La cultura global es sobre todo la cultura de los Estados Unidos. En qué consiste esta cultura y cómo se ha producido la “americanización” de los estilos de vida en todas partes del mundo.
Mateo Giraldo B.*
La cultura estadounidense
El nacimiento y ascenso de los Estados Unidos de América (EE. UU.) marcó el curso de la historia mundial, porque ha sido el apogeo de un modelo económico y político basado en la ciencia y sus aplicaciones tecnológicas, acompañado de una forma particular de vida, una relación muy singular de cada ciudadano consigo mismo, con los otros y con el mundo circundante que se inspira en la idea del “progreso”.
Después de independizarse de la Gran Bretaña, EE. UU. tuvo un acelerado crecimiento económico durante los siglos XIX y XX. Las herramientas tecnológicas facilitaron las tareas laborales y del hogar, permitieron mejorar la “calidad de vida”, y la satisfacción personal de muchos ciudadanos.
El desarrollo de la cultura en EE.UU. ha estado atravesado por muchos países. En un principio, las influencias más dominantes fueron las tradiciones inglesas y germanas con sus arribos esporádicos y sucesivo de migrantes.
La forma de contar historias y de proyectar estéticas ha ratificado a EE. UU. como la potencia que lidera el mundo. Afianzarse como potencia también es mantener su producción cultural.
Según la cartografía realizada por Colin Woodard en su libro American Nations, en EE. UU. hay doce culturas regionales basadas en las características de los colonos originales. Esta es la caracterización que propone:
Denominación | Asentamientos y colonias | Características | Territorio geográfico |
Yankeedom | Puritanos de Anglia Oriental y sus descendientes. | Fuerte sentido comunitario, valoración de la educación, participación ciudadana en el gobierno y asimilación de forasteros. | Nueva Inglaterra, gran parte del estado de Nueva York y gran parte del centro-oeste industrial, incluyendo a Michigan, Wisconsin y Minnesota. |
Nueva Holanda | Neerlandeses antes de ser expulsados por los británicos. | Heredó la cultura capitalista, cosmopolita y tolerante implantada por los holandeses en Nueva York. Hoy, la región es un centro para el comercio global. | Área metropolitana de Nueva York, Nueva Jersey y parte de Connecticut. |
Tierras Medias | Cuáqueros británicos. | sociedad de clase media acogedora de forasteros asiento de la cultura del «American Heartland». Es una cultura diversa y pacifista. | Pensilvania, Ohio, Iowa, Kansas, Nebraska, norte de Indiana, norte de Illinois, norte de Misuri y sur de Nueva Jersey. |
Marea | Construido por la pequeña nobleza inglesa. | En sus inicios coloniales, fue una sociedad con resquicios feudales de la metrópoli británica y que adoptó la esclavitud de afroamericanos. Cultura aristocrática que valora la autoridad y la tradición. | Maryland, Virginia y Carolina del Norte. Aquí se encuentra la capital federal, Washington D. C. |
Gran Appalachia | Británicos provenientes de tierras devastadas por guerras en Irlanda, Escocia y el norte de Inglaterra. | Es la región más belicista de Estados Unidos, con una fuerte «cultura guerrera». | Los Apalaches que engloban partes de Kentucky, Tennessee, Virginia Occidental, Arkansas, Oklahoma, sur de Misuri, sur de Indiana, sur de Illinois y norte de Texas. |
Sur Profundo | Establecido por los esclavistas ingleses de Barbados, fue concebido como una sociedad de esclavos al estilo de las Indias Occidentales. | Estructura social muy rígida, e opuso al Norte en la Guerra Civil y adoptó políticas segregacionistas contra los afroamericanos. | Alabama, Misisipi, Georgia, Carolina del Sur, norte de Florida y este de Texas. |
El Norte | Región fronteriza mexicano-estadounidense, es «un lugar aparte» del resto de Estados Unidos. | Valora la independencia, la autosuficiencia y el trabajo duro por encima de todo. | Partes de Texas, Arizona, Nuevo México y California. |
Costa Oeste | Habitantes de Nueva Inglaterra y los Apalaches. | Híbrido del «utopismo yanque y autoexpresión y explotación de los Apalaches». | La costa de California, Oregón y Washington. |
Lejano Oeste | Última región en ser colonizada, también llamada el “oeste conservador”. | Abundan las películas, pinturas y músicas que retratan la cultura vaquera y la “conquista del lejano Oeste”. | Idaho, Montana, Wyoming, Utah, Dakota del Norte, Dakota del Sur, Colorado, Nevada, norte de Arizona, norte de Nuevo México, partes de Kansas y Nebraska, regiones interiores de Washington, Oregón y California. |
Nueva Francia | Colonizada por los franceses. | Nueva Orleans, en Luisiana.
En un sentido amplio, incluye territorio canadiense, principalmente la provincia de Quebec. |
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Primeras Naciones | Pueblos indígenas norteamericanos. | Las Primeras Naciones disfrutan de soberanía en reservas indígenas. Ocupan el clima más hostil y el territorio más vasto del continente norteamericano. | Gran parte de su territorio cruza EE.UU. y llega a Canadá y Alaska. |
Caribe español | Región de colonización española. | Una impresionante historia propia y una cultura distinta de El Norte. | El sur de la Florida. |
Fuente: Colin Woodard, 2011, American Nations, ISBN 978-0143122029, Penguin Books.
Así mismo, a lo largo del siglo XX la autonomía de afroamericanos y la búsqueda del “sueño americano” por parte de poblaciones hispanoamericanas enriquecieron su exuberancia y originalidad cultural.
El sueño norteamericano o sueño americano es, sin duda, una de las ideas, imágenes o valores que han orientado la cultura de EE. UU. Se puede resumir como la búsqueda y la realización de un proyecto de vida, la autodeterminación, el crecimiento y la exaltación individual sin barreras aparentes. Según esta idea, los territorios de EE. UU. y sus condiciones de nación son propicias para que cualquier persona que desee “realizarse” pueda hacerlo por medio del trabajo y el dinero.
La propagación y difusión de arquetipos culturales estadounidenses (manifiestos algunos en la cultura-pop) comenzó a ser patentarse con el surgimiento de la fotografía (1830), la radio (1897), la cinematografía (1895) y, luego, la televisión (1926).
El fortalecimiento del periodismo y de la publicidad, como profesiones consolidadas y con pleno sentido para las sociedades industriales avanzadas, se magnificó y tocó enormes masas poblacionales a nivel nacional e internacional, esto gracias al desarrollo técnico y tecnológico.
Gran parte del capital norteamericanos fue invertido en la producción audiovisual de variada temática y el diseño de campañas publicitarias de gran alcance con la capacidad de impulsar, aún más, el aumento de ganancias.

