La reunión Duque-Biden y el proyecto de ley sobre Colombia
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La reunión Duque-Biden y el proyecto de ley sobre Colombia

Escrito por Marcela Anzola
Proyecto de ley sobre Colombia 2022

La reunión entre los dos presidentes fue muy poco importante, pero Estados Unidos se prepara para el nuevo gobierno de Colombia.

Marcela Anzola*

Un año de frialdad

El anuncio de la visita del presidente Duque a la Casa Blanca había creado grandes expectativas en Colombia. El presidente Biden había mantenido una actitud distante –o cordialmente fría– hacia el gobernante de Colombia. La comunicación entre los mandatarios se había limitado a algunas conversaciones telefónicas y breves encuentros en reuniones multilaterales.

Es cierto que las medidas para contrarrestar la pandemia dificultaron las visitas y los encuentros oficiales. De hecho, hasta la fecha, Duque ha sido el único presidente latinoamericano invitado a la Casa Blanca. Sin embargo, desde la perspectiva de los analistas colombianos, la fría actitud de Washington podría ser consecuencia del apoyo que el Centro Democrático le dio a Donald Trump en la pasada campaña electoral.

Esta situación comenzó a cambiar con la llegada de un nuevo embajador colombiano a Washington, más conocedor del ambiente político local. A mediados de febrero, el senador Bob Menéndez anunció que iba a presentar un proyecto de ley para estrechar las reuniones con Colombia.

Aunque la llegada del nuevo embajador parecía acercar de nuevo a ambos países, esto no fue suficiente. Los colombianos estaban acostumbrados a sentirse cercanos al gobierno estadounidense y su aparente indiferencia era un motivo de preocupación en los círculos políticos.

Con la designación como Aliado Estratégico no Miembro de la OTAN, Colombia entró a formar parte de un grupo de 19 países que, sin ser miembros de la OTAN, mantienen una estrategia de trabajo con las fuerzas estadounidenses.

Finalmente, a finales de febrero de este año la Casa Blanca anunció el tan esperado encuentro entre Duque y Biden, que por fin tuvo lugar el pasado 10 de marzo.

¿Para guardar las apariencias?

Sin embargo, esta noticia se vio opacada por la inesperada visita de altos funcionarios estadounidenses a Venezuela a comienzos de marzo. El gobierno Biden se pronunció sobre esta visita a través de la secretaria de prensa, Jen Psaki, pero lo hizo apenas como respuesta a una pregunta durante una rueda de prensa.

La reunión produjo desconcierto en el gobierno colombiano, un fuerte opositor de Maduro. La reunión parecía justificarse por la necesidad de encontrar otras fuentes de abastecimiento energético, después de las sanciones impuestas a Rusia.

Es posible que el Gobierno Biden considerara que esto podría afectar la relación con Colombia, por lo cual decidió “equilibrar la balanza” y reunirse también con el gobierno de Duque.

Un encuentro insignificante

Lo anterior explicaría la inesperada invitación a Duque, así como las características sui generis de la reunión.

El encuentro fue breve y más bien insignificante: duró menos de una hora y no tuvo mayor eco en la prensa de Estados Unidos. Con excepción del anuncio de designar a Colombia como Aliado Estratégico no Miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), los demás temas estaban dentro de la agenda ordinaria: donación de vacunas, manejo de la migración venezolana a Colombia y medio ambiente.

La ley se presentó para conmemorar los 200 años de las relaciones diplomáticas entre Colombia y Estados Unidos. Su intención es fortalecer la democracia y apoyar el cumplimiento del acuerdo de paz, la protección de los derechos humanos y la defensa del medio ambiente.

Con la designación como Aliado Estratégico no Miembro de la OTAN, Colombia entró a formar parte de un grupo de 19 países que, sin ser miembros de la OTAN, mantienen una estrategia de trabajo con las fuerzas estadounidenses. Esto le daría acceso a nuestro país a una variedad de ventajas y apoyos militares y financieros “especiales”.

La ley para sellar la alianza

El mismo 10 de marzo, los senadores Menéndez y Kaine radicaron el proyecto de ley para estrechar la alianza entre Estados Unidos y Colombia. Esta ley propone “una agenda integral para las relaciones entre Estados Unidos y Colombia y se centra en ampliar el compromiso en temas de crecimiento económico inclusivo, anticorrupción, seguridad internacional, protección ambiental, refugiados y migración.

