
Aunque comparten muchas ideas básicas, hay algunas propuestas novedosas que marcan diferencias reales entre los candidatos. E infortunadamente los dos más opcionados son los de ideas más vagas o menos realizables.
Francisco Cajiao*
Los puntos de consenso
En las propuestas de los candidatos presidenciales en materia de educación abundan los lugares comunes. Esto es apenas natural porque – independientemente de las ideologías- es evidente que la educación constituye el eje central del desarrollo de cualquier país. De este reconocimiento se desprenden los programas de todos los candidatos.
Los principales puntos de coincidencia entre los candidatos se refieren a:
- El aumento de atención a la primera infancia y de cobertura en los tres grados de preescolar que establece la ley;
- La reducción de las tasas de deserción en la educación básica
- La expansión de la jornada única;
- La mejor calidad en todo el sistema para que los bachilleres puedan acceder a la educación superior;
- La mejoría del sistema de educación superior, con aumento de la cobertura y de la oferta pública, garantía de calidad y más fácil financiación de los estudiantes;
- El impulso a la formación técnica y tecnológica, con inclusión del Sena y de las Instituciones de Educación Superior (IES) que la ofrecen en un sistema de educación terciaria;
- La mejor formación de los maestros y unas mejores condiciones laborales y salariales;
- El refuerzo de la gestión regional y local, y
- El aumento de los recursos dedicados al sector.
Si Fajardo, Vargas Lleras o De la Calle llegan al poder, el país tendrá la ilusión de progresar en términos humanos, sociales y económicos, propuestas en materia de educación son aterrizadas.
Con respecto a los puntos anteriores, las diferencias entre los candidatos consisten en algunos énfasis, en la calidad de los diagnósticos de los que parten, en la presentación de cifras que den una idea sobre el alcance y viabilidad de las propuestas, y en los caminos prácticos para conseguir sus objetivos.
También hay una diferencia muy interesante en el lenguaje y el formato que ofrecen para comunicar sus intenciones.
Y desde luego hay algunos asuntos de los que no habla ninguno y que hacen parte de la perpetua crisis del sistema.
Encuentre en RP: La educación bajo Santos: una prioridad a medias.
Enfoques y propuestas
![]() Elecciones presidenciales. Foto: Embajada de Colombia en Polonia |
Según el programa de Humberto De la Calle, la educación debería ser la herramienta central para combatir la inequidad, pero la forma como funciona en Colombia reproduce las brechas sociales.
De la Calle no ofrece dádivas a los maestros sino que los invita a participar activamente en la construcción de la política educativa y en los modelos de evaluación que aseguren la calidad de la educación pública.
Por su parte Germán Vargas presenta un plan completo, bien estructurado y basado en un diagnóstico que apunta a los asuntos más sensibles. Podría decirse que es un continuista en el buen sentido, porque retoma muchos de los esfuerzos que se han venido haciendo en las dos últimas décadas.
Sergio Fajardo coincide en la importancia de la educación como mecanismo de movilidad social, pero su programa apunta más hacia la participación de toda la ciudadanía en la transformación social mediante pactos que involucren a las familias, las empresas y las comunidades.
Como buen educador reconoce la importancia de la estética en las construcciones escolares, el valor del deporte, el arte, la ciencia, la tecnología y los idiomas en la educación básica, así como el respeto y admiración que merecen los maestros. En este contexto ofrece mejoras salariales para todos los actores del sistema.
Tanto De la Calle como Fajardo proponen reformas importantes al modelo de aseguramiento de la calidad en la educación superior, teniendo en cuenta las posibilidades de las regiones y la vocación propia de cada universidad (docencia o investigación), así como su naturaleza prioritaria (técnica o tecnológica).
Coinciden también en la necesidad de transformar el sistema de financiación de Icetex, adecuándolo a las posibilidades reales de los jóvenes. Fajardo propone crear redes universitarias regionales para tener sistemas acreditados más que instituciones acreditadas. También aquí coincide la propuesta de Germán Vargas, quien además se compromete con la Superintendencia de Educación.
La propuesta de Petro pone el énfasis sobre la educación pública y gratuita para todos, bajo el lema “ser joven da derechos”. Sostiene que en Colombia la educación es un privilegio, pero debería ser un derecho para todos.
En su programa presenta propuestas generales, pero no mecanismos concretos para llevarlas a cabo. Señala, por ejemplo, que creará una red con el Sena, los colegios y nuevas universidades públicas, pero no dice cuántas ni dónde; así mismo, ofrece su versión de “Ser Pilo Paga” que consistirá en abrir un millón de cupos nuevos en las universidades públicas, pero no explica cómo lo llevará a cabo.
Por otra parte Petro le da mucha importancia a la iniciación temprana en la ciencia, punto en el cual coincide con Fajardo, y sostiene que Colciencias pasará de ser un Departamento Administrativo a depender del Ministerio de Educación.
