Las fuentes coinciden en que se están sembrando más hectáreas. Pero esto no necesariamente implica que haya más producto, y en todo caso las cifras disponibles son todas muy dudosas. Tampoco hay una “causa” sino varios factores que explicarían ese crecimiento. Y por lo mismo no hay remedios simples.
Francisco Thoumi*
Cifras distintas y dudosas.
El aumento de los cultivos de coca durante los últimos tres años en Colombia ha prendido las alarmas del gobierno y de los medios de comunicación. Pero los estimativos sobre el área cultivada vienen de dos fuentes distintas:
- El gobierno colombiano contrata con la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) el llamado “Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos” (SIMCI) que produce las cifras oficiales que utilizan el gobierno y Naciones Unidas. Según esta medición, la cantidad de hectáreas sembradas ha sido 48.000, 69.000 y 96.000 en 2013, 2014 y 2015 respectivamente. La cifra de 2016 está pendiente de publicación, pero se estima que será más alta que la de 2015.
- Por otro lado, el Departamento de Estado de Estados Unidos produce estimaciones en cooperación con la Oficina Nacional de Política de Control de Drogas (ONDCP) de la Casa Blanca. Las cifras de Estados Unidos sitúan los cultivos en 80.500, 112.000 y 158.000 hectáreas en los años 2013, 2014 y 2015 respectivamente. La ONDCP recientemente publicó la cifra para 2016 y esta llegó a 188.000 hectáreas.
Esto quiere decir que la estimación de Estados Unidos es entre 62 y 68 por ciento mayor que la de Colombia. Aunque las series estadísticas del Departamento de Estado de Estados Unidos y del gobierno colombiano coinciden en la tendencia, los valores estimados difieren mucho, pues las cifras de Estados Unidos son mucho más altas que las del gobierno colombiano.
La gran diferencia entre los valores de las dos series es atribuida por sus autores a las distintas metodologías que ellos utilizan. Pero aun entonces la diferencia es tan grande que levanta sospechas sobre la confiabilidad de ambas metodologías o de ambas series. Después de todo, para el observador desprevenido, medir cultivos con fotos de satélite, aunque se usen diferentes satélites y métodos, no debería producir una diferencia tan grande.
La medición tiene el problema adicional de ser (o no ser) coherente con los informes o estimaciones sobre la cantidad de hectáreas erradicadas. Si se toman como base las cifras del SIMCI, durante más de 10 años en Colombia se habrían erradicado muchas más plantas de coca de las que se creía que existían, lo cual no solamente pone en duda la efectividad de la erradicación, sino también los métodos para estimar el tamaño de los cultivos.
Medir cultivos con fotos de satélite, aunque se usen diferentes satélites y métodos, no debería producir una diferencia tan grande.
Por ejemplo, ¿las estimaciones del área cultivada incluyen las matas recién plantadas? Y si es así, puesto que la producción de cocaína varía con la edad de las plantas, ¿cómo se ajusta el rendimiento de cocaína de los plantíos? ¿Cuál es la densidad de los plantíos? ¿Cómo ha aumentado el rendimiento de la cocaína en las plantas nuevas?
La verdad es que los estimativos sobre área cultivada y las cifras sobre erradicación o fumigación proporcionan muy poca información al analista riguroso.
Los lugares comunes
Campesinos en zonas de influencia de las FARC-EP. |
En las discusiones sobre temas que tienen que ver con la identidad de las personas, como la orientación sexual, la religión, las tradiciones, la familia, la política, la etnicidad, el nacionalismo, la profesión, etc., todos creemos ser racionales. Pero en la realidad cada uno de nosotros llega a conclusiones muy distintas de las de quienes tienen identidades diferentes. En estos casos la gente desarrolla intuiciones y creencias sobre la realidad que vive y la razón casi siempre las valida después.
Teniendo esto en cuenta, vale la pena preguntarse con referencia a las drogas psicoactivas: ¿Cómo difieren los argumentos sobre este tema que tiene un colombiano de los de un chino o de los de un estadounidense, los de un cristiano evangélico de los de un católico o los de un budista de los de un musulmán?
