El aumento reciente de la pobreza hace aún más necesaria la adopción de una renta o ingreso mínimo garantizado para todos. Esta es la realidad de Colombia, estos serían los costos y las alternativas de financiación de aquella renta básica.
Luis Jorge Garay* y Jorge Enrique Espitia**
35 millones de colombianos en situación precaria
En diciembre de 2021, el DANE reportó que el 12,2% de los colombianos vive con menos de $5.370 pesos diarios —en situación de miseria o de pobreza extrema— y el 39,3 % vive con menos de $11.801 pesos al día —en situación de pobreza monetaria— Esto quiere decir que en 2021 hubo 6.111.000 personas en miseria y 19.621.000 personas en pobreza.
El DANE informa además que el 31 % de las personas están en vulnerabilidad monetaria, es decir, viven con un ingreso entre $5.370 y $23.170 al día.
En otras palabras, el 70,3 % de las personas en Colombia están en pobreza o en vulnerabilidad monetaria, lo cual equivale, aproximadamente, a 35 millones de personas.
La pobreza en las cabeceras municipales afecta al 37,8 % de la población, en contraste con el 44,6 % en los centros poblados y rural disperso. En pobreza extrema estos valores son del 10,3 % y el 18,8 %, respectivamente (Cuadro 1).
Las metas incumplidas
El Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022 se propuso sacar de la pobreza monetaria a 2,9 millones de personas, y de la pobreza extrema a 1,5 millones de personas.
Infortunadamente, entre 2018 y 2021 la pobreza monetaria aumentó en más 2,8 millones de personas, y la pobreza extrema en más de 2,1 millones de personas. Entonces, hubo un desfase de 5,7 millones de personas en pobreza monetaria, y de 3,6 millones en pobreza extrema entre 2018 y 2021. Este contraste se debió, entre otras razones, a la irrupción de la pandemia de COVID-19 en 2020.
Cuadro 1. Población en pobreza monetaria 2018-2021
(Número de Personas) |
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Pobreza monetaria | |||
Personas | Nacional | Cabeceras | Resto |
2018 | 16.808.000 | 11.774.000 | 5.034.000 |
2019 | 17.470.000 | 12.242.000 | 5.228.000 |
2020 | 21.022.000 | 16.274.000 | 4.747.000 |
2021 | 19.621.000 | 14.654.000 | 4.968.000 |
2021-2020 | – 1.401.000 | – 1.620.000 | 221.000 |
2021-2019 | 2.151.000 | 2.412.000 | – 260.000 |
2021-2018 | 2.813.000 | 2.880.000 | – 66.000 |
Pobreza extrema | |||
Personas | Nacional | Cabeceras | Resto |
2018 | 3.960.000 | 2.187.000 | 1.773.000 |
2019 | 4.689.000 | 2.569.000 | 2.120.000 |
2020 | 7.470.000 | 5.458.000 | 2.012.000 |
2021 | 6.111.000 | 4.012.000 | 2.098.000 |
2021-2020 | – 1.359.000 | – 1.446.000 | 86.000 |
2021-2019 | 1.422.000 | 1.443.000 | – 22.000 |
2021-2018 | 2.151.000 | 1.825.000 | 325.000 |
Fuente: cálculos propios sobre la base de información del DANE. |
Percepción de pobreza
Los resultados anteriores concuerdan con los de la Encuesta de Calidad de Vida del DANE 2021, según la cual el 46,7 % de los hogares se consideran pobres: el 39,7 % en las cabeceras, y hasta el 70,3 % en el sector rural. Hubo un aumento de la percepción de la pobreza en 2.575. 000 hogares: 1.823. 000 en las cabeceras, y 752.000 hogares en la zona rural (Cuadro 2).
Cuadro 2. ECV Percepción de pobreza | |||
¿Usted se considera pobre? Sí. | |||
Porcentaje | Nacional | Cabecera | Resto |
2018 | 35,3 | 28,2 | 58,0 |
2019 | 37,9 | 30,4 | 62,4 |
2020 | 38,2 | 31,7 | 59,1 |
2021 | 46,7 | 39,7 | 70,3 |
Número de Hogares | Nacional | Cabecera | Resto |
2018 | 5.395.024 | 3.398.664 | 1.996.360 |
2021 | 7.970.000 | 5.222.000 | 2.747.000 |
2021-2018 | 2.574.976 | 1.823.336 | 750.640 |
Fuente: cálculos propios sobre la base de información del DANE. |
Diferencias regionales
Importa señalar que la brecha entre la zona rural y las cabeceras es mayor de lo que suponíamos o que en efecto aumentó entre 2020 y 2021. Las cifras del Cuadro 1 sugieren ese aumento, pero debe notarse que la encuesta del 2021 tuvo más solidez estadística que la del 2020 porque utilizó una muestra ampliada para las zonas rurales.
Por otra parte, sobresale la heterogeneidad de la pobreza en Colombia, pues la mayoría de los departamentos y capitales de la Costa Atlántica y Pacífica sufren niveles de pobreza monetaria muy por encima de la media nacional: la Guajira con un 67,4%, Magdalena con un 61,1%, Córdoba con un 58,6%, Cesar con un 56%, Sucre con un 54,6%, Bolívar con un 48,5%, Chocó con un 63,4%, Cauca con un 58,3%, y Nariño con un 47,6%. Llama la atención que, en casi todos estos departamentos, más de la mitad de la población se encuentra en pobreza monetaria.

