
A qué se debe el aumento de la producción de cocaína en Colombia y por qué las políticas prohibicionistas han seguido fracasando.
Angélica Durán-Martínez*
Los datos
A principios de junio, la Oficina de Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (UNODC por sus siglas en inglés) publicó los resultados iniciales del monitoreo de cultivos en Colombia durante el año pasado.
Las cifras muestran una reducción por tercer año consecutivo en los cultivos de coca y, al mismo tiempo, un aumento sustancial en la producción de clorhidrato de cocaína pura. ¿Qué significan estos datos? ¿Qué nos dicen sobre las tendencias en los mercados ilegales y sobre las políticas de drogas?
La metodología
Para buscar las respuestas es necesario entender cómo se hacen los cálculos sobre producción de cocaína. Antes que nada, es importante señalar que la metodología que utiliza actualmente la UNDOC fue usada por primera vez en 2005. Por eso, es difícil comparar los datos actuales con los emitidos antes de esa fecha.
Las principales fuentes que utiliza la UNODC son:
- Estimaciones satelitales de extensión y densidad de cultivos;
- Encuestas y observaciones de campo que ayudan a determinar quién y cómo se hace la transformación de la hoja de coca en pasta base y luego en cocaína, cuánto cuesta la producción, qué métodos e insumos se usan, y los distintos tipos de planta cultivada.
Los estudios detallados de terreno se hacen una vez al año en una o dos de las ocho zonas donde se analizan los cultivos, porque son costosos y difíciles de realizar. Como tenemos información actualizada apenas cada cuatro años, el aumento de producción reportado no necesariamente refleja un cambio ocurrido durante el último año. También es posible que los estimativos cambien como sucedió en 2017, cuando la cifra de producción potencial se reajustó de 1.379 a 1.058 toneladas métricas.
Las cifras muestran una reducción por tercer año consecutivo en los cultivos de coca y, al mismo tiempo, un aumento sustancial en la producción de clorhidrato de cocaína pura.
También debe notarse que las estimaciones de potencial de producción se basan en cálculos de productividad sobre toda el área cultivada, pero no tienen en cuenta incautaciones ni productores que no comercializan todo lo que producen. Por consiguiente, estos estimativos revelan información importante sobre las tendencias del mercado, pero no siempre dan cuenta del tamaño real del mercado ilegal.
Principales tendencias
Como se observa en la gráfica 1, la tendencia de la producción potencial de cocaína es similar, pero no idéntica a la del cultivo de coca. Así pues, no es sorpresivo que el cultivo disminuya mientras que la producción aumenta, porque los mercados de la cocaína han mostrado una gran capacidad de adaptación.
Gráfica 1. Producción potencial de cocaína y cultivos de coca

Desde el 2013 ha habido un aumento constante del potencial de producción de cocaína concentrado en el Pacífico y en el Catatumbo. Pero debido a la forma como la UNODC ha estratificado las regiones para el análisis, es posible que el aumento reciente esté relacionado con otro aumento grande de productividad en el Catatumbo. Sin embargo hay que esperar los demás datos para confirmar esta hipótesis.
Los datos disponibles permiten afirmar que:
- La productividad por hectárea cultivada ha aumentado. Uno de los efectos de la reducción de cultivos después del Plan Colombia fue la concentración geográfica de los mismos. Esto trajo consigo el aumento de la densidad de los cultivos y de la concentración del alcaloide, lo cual permitió que aumentara la productividad.
- Las políticas antinarcóticos han tenido efectos sumamente negativos. El gobierno y la UNODC argumentan que el aumento de cultivos y de productividad son el resultado de suspender de las fumigaciones y del cambio de políticas que tuvo lugar tras la firma del Acuerdo con las FARC.
Sin embargo, como he señalado anteriormente, estas tendencias son una prueba más de que las fumigaciones y la erradicación forzada no previenen la resiembra. Por ejemplo, la reducción de cultivos en el marco del Plan Colombia entre 2003 y 2007 ocurrió a la par de un aumento en la producción de cocaína. En síntesis, eliminar los cultivos no sirve para reducir el tamaño del mercado ilegal.
