La tentación de Sila. Elecciones: el empate probable y el gran riesgo - Razón Pública
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La tentación de Sila. Elecciones: el empate probable y el gran riesgo

Escrito por Jorge Gaitán

jorge gaitanUn análisis juicioso de las encuestas de opinión y del contexto político muestra que vamos hacia una colisión y hacia un empate electoral muy peligroso para Colombia. (Encuentre una nota de actualización al final del artículo).

Jorge Gaitán Villegas*

¿Equilibrio de fuerzas?

La revisión de las tendencias sobre intención de voto, recogidas a través de encuestas relativamente bien estructuradas y confiables, lleva razonablemente a dos conclusiones básicas:

  1. En la primera vuelta de las elecciones presidenciales van a contraponerse dos grandes fuerzas: las que están en el poder y buscan perpetuarse para imponer su proyecto político de largo plazo, y otras fuerzas emergentes que en esencia se han levantado para exigir que sus próximos gobernantes respeten plenamente el imperio de la ley. 
  2.  La medición cuantitativa de este par de fuerzas opuestas lleva a una constatación sorprendente: están prácticamente empatadas.

¿Será que el empate se mantiene? ¿Qué puede ocurrir si la diferencia entre los candidatos es mínima? En este artículo intento abordar la primera pregunta mediante un ejercicio de simulación basado en las encuestas sucesivas sobre intención de voto, y propongo una reflexión sobre la segunda pregunta a la luz de la experiencia histórica.  

Porque se trata de cuestiones sumamente delicadas, comienzo por explicar la lógica del modelo de simulación que utilizo para las proyecciones (sección A) y luego describo la dinámica prevista en la primera vuelta del 30 de mayo (sección B) y en la segunda vuelta del 20 de junio (sección C). Algunos lectores quizá prefieran ir directamente a los resultados que resume la sección D y a la comparación histórica con la cual concluyo el análisis (secciones E y F). Otros lectores por el contrario querrán hacer sus propias cábalas o simulaciones, para lo cual anexo el modelo y los invito a obtener gratuitamente el programa respectivo en: http://www.iseesystems.com/softwares/player/iseeplayer.aspx (Es muy fácil de usar y divertido).

A.  Haciendo cábalas

Comienzo pues por presentar en forma resumida y gráfica los resultados de un ejercicio de simulación dinámica, utilizando el programa de computador iThink 9.1, alimentado con las nueve observaciones sucesivas sobre la intención de voto de los electores colombianos entre el 22 de marzo y el 22 de abril.

En forma simplificada, el proceso electoral busca movilizar a una población en capacidad de votar del orden de 29.850.000 ciudadanos. Esta movilización se logra por el efecto combinado de tres vectores: 

  1. El clientelismo -es decir, votantes previamente movilizados y comprometidos a votar por medio de incentivos particulares;
  2. El networking, que consiste en la movilización derivada de la activación de redes sociales ‘casi' espontáneas a través de internet y otras tecnologías de bajo costo.
  3. La publicidad, que busca impactar complementariamente a grandes masas de población sometiéndolas a fuertes bombardeos de mensajes publicitarios con la complicidad de los medios masivos de comunicación y la presencia virtual o real de los candidatos en sus giras.

La tasa de participación -o sea el porcentaje de los votantes reales sobre el censo electoral- mide la movilización efectiva a lo largo del proceso electoral.

El censo electoral además está fuertemente fragmentado por estratos, por edades y por localización geográfica, ya sea grandes centros urbanos, ciudades intermedias, pequeños municipios y población rural dispersa. Es evidente que cada grupo de población responde en forma diferente a la presión de esta combinación de ‘vectores movilizadores'. En el modelo de simulación, se ha optado por simular el comportamiento de los tres grandes grupos de edad:

  • Los jóvenes, que abarca la parte del censo electoral comprendida entre los 18 y los 29 años y que son 12.678.924 personas, el 42,5% de los votantes potenciales, de los cuales 6.328.382 son hombres y 6.350.542 son mujeres.
  • Los medianos, entre 30 y 54 años, que alcanzan la cifra de 10.884.942, el 36,5% del censo electoral, de los cuales 5.214.418 son hombres y 5.670.524 son mujeres.
  • Los mayores, de más de 55 años, que son 6.288.233 ciudadanos, de los cuales 2.919.573 son hombres y 3.368.660 son mujeres. Representan el saldo de 21,1% del censo electoral.

