La homogenización de la diversidad | Razón Pública 2023
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La homogenización de la diversidad

Escrito por Hugo Lopez

Los proyectos de ley sobre experimentación, investigación y educación con animales vivos dejan claro que tenemos dirigentes incapaces de reconocer y proteger la diversidad del país.

Hugo F. López*

Oportunismo político

Este año en el Congreso se han estudiado al menos dos proyectos de ley que pretenden regular la experimentación, investigación y educación con animales vivos: el proyecto 04 de 2023 para Cámara —retirado recientemente— y el 39 de 2023 para el Senado.

Estas son muestras del oportunismo político que se exacerba de tiempo en tiempo y se debe al relieve que han tomado los temas ambientales, la fuerza de la corriente animalista y su incidencia electoral.

El primer elemento que comparten los proyectos es el desconocimiento, voluntario o involuntario, de lo que significan la diversidad biológica y, en este caso, la diversidad faunística del país.

Tal situación a su vez impide una discusión abierta, donde todos los interesados puedan ilustrar sus posiciones y se permita reflexionar para que las decisiones colectivas se basen en buena información.

Por el contrario, se presentan argumentos emotivos y sin fundamentos claros o coherentes que causan confusión y decisiones equivocadas. Por eso creo oportuno presentar algunos elementos que ilustran la incidencia de estos proyectos y otras decisiones del Congreso.

Conceptos equivocados

El primer elemento que comparten los proyectos es el desconocimiento, voluntario o involuntario, de lo que significan la diversidad biológica y, en este caso, la diversidad faunística del país. Esto se debe al uso indebido de conceptos y definiciones en el articulado de los dos proyectos.

Los proponentes usan el término ‘animal’ para referirse a ‘seres sintientes’. Sin dejarlo explícito parecen aludir únicamente a vertebrados terrestres. Desconocen la mayor proporción de fauna del país y del mundo: los organismos invertebrados, que también pertenecen al reino animal pero que los proponentes parecen considerar como seres no sintientes.

Por otro lado, limitan el término ‘conservación’ a la recuperación de especies en condición de amenaza y no a todas las acciones para disminuir el impacto de la sociedad sobre otras especies y sus ecosistemas. Acciones entre las que deben figurar el control de especies invasoras como los hipopótamos, o la promoción de la estrategia nacional de uso sostenible “conocer, conservar, usar”, establecida en el convenio de diversidad biológica que Colombia adoptó desde 1994.

Una mirada exclusivamente urbana

Además ambos proyectos comparten el referirse apenas a los contextos urbanos, desconociendo la heterogeneidad ambiental, social y cultural del país.

Aunque lamentable, ese enfoque tiene cierta lógica: los congresistas que presentaron esos proyectos fueron elegidos por la suscripción electoral de Bogotá, donde cada día aumenta la interacción entre humanos y animales domésticos, con todos los matices que esto implica.

De otra parte y desde la misma visión urbana, las interacciones con los animales silvestres son asociadas con delitos ambientales, como el tráfico de fauna silvestre y el cautiverio. El maltrato y las deficiencias en el bienestar animal se resaltan en abundantes notas periodísticas. Esto aumenta la empatía y el apoyo hacia estos proyectos, pese a su visión limitada.

Mientras tanto las áreas rurales alrededor de las grandes ciudades tienen poca población y pocos votos, pero allí la interacción con la fauna silvestre y doméstica es totalmente distinta. Y aunque algunas de estas prácticas culturales han garantizado la supervivencia de muchos colombianos, en la ciudad son tildadas de maltrato animal.

Básicamente estos proyectos estarían violando varios derechos constitucionales y formas de uso reconocidas en la legislación vigente para pueblos indígenas, campesinos y afrodescendientes. Por ejemplo, el uso directo de fauna silvestre en épocas de abundancia de ranas y el consumo de huevos o individuos de tortugas.

La diferencia proviene de las distintas perspectivas y las formas de habitar el territorio.  En este caso es necesario reconocer tanto el manejo integral de territorios que han sido habitados durante milenios como el seguimiento o monitoreo que han realizado desde hace varias décadas los biólogos, sociólogos y antropólogos de entidades gubernamentales y no gubernamentales.