La renta básica es una medida realista, y que puede enfrentar de buena forma la pobreza y desigualdad críticas de Colombia.
El panorama es aún más preocupante ante el recrudecimiento de la inflación en 2022, pues puede implicar la pérdida de hasta un 10% de los ingresos de la población en situación de pobreza monetaria.
Tres alternativas para aplicar la renta básica
Por todo lo anterior, es necesario retomar el debate sobre la conveniencia o la necesidad de una renta básica. Esta medida puede mejorar las condiciones de vida de muchos colombianos y reducir con mayor celeridad la elevada desigualdad que persisten en Colombia.
Una primera alternativa consiste en complementar el ingreso actual de las personas en condiciones de miseria, con una renta básica que garantice el valor de la línea de pobreza extrema según el contexto geográfico. Este tipo de renta básica implicaría un costo fiscal de aproximadamente 0,5 % del PIB, y cubriría a aproximadamente 6,1 millones de personas.
Una segunda alternativa es complementar el ingreso actual de las personas en situación de pobreza monetaria, de tal manera que alcancen al 75 % de la línea de pobreza según el contexto geográfico. Esta medida implicaría un costo fiscal de 1,5% del PIB al año, y cubriría a aproximadamente 14 millones de personas.
Ahora bien, si se desmontaran parcialmente las transferencias monetarias actuales para la población beneficiaria de la renta básica, el costo fiscal neto estaría cerca del 1 % del PIB al año.
Una tercera opción consiste en asegurar que todas las personas tengan un ingreso equivalente a la línea de pobreza monetaria. Esta alternativa tendría un costo fiscal bruto del 3,1 % del PIB al año, y un costo fiscal neto anual del 2,2-2,5 % del PIB.
Fuentes de financiamiento
Una primera fuente de financiamiento para la renta básica podría ser el “espacio fiscal”, el cual está compuesto por los ingresos no constitutivos de renta, las rentas exentas y los descuentos tributarios. Estos ingresos —y las bajas tarifas que tienen lo ingresos distintos del salario— erosionan la base gravable del impuesto sobre la renta.
El espacio fiscal, como posible fuente de financiamiento de la renta básica, es mencionada cuando se piensa aumentar las tarifas efectivas de tributación (TET) de las personas naturales y jurídicas. Estas tarifas son bajas, en especial, en la parte alta de la curva de los ingresos brutos (Gráfico 1 y 2).
Esto quiere decir que en 2021 hubo 6.111.000 personas en miseria y 19.621.000 personas en pobreza.
El DANE informa además que el 31 % de las personas están en vulnerabilidad monetaria, es decir, viven con un ingreso entre $5.370 y $23.170 al día.
Por ejemplo, la tarifa nominal o legal de tributación (TNT) de los ingresos laborales en 2019 fue de 8,3 %. Esto quiere decir, 1,8 puntos porcentuales (p.p.) más que la tarifa de los rentistas del capital, y 3,4 p.p. más que el resto de personas naturales —que no son ni asalariados ni rentistas del capital—.

Una segunda manera de financiar la renta básica es revertir los beneficios fiscales de las reformas tributarias 1943 de 2018, y 2010 de 2019.
Estas reformas ampliaron los descuentos tributarios que pueden adquirir las personas jurídicas: el valor de estos descuentos aumentó un 488 % entre 2017 y 2020. Así mismo, el valor de los ingresos no constitutivos de renta, y de las rentas exentas, aumentó un 50 % en 2017, y un 42 % en 2020. Estas reformas tributarias marchitaron además la renta presuntiva: pasó del 3,5% al 1,5% en 2019, al 0,5% en 2020, y al 0 % en 2021.
Entonces, el beneficio de estas reformas para las personas jurídicas habría sido de aproximadamente $5 billones en el periodo 2019-2021; esto quiere decir, $1,7 billones al año. Tres cuartas partes de este costo fiscal favorece a empresas con un patrimonio líquido superior a los $4.000 millones.
Sí se puede
Con todo lo anterior, el recaudo adicional para la renta básica sería de:
- $6 billones al año en el caso de las personas naturales con una TET del 10%;
- $30 billones al año en el caso de las empresas, al aumentar la TET en 2 puntos porcentuales, y, aproximadamente,
- $2 billones anuales al reversar los beneficios aprobados en las últimas reformas tributarias.
Así pues, con las medidas señaladas el recaudo sería, aproximadamente, de un 3,2% del PIB:
- 0,5% del PIB al aumentar en un 1% la TET a las personas naturales de mayores ingresos;
- de 2,5% del PIB al aumentar en 2 p.p la TET a las personas jurídicas de mayores ingresos, y
- de 0,2% del PIB al revertir los beneficios aprobados en las últimas reformas tributarias.
De esta manera, con aplicar —total o parcialmente— algunas de las medidas en cuestión, habría recursos suficientes para financiar una renta básica —al menos como la segunda alternativa—. De esta forma, el Estado podría garantizar que ningún ciudadano tuviera un ingreso inferior al 75% de la línea de pobreza monetaria según dominio geográfico.
Es definitiva, la renta básica es una medida realista, y que puede enfrentar de buena forma la pobreza y desigualdad críticas de Colombia.