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Al poner el modelo a ‘correr', en la práctica se está resolviendo a gran velocidad un sistema de ecuaciones diferenciales simultáneas que simulan el paso del tiempo y la acumulación combinada de los efectos de los tres vectores movilizadores. En fin, es una forma sofisticada de hacer las mismas cábalas que muchos se están haciendo hoy en Colombia.

B. Los resultados en primera vuelta

La gráfica siguiente representa los tres vectores de movilización electoral como deslizantes ubicados en un cierto valor. Por ejemplo, la tasa de networking en los jóvenes es de 40 mientras que las de los mayores es de 0, bajo el supuesto de que este tipo de tecnología tiene un fuerte sesgo por grupo de edad.  Con el clientelismo ocurre lo contrario. Naturalmente, estos valores se pueden modificar para explorar otros escenarios.

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Aplicando estos vectores, en el cuadro siguiente se observa cómo para el día de elecciones se habría movilizado el 46,9% de los jóvenes, el 42,1% de los medianos y el 44,6% de los mayores, para un caudal total de 12.826.175 votos. 

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En la tabla a continuación se han consignado fielmente los resultados de las diferentes encuestas entre el 20-22 de marzo hasta el 22 de abril. Cabe toda suerte de críticas metodológicas sobre lo aconsejable de amalgamar las cifras de encuestas que en unos casos han sido por entrevistas telefónicas, en otros casos con base en visitas presenciales, unas para 6 o 7 ciudades, otras sobre un espacio de 36 ciudades y pueblos. 

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Pero en fin, esta misma variedad de diseños muestrales y de técnicas para la recolección de la información sería un gran inconveniente si los resultados fueran divergentes. En realidad, ocurre lo contrario: las tendencias están fuertemente concentradas a medida que han pasado las semanas. Para cada candidato, el dato utilizado como tendencia sobre intención de voto posee un buen nivel de verosimilitud.

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La intención de voto por cada candidato (última columna del cuadro anterior) se utiliza ahora para alimentar el modelo, tal como se ilustra en la gráfica de la izquierda.

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Por último, en la gráfica a la derecha, el modelo de simulación arroja los resultados para la primera vuelta del 30 de mayo de 2010 (cabe aclarar que "NsNr" -No sabe, No responde- cuantifica el número de electores dudosos hasta el último momento de la primera vuelta, por lo cual no son votos en estricto sentido).

C. Los resultados en segunda vuelta 

Se asume que exactamente los mismos votantes irán tres semanas después, el 20 de junio, a depositar su voto para definir entre los dos candidatos seleccionados en primera vuelta. El modelo de simulación requiere otro insumo: la matriz de redistribución de los votos de los candidatos perdedores en primera vuelta, de los votos en blanco y de los ‘dudosos'.

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Los botones rotatorios de las siguientes gráficas registran los supuestos adoptados por el modelo de simulación en los siete casos: cómo repartir los votos de la primera vuelta hacia uno de tres destinos posibles: Santos, Mockus o Voto en Blanco.

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En fin, esta pequeña tabla muestra los resultados obtenidos por el modelo de simulación para la segunda vuelta del 20 de junio.

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D. El resultado final

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El margen de diferencia entre Santos y Mockus sería apenas de 115.436 votos sobre un total general de votos válidos de 12.826.175, es decir, algo menos del 1%.

