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Las consecuencias internacionales del ataque con drones en Arabia Saudita

Escrito por Carlos Alberto Patiño
Ataque con drones y misiles a ARMCO.

Carlos patinoEl ataque de dos instalaciones petroleras en Arabia Saudita podría provocar una guerra y darle un vuelco a la economía global.

Carlos Alberto Patiño*

El ataque

El pasado 14 de septiembre, fueron atacadas dos instalaciones petroleras de Aramco, la empresa estatal de Arabia Saudita. Según informes de seguridad, el ataque fue ejecutado con más de dieciocho drones y siete misiles de mediano alcance, al parecer, provenientes del norte o del noroeste.

El movimiento de los hutíes, que pasó de ser considerado una “banda” armada a una organización con influencia regional, se atribuyó el ataque. Hace unos años, los hutíes tomaron el control de grandes territorios en Medio Oriente, lograron derrocar a un presidente e iniciarion una guerra civil en Yemen.

Sin embargo, aún quedan dudas de que el ataque fuera de exclusiva responsabilidad de los hutíes. Según la Casa Blanca, los drones y los misiles habrían salido de Irán. Quienes conocen las capacidades militares de Teherán afirman que este ataque solo podía ejecutarse con el apoyo iraní, y que los hutíes no tienen el material, los medios técnicos ni el entrenamiento requerido para una operación que debía superar varios obstáculos sofisticados, como evitar la detección antiaérea de las fuerzas saudíes.

Arabia podría dejar de ser uno de los cinco mayores productores de petróleo.

Hasta ahora, Irán ha negado haberse involucrado en el ataque. Pero sus afirmaciones han sido recibidas con escepticismo por los analistas militares especializados en esta región y por la mayoría de los expertos en política internacional.

Estados Unidos ya anunció nuevas sanciones contra Irán por considerarlo responsable de los ataques y, a petición de Arabia Saudita, enviará refuerzos militares a la zona que serán “de naturaleza defensiva”. Por su parte, Irán respondió que “cualquier país que ataque a Irán se convertirá en un campo de batalla”.

Las consecuencias internacionales

Esta coyuntura ha desatado una crisis global en varios frentes simultáneamente:

  1. Provocó un recrudecimiento de la competencia geopolítica que desde hace varias décadas existe entre Irán y Arabia Saudita, y que en la actualidad tiene uno de sus principales escenarios en la guerra de Yemen;
  2. Hizo que la producción mundial de petróleo se redujera en un 5 por ciento: Arabia Saudita tuvo que disminuir su producción prácticamente a la mitad. Eso significa que este país podría dejar de ser uno de los cinco mayores productores de petróleo, por lo menos hasta que sea capaz de reparar los daños ocasionados y establecer nuevas medidas de seguridad. El ataque causó, por lo tanto, el aumento inmediato de los precios globales del petróleo, y Estados Unidos anunció que utilizaría parte de sus reservas para mantener el abastecimiento mundial.
  3. Quedó abierta la posibilidad de una confrontación militar entre dos bandos: uno conformado por Estados Unidos y Arabia Saudita, y otro en el que, en principio, estaría solo Irán, pero al que indudablemente se unirán Rusia y China. Por otra parte, es probable que India se declare neutral, si es que llega a pronunciarse directamente sobre este problema.
Con el ataque se redujeron un 5 por ciento las producciones petroleras de todo el mundo.

Foto: Royal Comission for Jubail and Yambu
Con el ataque se redujeron un 5 por ciento las producciones petroleras de todo el mundo.

Puede leer: Arabia Saudita: poder geopolítico, religión y muerte.

Guerra y desestabilización global

En este escenario, es importante recordar que durante el último año las tensiones militares en el Golfo Pérsico han sido constantes, especialmente en el estrecho de Ormuz. En esa zona se han presentado continuos ataques contra buques petroleros, lo que ha llevado a retaliaciones y acusaciones mutuas entre Irán, Arabia Saudita y Estados Unidos.

Arabia Saudita atraviesa una crisis de seguridad, que al parecer se está tornando en una crisis militar de primer nivel, donde las opciones bélicas comienzan a tomar forma. Eso profundiza los temores con respecto al abastecimiento del mercado mundial de petróleo. En consecuencia, el precio del crudo seguirá aumentando, justo cuando la guerra comercial entre Estados Unidos y China está llegando a un punto de confrontación tal que empieza producir una recesión económica mundial.

Si se desata una confrontación bélica, también se verá afectada la producción de petróleo de Irán e Irak, que junto con Arabia Saudita y Yemen conforman el escenario de confrontación directa.

La crisis afectará directamente el transporte en general, y especialmente el transporte aéreo.

Eso desestabilizará aún más la región, pues Irak ya enfrenta graves problemas de cohesión territorial interna y defensa del Estado; e Irán, por su parte, sufre las consecuencias de las decisiones del gobierno de Estados Unidos:

  • Hace un año, Trump decidió retirarse del acuerdo nuclear con Irán, y aunque los países europeos aún paticipan del tratado, Irán ha afirmado que ya no tiene obligación moral alguna de observar un acuerdo, que prácticamente ya perdió razón de ser.
  • Además, Trump amenazó a las compañías que hicieran negocios con el Estado y las empresas iraníes, lo que indujo a cientos de empresas a acabar sus relaciones con Irán.

Para los países exportadores de petróleo, de capacidades medias y pequeñas, este momento representa una coyuntura favorable de precios. Estos países deberán hacer mayores esfuerzos de abastecimiento, pero estarán al vaivén de las acciones diplomáticas o bélicas que resulten de esta crisis.

Le recomendamos: Estados Unidos vs. Irán: ¿se acerca una guerra?

príncipe Mohamed Bin Salaman

Foto: President of Russia
Se espera que el príncipe Mohamed Bin Salaman logre apaciguar los conflictos, sin embargo no ha hecho mayores avances.

En todo caso, la crisis afectará directamente el transporte en general, y especialmente el transporte aéreo, así como las industrias de los derivados del petróleo. Además, profundizará las consecuencias económicas de las disputas comerciales y diplomáticas en las que se ha envuelto Donald Trump.

Las nuevas sanciones de Washington a Irán pueden aplazar definitivamente el camino al diálogo, que parecía despejado con la salida de John Bolton, la semana pasada, del cargo de Director de la Agencia de Seguridad Nacional. En estas condiciones, será relevante lo que suceda en la Asamblea General de Naciones Unidas durante la próxima semana. Pero la crisis económica está asegurada, y con ella la profundización de las tensiones diplomáticas y militares.

El mundo sigue dependiendo del petróleo. Si la energía nuclear, eléctrica, solar o eólica pueden ser alternativas viables sigue siendo materia de especulación. Por eso, en la política saudí, cada vez cobra más fuerza la necesidad de diversificar la economía del reino, para superar su condición de petro-estado.

Aunque muchos esperan que el controvertido príncipe heredero, Mohamed Bin Salman, sea quien lidera las reformas económicas, sociales, e institucionales, y sobre todo quien modernice las empresas públicas de Arabia Saudita, el príncipe aún no ha logrado cambios de sustancia.

Por todo lo anterior, un escenario de guerra abierta con Irán es tanto peligroso para Arabia Saudita, que se verá perjudicando en sus ambiciones de reforma y modernización, como para el resto del mundo, que verá con ansiedad y angustia el desarrollo de esta crisis.

* Profesor Titular de la Universidad Nacional de Colombia.

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