Este seguimiento se ha hecho para garantizar la conservación cultural y ecológica a partir de decisiones autónomas en el manejo cultural y técnico de las especies importantes para su seguridad alimentaria.

Proyectos inviables

La diversidad biológica —el uso y conservación— se ha convertido en una “diversidad incómoda” para los legisladores, quienes han intentado eliminar uno de los pilares de nuestra condición de país megadiverso: la educación e investigación en biodiversidad.

Estos son dos pilares esenciales para la bioprospección, el uso sostenible y la construcción del inventario básico de nuestra biodiversidad, que va desde genes hasta ecosistemas.

Somos varios los profesionales que recolectamos, inventariamos, marcamos, cuantificamos y tratamos de conocer, conservar y usar las diferentes especies de fauna y sus hábitats de la manera más ética y profesional en el marco de la legislación existente.

Sin embargo, los proyectos de ley eliminarían elementos básicos en la formación de biólogos, ecólogos o veterinarios, entre otros, con competencias para el contexto nacional, sin ahondar en todas las investigaciones y emprendimientos que puedan involucrar fauna silvestre o doméstica.

Finalmente, el proyecto de ley 39 del Senado dice que creará un Consejo Nacional de Investigación con Animales (CONIA). Pero teniendo en cuenta las deficiencias conceptuales y de contexto y la historia burocrática en el país, no resolverá ninguno de los problemas detectados.

Por el contrario, sería un requisito que dificultará la educación, investigación y gestión de la fauna silvestre y los animales domésticos. En este momento en una prioridad fortalecer y divulgar las funciones y tareas de los instrumentos ya existentes, como los Comités Interinstitucionales de Cuidado y Uso de Animales (CICUA), los comités de ética y el Sistema Nacional Ambiental para el caso de animales silvestres.

Estos y otros son los motivos de los duros pronunciamientos de consejos profesionales, personal académico, vicerrectorías de investigación de varias universidades públicas y profesionales de diferentes disciplinas para que los proyectos sean retirados.

El que calla otorga

Lamentablemente los pronunciamientos mediáticos y contestatarios de las redes sociales han dejado atrás o han silenciado las propuestas, posiciones y trabajos de los institutos de investigación adscritos al Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, como el Instituto Humboldt, el Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas (SINCHI), el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (INVEMAR),  el Instituto de Investigaciones Ambientales del Pacífico (IIAP) y el  Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientas (IDEAM). También los de universidades y organizaciones no gubernamentales, que con el silencio o pasividad han permitido la homogenización y simplificación de la gran diversidad biológica y cultural de Colombia.

Foto: Centro de Información Manizales - La posición de algunos representantes a la Cámara se ve limitada por su relación con el aumento en la interacción entre humanos y animales domésticos.

es necesario reconocer tanto el manejo integral de territorios que han sido habitados durante milenios como el seguimiento o monitoreo que han realizado desde hace varias décadas los biólogos, sociólogos y antropólogos de entidades gubernamentales y no gubernamentales.

Algunas iniciativas y compromisos del Estado, como la Política de Bienestar Animal, pueden llegar a ser un ejemplo de otra forma de construir país, basadas en argumentos y en el fomento de espacios de discusión y comprensión de las diferencias.

Algunas decisiones recientes aumentan la deuda con la conservación de la naturaleza, el uso cultural y los `proyectos de uso sostenible que se vienen adelantando. Por ejemplo, la prohibición de la caza y pesca deportiva, impedimentos para la zoocría de algunas especies de ranas, aves o del caimán aguja en Cispatá, o el uso de las herramientas jurídicas que han limitado el control de especies invasoras.

Lamentablemente, estas situaciones han sido permitidas en parte por la inacción o lentitud del poder ejecutivo. Es hora de que las iniciativas animalistas y proteccionistas entiendan la necesidad de un diálogo abierto que permita incluir los conocimientos, beneficios y responsabilidades que significa habitar un país megadiverso.

