La frontera agrícola nacional está enferma | Razón Pública 2023
Inicio TemasEconomía y Sociedad La frontera agrícola nacional está enferma

La frontera agrícola nacional está enferma

Escrito por Óscar A. Alfonso R

No se puede garantizar el derecho a alimentación —como pretende el Plan Nacional de Desarrollo— cuando en 230 municipios hay menos área cosechada que área en condiciones de erosión severa o muy severa.

Óscar Alfonso Roa*

Hace mucho que sabíamos

Según el artículo 65 de la Constitución, la producción de alimentos goza de la especial protección del Estado, quien además debe aumentar el rendimiento de la tierra mediante la investigación y la transferencia de tecnología al campo.

Dentro del Objetivo de Desarrollo Sostenible número 15, la meta de neutralidad de la degradación de la tierra se entiende, como “Un estado donde la cantidad y calidad de los recursos de la tierra, necesarios para apoyar las funciones y servicios de los ecosistemas y mejorar la seguridad alimentaria, se mantiene estable o aumenta dentro de las escalas y ecosistemas temporales y espaciales especificados” (Convención de Naciones Unidas para el Combate a la Desertificación).

El informe de la Misión para la Transformación del Campo, conocido en el 2014, denuncia la ausencia de políticas para contener el grave problema de la erosión de la capa vegetal y precisa que “Colombia debe controlar la rápida erosión del suelo y la desertificación que se está generando en muchas zonas como consecuencia del mal manejo del agua y el inadecuado uso del suelo, que generan sedimentación de los ríos y posteriores inundaciones”.

Tal informe pasó por alto que en el 2005 se había formulado el Plan de Acción Nacional de Lucha Contra la Desertificación y la Sequía en Colombia, a cargo del entonces Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, desde donde se reportaron avances como el de la Política de Gestión Sostenible del Suelo y, con el soporte científico del IDEAM, se presentaron varias líneas de base, sistemas de monitoreo y seguimiento, así como algunos protocolos para la restauración.

Los alimentos de origen agrícola se obtienen de cultivos permanentes y transitorios cuya área cosechada, en conjunto, ocupa apenas el 12,4%. Otro 1,2% del área sembrada no se cosecha por razones como las plagas, el uso inadecuado de pesticidas, la intermediación depredadora de ciertos agentes y la exposición a las anomalías del clima.

En el Plan Nacional de Restauración adoptado por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible en el 2015, se distingue la restauración de los ecosistemas degradados a su condición inicial de la rehabilitación y de la recuperación en aras de la provisión de servicios ecosistémicos, se distinguen las etapas de la restauración y se traza un plan de acción.

Por otro lado, en el Acuerdo Final del 2016 se incluyó un punto crucial denominado “Hacia un Nuevo Campo Colombiano: Reforma Rural Integral”. Siguiendo la retórica del informe Brundtland de 1987, “reconoce derechos fundamentales esenciales para las nuevas y futuras generaciones como son el derecho a una tierra conservada” y, dentro de sus catorce principios, el del Derecho Humano a la Alimentación, sin invocar aspecto alguno de la trayectoria institucional descrita.

En el 2018 el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural expidió la Resolución 261, en cuyas consideraciones se encuentra una amplia recopilación de normas en las que se ampara la definición de la Frontera Agrícola Nacional como “el límite del suelo rural que separa las áreas donde se desarrollan las actividades agropecuarias, las áreas condicionadas y las áreas protegidas, las de especial importancia ecológica, y las demás áreas en las que las actividades agropecuarias están excluidas por mandato de la ley”.

Foto: Agronet - La tierra saludable es inmune a las plagas que la acechan, sin embargo, del total de los municipios del país el 2, 5 % tienen una tierra muy enferma.

Situación lamentable

De los 114 millones de hectáreas de territorio continental que posee Colombia, 47,9 millones son bosques naturales y áreas no agropecuarias, 26,4 millones están catalogadas como exclusiones legales y los restantes 39,6 millones integran la frontera agrícola nacional.

