hayan adelantado procesos participativos, la persona que llegue a encabezar la Dirección de investigaciones del CNMH enfrentará la complejísima tarea de revisar en un mes y medio más de trescientos productos asociados con los proyectos aprobados, para dar el necesario visto bueno.

Sabemos también que, en el momento de su retiro, Darío Acevedo pidió y aceptó la renuncia de todas las cabezas de las dependencias de la entidad, y que se había adelantado con anterioridad un concurso público, a través de la Comisión Nacional del Servicio Civil (CNSC), para cincuenta y cuatro cargos de planta que tuvieron que iniciar actividades sin direccionamiento.

Con estas decisiones se prescindió arbitrariamente de profesionales idóneos que deberán ser, además, indemnizados, y se truncó la continuidad de investigaciones y proyectos. Algo que había empezado ya, con los cambios constantes de  funcionarios durante el mandato de Acevedo: ocho personas distintas pasaron por las dos principales direcciones del CNMH. También se dificultará, con estas decisiones, el actual proceso de transición administrativa.

Autonomía para recuperar la confianza de las víctimas

La nueva directora tendrá, entonces, que revisar la ejecución presupuestal del CNMH y, ojalá, redireccionar las prioridades en la adjudicación de recursos para investigación. Tendrá también que recuperar la confianza de las organizaciones de víctimas debilitada por la visión negacionista de su anterior director, y por el temor que causaba en ellas, su cercanía con las fuerzas militares y el gobierno que lo puso en el cargo. La nueva directora de hecho, recibirá la exposición del futuro Museo de Memoria con medidas cautelares, pues la JEP consideró que los cambios hechos por Acevedo vulneraban el derecho a la reparación simbólica de las víctimas.

¿Cómo recuperar entonces la confianza perdida?

Durante las discusiones del empalme se hicieron varias recomendaciones. Una, y quizás la más importante, fue buscar alternativas jurídicas para la creación del Museo de la Memoria como una entidad estatal autónoma, independiente del gobierno de turno.

Como vimos durante el gobierno Duque, el control gubernamental de la memoria histórica tiene graves implicaciones en el relato que se construye sobre el pasado. Dar prioridad a los relatos de actores poderosos, como la fuerza pública o los empresarios, implica subordinar o incluso suprimir voces que han sido históricamente marginadas del relato nacional. Implica, además, en no pocos casos, la revictimización de las víctimas.

Además de la búsqueda de la autonomía del Museo, ojalá la nueva directora conforme un grupo asesor independiente con experiencia en memoria e historia en el marco de los conflictos armados y en procesos de justicia transicional, en pedagogía para la paz, y en derechos humanos, que incluya representantes de organizaciones de víctimas y de la red de lugares de memoria. Sería también importante que representantes de esta red puedan tener voz y voto en el consejo directivo de la institución como lo vienen pidiendo hace tiempo.

Relación con la Comisión de la Verdad y la JEP

Otra manera de reconstruir la confianza en el CNMH es incorporando en el futuro Museo los hallazgos centrales de los recientes informes de la Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas, y de la Comisión de la Verdad, así como los derivados de procesos de esclarecimiento y de memoria locales.

Teniendo en cuenta que el Museo de Memoria recogerá los archivos de derechos humanos, también es importante incorporar las recomendaciones de la Comisión de la Verdad, y las líneas de la Dirección de Archivo del CNMH sobre archivos de derechos humanos, investigación, pedagogía y fortalecimiento de iniciativas de memoria histórica.

De hecho, siendo una entidad autónoma, si la dirección de archivos del Museo de la Memoria es lo suficientemente robusta, podría acoger los archivos de la Comisión de la Verdad que no pueden depender de disputas ideológicas o de los intereses de cada gobierno. Vale la pena señalar que todas las entidades del Sistema Integral para la Paz, incluyendo la Comisión de la Verdad, gozan de autonomía frente al poder ejecutivo.

También se deben evaluar los eventuales aportes de la JEP en los proyectos de sanción propia que se impongan en los macro casos y en el desarrollo de los TOAR (Trabajos, Obras y Actividades con Sentido Restaurador), cuyo componente simbólico podría dialogar con las iniciativas de memoria histórica.

Ampliar los ejercicios de pedagogía y la apropiación del conocimiento

Finalmente, es urgente involucrar en los debates sobre memoria histórica a quienes no se consideran víctimas del conflicto o no se han sentido interpelados por él. Las amenazas al proceso de paz persisten, y es urgente que la sociedad sepa la magnitud de la tragedia vivida durante más de seis décadas de conflicto armado para lograr los objetivos de no repetición.

Es importante retomar el trabajo de pedagogía de la memoria, participación de víctimas y enfoques diferenciales en el marco de la museología contemporánea, que ya había avanzado, entre otros, el CNMH en sus primeros años, y crear por supuesto nuevas pedagogías y nuevos materiales que permitan un proceso amplio de construcción y apropiación de las memorias de las víctimas.

El Museo de Memoria, cuya terminación exige atención urgente y recursos, puede poner freno al ascenso de la posverdad, y a los discursos xenófobos, clasistas y racistas que parecen haber encontrado eco en el gobierno anterior, y que han sido parte fundamental de nuestras violencias.

El CNMH integrado en el Museo de Memoria será fundamental, no solo en el proceso de reparación de las víctimas, sino en el ejercicio continuado de pedagogías para la paz fundadas en una comprensión crítica de nuestro pasado, y en la formación de ciudadanías para la democracia.

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