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12 Comentarios

Karol agosto 28, 2023 - 7:47 pm

Noticia muy objetiva, es importante que ante estos proyectos de ley sobre experimentación e investigación con animales vivos, se involucren principalmente personajes cuya profesión tenga intima relación con los conceptos aplicados en este tipo de proyectos, ya que seran los principales ejecutores y divulgadores de las posibles consecuencias en el proceso educativo de futuros profesionales y avances investigativos como medio de aportes del conocimiento científico en Colombia.

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Alexander Peña septiembre 3, 2023 - 11:23 am

Es claro que hacen falta personas competentes para la formulación de este tipo de proyectos, puesto que hasta el momento lo único que han hecho es limitar el «hacer ciencia» en donde mas se podría hacer.

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Alexander Peña septiembre 3, 2023 - 11:23 am

Es claro que hacen falta personas competentes para la formulación de este tipo de proyectos, puesto que hasta el momento lo único que han hecho es limitar el «hacer ciencia» en donde mas se podría hacer.

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Isabela Rodríguez septiembre 3, 2023 - 11:31 am

Se discuten temas como el ambientalismo y animalismo con fines electorales pero sin una discusión abierta, objetiva, científica e informada del tema. Señala la necesidad de entender el manejo ancestral del territorio y fauna que ha convivido con dichas comunidades, así como la investigación y monitoreo realizado durante años para garantizar la conservación, cosa que este proyecto desconoce e ignora completamente dejando de lado la realidad rural y la relación distinta con los animales domésticos y silvestres en este contexto. También se tienen en cuenta problemas con la creación de nuevas instituciones cuando ya existen varias y mas preparadas para poder regular estos temas.

Este proyecto simplifica y homogeniza, la diversidad biológica y cultural de Colombia, generado un problema de profundización y entendimiento de la misma, desconociendo la compleja relación histórica, cultural y diversa que distintos grupos humanos en Colombia han tenido con su entrono natural y animal, lo cual requiere un análisis más profundo, profesional e informativo.

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Sebastián Güecha septiembre 3, 2023 - 3:00 pm

La noticia ofrece un panorama bastante grave ya que se están realizando diversas observaciones a los proyectos de ley enfocados en la experimentación, investigación y educación con animales vivos en Colombia; sin embargo, a pesar de ser concisos con los puntos sería importante desarrollar estrategias que busquen una solución al problema, además de implementar y apoyarse entre el personal profesional de diferentes ámbitos para lograr llegar a acuerdos que se enfoquen en el beneficio de la biodiversidad del país y, a su vez, sin descuidar la importancia investigativa y educativa capaz de ofrecer, es decir, llegar a un equilibrio donde ambas partes tengan el menor impacto negativo posible.

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Anónimo septiembre 3, 2023 - 6:46 pm

Es alarmante que los proyectos de ley sobre vida silvestre de Colombia muestren un claro desconocimiento de la riqueza biológica y cultural del país. La mala comprensión de la diversidad va más allá de la mera omisión; sugiere una amenaza potencial para la conservación de la biodiversidad y la educación científica en Colombia. Al definir erróneamente cosas como «animal» y limitar la «conservación» a la restauración de especies en peligro de extinción, estos proyectos pasan por alto la importancia de la conservación cultural y ecológica, y la necesidad de comprender y coexistir con las muchas formas de vida que forman parte de nuestro país. Además, la perspectiva predominantemente urbana de estos proyectos ignora por completo las realidades del campo, donde la interacción con la vida silvestre y las mascotas es esencial para muchas comunidades. Lo que podría considerarse crueldad animal en un entorno urbano puede convertirse en una práctica cultural valiosa en el campo, permitiendo a las comunidades sobrevivir durante siglos. La falta de representación y comprensión de estas perspectivas puede conducir a soluciones legislativas injustas y poco realistas. En última instancia, es esencial que cualquier legislación relacionada con la biodiversidad y el bienestar animal se base en una comprensión sólida y justa de la diversidad biológica y cultural de Colombia. Además, debe promover un diálogo inclusivo que involucre a todas las partes interesadas, desde científicos y expertos en conservación hasta las comunidades locales. Sólo a través de este enfoque colaborativo podremos abordar adecuadamente los problemas de conservación y bienestar animal en un país mega diverso como Colombia.