El siguiente es un resumen de los temas tratados en el proyecto de ley:

1.                Designa formalmente a Colombia como un importante aliado no perteneciente a la OTAN de los Estados Unidos.

2.               Establece una empresa colombo-estadounidense de 200 millones de dólares para apoyar inversiones en el sector tecnológico de Colombia y las empresas de propiedad de mujeres, y fortalece la capacitación tecnológica para mujeres y niñas.

3.               Requiere una estrategia de Estados Unidos para fortalecer las cadenas de suministro y avanzar en las iniciativas de deslocalización (nearshoring).

4.               Autoriza un pacto laboral bilateral para fortalecer los derechos y la formalización laborales.

5.               Establece una política de apoyo de la paz, la justicia y la gobernabilidad democrática, incluida la implementación oportuna del Acuerdo de Paz.

6.               Establece un comité consultivo entre Estados Unidos y Colombia para avanzar en la cooperación bilateral en materia de seguridad.

7.               Fortalece la cooperación bilateral en ciberdefensa y lucha contra los delitos cibernéticos.

8.               Requiere nuevos informes clasificados sobre disidentes de las FARC y actividades ilegales de estados extranjeros.

9.               Amplía los esfuerzos para combatir la corrupción y proteger a los defensores de derechos humanos.

10.            Refuerzas las iniciativas para proteger los bosques tropicales y el abastecimiento responsable de oro.

11.             Prohíbe el uso de la asistencia extranjera de los Estados Unidos para comprar herbicidas para programas de erradicación aérea, cuando sean dañinos para el medio ambiente.

12.            Establece un requisito de notificación global, en caso de que el equipo de comunicaciones de los Estados Unidos se utilice ilegalmente.

Fuente: Senado de los Estados Unidos

La ley se presentó para conmemorar los 200 años de las relaciones diplomáticas entre Colombia y Estados Unidos. Su intención es fortalecer la democracia y apoyar el cumplimiento del acuerdo de paz, la protección de los derechos humanos y la defensa del medio ambiente. Inclusive prohíbe usar recursos del gobierno americano para adquirir herbicidas destinados a la erradicación de cultivos ilícitos: un viraje sustancial en el enfoque de la política estadounidense, que claramente choca con la política colombiana liderada por el actual presidente.

Proyecto de ley sobre Colombia 2022
Foto: Facebook: Iván Duque - El encuentro fue breve y más bien insignificante: duró menos de una hora y no tuvo mayor eco en la prensa de Estados Unidos.

Pensando en el próximo gobierno

De ser aprobado este proyecto de ley, las acciones anteriores podrían quedar bajo la responsabilidad de un gobierno colombiano cuya orientación política difiera de la del actual. El Congreso de Estados Unidos es consciente que el panorama político colombiano está cambiando. Basta leer el último reporte del Servicio de Investigación del Congreso (Congressional Research Service) sobre Colombia, donde se dice que:

“Una parte significativa del público colombiano es escéptico del proceso de paz y el papel de las FARC en la democracia de Colombia; la mayoría de los colombianos están menos preocupados por la implementación del Acuerdo de Paz de cinco años de antigüedad que por el crimen callejero, la corrupción y la economía. Otros colombianos sostienen que la plena implementación del Acuerdo de Paz es vital.

El debate polarizado sobre el Acuerdo de Paz dentro de Colombia está disminuyendo, mientras que los nuevos temas cobran protagonismo. Por esta razón, algunos observadores predicen que un líder populista de centro, centroderecha o izquierda, como el exalcalde de Bogotá, Gustavo Petro, podría ser elegido presidente en 2022, ya que los partidos de derecha están menos unificados que en el pasado” (traducción de la autora).

Como se ve, tanto el Congreso como el gobierno de Estados Unidos parecen estar más preocupados por el próximo gobierno de Colombia que por el actual. Prueba de ello es el tipo de medidas y propuestas incluidas en la ley para estrechar las relaciones entre ambos países.

Por lo tanto, no es acertado ver la reunión del 10 de marzo como un reconocimiento al gobierno de Duque. Se trata simplemente de una muestra más del pragmatismo que caracteriza el manejo de la política internacional de Estados Unidos.

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