Para Petro la existencia de la humanidad está en riesgo. Esto dicen la ciencia y algunos expertos sobre la veracidad de este discurso.
Manuel Guzmán Hennessey*
Un discurso entre enemigos
Escuché con atención el discurso de Gustavo Petro del 20 de julio en el Congreso. Mi primera impresión fue que el presidente había meditado bien sobre lo que diría. Sabía que no estaba en un balcón de plaza pública ni en un capitolio complaciente.
Su gobierno no estaba en el mejor momento después de la salida de la ministra Vélez y del escándalo de Sarabia-Benedetti. El recinto estaba dividido en dos: de este lado los amigos y del otro los que la tarde anterior habían salido a esa misma plaza a corear “¡Fuera Petro!”.
Aunque esperaba que Petro hablara sobre la crisis climática, me sorprendió que fuera el tema central de su discurso. Este problema es más académico que político por lo que está más allá del alcance de nuestro Congreso –no precisamente admirable–.
Motivo por el cual consulté la opinión de académicos y ambientalistas para que este artículo tenga un contexto más amplio.
Una clase magistral
Explicar el concepto “Colombia potencia mundial de la vida” desde una perspectiva filosófica es un desafío mayor que acudir a él en una campaña partidista donde no hay cabida para lo académico.
Dio una clase magistral sobre economía, política e historia de Colombia, en el marco del calentamiento global, la inequidad y el narcotráfico. Todo con gran capacidad de síntesis, escribió Carlos Fonseca.
Cuando el presidente explicó en los foros globales la gravedad de la crisis climática el auditorio aplaudió, algunas veces de pie. Pero sus contradictores en Colombia le han dicho que no trate de salvar al mundo, que ese no es su papel, entre otras cosas, porque el mundo no se va acabar.
Pues bien, fue en este contexto que el presidente escogió el camino académico, no en calidad de uno sino como político estudioso, como escribe Alejandro Fula. Dio una clase magistral sobre economía, política e historia de Colombia, en el marco del calentamiento global, la inequidad y el narcotráfico. Todo con gran capacidad de síntesis, escribió Carlos Fonseca.
Para explicar qué le propone el gobierno al país y qué propone el Congreso, dijo que abordaría el concepto “de la vida en la política”: “Estamos viviendo unas circunstancias profundamente difíciles a escala civilizatoria, a escala vital.”
A continuación, sostuvo que su discurso no era apocalíptico sino el resultado de miles de estudios científicos, quizá previendo que la oposición diría que “el mundo no se va a acabar”. Estos estudios han hecho seguimiento a la crisis climática desde 1987 y han demostrado que “lo que está en cuestión hoy es la vida, la existencia, no de unos, de toda la humanidad, de toda la vida en el planeta”.
Petro remató: “la política cambia, se transforma, las tensiones se agudizan, las relaciones de poder terminan en guerras, los éxodos aumentan”.
Una afirmación de importancia global
El presidente no imaginó que su afirmación de que “el mundo de los próximos años no será igual a lo que se ha vivido hasta entonces” se confirmaría científicamente una semana después.
El 27 de julio se conocieron los datos del Servicio de Cambio Climático Copérnico de la Unión Europea según los cuales julio ha sido el mes más caluroso desde que se tienen registros, con una temperatura promedio de 16,95 grados Celsius. También lo confirmó la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
El 6 de julio fue además el día más caluroso nunca registrado, con una temperatura media de 17,08 grados. Pero no sólo esa jornada. Todos los días entre el 3 y el 23 de julio batieron el récord anterior que era de 16,8 grados, medido el 13 de agosto de 2016.
En Canadá ya han ardido 7,9 millones de hectáreas, un 1,597 % más que la media del decenio. En España, hasta el 25 de junio, se habían quemado 58 800 hectáreas de monte, casi el doble de la media de los últimos diez años para ese momento. Es el segundo peor registro de la década solo superado, precisamente, por el curso anterior. La temporada de máximo riesgo comenzó el primero de junio.
Una docena de localidades de la provincia de Málaga ya aplica restricciones de uso de agua potable. Se suman a las medidas que se han tomado en Axarquía, donde se corta incluso el suministro por las noches. Ahora esto ocurre en municipios de la Costa del Sol occidental y del Valle del Guadalhorce. Es tiempo de vacaciones en Europa y las medidas iniciales incluyen no poder llenar las piscinas, no regar jardines o no poder baldear calles y plazas.
La temperatura global promedio alcanzó los 17,01 °C superando el récord de agosto de 2016 de 16,92 °C. El sur de los EE. UU sufre una ola de calor intenso. En el valle de la muerte la temperatura llegó a 54º C el 16 de julio. Dos días después la temperatura subió a 55º C. En China, continuó una ola que ya se convirtió en duradera, con temperaturas superiores a 35º C.
El norte de África ha visto temperaturas cercanas de los 50° C y en el Medio Oriente miles de personas sufrieron calor inusualmente abrasador durante la peregrinación religiosa Hajj en Arabia Saudita. En la Antártida, actualmente en su invierno, se registraron temperaturas anormalmente altas. La base de investigación Vernadsky de Ucrania, en las islas argentinas del continente helado, rompió recientemente su récord de temperatura de julio con una lectura de 8,7 °C.