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Amily Vallejo Leguizamón septiembre 3, 2023 - 9:20 pm

Cuando se trata de temas ambientales, es necesario tener expertos en el tema, aún si es en el campo legislativo, es importante tener una opinión experte para tomar decisiones. Ademas, no se pueden tener en cuenta solo a los animales que pueden «sentir», hay muchos organismos que tiene gran importancia en el medio ambiente y que si se descuidan pueden tener repercuciones negativas en el ambiente, pero solo porque no pueden sentir dolor los ignorar y eso esta muy mal. Por útimo, la idea correcta debe ser cuidar la diversidad siempre, no hacer algo cuando se esta perdiendo y, en la mayoria de los casos, es inevitable hacer algo.

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Luisiana septiembre 3, 2023 - 11:25 pm

La necesidad que tiene un aspecto tan sustancial de ser introducido a la conversación como lo son los mecanismos para regularizar y comprender el funcionamiento de estas prácticas en nuestro contexto colombiano como territorio megadiverso es trascendente, no podemos menospreciar la importancia de estos proyectos de ley y mucho menos cuando carecen de fundamento, se presenta un gran desconocimiento respecto a mucho de lo que involucran dichos proyectos, sin contar el cómo tan si quiera se dieron a la tarea de reunir una cantidad considerable de posible información y escenarios presentes, si no que al contrario, otorgan una evidente visión limitada de lo que se conoce al respecto. Por otro lado, la cuestión con la formación estudiantil y estos proyectos de ley que, en sí, están quitándoles elementos básicos a la misma, cuestión que me parece completamente dañina para la investigación en este país, de la cual es necesario un dialogo abierto y no solo por en parte la educación, si no en general por la cantidad de incoherencias y vacíos que contienen estos mencionados proyectos. Para finalizar, cabe destacar que absolutamente nadie está hablando del tema y los medios continúan invisibilizando esta problemática.

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Daniel C Caicedo Wilches septiembre 10, 2023 - 10:47 am

Es importante el incluir profesionales que estén con afinidad del manejo y el bienestar de los animales para la toma de decisiones tan importantes como sacar leyes en pro o en contra de la experimentación e investigación sobre estos

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Maria Jose Gongora septiembre 10, 2023 - 12:21 pm

Es preocupante que nunca se tome en cuenta las opiniones de expertos e instituciones que llevan años investigando sobre el tema y además que no se reconozca la evidencia científica que se tiene sobre la importancia de la investigación de la biodiversidad para la conservación, en estancias tan importantes como lo es el de la reglamentación y fundamentación en Colombia esto solo demuestra que los políticos que están actualmente haciendo este tipo de gestiones no están preparados para sus funciones y deberían dejar a instituciones y/o científicos con preparación y conocimiento en el tema hacer las reglamentaciones necesarias.

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Angie Soto septiembre 10, 2023 - 7:34 pm

Es positivo que se genere un debate sobre estas cuestiones y que las decisiones y propuestas cuestionadas puedan tener un impacto negativo en la conservación de la naturaleza y la comprensión de las formas de vivir de manera diferente en el territorio. Además, es necesario reconocer y valorar el trabajo de los institutos y organizaciones de investigación dedicados al medio ambiente, así como promover el diálogo abierto y participativo para tomar decisiones informadas y equilibradas. Lo preocupante, sin embargo, es la falta de reconocimiento y valoración de estos actores clave en la conservación y uso sostenible de la biodiversidad en Colombia. Además, los proyectos de ley propuestos podrían limitar la formación y el trabajo de los profesionales en este campo, lo que podría tener consecuencias negativas para la conservación de la naturaleza y la gestión adecuada de los animales salvajes y domésticos.

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María cuenca septiembre 13, 2023 - 1:23 pm

Principalmente es importante conocer que muchos animales sufren más a causas de las costumbres, problemas de la sociedad, segundo hay carreras de estudio dónde se sabe que se debe trabajar con animales, pero principalmente estudian la ética de la carrera y de los animales a utilizar, no sé puede ser cruel con ellos, ya que son seres que sienten y sabiendo la ética se pide un permiso y se explica la utilización de esos ciertos grupos de animales, para no hacer que sufran y con una cantidad considerable de especies que no están en vía de extinción

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