Además, el 78,3 % de la frontera agrícola nacional se ubica en el piso térmico cálido, el 14,6 % en el templado, el 6,8 % en el frío y apenas el 0,3 % en el de páramo (Ver Gráfica 1).

Por tanto, la textura, la estructura y la composición química de la tierra son muy heterogéneas y, además, su exposición a las anomalías del clima y a los vaivenes de la irrigación natural ocasionan diferencias sustanciales que afectan su fertilidad y rendimiento.

Los alimentos de origen agrícola se obtienen de cultivos permanentes y transitorios cuya área cosechada, en conjunto, ocupa apenas el 12,4%. Otro 1,2% del área sembrada no se cosecha por razones como las plagas, el uso inadecuado de pesticidas, la intermediación depredadora de ciertos agentes y la exposición a las anomalías del clima.

Por otro lado, hay un 6,4% de la frontera agrícola que está erosionada en grado severo o muy severo. El restante 80% es tierra vacante o destinada a la explotación pecuaria.

Gráfica 1. Distribución y cobertura (hectáreas) de la frontera agrícola por pisos térmicos en Colombia (2020)
Fuente: Elaboración propia sobre la base de los registros de la UPRA/Minagricultura e IDEAM

Así como los seres humanos y otras especies vivas del planeta gozan de sistemas inmunológicos que los tornan resistentes a bacterias y a otras enfermedades (como se hizo evidente durante la pandemia), la tierra saludable es inmune a la gran variedad de plagas que la acechan.

Pero de los 1122 municipios del país, tenemos 230 —el 20,5%— donde el área de la frontera agrícola con erosión severa y muy severa supera el área cosechada con cultivos permanentes y transitorios.

En el articulado del Plan Nacional de Desarrollo Colombia potencia mundial de la vida, la erosión de la Frontera Agrícola Nacional no merece ninguna atención, pues apenas hay una referencia marginal en el artículo 193 a la erosión costera.

Son municipios con la tierra muy enferma, que hace frágiles y nada soberanos a sus sistemas agroalimentarios y que, como se observa en la Gráfica 2, son caribeños, ya sean costeros o ya de la sabana interior. Otro tanto ocurre en el noroccidente de Antioquia en dirección de Córdoba, en el Macizo colombiano, en la cordillera oriental, en buena parte del Piedemonte llanero y en el Putumayo.

En otros 438 municipios, el 39,0 %, la frontera agrícola está enferma, pues el área con erosión severa y muy severa se aproxima de manera paulatina pero persistente al área cosechada con agroalimentos.

En los restantes 454 municipios, el 40,4 %, la frontera agrícola se encuentra relativamente sana, pues no experimenta erosión severa o muy severa, pero ello no la exime de tener ya erosión en grado ligero y moderado.

Gráfica 2. Estado de la frontera agrícola de Colombia (2020)
Fuente: Elaboración propia sobre la base de los registros de la UPRA y Agronet de Minagricultura

La erosión en el PND

En el articulado del Plan Nacional de Desarrollo Colombia potencia mundial de la vida, la erosión de la Frontera Agrícola Nacional no merece ninguna atención, pues apenas hay una referencia marginal en el artículo 193 a la erosión costera.

Proponemos que en el marco del Acuerdo Nacional contra el Hambre se adopten compromisos y metas en materia de restauración, recuperación y prevención de la erosión de la frontera agrícola nacional, dando prioridad a los saberes locales en materia de producción de abonos orgánicos más eficaces y menos costosos que los importados.

*Este artículo hace parte de la alianza entre Razón Pública y la Facultad de Economía de la Universidad Externado de Colombia. Las opiniones son responsabilidad de los autores.

Artículos Relacionados

Dejar un comentario

*Al usar este formulario de comentarios, usted acepta el almacenamiento y manejo de sus datos por este sitio web, según nuestro Aviso de privacidad

Este sitio web utiliza cookies para mejorar tu experiencia. Leer políticas Aceptar

Política de privacidad y cookies