La educación en 2015: pasar de las promesas a los hechos - Razón Pública
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La educación en 2015: pasar de las promesas a los hechos

Escrito por Francisco Cajiao

Juan Manuel Santos

Francisco CajiaoEl presidente Santos prometió que Colombia sería la más educada de América Latina en 2025. ¿Qué se está haciendo y que falta por hacerse para alcanzar este logro? Una mirada a lo que hay y a lo que viene.

Francisco Cajiao*

Educación y elecciones

El año pasado estuvo marcado por las campañas presidenciales y por la intensa polarización alrededor del proceso de paz que ellas despertaron y agudizaron. En efecto: muchos observadores coincidieron en que la virulencia de esa contienda electoral no había tenido antecedentes recientes en Colombia. En medio de un ambiente tan caldeado, los programas de gobierno de los candidatos a la Presidencia pasaron a un segundo plano.

Sin embargo, el tema de la educación tuvo un papel relativamente destacado dentro del ramillete de las promesas presidenciales. En mitad de la contienda electoral, el presidente de la Asociación Nacional de Empresarios (ANDI), Bruce Mac Master, manifestó el descontento de este gremio ante la ausencia de propuestas para hacer frente a los problemas más importantes de los próximos años. Entre sus “cinco preguntas a los candidatos”,  decía Mac Master que “el reto en educación es inmenso; la inversión en ciencia, tecnología e innovación es mínima, y sigue pendiente la tarea de fortalecer las instituciones”.

Tal vez como respuesta a la inquietud del sector empresarial y a estudios -como el que divulgó la Fundación Compartir sobre la calidad de la educación en Colombia- las campañas decidieron ocuparse del tema educativo:

  • Óscar Iván Zuluaga quiso hacer de la educación una de sus banderas y lanzó propuestas como la jornada única en los colegios públicos, alimentación para 8,5 millones de niños, salarios más altos para los docentes, mejoras de calidad en la educación básica, becas para los  profesores, e inicio de la formación técnica desde el bachillerato.
  • Enrique Peñalosa llegó incluso a designar como su fórmula vicepresidencial a Isabel Segovia -directora de la Fundación Compartir durante el desarrollo del estudio mencionado-. Este candidato se concentró en la atención integral de los niños entre 0 y 5 años y en la profesionalización de los educadores en la primera infancia, prometiendo mejorar la calidad de los niveles preescolar, básico y medio. También ofreció lograr que la investigación se convirtiera en el eje de los procesos de formación profesional, y propuso integrar el SENA al sistema de educación superior, fortaleciendo la educación técnica y tecnológica.
  • Clara López propuso la gratuidad integral en las instituciones públicas de educación superior, así como pagar la deuda acumulada para lograr el equilibrio del sistema previsto por la Ley 30 de 1992. La candidata se comprometió además a duplicar el presupuesto universitario en el primer año de su presidencia.
  • Aunque la candidata conservadora Martha Lucía Ramírez se refirió al tema educativo, sus propuestas no fueron suficientemente originales y no pasaron de los lugares comunes de mejorar la calidad, fortalecer la educación técnica y formación de los docentes.
El Presidente Santos acompañado de la Ministra de Educación Gina Parody, visitan el IED Soledad Acosta de Samper en Cartagena.
El Presidente Santos acompañado de la Ministra de Educación Gina Parody, visitan
el IED Soledad Acosta de Samper en Cartagena.
Foto: Ministerio de Educación

Las promesa de Santos

Pero sin duda la propuesta más ambiciosa y polémica fue formulada por el candidato-presidente durante el Foro Estratégico por la Excelencia Educativa que se llevó a cabo a comienzos de febrero. Allí, en presencia de gobernadores y alcaldes, Juan Manuel Santos planteó la meta de convertir a Colombia en el país más educado de América Latina en el 2025.

A cinco meses de iniciarse su segundo mandato, muchos nos preguntamos qué está haciendo el gobierno de Santos para alcanzar ese objetivo, pues llegar al primer puesto en América Latina implicaría mejorías radicales en asuntos tan diversos como las pruebas internacionales de calidad educativa, la investigación científica y tecnológica, la mayor cobertura de la educación superior de buena calidad, la equidad entre ciudades y campo y entre las varias regiones del país, la expansión de cobertura para la primera infancia y el financiamiento del sistema.

Juan Manuel Santos planteó la meta de convertir a Colombia en el país más educado de América Latina en el 2025.