Lo que se encuentra en la página web de Iván Duque es una especie de fichas de lotería que se pueden mirar en el orden que se desee a la manera de un juego interactivo. Más que un programa organizado, es una colección de consignas que carecen de un hilo lógico. Ninguna de ellas tiene más de seis renglones y no hay un punto de partida conceptual o diagnóstico que permita identificar con claridad para dónde va.
La educación, uno de los asuntos más importantes para el país, le cabe en sesenta palabras. De ellas se puede deducir que su objetivo principal es abastecer la demanda laboral de las empresas y que cada quien debe pagarse su educación a través de ahorro programado. También propone exonerar del pago de la deuda de Icetex solo a quienes tengan resultados óptimos al culminar sus estudios superiores.
Vivian Morales, por su parte, le concedía un mínimo de atención a la educación en su campaña. En su página web no había un espacio dirigido exclusivamente a este punto, simplemente se limitaba a mencionar lo que he denominado lugares comunes. Estos son enunciados en un capítulo sobre la garantía de derechos fundamentales que carece de argumentación y profundidad.
Lo novedoso y lo esperanzador
![]() Candidatos presidenciales. Foto: Razón Pública |
Pese a los muchos lugares comunes, en los programas hay algunas ideas novedosas que vale la pena destacar.
Vargas Lleras, De la Calle y Fajardo se preocupan por la centralización de la educación y por tanto subrayan la importancia de fortalecer el sistema en los municipios y regiones descuidadas por el Estado.
Fajardo aboga por una mayor presencia de las comunidades locales mediante pactos sociales por la educación. Petro sugiere valorar más las culturas locales y De la Calle propone la financiación diferenciada y compensatoria para las regiones e instituciones más atrasadas.
Otro asunto de suma importancia para resolver muchos de los problemas de la educación en Colombia es la dispersión de las funciones educativas entre instituciones incapaces de coordinar sus esfuerzos y actuar como un sistema coherente:
Petro propone muchas cosas, pero carece de estrategias y herramientas para llevarlas a cabo. su programa parece un listado de sueños utópicos.
– De la Calle recoge esta necesidad al proponer la creación del Ministerio de la Inteligencia, un ente que articule los procesos que hoy desarrollan el ICBF, el SENA y el Ministerio de Educación.
– Para Fajardo este asunto también es prioritario y por eso plantea la articulación de toda la sociedad en torno a la educación mediante un gran pacto nacional y pactos locales que vinculen no solamente las entidades educativas sino el sector productivo y comunitario.
-También Germán Vargas incluye este tópico como uno de sus ejes transversales.
Estos tres candidatos hacen referencia directa al Plan Decenal de Educación 2016-2026 (donde la integración del sistema educativo figura como uno de los diez desafíos principales de esta década). Los demás candidatos no lo mencionan en absoluto pese a que este documento es ordenado por la ley 115 de 1994 y su ejecución es responsabilidad del gobierno de turno.
Conclusiones
Si Fajardo, Vargas Lleras o De la Calle llegan al poder, el país tendrá la ilusión de progresar en términos humanos, sociales y económicos, pues pese a tener posturas ideológicas diferentes, sus propuestas en materia de educación son aterrizadas. Todas incluyen cifras acertadas, metas alcanzables y formas concretas de proceder institucionalmente que reconocen lo que el país viene construyendo desde hace décadas.
De Duque no se puede decir nada, pues su programa educativo es prácticamente inexistente. Cabe suponer que en caso de llegar a la presidencia recurrirá a la improvisación y evitará el debate público.
Por el contrario, si Petro o Duque ganan las elecciones, el país tendrá un futuro incierto en materia educativa. Petro propone muchas cosas, pero carece de estrategias y herramientas para llevarlas a cabo. La mayor parte de su programa parece un listado de sueños utópicos imposibles de realizar.
De Duque no se puede decir nada, pues su programa educativo es prácticamente inexistente. Cabe suponer que en caso de llegar a la presidencia recurrirá a la improvisación y evitará el debate público -como lo han hecho hasta ahora-, pues donde no hay ideas, no hay nada que discutir.
Es imposible en un espacio limitado destacar o invitar a la discusión de muchos asuntos puntuales que aparecen en los documentos, pero antes de concluir debo mencionar algo que me hubiese gustado encontrar en las propuestas de todos los candidatos: el compromiso de encomendar el Ministerio de Educación a una persona preparada en el tema, que conozca el sector, entienda los problemas particulares de su administración y haya aportado al campo.
Es muy importante tener una buena partitura, pero el director de la orquesta debe saber de música.
*Filósofo, magister en Economía, consultor en educación, ex Secretario de Educación de Bogotá y columnista de El Tiempo.