A medio camino entre la vicepresidencia y la campaña electoral, entre Santos y Uribe, entre “los principios” y las conveniencias, entre el oportunismo y la oportunidad, aquí está la jugada del partido de Germán Vargas Lleras. ¿Qué sigue?
Fabián Alejandro Acuña *
Los hechos
Hace pocas semanas, en medio de un apretado trámite para aprobar la ley reglamentaria de la Justicia Especial para la Paz (JEP), el presidente de Cambio Radical (CR) Jorge Enrique Vélez anunció que su partido no acompañaría al Gobierno en este trámite.
El debate de la ley se había caracterizado por el ausentismo y las demoras por parte de los congresistas, pero especialmente por la actitud dilatoria de Rodrigo Lara, presidente de la Cámara y militante de CR.
A renglón seguido el presidente Santos advirtió que los partidos que no votaran en favor de la JEP no podrían hacer parte del Gobierno.
Posteriormente, los congresistas de CR aceptaron participar en el debate para “completar el quorum”, aunque no votaron, anunciando que “Cambio Radical no vende sus principios” (volveré sobre este punto).
En respuesta a la presión de su partido, este martes 10 de octubre renunciaron los ministros que representan a CR en el Gobierno: el ministro de Vivienda Jaime Pumarejo y el ministro del Medio Ambiente, Luis Gilberto Murillo, pero este último manifestó su preferencia por seguir en el cargo, para lo cual renunciaba a ser miembro de esa colectividad. El representante Lara no tardó en celebrar la “gallardía” de Pumarejo y en anunciar la aceptación de la renuncia de Murillo por su decisión de seguir acompañando a Santos.
“No negociamos nuestros principios”
![]() Presidente Cámara de Representantes, Rodrigo Lara Restrepo. Foto: Cámara de Representantes |
Con esta frase y a través de un comunicado Jorge Enrique Vélez anuncio que su partido se retiraba de la Unidad Nacional.
Pero cabe preguntar ¿a qué principios apela el director del partido cuando su jefe natural pretende una candidatura presidencial por firmas para evitar que la imagen del partido acabe por frustrar sus aspiraciones?
A qué principios se refiere el director de un partido con 14 congresistas detenidos por parapolítica.
¿A qué principios se refiere el director de un partido con 14 congresistas detenidos por parapolítica, más tres gobernadores y dos alcaldes destituidos en lo que va de sus períodos de Gobierno? Estas personas fueron avaladas por CR a pesar que los medios de comunicación, algunas ONG y la academia emitieron alertas sobre esos individuos, pero las directivas del partido hicieron caso omiso a las alertas.
Recientemente el fiscal Martínez -muy cercano a CR y a su jefe-, anunció que 156 políticos están vinculados a procesos por corrupción y si bien, en palabras del fiscal “ningún partido puede tirar la primera piedra”, CR es uno de los más comprometidos (con el 15,38 por ciento de los casos), según las listas que publicó El Tiempo, así:
Partido |
Porcentaje de procesos |
Partido de la U |
25,64 |
Otros |
23,72 |
Cambio Radical |
15,38 |
Partido Conservador |
13,46 |
Partido Liberal |
10,90 |
Partido Alianza Verde |
5,13 |
Centro Democrático |
2,56 |
Progresistas |
2,56 |
PDA |
0,64 |
Funcionarios con procesos por Corrupción |
Partido |
% |
Congresistas |
Partido de la U |
50 |
Cambio Radical |
16,7 |
|
Partido Liberal |
16,7 |
|
Partido Conservador |
16,7 |
|
Gobernadores |
Otros Partidos |
42,9 |
Cambio Radical |
21,4 |
|
Partido Liberal |
14,3 |
|
Partido de la U |
7,1 |
|
Partido Conservador |
7,1 |
|
Partido Alianza Verde |
7,1 |
|
Alcaldes |
Otros Partidos |
28,2 |
Partido de la U |
23,9 |
|
Cambio Radical |
15,5 |
|
Partido Conservador |
15,5 |
|
Partido Liberal |
8,5 |
|
Partido Alianza Verde |
4,2 |
|
Centro Democrático |
1,4 |
|
PDA |
1,4 |
|
Progresistas |
1,4 |
|
Concejales |
Partido de la U |
22,7 |
Cambio Radical |
20,5 |
|
Otros Partidos |
18,2 |
|
Partido Liberal |
13,6 |
|
Partido Conservador |
11,4 |
|
Partido Alianza Verde |
9,1 |
|
Centro Democrático |
4,5 |
|
Otros funcionarios |
Partido de la U |
38,1 |
Progresistas |
14,3 |
|
Partido Conservador |
14,3 |
|
Partido Liberal |
9,5 |
|
Otros Partidos |
9,5 |
|
Cambio Radical |
4,8 |
|
Centro Democrático |
4,8 |
Fuente: El Tiempo -versión en papel- domingo 15 de octubre pg. 2
El deja-vú de CR: el enemigo de mi enemigo es mi amigo
Después de haber sido elegido por escogencia de Uribe y enarbolando las banderas uribistas, el presidente Santos cambió de postura y se distanció del expresidente.
Como parte de aquel “divorcio”, Santos se acercó a los entonces contradictores políticos de Uribe, el Partido Liberal y CR en cabeza de Germán Vargas, quien a su vez había pasado de ser un aliado valioso de Uribe en su primera reelección a distanciarse de él a raíz de su intento de una nueva reelección- que por supuesto hubiera frustrado la aspiración presidencial del propio Vargas en 2010-.