Se ha realizado un ejercicio estructurado, sobre supuestos razonables e hipótesis bien apoyadas en la teoría y en la ciencia política,  pero que no pasa de ser eso, una simulación, simples cábalas asistidas tecnológicamente. ¿Pero qué tal que pasara exactamente eso a la hora de la verdad: un empate técnico?

E. La tentación de Sila[1]

Entre los años 509 y 27 AC, durante la larga vida de la República Romana, se fue construyendo una tradición institucional basada en el derecho, el interés colectivo como bien supremo, la búsqueda de la  gloria del clan familiar en función de los servicios prestados a la Res Publica, una religión estatal cuyos mitos fundadores conectaban a los dioses con las más elevadas virtudes ciudadanas, el sentido del honor o dignitas, el horror ante la concentración del poder sin controles ni contrapesos y, en fin, el brillo de la razón aplicado a la toma de decisiones colectivas. El republicanismo cívico era una realidad cotidiana en Roma hace más de veintidós siglos, cuando la mayoría de la humanidad salía apenas de la Edad de Hierro.

Naturalmente, la historia romana también nos informa de conflictos, abusos, guerras civiles, amenazas exteriores, de todo lo cual habían salido fortalecidas sus veneradas instituciones. De todos los tabúes romanos, tal vez el más ilustrativo del carácter cívico de la república era la prohibición absoluta para un ciudadano romano de entrar armado al recinto amurallado de la Urbe. Las legiones tenían la obligación de acampar por fuera de un perímetro sagrado.

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Representación de una reunión del Senado romano en la que Cicerón ataca a Catilina (fresco del siglo XIX).

Cuando este tabú fue transgredido y manoseado por primera vez, en el año 88 AC, al marchar sobre Roma Lucio Cornelio Sila Felix con seis legiones, se llegó a la situación límite temida y evitada durante los cuatrocientos años anteriores: que la ley del más fuerte se impusiera sobre el imperio de la ley a secas.

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Supuesto retrato de Lucio Cornelio Sila, de época augústea (Gliptoteca de Múnich). 

Ya nada podría frenar la destrucción de la república: ni las conquistas militares con la consiguiente expansión territorial, ni la ciudadanía otorgada a los italianos no romanos, ni la riqueza traída de las colonias incipientes en Oriente, Grecia y Asia Menor. El creciente deterioro y las continuas agresiones populares a la constitución prepararon lentamente el desastre que culminó con la instauración del régimen más oprobioso imaginable: el Imperio Romano, que esclavizó a todo el mundo conocido y que ya nunca podría liberarse de la amenaza de un golpe de Estado militar.

F. El mal ejemplo cunde

Algo así viene ocurriendo en Colombia en forma sinuosa y solapada desde hace ocho años.

Hemos visto manosear nuestras instituciones más sagradas: la Presidencia ha utilizado su poder ejecutivo para desprestigiar, hostigar, espiar y agredir a la Rama Judicial, que ha logrado salir airosa y conservar su dignitas. El gobierno también ha militarizado al país, bajo el eufemismo de ‘seguridad democrática', tergiversando nuestro lema republicano: ‘Libertad u Orden'.

El Congreso, la Rama Legislativa, ha sido envilecido por sus propios miembros, por culpa de sus inocultables vínculos con la escoria paramilitar y el narcotráfico, perdiendo así toda independencia de criterio y libertad de conciencia, y aún peor si se puede, vendiendo sus votos al mejor postor, que casi siempre fue el propio gobierno. Como en las épocas más abyectas del Senado romano ya en fase de descomposición.

Nos acercamos a otra cita colectiva que tradicionalmente ha concentrado en unas pocas semanas una intensa actividad organizada institucionalmente como contienda electoral, como una competencia democrática por el poder ejecutivo, con base en reglas de juego previamente pactadas y aceptadas por todas las partes en liza.

