
La caída dramática en la demanda de los sistemas de transporte masivo puede poner en jaque la posibilidad de tener una movilidad eficiente y ecológica. ¿Qué hacer?
Gonzalo Duque Escobar*
El transporte en crisis
En los grandes núcleos urbanos, se ha pensado durante años que los medios masivos de transporte son la alternativa más ecológica y eficiente. Por eso, en la década de los ochenta, se construyó el Metro de Medellín y, en la de los noventa, el Transmilenio de Bogotá, como soluciones a varios problemas de la ciudad.
En Medellín, el Metro tuvo una inversión inicial de 643,5 millones de dólares. Actualmente, con 34,5 kilómetros de recorrido, beneficia a unos 4 millones de habitantes del Valle de Aburrá y moviliza a más de 1 millón de pasajeros por día. Si se cuentan los cinco cables, las tres rutas de buses y la ruta del tranvía, el sistema moviliza, en promedio, 1,4 millones de usuarios diarios.
En el caso de Bogotá, la crisis del transporte público tradicional en los años 80 y la inviabilidad de hacer un metro llevaron a la creación de Transmilenio. Hoy, el sistema cuenta con 112,9 kilómetros de extensión y 253,9 kilómetros de troncal proyectados.
Sin embargo, ambas obras están en crisis por los efectos de la pandemia. ¿Qué está pasando y qué se puede hacer?
Transporte en tiempos de pandemia
Con la emergencia sanitaria, la demanda del transporte público ha disminuido, mientras que han aumentado el uso de la bicicleta y la marcha a pie.
Por eso, hoy, los planificadores y los responsables del gasto público no solo deben considerar los cambios en el modelo de ocupación del suelo y los usos del territorio en el medio urbano, sino la infraestructura y la accesibilidad para la movilidad sostenible.
Gráfica 1. Variación anual de pasajeros transportados por tipo de vehículo en 8 áreas metropolitanas y 15 ciudades para el IV trimestre de 2020.

Pero el efecto de la pandemia sobre el transporte va más allá. En 2020, la economía colombiana sufrió una caída del 6,8% del PIB respecto de 2019 y la economía del transporte colectivo no fue la excepción. Según el DANE:
- Durante el cuarto trimestre de 2020, el parque automotor para el transporte urbano de pasajeros se redujo, en promedio, 12,9% respecto de 2019. Además, el número de usuarios cayó en un 42,8%.
- En el trimestre octubre-diciembre de 2020, “el 59,2% del parque automotor en servicio en el área de cobertura correspondió al transporte tradicional y 40,8% a los sistemas integrados de transporte masivo (SITM)”. Además, el 43,6% de los pasajeros se movilizaron en transporte tradicional y el 56,4% en los SITM.
Lo que viene
Con la dramática reducción el número de usuarios, los gobernantes locales tendrán que acudir al plan de recuperación de la pospandemia para evitar subir las tarifas del servicio público de transporte.
Durante el cuarto trimestre de 2020, el parque automotor para el transporte urbano de pasajeros se redujo, en promedio, 12,9% respecto de 2019
Por ahora, parece que aumentar el aforo no es suficiente. En Medellín, los expertos afirman que la pérdida estructural de la demanda del servicio en el Metro será de un 15 o 20% en el mediano plazo.
Mientras tanto, Medellín aún espera un aporte del 70% de la Nación para financiar la tercera línea del Metro, que costará cerca de 3,5 billones de pesos, movilizará 179 mil pasajeros día y contará con 13,5 kilómetros.
Gráfica 2. Metro de Medellín.

En Bogotá, la firma del acta de inicio de la construcción del Metro llega como un bálsamo en medio de la crisis. En efecto, se trata de un paso fundamental e inaplazable y una señal de esperanza para la movilidad de esta megalópolis de 8,6 millones de habitantes. Esperamos que la obra sea un catalizador para aumentar la demanda agregada.
En todo caso, vale la pena mencionar que, pese a la caída de indicadores en el servicio, los estados financieros de esta empresa muestran una utilidad operacional en 2020 de 5 mil millones de pesos, un 8% superior a la del 2019. Lo anterior puede ser económicamente irrelevante frente a la inversión de 14 millones de dólares para la primera línea del Metro. Sin embargo, está claro que Bogotá necesita un proyecto de transporte que le aporte a la calidad de vida y a la productividad de sus ciudadanos.
Gráfica 3. Sistema TransMilenio-Metro de Bogotá.

¿Qué hacer?
Superar la crisis económica que ha provocado la pandemia no será fácil. En la reactivación económica se les debe dar prioridad a la salud y el empleo, que son probablemente los frentes más afectados. Recordemos que, mientras que en 2019 la tasa de desempleo en las 13 principales ciudades era del 10,5%, la de 2020 fue de 18,2%.
Además, es normal que una parte importante de los recursos que el gobierno aspira a recaudar con la nueva reforma tributaria estén destinados al componente social, por ejemplo, a subsidios y transferencias a los hogares más vulnerables.
Pero esto no puede significar que el gobierno no le apueste a la recuperación económica a través de la inversión, en especial, en los sistemas de transporte masivo del país. Esta estrategia puede contribuir a tener una recuperación transformadora, con igualdad y sostenibilidad, que aumente el empleo e incentive la movilidad eficiente y ecológica.
A finales de 2020, el Congreso de la República aprobó un presupuesto de casi $314 billones de pesos, de los cuales $58,5 billones estarán destinados a la inversión. En ese rubro puede estar parte de la clave de la recuperación económica.
En todo caso, en el largo plazo, la economía colombiana enfrenta otros retos que deben ser atendidos, entre ellos:
- una deuda externa que en octubre de 2020 llegó a los $150 mil millones de dólares;
- una caída de la inversión extranjera que en los dos últimos lustros pasó de una media de $10 mil millones de dólares a tan sólo $6 mil 300 millones de dólares; y
- el costo de la pandemia, que sin los $3 billones de pesos de las vacunas, ya duplica el recaudo de la reforma tributaria que está por implementarse.