Así que desde ese momento y por intermedio del entonces presidente de la Cámara e integrante de CR, Germán Varón Cotrino, Vargas y su equipo diseñaron la táctica de dilatar los trámites legislativos para torpedear la nueva reelección (Uribe tenía mayoría contundente en el Senado pero apenas una precaria ventaja en la Cámara).
Por eso la actuación maliciosa de Rodrigo Lara en relación con la JEP no es algo nuevo; la diferencia consiste en que CR actúo en defensa del país cuando ayudó a frenar el proyecto reeleccionista pero esta vez actuó contra el interés superior de la paz.
La ruptura oportuna y oportunista
Volviendo al primer período de Santos y a su divorcio de Uribe, el presidente decidió nombrar a Germán Vargas como ministro de gobierno y después lo ubicó en el ministerio de Vivienda -desde donde pudo adelantar su popular proyecto de “casa gratis”- además de confiarle a su partido el ministerio de Obras Públicas y con ello la contratación de las grandes obras de infraestructura. Cuatro años más tarde Vargas sería la fórmula vicepresidencial de Santos en su segundo mandato.
El apetito burocrático de Vargas comenzó a despertar resistencia entre los otros partidos que conforman la Unidad Nacional, especialmente en el Liberal y el Partido de la U, quienes constantemente mostraban su inconformidad ante el trato generoso del Gobierno para CR.
El malestar se expresó con toda claridad en el trámite de la reforma llamada de “equilibrio de poderes” que eliminó la reelección presidencial, cuando algunos congresistas de esos dos partidos intentaron inhabilitar al entonces vicepresidente para ser candidato presidencial en el 2018.
De manera que a muchos les pareció sorprendente (pero que tal vez no acabe siéndolo), quien salvó a Vargas Lleras fue el voto negativo de Álvaro Uribe y su bancada del Centro Democrático. En política no hay enemigos eternos (y tal vez este año lo podremos confirmar).
Pero el malestar de los liberales y el Partido de la U con CR y con su jefe no se quedó allí. En las elecciones regionales de 2015, varias coaliciones donde figuraban estos dos partidos compitieron contra candidatos de CR – aunque todos fueran miembros de la Unidad Nacional-.
En medio de tantas idas y venidas, Vargas Lleras siguió aprovechando los dineros públicos para impulsar su candidatura y visitar todas las regiones anunciando o inaugurando proyectos de vivienda gratis y obras de infraestructura de gran envergadura. Ministro estrella y segundo a bordo del presidente de la paz, Vargas desde siempre tuvo reservas sobre el proceso de La Habana – unas reservas que Santos conocía y a pesar de las cuales lo mantuvo a su lado-. Otra extraña contorsión de la política criolla, cuando el Vicepresidente guarda un silencio atronador con respecto al proyecto bandera del Gobierno y al mismo tiempo contrata e inaugura obras que le van a servir de plataforma electoral.
Con el resultado adverso del plebiscito y con la firma del segundo Acuerdo en noviembre de 2016, el vicepresidente ya no guardó más silencio y comenzó a dar muestras de su inconformidad con el proceso de paz. Pero esto ocurrió después de casi ocho años de manejar la chequera y la cuota burocrática – además de ser parte de una coalición de Gobierno cuya bandera principal resultó no compartir-.
Una ruptura tan oportuna como oportunista.
“Los acuerdos son para cumplirlos…”
![]() Partido político, Cambio Radical. Foto: Registraduría Nacional |
…señor Rodrigo Lara”: esto le dijo el presidente Santos al presidente de la Cámara durante un acto público del jueves de la semana pasada. Y no lo dijo solo por la conducta dilatoria de Lara en relación con la Ley Estatutaria de la JEP sino porque la coalición de Unidad Nacional desde hace mucho tiempo se había comprometido con el proceso de paz.
Es habitual que las coaliciones oficialistas se fracturen durante los últimos meses de Gobierno para fraguar nuevos acuerdos de cara a las elecciones. Y más cuando los índices de popularidad del Gobierno Santos son tan bajos. Pero deja un mal sabor que -después de ser una de las fuerzas más favorecidas política y burocráticamente durante dos periodos- ahora Cambio Radical apele a “sus principios” para apartarse de la coalición de Gobierno y torpedear el proceso principal del presidente que hasta ayer fue su aliado.
Quien salvó a Vargas Lleras fue el voto negativo de Álvaro Uribe y su bancada del Centro Democrático.
2018 es año para elegir presidente de Colombia, el año para el cual trabajó tanto Vargas Lleras junto con su partido, el año por el cual calló sus desacuerdos con el proceso de paz, buscando ser “políticamente correcto”.
En caso de ser elegido, Vargas será el encargado de cumplir los compromisos del Acuerdo, aunque ya haya anticipado su intención de reformarlo. Esto lo deja muy cerca de un antiguo contradictor a quien le dificultó la segunda reelección, el expresidente Uribe. Pero como dijo el mismo Rodrigo Lara, “la política es dinámica”, mucho más cuando a pocos meses de las elecciones, Vargas Lleras no supera el 13 por ciento en la intención de voto y en algunas encuestas aparece detrás de candidatos independientes con poca influencia en la contratación estatal.
* Docente-investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad Javeriana.
@acuna_fabian