La economía empezó a reactivarse, pero de modo lento y desigual - Razón Pública
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La economía empezó a reactivarse, pero de modo lento y desigual

Escrito por Luis Jorge Garay - Jorge Enrique Espitia
Jorge Espitia

La economía colombiana se ha recuperado, pero está lejos de su nivel anterior a la pandemia. Esta es la radiografía precisa de quiénes han repuntado y quiénes siguen en la olla.

Luis Jorge Garay Salamanca* y Jorge Enrique Espitia Zamora**

Una crisis histórica

En 2020, la economía mundial se desplomó a causa de la pandemia. El PIB mundial decreció en un -3,5 % y el PIB de Colombia en un -6,8 %, como lo muestra el cuadro siguiente:

Cuadro 1. Tasa de crecimiento real de la economía mundial en el periodo 2018-2020 (%) 
PIB real 2018 2019 2020
Mundo 3,2 2,5 -3,5
Economías avanzadas 2,3 1,6 -4,7
        Estados Unidos 3,0 2,2 -3,5
        Zona Euro 1,9 1,3 -6,6
        Japón 0,6 0,0 -4,7
        China 6,8 6,0 2,3
América Latina y el Caribe 1,8 0,9 -6,5
        Brasil 1,8 1,4 -4,1
        México 2,2 -0,2 -8,3
        Argentina -2,6 -2,1 -9,9
       Colombia 2,6 3,3 -6,8

Fuente: Banco Mundial.

Esto produjo una caída sustancial del PIB por habitante, que llegó a -4,4 % para el mundo en su conjunto, a -5,1 % en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y a -7,8 % en Colombia. Estas cifras contrastan con las de China, que creció un 2,0 %.

Sin embargo, en lo corrido de 2021, la economía mundial se ha recuperado, aunque con diferencias entre grupos de países. El nivel de recuperación económica está relacionado con el apoyo gubernamental y con el avance de la vacunación.

Colombia en caída libre

Como se ve en la Gráfica 1, esta es la mayor caída del PIB por habitante desde la Gran Depresión y supera todas las crisis anteriores.

Gráfica 1. Colombia: tasa de crecimiento del PIB por habitante 1961-2020 (%)

Fuente: Banco Mundial

Sin embargo, en lo corrido de 2021, la economía mundial se ha recuperado, aunque con diferencias entre grupos de países. El nivel de recuperación económica está relacionado con el apoyo gubernamental y con el avance de la vacunación.

Un crecimiento lento y desigual

Durante el primer y el segundo trimestre de este año, la economía colombiana creció en un 1,1 y un 17,6 % respectivamente.

En el tercer trimestre el crecimiento fue del 13,2 %. Pero al comparar el PIB de este periodo con el del tercer trimestre de 2019, se encuentra que el crecimiento fue de apenas un 2,1 %. De hecho, el PIB por habitante del tercer trimestre de 2021 es inferior al del periodo correspondiente de 2019, en un 0,62 %.

Hasta ahora, la reactivación económica no se ve reflejada en la tasa de desempleo, que en septiembre de este año se ubicaba en el 14,4 %, como muestra la Gráfica 2.

Fuente: Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE).

Para septiembre de 2020 se habían perdido cerca de dos millones de empleos respecto del año anterior. A su vez, en septiembre de 2021 se habían recuperado cerca de un millón y medio de empleos, es decir que aún quedan cerca de medio millón de personas que perdieron su empleo durante la pandemia. A lo anterior se suma el número de inactivos, que ha aumentado en más de un millón de personas entre septiembre de 2019 y septiembre de 2021.

A ese lento crecimiento económico se suman los elevados índices de desigualdad. En Colombia, el 1 % de las personas con mayores ingresos laborales concentra el 12 % del ingreso laboral total. De acuerdo con la Gran Encuesta Integrada de Hogares del DANE, en diciembre de 2019 el coeficiente de Gini de los ingresos laborales era de 0,5081. Con la pandemia la cifra llegó a 0,5389 y, en el tercer trimestre de 2021, sigue siendo muy alta: 0,5238.