Pero es inevitable percibir el aire viciado que nos circunda: de un lado, el sector político en el poder, sorprendido ante la realidad de estar a punto de perderlo, cuando hace un mes restañaba sus heridas por el fracaso del referendo celebrando una cómoda victoria parlamentaria -comprada en gran medida con los recursos del erario confiados a su cuidado- parece estar dispuesto ahora a todo, incluso a lo impensable.

De otro lado, en unas pocas semanas se ha levantado una gigantesca ‘ola verde' que reclama un cambio elemental: regresar a la decencia y a los valores republicanos más básicos. Las agendas, los programas, las ideas sobre el manejo económico, la ‘paz' (otro eufemismo) o las relaciones internacionales, todo ha pasado a un segundo plano. 

En condiciones normales, este virtual equilibrio de fuerzas haría aún más interesante la contienda política.  Pero no estamos en condiciones normales: la cuarta Rama del Poder en nuestro ordenamiento constitucional, el Poder Electoral, ha advertido a través de la Registraduría Nacional, en forma un tanto burda y balbuceante, que simplemente no está en capacidad de organizar unos comicios limpios. El fraude está en el aire. La sospecha velada y la mala fe flotan en la atmósfera.

En conclusión: Lo impensable

De darse un resultado similar al que se obtuvo en la simulación que describe este artículo, Colombia podría vivir un momento de alta tensión social e incluso de ruptura del orden democrático. La dinámica acelerada que ha tomado el proceso electoral no deja tiempo para reflexionar sobre una eventualidad de esta naturaleza.

Dado el ambiente malsano, generado en gran medida por la coalición en el poder y desde el propio gobierno, dada la mala impresión que produjeron las demoras, el desorden y la evidencia de fraude en las elecciones parlamentarias del 14 de marzo, dado el efecto perverso que creó la combinación de imprevisión tecnológica y franco despelote en la Registraduría con respecto a algo tan elemental como la consulta del Partido Conservador, dada la inoportuna confesión de incapacidad del propio Registrador, cabe preguntarse: ¿cuál es el umbral de tolerancia frente al fraude de la sociedad colombiana en su conjunto? ¿Y el de los jóvenes en particular?

Tras una intensa movilización en torno a la ‘ola verde', fuertemente cargada de emotividad, ¿cómo reaccionarían los jóvenes esperanzados en un cambio de costumbres políticas al alcance de la mano, cuando precisamente un margen tan estrecho dé lugar a toda suerte de conjeturas?

El mal ejemplo, el manoseo de las instituciones, las propias campañas envenenadas de los candidatos de la coalición, el nerviosismo oficial que ya pasó de físico "culillo" a maniobras peligrosas y descaradas, son motivos suficientes para estar preocupados y vigilantes.

El nuevo Sila podría verse tentado a usar la fuerza, siguiendo el mal ejemplo de su mentor. Si bien, éste también se vio forzado a abandonar el poder, sus émulos siguieron durante dos generaciones corroyendo las instituciones de la república romana, hasta que no pudiendo mantenerse en pie, estas cedieron bajo el peso abrumador del militarismo triunfante y corruptor de César y Octavio. Y la república murió.

 

* Ingeniero industrial, Máster en Administración Pública Internacional, Ph.D. (Cand.) en Análisis y Política Económica, Consultor especializado en Pensamiento Estratégico Aplicado y Competitividad Sistémica Comparada.  

 

Notas de pie de página

[1] Los interesados pueden consultar el libro: Holland, Tom. Rubicón: Auge y Caída de la República Romana. Editorial Planeta. 2007.

Haga click aquí para obtener una guía de cómo bajar el modelo de simulación.


Proceso Electoral

Nota de actualización – Martes 27 de abril de 2010 

Razón Pública se ha propuesto seguir de cerca la evolución del proceso electoral que culminará con la elección del  próximo presidente de la república.

A partir de la metodología de simulación propuesta en el artículo ‘La Tentación de Sila'[1], publicado ayer en Razón Pública, es posible actualizar nuestro análisis con los nuevos datos aportados por las encuestas a medida que se vayan produciendo.

