
Un año y medio después de comenzar la pandemia, las cifras comparativas dicen que Colombia lo ha hecho mal. Estas son las evidencias.
Hernando Gómez Buendía*
El mejor (o el menos malo) de los indicadores sobre la pandemia es el número de muertes por COVID en relación con el número de habitantes.
Pues con este indicador, el camino de Colombia ha sido desastroso. Según la OMS y hasta el 13 de agosto, habíamos tenido 24,36 muertes por cien mil habitantes, sólo detrás de Brasil, con 26,70 decesos por cien mil habitantes. Los dos puestos siguientes corresponden a Argentina (24,02) y a México (19,18), seguidos por Estados Unidos (18,81), Túnez (18,03), Sudáfrica (12,81), Irak (11,41), Rusia (11,22), Turquía (6,27) y otros once países de Asia hasta llegar a Vietnam (3,89) que ocupa el lugar veinte en el ranking mundial.
Ser el segundo país con más muertos en el mundo es un juicio muy duro sobre la sociedad que habíamos construido, y también sobre el gobierno que adoptó las principales decisiones. Por eso advierto que las tasas de mortalidad tienen sus propios problemas, y además noto que los cuatro países más golpeados son de América Latina: una población más vieja que, digamos, la de África, alta incidencia de la obesidad y/o los peores índices de desigualdad quizás ayuden a explicar esta tragedia.
Como quiera que sea, el mal desempeño de Colombia es confirmado por otros indicadores epidemiológicos. La mejor comparación (del Instituto Lowy) incluye cifras y tasas sobre contagios, muertes y pruebas de laboratorio; hasta el 13 de marzo pasado (último cálculo disponible), ocupábamos el puesto 100 entre 116 países, con un valor de apenas 10,0 en una escala que va de 0 a 100 (el campeón era Bután, con 93,0 y el colero era Perú, con 4,8). Muchos contagios, muchos muertos y muy alta seropositividad: esta ha sido la ruta de Colombia en cuanto a la expansión de la pandemia.
Pero además de la salud, están los daños del confinamiento. Por eso Bloomberg combina doce indicadores para saber dónde “se ha manejado el virus con mayor eficiencia y con menor daño económico y social”. Aunque las posiciones han cambiado con el tiempo, los países nórdicos o los tigres asiáticos suelen ocupar los primeros lugares, al paso que Brasil, México o Nigeria se encuentran a la cola.
Y aquí una noticia menos mala para Colombia: el 13 de febrero ocupábamos el lugar 51 entre 53 países, el 25 de mayo habíamos ascendido al lugar 48, y el 21 de julio nos encontró en el lugar 39. Estuvimos pésimo y seguimos mal (39 de 51), pero los daños económicos y sociales han disminuido más rápido que en otros países.
Dicho en pocas palabras: no frenamos la expansión de la pandemia, pero en cambio no cerramos la economía tanto como se dice y además las restricciones se levantaron de manera prematura.
Para cerrar con algo de optimismo: la tasa de vacunación completa (26,2% de la población) nos pone por encima del promedio mundial (15,6%), apenas por debajo de Uruguay y Chile en América Latina y en el lugar 18 entre los 37 países que compara la OMS. Si se suman los contagios (casi 5, pero tal vez 10 o 15millones de personas) es posible que la inmunidad de rebaño esté cercana.
(Para ahondar en esta conversación, otra vez los remito a mi libro Entre la Independencia y la Pandemia, Colombia 1810 a 2020).