No es sorpresivo que el cultivo disminuya mientras que la producción aumenta, porque los mercados de la cocaína han mostrado una gran capacidad de adaptación.
Durante los últimos años, los grupos armados y narcotraficantes se han apoderado de una mayor parte del proceso de transformación de hoja a clorhidrato de cocaína y han sofisticado la producción para adaptarse a las políticas de control.
Es importante señalar que, por lo general, los campesinos cultivadores no participan en el proceso de sintetizar la cocaína. Según la UNODC, menos del 50% de los cultivadores transforman la hoja en pasta base de coca, y solo el 1% participa en el proceso de transformación de cocaína. Esta tendencia es más marcada en las regiones donde distintos actores armados se disputan el control territorial. El aumento de la productividad en el Pacífico y el Catatumbo son un reflejo de la competencia entre los grupos ilegales que se disputan la zona.
- El aumento de la demanda ha sido mayor en los mercados europeos. Si bien los datos no deben ser interpretados automáticamente como cambios en los mercados, sí podemos afirmar que el aumento observado se relaciona con la creciente demanda de cocaína en Europa (y en menor medida el crecimiento de los mercados de Australia, África y Asia).
Según el último Reporte Europeo de Drogas publicado por el Centro de Monitoreo para Drogas y Adicción en Europa (EMCDDA, por sus siglas en inglés), la disponibilidad y el consumo de cocaína pura, que ya venían en aumento, han seguido aumentando en Europa:
- Entre el 2018 y 2020 la cantidad de cocaína incautada aumentó de manera pronunciada. En 2019 se registró un record de incautación de cocaína de 213 toneladas.
- De los 15 países que ha realizado encuestas de consumo desde 2018, 8 reportaron un aumento en el uso de cocaína respecto de su encuesta anterior y 7 reportaron niveles estables.
Además, otras drogas sintéticas muestran una tendencia similar a la de la cocaína en Europa, lo cual sugiere que se trata de un fenómeno generalizado. Podemos afirmar entonces que el aumento en la producción de cocaína responde en parte a un aumento de la demanda.
Dado que los precios y por tanto las ganancias del mercado de la cocaína son mucho más altas en Europa que en Estados Unidos, las organizaciones colombianas tratan de expandir su mercado en el viejo continente como ha explicado Insight Crime. El precio promedio de venta al por mayor de un kilo de cocaína en Europa es 41.731 dólares y en Estados Unidos es apenas 28.000
Si bien el mercado de Estados Unidos sigue siendo grande y lucrativo, las estadísticas de la agencia de control de Drogas y Fronteras (CBP) muestran que las incautaciones de 2020 disminuyeron con respecto a las de 2019. Todo indica que esto se debió a las limitaciones de movilidad impuestas a causa de la pandemia, pues las incautaciones de este año ya superaron las de 2020. En todo caso, los datos sugieren que los mercados de la cocaína están expandiéndose más allá de Estados Unidos, aunque este siga siendo el mercado más grande e importante.

Otras explicaciones
También es posible que el aumento de la producción esté relacionada con los esfuerzos de las organizaciones colombianas por mantener el dominio del mercado y hacerse más eficientes frente a la multiplicidad de actores involucrados en la producción y tráfico de cocaína dentro y fuera de Colombia.
Según la UNODC, en los últimos años el número de países que reportan laboratorios de procesamiento de cocaína ha aumentado, y existe evidencia de que durante la pandemia el transporte de cocaína se descentralizó, como sugiere la reactivación de rutas terrestres en Centro América -donde también han descubierto más laboratorios e incluso cultivos pequeños-. Por su parte, Europa ha reportado que nuevas organizaciones de distintas nacionalidades se han involucrado en el tráfico hacia la región.
Si bien los datos presentados son sumamente preocupantes, es importante resistir la tentación de caer en análisis cortoplacistas o simplistas, pues las estadísticas reflejan relaciones complejas de oferta y demanda e interacciones entre factores internos y externos. En últimas, nos recuerdan que los mercados de drogas han logrado reinventarse y adaptarse desde que Nixon declaró la inútil guerra contra las drogas hace 50 años.