“La guerra la hacemos los machos, la paz la construyen las mujeres”. La paz es como las mujeres porque antes de matar, se oye, se conversa, se convive.
Omar Rincón*
La película
En La mujer de los siete nombres, el documental que está en salas de cine esta semana, se asiste a los modos (in)humanos como hemos vivido y sobre los cuales hay que crear las esperanzas del nuevo relato de país.
Este documental cuenta una vida, siete modos de habitarla y un relato de Colombia.
Una mujer que ha sufrido las violencias con las que hemos construido Colombia, se la rebusca en cada una de las vidas de sus siete nombres para imaginar un nuevo relato, tanto de su vida como del país. “La mujer de los siete nombres” cuenta la historia de un país en guerra a través del destino de Yineth, una niña campesina que a sus 12 años fue reclutada por la guerrilla en Colombia.
Yineth es la protagonista del impactante documental dirigido por Daniela Castro Valencia y Nicolás Ordoñez. Además es un proyecto transmedia que cuenta con el apoyo de la ONU para su distribución y que se inició con la película de ficción Alias María de José Luis Rugeles, dice El Tiempo.
El relato se construye quince años después de que Yineth fuera reclutada, cuando la protagonista atraviesa el Acuerdo de paz en el 2016, proceso que terminará con el conflicto que tuvo que vivir. Yineth ya no está armada, no hace parte del conflicto y ahora trabaja en programas para desmovilizados de la guerra.
En esta mujer se resume la historia de las últimas décadas de Colombia: “soy la mujer de los siete nombres reinventada por necesidad”, afirma Yineth.
Puede leer: La guerra inscrita en el cuerpo de las mujeres.
Relato de mujer
“Un retrato íntimo en el que caben todas las formas de violencia y de transformación para no perder la esperanza”, se dice en el portal 070.
La mayor revolución del siglo XX y que transformó el mundo sin derramar una gota de sangre fue la de las mujeres. Ellas nos descubrieron un mundo diverso, plural y de múltiples voces e historias. Ellas lucharon por existir en la vida pública en el siglo XX y, ahora, en el siglo XXI son la acción transformadora de la política.
Mientras tanto, los “machos” nos hemos transformado muy poco. Tan poco que cuando no sabemos qué hacer ante la presencia autónoma femenina la agredimos, la acosamos o la matamos. Tan poco nos hemos transformado que solo sabemos “guerriar” e insultar. Muy machos ponemos el cuerpo para ir a luchar y morir “en nombre de nuestras mujeres”, y en demostrar nuestra masculinidad nos gastamos patéticamente la vida. La guerra tiene un solo nombre macho: la venganza; la paz tiene siete nombres de mujer: alegría, fiesta, esperanza, futuro, convivencia, resistencia, imaginación.
Por eso de la paz, de hacer las paces, sabemos muy poco. Y de eso sí saben las mujeres.
Este documental, “La mujer de los siete nombres”, nos muestra (1) de qué manera las mujeres se hacen y (re)hacen de muchas y diversas maneras, (2) la forma como construyen su vida mirándose en los otros, (3) de qué forma su pasado no las ata al odio, sino que les da la fuerza para la esperanza. Ante estas mujeres, como espectadores no podemos quedarnos inmóviles.
Esta mujer transmite en el espectador un “dolor de patria” porque revive en nosotros los diversos modos de agredir, maltratar, dañar, lastimar, ultrajar, ofender, humillar que hemos practicado tanto en Colombia. Es raro tener tantos adjetivos para calificar la violencia, pero más extraño aún es que la practiquemos tanto en Colombia.
Ver a Yineth duele porque da justo en el estómago y saca lágrimas. Como espectador, uno no para de admirar que esta mujer sea capaz de vivir con tanta alegría y que haya sido capaz de llegar hasta la paz, que tenga un happy end.
Relato de Colombia
![]() Nuevo documental. Foto: Alcaldía Mayor de Bogotá |
Hace años le oí decir al director de cine Felipe Aljure que “hay que vernos en imágenes y relatos audiovisuales para saber por qué debemos dejar de matarnos”. Esta es una fuerte razón para ver este documental: verla para vernos y comprendernos en nuestro destino nacional.
Otra buena razón para ver este documental es que asistimos al drama del (re)conocimiento de una mujer que en siete tiempos decidió ser otra en cada uno. ¡Qué capacidad de (re)invención tienen las mujeres! «Cualquier destino, por largo y complicado que sea, consta en realidad de un sólo momento: el momento en que el hombre sabe para siempre quién es», se dice que dijo Jorge Luis Borges.
Un nuevo país nace con el Acuerdo de Paz en Colombia. Ese nuevo país exige contarnos en testimonios y dejar la narrativa del violento para ganar la coexistencia diversa de la paz. Y este nuevo relato de nación se construye con seres humanos como el de este documental: “La mujer de los siete nombres”.
Ver esta película es mirarnos en un espejo en el que no quisiéramos vernos: nos muestra en simultáneo, en una sola vida, por un lado lo (in)humano que es la historia que nos ha tocado por destino y por el otro lado, lo maravilloso que es el ser humano para (re)inventar su dignidad y su esperanza.
La Colombia (in)humana es esa que golpea a las mujeres, que viola niñas, que por venganzas y odios nos lleva a matarnos, que descalifica al diferente como peligroso o ignorante, que es racista, clasista, machista y homofóbica; esa Colombia que sigue viva en todos nosotros, aunque nos creamos “de buena voluntad”.
La protagonista de esta historia nos documenta la inhumanidad tanto de la guerra y de los machos, como de la discriminación de los “buenos”. A su vez, Yineth nos muestra que no podemos quedarnos en ese odio, en esa barbarie, en esa manera de habitar la vida.
Además, nos da esperanza con otras posibilidades; esas que sabe que hay que vivir a la colombiana en la alegría, la sonrisa, la esperanza. Por último nos enseña que nadie nos regala nada, sino que cada quien construye su destino de acuerdo con sus expectativas y a partir de las condiciones que debe vivir.
Rescato de este documental que no hay repartición de culpas ni que vive mirando el mal en cuerpo ajeno. Por el contrario, nos muestra una mujer que se hace responsable de su vida y la construye con dignidad.
Final feliz
![]() Conflicto armado en Colombia. Foto: Presidencia de la República |
En este momento de la historia de nuestro país, en el que pensamos que “no ha pasado nada” y que seguimos en guerra, es muy útil ver este documental: podemos ver cómo nos hemos transformado desde que firmamos el Acuerdo de paz, y sobre todo para asumir que construir la nueva Colombia es un asunto también individual.
Obvio que ojalá los políticos ayudaran y dejaran de pensar con su barriga y odio; ojalá que los gobernantes lo hicieran para hacer más Estado y satisfacer mas derechos en TODA Colombia; ojalá los periodistas y medios bogotanos dejaran de visibilizar al guerrero y violento y comenzaran a narrar al ciudadano que está en su territorio día a día haciendo la paz práctica; ojalá hiciéramos las paces para construir una verdad entre todos; ojalá…
Por ahora, ver este documental nos sirve como espejo para vernos en esta mujer verraca de su historia, esta mujer que es capaz de hacer un destino propio, el de la esperanza.
Ver “La mujer de los siete nombres” es necesario para saber cómo somos y cómo podemos ser en Colombia. Y recuerde que la guerra tiene un solo nombre macho: la venganza; mientras que la paz tiene siete nombres de mujer: alegría, fiesta, esperanza, futuro, convivencia, resistencia, imaginación. Y que el happy end de Colombia y de Yineth es la paz.
*Profesor de la Universidad de los Andes orincon61@hotmail.com