La economía en el gobierno del cambio: avances y retrocesos
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La economía en el gobierno del cambio: avances y retrocesos

Escrito por Andres Giraldo

A un año del comienzo del gobierno Petro, estos son los resultados macroeconómicos y algunos derroteros que definirán el panorama en el corto, mediano y largo plazo.

Andrés F. Giraldo Palomino*

Crecimiento, empleo, precios… e impuestos. 

Los cursos de introducción a la macroeconomía comienzan por indicar los datos que queremos explicar y entender. Y en esa parte de la clase hay tres variables que ocupan la mayor parte del tiempo: la producción, el empleo y los precios.

El primer aniversario del gobierno es buen momento para conversar sobre el desempeño de cada una de esas tres variables —y también sobre las tendencias que se observan en otras áreas menos mediáticas, pero igual de importantes—.

Para analizar el primer año del gobierno Petro debo antes anotar que el DANE presentó los datos más recientes del producto interno bruto (PIB) el 15 de agosto, los del índice de precios al consumidor (IPC) el 8 de agosto, y los del mercado laboral el 31 de julio. Los resultados son agridulces:

  • El crecimiento se viene desacelerando, pues en el segundo trimestre del 2023 la economía prácticamente se estancó al crecer 0,3%, después de mostrar un 12,2% en el mismo trimestre del 2022.
  • La inflación viene bajando, pues fue de 11,78%, cuando finalizó 2022 con 13,12% y en los últimos tres meses ha bajado consistentemente —tras el pico de 13,34% en marzo del 2023—.
  • Por último, el desempleo volvió a niveles de un dígito con 9,3%, comparado con 11.3% en el mismo mes del año anterior.

lo que más ha venido desacelerando es la inversión privada y el sector externo, variables importantes para “sembrar” un mayor crecimiento en el futuro.

Al igual que los resultados con luces y sombras de las variables macroeconómicas, el desempeño del gobierno en otras materias es ambiguo. Aunque comenzó por una reforma tributaria que aumenta la progresividad del sistema (un propósito que debe ser compartido por toda la sociedad y que seguro aumentará el recaudo) también significó el aumento de la carga tributaria para sectores como el minero-energético o el financiero, que pueden golpear la producción y el crecimiento.

Producción: a la baja

La economía ha venido desacelerándose y esta tendencia es similar a la de otros países de Latinoamérica, región que enfrenta grandes desafíos sociales y de política fiscal. Sin embargo, lo que más ha venido desacelerando es la inversión privada y el sector externo, variables importantes para “sembrar” un mayor crecimiento en el futuro.

Hay incertidumbre acerca de los efectos de las reformas propuestas por el gobierno, tanto en el plano macro como en el microeconómico, y el sector privado se ha mostrado cauto para emprender nuevos proyectos de inversión.

Aunque el gobierno dice que esa cautela se explica por las altas tasas de interés, esto no quita el efecto de la incertidumbre generada por las tres grandes reformas propuestas.

Así mismo, el presidente dice que el motor económico hoy día es el gasto público, específicamente la “política social en salud y educación”, lo cual va en línea con su pensamiento ‘estatizador’ de la economía, pero reconoce poco el papel del sector privado en la generación de ingreso y empleo.

Hay también una contradicción entre el papel que se espera del Estado y el bajo porcentaje de ejecución del presupuesto, y por el cual hizo un llamado de atención a su equipo.

Un aspecto crítico para la producción —que está relacionado con la política social— es el vínculo entre construcción de vivienda y política de subsidios. El gobierno está ajustando el programa Mi Casa Ya, para lo cual hay un proceso de transición que según el Ministerio de Vivienda se dará durante el 2023.

La poca capacidad de ejecución del gobierno, donde el sector vivienda muestra un porcentaje por debajo del promedio 2019-2022, tendrá un impacto negativo en el corto y mediano plazo, si no se replantea la situación y se presenta un plan de reactivación económica.

Estragos de la inflación

La Junta Directiva del Banco de la República (JDBR), presidida por el ministro de Hacienda, ha respondido al lento descenso de la inflación y de las expectativas de inflación con el mantenimiento de tasas de interés elevadas.

Por eso espera mantener su postura monetaria actual hasta observar una tendencia decreciente en la inflación básica (o donde no se incluyen los alimentos ni los bienes y servicios regulados); esto debido a que la inflación básica es la que captura más fielmente las presiones inflacionarias generadas por el gasto de los agentes económicos.

Aunque hay voces que piden iniciar la reducción de tasas sin un descenso sistemático de aquella inflación básica, habrá grandes debates en la junta y en la opinión pública acerca del camino que deba tomarse.

