Por qué se ha disparado la tasa de cambio, por qué el gobierno insiste en las reformas laboral y pensional, para dónde va el dólar y cómo afecta esto al pueblo de Colombia.
Diego Alejandro Guevara*
Del dólar barato al dólar caro
Los precios del dólar en Colombia se han disparado en el último mes, hasta el nivel nunca visto de 3.500 pesos que se mantuvo durante algunos minutos en el mercado de divisas.
Junto con la tasa de interés, la tasa de cambio es el precio fundamental de nuestra economía. Ella expresa el valor de la moneda nacional en la principal moneda que circula en el mundo, y cuando el dólar se encarece decimos que el peso colombiano se ha desvalorizado o “devaluado”. Cuando ocurre lo contrario y el dólar se vuelve más barato, decimos que el peso se ha “revaluado”.
![]() Foto: SIRHuila |
Pues bien: durante la primera parte de esta década predominó el dólar barato, vale decir, el peso revaluado. Como se ve en la Gráfica siguiente, entre 2010 y 2104 el dólar fluctuaba alrededor de los 2.000 pesos colombianos. Pero en 2014, después de la caída del precio mundial del petróleo, comenzó una senda de devaluación del peso (dólar caro):
Gráfica 1: Tasa de Cambio (Pesos por dólar)
Fuente: XE Coporation currency charts
Mientras los precios del petróleo fueron altos, recibíamos más dólares por cada barril exportado, y los dólares eran relativamente abundantes en Colombia. Si a comienzos de 2014 se traían alrededor de 100 dólares por barril, para comienzos de 2016 se traían menos de 30 dólares (ver Gráfica 2).
Gráfica 2: Precio del barril de petróleo WTI en Dólares
Fuente: Macrotrends
Bajo esta lógica existía una relación muy estrecha entre el precio del petróleo y el precio del dólar. En otras palabras, un precio alto del petróleo WTI (crudo del tipo que Colombia exporta) se asociaba con un dólar por debajo de los 2.000 pesos, mientras que un precio WTI bajo se asociaba con un dólar caro. En los círculos financieros se decía con razón que para saber hacia dónde iba el dólar bastaba con mirar hacia dónde iba el petróleo
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2019: ya no es el petróleo
Aunque el impacto del precio del petróleo sobre en valor del dólar sigue siendo significativo, esta relación ha empezado a romperse durante el último año.
Como se ve en la Grafica 2, el petróleo nunca ha estado por debajo de 50 dólares el barril durante el 2019, pero la tasa de cambio (Grafica 1) ha aumentado desde aproximadamente 3.100 pesos por dólar a cerca de 3.450 pesos en promedio en el último mes. En otras palabras, a pesar de un precio del petróleo mucho mejor que el del 2015 y 2016, la tasa de cambio se encuentra más devaluada que en los años más difíciles del choque petrolero.
![]() Foto: Pixabay |
Una de las explicaciones más comunes sobre la actual devaluación del peso colombiano se refiere a las expectativas y comportamientos de los inversionistas ante las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos, junto con las dificultades en las economías emergentes como Turquía o Argentina. En este último caso, la posibilidad de que el candidato izquierdista (del Kirchnerismo) gane las próximas elecciones presidenciales ocasionó una salida masiva de divisas y la devaluación del peso argentino. El peso colombiano no salió bien librado porque los grandes inversionistas internacionales -en cuyos portafolios hay títulos de distintos países emergentes- pierden la confianza en el conjunto de esos países y, por lo tanto, empuezan a liquidar sus inversiones en todas esas monedas. ¿Qué está pasando?
En los círculos financieros se decía que para saber hacia dónde iba el dólar bastaba con mirar para dónde iba el petróleo.
Pero esta explicación no es suficiente porque no todas las monedas de países emergentes se han devaluado al mismo ritmo.
El peso colombiano, infortunadamente, está entre las monedas más devaluadas del 2019. En este punto, entonces, vale la pena revisar los niveles de endeudamiento externo y el déficit en cuenta corriente de Colombia.
En primer lugar, para hacer frente a la escasez de divisas que acompañó al choque petrolero de 2014, el gobierno y las empresas colombianas recurrieron a un mayor endeudamiento externo, como muestra la Grafica siguiente: la deuda externa pasó de cerca del 25 por ciento del PIB en 2013 a un récord de cerca del 42 por ciento en 2019.
Fuente: Banco de la República
Adicionalmente, la deuda que aumentó con mayor rapidez fue la del sector privado, gran parte de la cual es contratada por el sector financiero. De esta manera, aunque abunda el crédito interno que apalanca el consumo de los hogares y mantiene el ritmo interno de la economía, los agentes externos no perciben lo mismo y se fijan más bien en la cuenta corriente del país —es decir, en el saldo entre las exportaciones y las importaciones (más el movimiento de otras cuentas menores) —.
Pues bien: hay un déficit de cuenta corriente del 4,5 por ciento del PIB, con tendencia negativa porque en 2017 ese déficit estaba en 2 por ciento.
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El afán de las reformas
En otras palabras, el déficit en cuenta corriente implica que necesitamos de financiamiento externo para equilibrar nuestras cuentas con el resto del mundo y, por lo tanto, hay más gastos que ingresos de divisas. Colombia en este ítem no está muy bien posicionada y, por ende, no atrae dólares en un momento de estrés internacional.
Por esta misma razón el gobierno colombiano tiene afán de tramitar las reformas pensional y laboral, para mostrar a los inversionistas y tenedores de títulos que habrá un ajuste, que ahorraremos más, que seguiremos pagando el servicio de la deuda, y que además pueden prestarnos más dinero a tasas de interés razonables para barajar de nuevo la economía local.
El peso colombiano, está entre las monedas más devaluadas del 2019.
Desafortunadamente, estas reformas siempre sacrifican los derechos sociales y los del trabajador y favorecen los derechos de los acreedores. Esto es común en los programas de ajuste en la región, que son voluntarios en el caso colombiano, o acordados con el Fondo Monetario Internacional, como en el caso de Ecuador en el último mes, que produjo un estallido social ante el desmonte de los subsidios y el alza en el precio de los combustibles.
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Consecuencias de un dólar caro para los colombianos
Es claro, hasta acá, que el panorama no es muy alentador y que una tasa de cambio devaluada, oscilando alrededor de los 3.450 pesos, puede ser la constante para el año que viene, e incluso puede llegar al rango entre los 3.500 y los 3.800 pesos si se produce una crisis global en 2020, como lo han pronosticado algunos analistas.
En este escenario Colombia no saldría bien librada pues ya no hay el mismo margen de maniobra que tuvimos con la devaluación de 2014.
Las consecuencias de una tasa de cambio devaluada son evidentes, pues sube el costo de los muchos bienes y servicios que importamos para consumo de los colombianos. La transmisión de la tasa de cambio a la inflación (el efecto conocido como “pass-through”) empezará a hacerse más intensa de lo que ha sido hasta ahora. Si el dólar se mantiene en sus niveles actuales, el efecto sobre el nivel de precios se sentirá el año que viene. Por otro lado, el costo de la deuda externa en dólares aumenta y para muchos agentes endeudados en dólares el dolor de cabeza puede ser intenso
* Profesor de la Escuela de Economía de la Universidad Nacional de Colombia.
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