Hay que resaltar que entre los apoyos de última hora que recibió Santos para ganar en la segunda vuelta estuvo el de un amplio sector de los educadores públicos, quienes suscribieron el pacto nacional “Todos por la educación”, con cuyos puntos se comprometió también el candidato-presidente. Este acuerdo proponía:

  1. Aumentar el presupuesto asignado a educación hasta llegar al 7 por ciento del PIB (hoy es del 4,6 por ciento);
  2. Instaurar la jornada única en la educación oficial y el preescolar de tres grados en los colegios estatales;
  3. Ampliar y mejorar la infraestructura escolar;
  4. Mejorar la formación profesional y la calidad de vida de los maestros, reestructurando las instituciones y los programas de formación, y elevando ostensiblemente su remuneración;
  5. Realizar una profunda reforma a la educación superior, que incluya la refinanciación de las universidades públicas y el establecimiento progresivo de la gratuidad.

En el pacto se insistía además en la participación de la comunidad educativa en la elaboración del plan de desarrollo educativo.

Lo que se ha hecho

Días después de su posesión como presidente, Juan Manuel Santos designó como ministra del ramo a Gina Parody y en la ceremonia de posesión enunció los ejes de su política en materia de educación la cual, junto con la paz y la búsqueda de la equidad, es uno de los pilares de su plan de gobierno.

En su primera reunión con los secretarios de Educación la ministra presentó las cinco prioridades del gobierno para este cuatrienio:

  1. Excelencia docente,
  2. Jornada única,
  3. Colombia libre de analfabetismo,
  4. Colombia bilingüe,
  5. Más acceso con calidad en educación superior.

Durante los últimos meses el gobierno ha anunciado el comienzo de dos iniciativas en materia de educación:

  • La primera fue la noticia de los sesenta mil estudiantes de los grados 10° y 11° de instituciones oficiales que al final de este año escolar iniciaran la prueba piloto de jornada única. Con esto se buscará fortalecer las áreas matemáticas, ciencias y lenguaje. 
  • La segunda fue el lanzamiento de un programa de diez mil becas para educación superior en treinta y tres universidades acreditadas como de alta calidad.

Los dos anuncios han sido objeto de múltiples comentarios y no pocas críticas, pero me parece que aún es temprano para evaluar su desarrollo.

Sin embargo, lo que realmente ha ocupado las páginas de los periódicos en los últimos meses ha sido el escándalo de la Fundación Universitaria San Martín, que vino a rebosar la copa de los muchos problemas que aquejan a la educación superior.

Muchos de los esfuerzos realizados durante últimas dos décadas en materia de educación no han producido los frutos que se esperaban.

Para corregir esta situación, el Congreso aprobó de manera excepcionalmente rápida una ley que otorgó al gobierno facultades de control sobre las instituciones de educación superior, las cuales, a juicio de muchos, también amenazan seriamente la autonomía universitaria.

Esto ha llevado al Ministerio a tomar desesperadas medidas de emergencia que podrían afectar a una enorme población de jóvenes en riesgo de perder los recursos invertidos por sus familias en su educación o terminar con el estigma de un título de dudosa reputación.

El Presidente Santos y la Ministra de Educación, Gina Parody, anuncian el plan de becas para los mejores resultados de la prueba Saber 11.
El Presidente Santos y la Ministra de Educación, Gina Parody, anuncian el plan de
becas para los mejores resultados de la prueba Saber 11.
Foto: Ministerio de Educación

Lo que viene

Muchos son los retos de la educación para el futuro cercano. Creo poco en la teoría de “los primeros cien días” como plazo para mostrar resultados concretos de cada  gobierno y, por el contrario, desconfío de los alardes de una acción inmediata y efectiva en un sector como este, que es complejo y donde los problemas tienen raíces muy hondas.

Los temas de fondo aún no aparecen en el debate público, mientras que el gobierno prepara el Plan de Desarrollo, cuya discusión se iniciará con la apertura del período legislativo. Será entonces cuando se vea cómo se está planteando la relación entre el gobierno central y las entidades territoriales, justo en período electoral, y si será posible expedir una nueva ley que regule la educación superior. 

Igualmente importante será ver cómo se llevarán las relaciones con las organizaciones del magisterio, que se han mostrado reacias a encontrar nuevas formas de expresión y nuevos enfoques de acción política para dejar de ser palos en la rueda de las transformaciones, como ha quedado en evidencia en el caso de la jornada única, una reforma que chocaría con las jornadas laborales de los maestros.

Otros temas de gran importancia – como decir la educación inicial- parecen no estar por ahora entre las prioridades del Ministerio, de manera que habrá que ver a quién asigna estas responsabilidades el proyectado Plan de Desarrollo.

Entre tanto, los resultados de las evaluaciones nacionales e internacionales, así como los estudios que se vienen elaborando en el país con el apoyo de organizaciones privadas, muestran que muchos de los esfuerzos realizados durante últimas dos décadas en materia de educación no han producido los frutos que se esperaban.

Los desafíos para el año que comienza son enormes. El sistema  educativo debe ser profundamente revisado en su conjunto si se quieren cumplir las promesas que el presidente (igual que sus contendores) formuló durante la campaña.

 

Filósofo, magister en Economía. Consultor en educación, ex Secretario de Educación de Bogotá y columnista de El Tiempo.

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