Por ejemplo, con los últimos datos de la  encuesta de IPSOS-Napoleón Franco dada a conocer ayer lunes 26 de abril, es posible visualizar más claramente la dinámica de la Ola Verde, que al parecer está creciendo a una tasa diaria del 3.45%!

La dinámica de la tendencia en intención de voto[2]

Las gráficas siguientes, calculadas con base en un promedio móvil de 2 semanas, recogen la línea de tendencia para los principales candidatos, incluyendo la encuesta de ayer:

 

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A partir de esta información actualizada, se alimenta la matriz de intención de voto del modelo de simulación:

Resultados para primera vuelta

Con estos ingredientes, ya es posible ahora preparar el coctel y poner el modelo a ‘correr'. La primera vuelta, dada esta información, arroja los siguientes resultados:

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Resultados para segunda vuelta

Con base en los supuestos indicados en la gráfica siguiente, en cuanto a redistribución de los votos de los no ganadores en primera vuelta, así como del voto en blanco e ‘indecisos', la simulación de la segunda vuelta arroja de nuevo un resultado sorprendente: Ganaría Mockus con un mínimo margen del 0.70% de la votación total de 14.185.494.  Solo 101.231 votos de diferencia.

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1. Comentarios complementarios

En fin, un ejercicio aún preliminar permite explicar parcialmente las fuerzas en juego.  Durante un período de 9.21 días, se procedió a observar la tasa de crecimiento de los miembros inscritos en los ‘grupos' de Facebook[3] que resultan de escribir en la búsqueda la palabra ‘Mockus'. 

Aparecieron el 15 de abril más de 500 grupos, con una fuerte varianza en el número de miembros.  Se seleccionó una primera muestra de 120 grupos, y finalmente, se ha seguido la evolución de una sub-muestra representativa de 26 grupos, desde los más grandes – hay uno con más de 225.000 miembros a hoy –  hasta los que cuentan apenas con un promedio de 100 miembros.  Para este momento, el número de grupos supera los 700.  Hay que señalar, que una misma persona puede haberse inscrito libremente en varios grupos.  La siguiente tabla resume este ejercicio puramente ilustrativo.

 

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En fin, todo indica que no parecería exagerado pensar que Mockus alcance más de 5 millones de votos en la primera vuelta, suponiendo que cuente de manera firme con 1.822.000 que votaron en la consulta del Partido Verde, y que hoy se sentirían aún más seguros de su decisión, y estimando en otros 2.200.000 votos del efecto networking de la ‘Ola Verde' fuertemente estimulado por la ‘Unión hace la Fuerza' con Fajardo.  Le quedan aún unos 34 días para movilizar algo más de un millón de votantes indecisos si aspira a superar a Juan Manuel Santos, quien hoy tiene asegurados también unos 4 millones y medio de votos y espera seguir cooptando lideres y electores rasos de todo el espectro político.

 

Pero la simulación indica con claridad otra conclusión: es virtualmente improbable lograr pasar del 50% más uno de los votantes en primera vuelta, especialmente debido a la decisión de hoy del Partido Conservador de presentarse de todas maneras.

Nota

Si algún lector curioso tuviera interés por operar directamente el modelo de simulación y construir sus propios escenarios, bastaría con escribir a esta dirección: jgaitan@wanadoo.fr  .  A vuelta de correo lo recibirá.  Se trata de un pequeño archivo .itm, es decir, del programa iThink.

Para poderlo abrir, es necesario bajar – gratis –  el programa iseePLAYER, de la siguiente dirección:  

http://www.iseesystems.com/softwares/player/iseeplayer.aspx 

Notas de pié de página

[1] http://www.razonpublica.com/index.php?option=com_content&task=view&id=877&Itemid=159

[2]  Para obtener todos los gráficos del escenario base en una presentación de PowerPoint haga clic aquí

[3] Para obtener información detallada de la tasa de crecimiento de la Ola Verde en Facebook haga clic aquí

 

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