La creación de una cultura global
¿Cómo un acontecimiento singular y geográficamente delimitado tiene repercusiones en todo el mundo? ¿Cómo algo creado a miles de kilómetros puede causar gran agitación al otro lado del mundo?
La invención, la continua mejora y la innovación para la optimización de tecnologías ha sido uno de los ejes de gran incidencia en los cambios culturales globales del último siglo.
El acceso que han tenido las personas del común a estas tecnologías de comunicación e interacción social ha creado lo que se ha denominado como una “globalización cultural”. Es decir, un “conjunto de modos de vida, costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, e industrial, en una época determinada”.
Pero ¿qué es lo que circula hoy en día por la radio, la televisión y, con más intensidad y fuerza desde la pandemia del Covid-19, por la internet? Lo que circula son creaciones de audio y video que contienen imágenes y a veces narraciones. Estas composiciones audiovisuales han alcanzado un nivel privilegiado como guías u orientadores de las personas sobre sus realidades.
Estos ensamblajes de imagen y sonido se han ido convirtiendo en “los narradores” o “relatores” de la realidad, de lo que se estima o se desestima, de lo que es bueno o malo, de lo que se aprecia o no, de las pasiones humanas y el deseo.
Siempre resultará nebuloso expresar qué es eso que circula en las producciones audiovisuales, lo que sí es identificable es la estadística y la métrica que hay detrás de las llamadas industrias culturales en EE. UU. y que ha permeado al mundo por décadas.
Por ejemplo, según datos de la Asamblea Nacional de Agencias Estatales de Artes, en el año 2021, como se muestra en la siguiente imagen, las compañías artísticas y culturales de todo tamaño generaron más de un trillón de dólares al Producto Interno Bruto (PIB) nacional.

Además, es sabido que el crecimiento ha venido en aumento cada año, por ejemplo, del 2020 al 2021 el crecimiento de este sector estuvo 4% por encima del PIB, como se muestra en la siguiente imagen. En este sentido, las industrias creativas también contienen una fuerza de trabajo importante para el país norteamericano.

“Americanización” de la cultura
Por último, es interesante ver el comparativo de porcentajes de ganancias y de empleos que las industrias creativas tienen a nivel mundial.
Como se observa en el siguiente gráfico, Norte América es el tercero en número de utilidades y de empleos después de Asia y Europa, esto es significativo teniendo en cuenta que Norte América es fundamentalmente un solo país. Es decir, casi únicamente EE. UU. está al nivel de cientos de países de los otros dos grandes continentes.

El predominio de la difusión cultural audiovisual estadounidense en la vida y las relaciones de los ciudadanos del mundo ha permitido concluir que la cultura norteamericana es una de las culturas hegemónicas del mundo. Su cine y su música, por mencionar dos sectores artísticos, han llegado a casi todos los rincones del mundo.
La forma de contar historias y de proyectar estéticas ha ratificado a EE. UU. como la potencia que lidera el mundo. Afianzarse como potencia también es mantener su producción cultural. Es por esto que China, más allá de su inigualable crecimiento económico y en infraestructura, todavía no ha tocado con su cultura de manera profunda naciones lejanas o continentes como Europa o América.
Para el científico social José Vidal-Beneyto, “la política comercial de los Estados Unidos, extendida a su política cultural exterior, tiene el propósito de hacer del american way of life la cultura común del mundo”.
Gran parte del capital norteamericanos fue invertido en la producción audiovisual de variada temática y el diseño de campañas publicitarias de gran alcance con la capacidad de impulsar, aún más, el aumento de ganancias.
En el mismo sentido, para la investigadora de la cultura María Ester Vela, “la globalización cultural, contra lo que pudiera suponerse, no consiste en promover el acceso de toda la población del planeta a la cultura con el objeto de permitir su libre expresión y evolución, la globalización cultural es la americanización, la venta del american-way-of-life que se extiende a golpe de publicidad y consumo”.
Por otra parte, hay un refrán que claramente define a la cultura estadounidense y que en la actualidad es compartida por la mayoría de los ciudadanos urbanos del mundo:
“El americano se levanta de una cama inventada en Persia, con su bata inventada en Medio Oriente, usa zapatillas creadas en Văn Lang (Vietnam moderno), desayuna hotcakes inventados en Grecia, se viste de corbata francesa; y un traje inventado en Inglaterra, se monta en su automóvil inventado en Francia y Alemania, almuerza pizza italiana, mira continuamente su reloj suizo; regresa a casa a comer comida mexicana; se pone sus mocasines de los indios americanos, y finalmente se acuesta dando gracias a un Dios judeocristiano por la grandeza americana.”
La próxima semana concluiremos esta revisión con un recorrido desde la televisión hasta el periodismo digital y el futuro de esta cultura global.