El crecimiento no ha llegado a todos los sectores

Las actividades que mayor contribución han tenido al aumento del PIB durante lo corrido de este año son:

  • Alojamiento y servicios de comida, que creció un 62 % respecto de 2020;
  • Actividades artísticas, de entretenimiento, recreación y otras actividades de servicios, con un 40 %;
  • Coquización, fabricación de productos de la refinación del petróleo y actividad de mezcla de combustibles;
  • Fabricación de sustancias y productos químicos, con un 18%;
  • Actividades de atención de la salud humana y de servicios sociales, con un 17 %;
  • Reparación de vehículos automotores y motocicletas, con un 15 %;
  • Actividades profesionales, científicas y técnicas, con un 9,4 %;
  • Comercio al por mayor y al por menor, con un 14,7 %;
  • Transporte y almacenamiento, con un 14 %; y
  • Actividades de servicios administrativos y de apoyo, con un 9 %.

Algunos de estos sectores tienen un alto grado de informalidad, como el de servicios de comida, reparación de vehículos, otras actividades de servicios y actividades de comercio al por menor. Su crecimiento se debe principalmente al aumento de la demanda de los hogares.

Otros sectores, como el de refinación de petróleo y combustibles, se caracterizan porque su crecimiento responde a aumentos en los precios en el mercado internacional. Pero eso no implica que aumente el número de empleados directos, pues este sector es intensivo en capital.

En todo caso, es probable que ni el aumento en la demanda de los hogares ni el precio internacional del petróleo puedan mantener el mismo nivel en 2022. Por eso, se necesitarían otros factores para reactivar la economía el próximo año.

Foto: Alcaldía de Bogotá - Durante los tres primeros trimestres de 2021 se ha empezado a reactivar la economía, pero esta reactivación todavía está lejos de compensar la crisis que causó la pandemia.

La persistente precarización laboral

En septiembre de 2021, el 53 % de las personas ocupadas dijo tener un contrato laboral y el restante 47 % dijo no tenerlo. Entre los más de once millones con contrato, el 37 % tuvo contrato verbal y el otro 63 % escrito. Por otra parte, de los que no tuvieron contrato, el 86 % fueron trabajadores por cuenta propia.

Del total de personas ocupadas, el 41 % fueron trabajadores por cuenta propia en condiciones de informalidad. De ese mismo total, apenas el 34 % dijo estar cotizando a un fondo de pensiones.

A esas precarias condiciones laborales se suma la disminución de los ingresos de las personas ocupadas. Según la Gran Encuesta Integrada de Hogares, en agosto de 2020, el ingreso laboral promedio se redujo en 18,2 % respecto de diciembre de 2019 –antes de la llegada del virus a Colombia–. Para agosto de 2021, dicho ingreso había ascendido un 20,9 % respecto del mismo mes del año anterior, pero aún estaba 1,1 % por debajo del que existía en diciembre de 2019.

Entre diciembre de 2019 y agosto de 2020, el número de personas ocupadas en situación de pobreza aumentó en más de un millón, dado que su ingreso laboral promedio se redujo en un 9,2 %.

Pero aún más dramática fue la contracción de la clase media: en ese mismo periodo, cerca dos millones y medio de personas dejaron de pertenecer a este grupo poblacional. Algunas de ellas se mantuvieron trabajando en la vulnerabilidad o en la pobreza, mientras que otras engrosaron las cifras del desempleo.

En lo que va corrido del presente año, la recuperación de los ingresos laborales promedio ha sido relativamente más favorable:

  • El ingreso de las personas en situación de pobreza aumentó en un 6,6 %. Esto sigue siendo insuficiente, pues dicho ingreso se redujo en un 9,2 % entre diciembre de 2019 y agosto de 2020;
  • Las personas de mayores ingresos experimentaron un aumento del 5 %;
  • Las personas ocupadas en situación de vulnerabilidad tuvieron un aumento en sus ingresos de 1,1 %; y
  • Las personas de clase media tuvieron un aumento en sus ingresos de apenas 0,8 %.

Una lección

En suma, durante los tres primeros trimestres de 2021 se ha empezado a reactivar la economía, pero esta reactivación todavía está lejos de compensar la crisis que causó la pandemia.

El crecimiento no ha llegado a la mayoría de la población colombiana: la tasa de desempleo sigue siendo alta y los ingresos promedio no aumentan lo suficiente. Esto pone en peligro el ya frágil sistema de protección y seguridad social y perpetúa la precariedad del sistema laboral.

Esto nos muestra la necesidad de repensar el modelo de desarrollo que queremos promover en los próximos años. Necesitamos un Estado Social de Derecho que sea incluyente, democrático, moderno y deliberativo, donde el crecimiento y la recuperación económica lleguen a todas las personas.

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