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La exigencia de las víctimas en Dabeiba

Escrito por Norela Mesa y Alfonso Insuasty
desaparición en Colombia

Desenterrar el horror para sanar y exigir la No Repetición: primeros resultados de los acuerdos de paz con las FARC.

Norela Mesa Duque* – Alfonso Insuasty Rodríguez**

Los falsos positivos

Se ha hecho público el proceso de exhumación adelantado por la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) en el cementerio Las Mercedes de Dabeiba, dentro del llamado caso 3: “muertes ilegítimamente presentadas como bajas en combate”. Hasta el momento se ha reportado la inspección y exhumación de 54 cuerpos.

Medicina Legal ya ha tomado 45 muestras de ADN y ha efectuado sesenta entrevistas para los respectivos cotejos con los cuerpos.

Este proceso es un resultado concreto y contundente de la firma del acuerdo de Paz entre las FARC y el Gobierno Nacional.

¿Qué significan estos datos?

Son muchos los efectos positivos de esta noticia:

  • Las familias logran cerrar un ciclo de dolor y espera, dando por fin sepultura a los restos de sus seres queridos.
  • Las comunidades afectadas con la desaparición de sus líderes y compañeros logran conocer las razones y los responsables de esa violenta ruptura de su tejido social.
  • Para la sociedad en su conjunto, este es el resultado de una búsqueda de la verdad que comenzó con la firma de los acuerdos de Paz. Dicha búsqueda ha sido criticada por algunos sectores de poder que no han dudado en poner trabas al desarrollo de estos acuerdos.

Sin duda alguna, Dabeiba constituye un recorte de la realidad que ha padecido Colombia durante décadas. De este cementerio se exhuman los cuerpos víctimas del afán del Ejército por mostrar resultados y de su ambición por favorecerse en contravía de sus funciones constitucionales. Pero también se exhuma una verdad dolorosa que como sociedad nos exige reflexión y compromiso con la No Repetición.

Y no es para menos. La JEP indicó que entre los hallazgos se encuentran los cuerpos de una familia que apareció con prendas militares, conformada por dos niños, varias mujeres, cuerpos con botas de caucho y cuerpos que presentan heridas con armas de fuego en sus cráneos.

El primer cuerpo en ser identificado fue el de un joven de 23 años, Edison Lezcano Hurtado, padre de tres hijos, campesino, buscado por sus familiares durante más de 18 años y quien fuera ultimado por miembros del ejército cuando desempeñaba sus labores como agricultor.

Cuerpos de desaparecidos por ejecuciones extrajudiciales

Foto: Facebook JEP
Cuerpos de desaparecidos por ejecuciones extrajudiciales estarían en el cementerio de Dabeiba en el que están trabajando la Unidad de Búsqueda de Desaparecidos y la JEP.

Puede leer: Justicia militar, derecho de guerra y falsos positivos

La investigación de la JEP

En diciembre de 2019, Semana publicó un informe que daba cuenta de la existencia de estas fosas comunes en Dabeiba, tomando como testimonio las declaraciones de uno de los soldados que se sometió a la JEP:

“El soldado Buitrago recordó que una vez el sargento Pedraza les dio una orden que se salía de toda proporción. Habían acabado de matar a un joven al que pretendían hacer pasar como guerrillero. Les pidió que le volvieran a disparar al cadáver, esta vez en la cabeza y con una ametralladora M60 que lanza balas del tamaño de un dedo. Así ningún familiar lo podría reconocer. La idea era borrar toda huella de la identidad de la víctima, eliminar cualquier vestigio de su existencia de un solo tajo”.

Buitrago señaló, además, que la compañía del Ejército de la que hacía parte actuó como una verdadera organización criminal. En aquella época se denunciaron diversas violaciones a los derechos humanos cometidas por el Ejército, sobre todo en el Nudo del Paramillo, occidente de Antioquia. Sin embargo, las investigaciones no prosperaron y solamente ahora las víctimas obtienen sosiego y cierran sus duelos.