Al estudiar los argumentos de cada uno se encuentra que todos dan razones para justificar sus posiciones. Por ejemplo, pueden decir: “tenemos que cultivar coca porque es lo único que nos permite sostener a nuestras familias”, “debemos prohibir el consumo de drogas psicoactivas porque le quitan la libertad a los seres humanos”, “debemos condenar a muerte a los traficantes porque ellos producen y se benefician de los males sociales”, “si los gringos no son capaces de controlar los mercados ilegales en su país, por qué nos exigen que los controlemos en el nuestro”, “las drogas son ilegales porque eso beneficia al sector financiero en donde se depositan las enormes ganancias del narcotráfico”, “las drogas son ilegales porque los países imperialistas las usan para subyugar a los países cultivadores y productores”, etc.
El problema de fondo consiste en que el consumo, la producción y el comercio de drogas son fenómenos que carecen de causas en el sentido tradicional de la matemática, la física o la química. En vez de causas aquí se dan “factores de riesgo” y “factores de protección” que aumentan o disminuyen la probabilidad de que ocurra el fenómeno.
Estos factores hacen que algunas sociedades sean más vulnerables que otras, pero no permiten pronosticar por qué, cuándo y cómo una sociedad desarrolla el consumo, la producción y el tráfico de drogas psicoactivas.
Por ejemplo es muy común afirmar que “mientras haya demanda habrá oferta”- lo cual sería un argumento para justificar la producción y mercadeo de la droga-. Pero esta frase no explica por qué Colombia ha concentrado la producción mundial de cocaína, mientras que muchos otros países que podrían producirla no lo hacen. En este caso el problema consiste en precisar cuáles factores o aspectos de la sociedad colombiana hicieron que el aumento en la demanda mundial ilegal de cocaína impulsara la industria de la cocaína en nuestro país.
Además, como los factores de riesgo son muy diversos, generalmente es muy difícil identificar el elemento detonante. Este es el caso exacto del aumento reciente de los cultivos de coca en Colombia.
Explicaciones posibles
![]() Cultivos de coca. Foto: Policía Nacional de Colombia |
Las posibles razones para el aumento de los cultivos ilícitos durante los últimos años en Colombia son muy diversas.
1. El Informe Mundial sobre las Drogas de 2016 de la ONUDD lo explica a partir de las expectativas del campesinado cocalero de obtener una compensación por tener coca como resultado del proceso de paz con las FARC. Es posible que esta visión haya sido influenciada por la experiencia boliviana de los años noventa. Allí, donantes externos, especialmente Estados Unidos, financiaron una compensación a los campesinos por erradicar coca que ha sido ampliamente conocida por los líderes del campesinado colombiano y estudiada por las FARC.
2. Otros estudiosos que han hecho trabajos de campo creen que, en algunas regiones, como en las zonas aledañas a Tumaco, las FARC llevaron campesinos cocaleros de otras regiones con el fin de fortalecer el control territorial en esa región y la coca era la única cosecha que proporcionaba un ingreso satisfactorio a este grupo de campesinos.
3. La suspensión de la fumigación es otra razón para el aumento de los cultivos porque disminuyó sustancialmente el riesgo de pérdida de la cosecha.
4. La minería ilegal debe tenerse en cuenta para entender tanto la disminución de los cultivos hace unos 10 años como el repunte reciente. El aumento en los precios de algunos minerales, especialmente del oro, fue un incentivo para que los campesinos se desplazaran a la economía ilegal y la posterior caída de estos precios generó los incentivos opuestos.
Hay que tener en cuenta que las causas en un lugar y momento pueden ser muy distintas de las de otros lugares y momentos.
5. La presencia creciente de los grandes carteles mexicanos en Colombia y el rechazo del proceso de paz por parte de algunos frentes de la FARC también han podido contribuir al aumento en los cultivos.
Todas estos factores han afectado el riesgo de los negocios de quienes cultivan y procesan coca. Desde la perspectiva del estudio de los cultivos ilícitos, las razones nombradas suponen un gran desafío a la hora de identificar las casuas que han sido más influyentes en el aumento en cada sitio. Hay que tener en cuenta que las causas en un lugar y momento pueden ser muy distintas de las de otros lugares y momentos. Además, es muy probable que en cada caso haya más de una razón que contribuya al aumento de los cultivos.
Por consiguiente, cualquier afirmación que elija una de estas causas, sin antes hacer un estudio de campo profundo, sería en el mejor de los casos una opinión educada y, en el peor, una opinión que simplemente refleja las intuiciones y sentimientos de quien la haga.
Lo que sí es cierto es que una política de drogas fundamentada en una sola de las posibles razones del crecimiento de los cultivos tiene una probabilidad de éxito muy baja.
*Cofundador de Razón Pública. Para ver el perfil del autor, haga clic en este enlace.