El presidente dijo que “estamos ad portas de la sexta extinción, de una posibilidad de que este planeta siga, pero sin la vida”. Coincide con lo planteado por Elizabeth Kolbert en La Sexta Extinción: Una historia nada natural, quien recoge a su vez los estudios del Antropocene Working Group, fuente también del último libro de Ernesto Guhl sobre el Antropoceno.
¿Petro hará la diferencia?
A mi entender, el diagnóstico que hace el presidente ante los congresistas y el país refleja un consenso de la ciencia, ampliamente constatado por la realidad como se expuso anteriormente. No obstante, académicos como Manuel Rodríguez opinan que el discurso se ubica en la escuela de los catrastofistas.
Además, escribe que su liderazgo tiene restricciones. La primera ministra de Barbados está ocupando un gran y positivo espacio. Y el tema amazónico lo lidera Lula. Pero Rodríguez reconoce en el presidente “un alto compromiso con el medio ambiente” aunque anota que no es el primero y se pregunta: “¿Será que al final de su período se podrá decir que superó en el cambio ambiental a presidentes como Misael Pastrana, López, Barco y Gaviria?”.
A propósito de este último, cuando le pregunté a Julio Carrizosa su impresión sobre el discurso, empezó por referirse a la “aproximación al neoliberalismo” que, a su juicio, se ve reflejada en la aceptación de la “educación y la competencia” para lograr la “prosperidad del territorio excluido”.
Carrizosa considera un avance que el presidente hable de prosperidad y no de crecimiento, y que introduzca el concepto de “exclusión”. Pero lamentó lo del neoliberalismo de esta manera: “me dio la impresión de que estaba leyendo nuevamente alguna frase del expresidente Gaviria y que estaba olvidando algunas de las recomendaciones ambientales de sus propios ministerios y del actual Plan de Desarrollo, sobre todo la magnífica propuesta de la restauración de 750 000 hectáreas.”
Un compromiso urgente
El camino de Colombia, dijo el mandatario, “es su propia diversidad, su propia vitalidad natural y humana. Ser, en un mundo que muere, una potencia mundial de la vida. ¿Y cómo lograr ese camino? ¿Tiene que ver con el socialismo, como algún prejuicio señala? No.”
“¿Tiene que ver con el capitalismo? Creo que nos podría ayudar en un tramo, pero aún no está resuelta la pregunta de si el capital puede superar lo que produjo un Frankenstein en la crisis climática. No podemos decir si sí o si no.”
Petro señaló que el camino a seguir tiene dos pilares: la Justicia Ambiental —descarbonización, transición energética y biodiversidad— y la Justicia Social.

A mi entender, el diagnóstico que hace el presidente ante los congresistas y el país refleja un consenso de la ciencia, ampliamente constatado por la realidad
Según Germán Andrade, la propuesta del presidente de promover un acuerdo sobre la Amazonia como un ecosistema soporte de la estabilidad del clima es un gran acierto. Comentó que en el pasado este tipo de propósitos quedaban supeditados al cumplimiento general de las metas de conservación de cada país, y no necesariamente en torno a un acuerdo internacional para este sistema ecológico de importancia global.
La actual propuesta, prosiguió, corresponde a lo que pide la ciencia: evitar que la deforestación lleve al sistema ecológico a un punto de inflexión. Recordó el objetivo del convenio de diversidad biológica ratificado en Kunming Montreal: llevar a cero para el 2030 la pérdida de las áreas de alta importancia de biodiversidad y los ecosistemas de alta integridad ecológica.
Preocupación transparente
En síntesis, el discurso de Petro reflejó con claridad, transparencia y honestidad su visión política y su afán por establecer un cambio de rumbo en el modelo económico y productivo en Colombia antes de que sea tarde. Así anotó Juan Mayr, quien manifestó compartir las alertas expresadas en el discurso.
Se refirió a ellas como una visión basada en las realidades y urgencias del siglo XXI. Dijo que las acciones inmediatas e impostergables deben hacerse bajo acuerdos claros para la transición de las economías basadas en combustibles fósiles, la transformación del modelo económico y productivo que nos lleve a una Paz Total.
Según Mayr, todo esto necesitará una transición concertada que probablemente sea el acuerdo nacional al que se pueda llegar.
5 Comentarios
No, no » estamos ad portas de la sexta extinción, de una posibilidad de que este planeta siga, pero sin la vida”. Ya la estamos viviendo.
Y lo novedoso que » olvida» en la intervención de Petro es que plantea lo que sólo en los foros internacionales habia dicho (comprensiblemente): la relación entre mercado y ganancia -capitalismo- y medio ambiente.
Profesor Manuel Guzmán, esta síntesis del discurso del Pdte. Petro, recoge sabiamente, todo lo medular de sus palabras y sus silogismos contrastantes.
El fundamento, solo lo niegan, quienes han vivido mirándose la punta de la naríz, por lo cual, el Discurso, les suena a absurdo o apocalíptico y nada más acertado que toda la exposición académica del Pdte. Petro.
Excelente
Se trata de tomar conciencia. Uno puede estar o no de acuerdo con Gustavo Petro pero en cuestión ambiental toma un liderazgo mundial. Saludo esta postura y espero por el futuro de mis hijos y nietos, se tomen correcivos que den vuelco a este estado de cosas.
Y pensar qué los políticos opositores al actual gobierno calificaron el discurso de catastrófico.