El Tiempo por su parte resaltó que la información de un testigo en Dabeiba fue clave para encontrar el lugar donde fueron enterrados varios cuerpos:

“…Nos mandaron a enterrar a esa gente, abrimos un hueco muy grande, de 4 de ancho por 4 cuatro de largo y un metro de profundidad; y estábamos alistándonos para llevarlos allá, cuando llegó un comandante del Ejército con 15 soldados y nos dijeron que los vistiéramos (…) A la mujer le pusieron un uniforme de policía, al hombre de la herida en el rostro, un camuflado, pero a los otros dos los dejaron en ropa interior. Los soldados les tomaron fotos a los cadáveres. Después, la tierra los cubrió a todos, juntos en el mismo hoyo”.

“La verdad habla” afirma el Magistrado de la JEP Alejandro Ramelli, refiriéndose a éstos hallazgos tan importantes para la construcción de Paz en Colombia, “es un mensaje de verdad y esperanza de un caso que había quedado en la impunidad en la justicia ordinaria y que gracias al funcionamiento de la Jurisdicción y la articulación con Medicina Legal se está descubriendo una verdad oculta en este cementerio”.

Ante el intento de desinformación a través de las redes sociales por parte de sectores opuestos al proceso de La Habana, Ramelli agrega que: “pueden inventar cualquier campaña, cualquier estrategia, pero no pueden ocultar el sol con una mano”.

54 cuerpos en un cementerio de Dabeiba.

Foto: Facebook JEP
La declaración de un militar permitió descubrir 54 cuerpos en un cementerio de Dabeiba.

Lea en Razón Pública: La encrucijada de la JEP ante el caso de Mario Montoya

La cara detrás de los falsos positivos

Mientras sale a flote la verdad, podemos afirmar que este hecho da cuenta de un macabro modus operandi para asesinar.

Al hablar de “falsos positivos”, hacemos referencia a un gran número de víctimas que hoy siguen desaparecidas y a una posible estrategia gestada desde sectores importantes del poder político, económico y de altos rangos militares para silenciar la verdad.

En su libro, el coronel Omar Eduardo Rojas Bolaños detalla la complejidad de la planeación de los falsos positivos. Todo parece indicar que, para llevar a cabo estos asesinatos se necesita la colaboración entre soldados, policías, funcionarios de medicina legal, el cuerpo técnico de investigaciones e inclusive operadores de la justicia. Poco a poco esto va saliendo a la luz pública.

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¿Qué sigue?

La JEP informó de cinco prospecciones en zona rural de Dabeiba para fijar puntos donde habría restos de personas desaparecidas por las FARC. Además, llevó a cabo el estudio de medidas cautelares para dieciocho lugares del país donde estarían los restos de personas desaparecidas. Actualmente se estudia la posibilidad de llamar a otros catorce militares para esclarecer hasta qué nivel de mando llegaron estas ejecuciones extrajudiciales.

Va dando resultado el acuerdo de paz, sin duda, pero esto nos exige vernos como sociedad y reconocer nuestro papel en esta historia. Debemos tomar conciencia de los actos de barbarie que salen a flote tras desenterrar lo que se quiso ocultar. Al derecho a la verdad le sigue la exigencia de No Repetición y ese es el reto de hoy, cuando parece estar regresando el péndulo de esa desgarradora y cruel violencia.

*Socióloga de la Universidad de Antioquia, investigadora del grupo autónomo de investigación Kavilando e integrante de la Red Interuniversitaria por la Paz (Redipaz-Colombia). Contacto: yeny.mesa@udea.edu.co

**Licenciado en Filosofía, especialista en Ciencias Políticas, magister, candidato a doctor en Conocimiento y Cultura en América Latina Ipecal (Instituto Pensamiento y Cultura en América Latina, A.C.). Contacto: alfonso.insuasty@usbmed.edu.co

 

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