Esta es la principal encrucijada del Banco de la República, porque la desaceleración de la economía está coincidiendo con una lenta reducción de la inflación. Es lo que algunos analistas han denominado estanflación a la colombiana.

La postura de la JDBR ha cambiado la tendencia a una mayor inflación, pero desafortunadamente el ritmo de caída no ha sido tan acelerado como el de otros países que también se enfrentaron  a un panorama inflacionario y hoy muestran inflaciones de un solo dígito (similares a las de antes de la pandemia).

Excluyendo a Argentina, Venezuela, Haití y Surinam, Colombia es el país de Latinoamérica con la inflación más alta. Estos cuatro países muestran una inflación más alta que el promedio latinoamericano.

La paradoja frente a los datos recientes de producción y precios es que el presidente Petro se adjudica la reducción de la inflación y culpa al Banco de la República por el bajo crecimiento.

Aunque hay acciones claras de la JDBR para aliviar las presiones inflacionarias, como el aumento de la tasa de política monetaria, son menos claras las acciones del gobierno para acelera el crecimiento económico (baja ejecución presupuestal de la inversión pública) y hay muestras de desaceleración o contracción en sectores claves para el empleo y los  ingresos (construcción, industria manufacturera, comercio).

Mercado laboral: mejorando con incertidumbre

La tasa de desempleo sigue mostrando una tendencia decreciente, después del pico que causó la pandemia. Aunque sigue siendo de dos dígitos, a excepción del dato más reciente de 9.3%, esa tendencia a la baja es una muy buena noticia.

Preocupa, eso sí, el impacto que de la desaceleración del PIB en el mercado laboral. Colombia ha mostrado un comportamiento asimétrico en la relación entre esas dos variables: cuando la economía crece con rapidez, el mercado laboral reacciona más lentamente que cuando se presenta una desaceleración de la actividad económica.

Foto: Secretaría de Hábitat Bogotá - Existen muestras de desaceleración o contracción en sectores claves para la generación de ingresos y empleo como el de la construcción.

Aunque las reformas laboral y pensional tendrán mayores efectos macroeconómicos, las tres han creado un ambiente de incertidumbre que seguramente tendrá un impacto en el desempeño macroeconómico en el corto y mediano plazo.

Las actividades que más se han desacelerado son particularmente las que más empleo generan, por lo que un plan de reactivación que incentive el comercio y la construcción podría ayudar a revertir los deficientes resultados en producción y así evitar un deterioro en el empleo.

Lo que pueden traer las reformas

Tras la aprobación de la reforma tributaria en el segundo semestre de 2022, el gobierno concentró sus esfuerzos en tres reformas sociales: salud, mercado laboral y pensiones. Sobre las dos primeras recaen los principales reparos, aunque la de pensiones no está exenta de polémica.

Aunque las reformas laboral y pensional tendrán mayores efectos macroeconómicos, las tres han creado un ambiente de incertidumbre que seguramente tendrá un impacto en el desempeño macroeconómico en el corto y mediano plazo.

Por otro lado, el Banco de la República presentó recientemente un informe sobre la Inversión Extranjera Directa (IED). Esta juega un papel preponderante en la economía toda vez que es un vehículo de financiación que complementa a la inversión doméstica y contribuye a la transferencia tecnológica y de conocimiento.

El sector minero-energético ha sido el que más se ha beneficiado de IED. La finalización de la bonanza de precios entre el 2015 y el 2016 no impidió que el sector siguiera siendo el principal receptor de IED, pero contribuyó al aumento de inversión en otros sectores.

El dinamismo de la IED en 2023 se ha mantenido y esta es una buena noticia porque significa que la confianza en el país no se ha deteriorado a pesar de la mayor volatilidad en el nivel macroeconómico.

Las alternativas del gobierno

Después de instalar la nueva legislatura y definir las mesas directivas en el Congreso, el gobierno ha planteado sus prioridades legislativas, donde las tres reformas seguirán siendo protagonistas.

Se espera que la reforma laboral sea presentada con nuevos artículos, fruto del diálogo con otros sectores. La de salud y la pensional seguirán su tránsito y probablemente tendrán cambios durante el trámite parlamentario.

Una vez las reformas sean aprobadas, el panorama macroeconómico cambiará, pero es difícil anticipar en qué dirección. Si el gobierno se sigue radicalizando, los vientos no soplarán a nuestro favor y la economía se verá afectada.

Pero si se abre al diálogo y a la concertación, contribuirá a que disminuya la incertidumbre y quizás así enfrentemos de mejor manera los retos que Colombia y Latinoamérica deben enfrentar en los próximos años.

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