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La basura y la crisis ambiental en Bogotá

Escrito por Carolina Montes Cortés
dona Juana Basura

Carolina Montes El mal manejo de la basura – y en especial de los residuos sólidos- tiene gran incidencia sobre la mala situación sanitaria y ambiental que hoy vive la capital. ¿En qué andamos y qué tendríamos que hacer?

Carolina Montes Cortés*

El sistema de aseo capitalino

La palabra “basura” no tiene un significado técnico ni jurídico preciso, pero aquí la utilizo para facilitar la presentación.

Hace un año se puso en marcha un nuevo sistema de aseo en el Distrito Capital. Aunque el balance de su aplicación es positivo hasta el momento, necesitamos precisar las medidas que están contribuyendo —y las medidas que faltan— para que Bogotá sea una ciudad más sostenible en materia de basuras.

Numerosos estudios han demostrado que los problemas sanitarios y ambientales de Colombia están relacionados con el mal manejo de los residuos sólidos. En vez de repetir esos diagnósticos, necesitamos concentrar los esfuerzos en soluciones que conduzcan, de manera inequívoca, a mejoras sustanciales en la gestión integral de estos residuos.

La ‘economía circular’

Un año del nuevo esquema de aseo

Foto: Alcaldía de Bogotá.
Un año del nuevo esquema de aseo.

El modelo que orienta hoy en el mundo la gestión de los residuos sólidos es el de la ‘economía circular’: se trata de mantener los materiales, que de por sí son escasos, dentro del ciclo productivo durante el mayor tiempo posible.

Así las cosas y una vez comprobado el resultado insuficiente del modelo lineal de gestión (fabricación-uso-eliminación), en el año 2016 se expidió el documento CONPES 3874, acerca de la gestión integral de residuos sólidos en Colombia.

Es necesario el sector privado, se comprometa con el ecodiseño de empaques y desarrolle cadenas de valor para los residuos.

Esta nueva política se levanta sobre cuatro ejes estratégicos:

  1. Diseño de instrumentos para avanzar gradualmente hacia la economía circular;
  2. Adopción y uso de herramientas de educación ambiental, cultura ciudadana e innovación para la gestión de residuos;
  3. Ajuste y coordinación institucional orientados a aumentar la eficiencia en la gestión de los residuos y;

4. Mejoramiento en el manejo de la información sobre la materia.

Según el documento en cuestión, para alcanzar las metas propuestas deben surtirse las etapas que describe la siguiente figura:

politica basura

Fuente: DNP, documento CONPES 3874 de 2016

Puede leer: Otra vez las basuras: más allá de Petro y Peñalosa.

Como la descomposición de la materia orgánica presente en los residuos produce metano, un gas mucho más caliente que el dióxido de carbono, este documento también contempla la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Dado que Colombia produce grandes cantidades de sólidos orgánicos, la producción de gas metano es profusa en los sitios de disposición final. Esta situación puede ser controlada mediante la captura y quema de este gas.

Sobre la base de esta breve presentación, veamos cuáles elementos del nuevo sistema de aseo de Bogotá le apuntan a la gestión integral de los residuos sólidos en Colombia y cuáles estrategias están aún por desarrollar.

¿Cómo avanzar hacia una economía circular?

Relleno sanitario Doña Juana.

Foto: Ministerio de Ambiente.
Relleno sanitario Doña Juana.

Para avanzar gradualmente hacia la economía circular, es necesario adoptar tres tipos de medidas orientadas en su orden a:

  1. Reducir la producción de residuos sólidos;
  2. Aumentar el aprovechamiento y/o reutilizar los residuos, y
  3. Minimizar los residuos que van a disposición final o utilizar técnicas para su tratamiento.

El uso concertado de estas tres series de medidas mejoraría sustancialmente la gestión de los residuos sólidos. Pero es justamente en la concatenación entre esas medidas donde se presentan los mayores tropiezos.

Para reducir la producción de residuos es necesario que la población reduzca el consumo de bienes superfluos, pero también que el sector privado, en concordancia con la política de producción y consumo sostenible, se comprometa con el ecodiseño de empaques y desarrolle cadenas de valor para que los residuos derivados de sus procesos puedan ser incorporados nuevamente en el ciclo productivo.

La creación de las cadenas de valor para los residuos tendrá como consecuencia natural un aumento en el aprovechamiento de los mismos, pues actualmente no son reutilizados por la poca demanda de los materiales recuperados y el bajo precio que se paga por ellos. Por eso es necesario acelerar la puesta en marcha de los programas posconsumo de envases y empaques creado mediante la Resolución 1407 de 2018 del ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.

Por otra parte, siguiendo los mandatos de la Corte Constitucional, la capital colombiana ha avanzado bastante en la inclusión social de la población recicladora. Esto ha sido posible gracias a que las instituciones han realizado múltiples esfuerzos para dignificar su labor. Sin embargo, la ciudadanía tendría aún que sumarse a esta causa y ayudar a aumentar las tasas de aprovechamiento, separando correctamente las basuras. De esta manera disminuiría de veras la cantidad de residuos presentados para disposición final, se aliviaría la presión sobre el relleno sanitario y habríamos salido del enfoque de gestión orientado simplemente a eliminar los residuos.

Le recomendamos: Crisis de basura en Bogotá.

Educación ambiental

Para mejorar el aprovechamiento, las empresas de aseo han contribuido notablemente con el suministro de contenedores destinados a recolectar material aprovechable.

Pero aún existen algunos obstáculos, como la deficiencia en prevenir la generación del residuo y en separar y clasificar los materiales, debidas a la falta de compromiso de la ciudadanía. También tenemos los numerosos problemas que se presentan en la operación del relleno sanitario Doña Juana.

Para afrontar estas dificultades será necesario trabajar incansablemente en la educación ambiental, pues solo así será posible que los ciudadanos entiendan que tienen una enorme responsabilidad ecológica. Habría que desarrollar estrategias y herramientas innovadoras para que los ciudadanos puedan participar activamente de la gestión de los residuos. Como he insistido desde la academia, es necesario definir correctamente los residuos sólidos distinguiéndolos de otros términos como “desechos” y “basura”, pues tratar estos conceptos como sinónimos, dificulta su gestión.

Así mismo es necesario reforzar las campañas de educación ambiental para una separación adecuada y selectiva de los desechos y para desarrollar nuevas estrategias de reutilización de los residuos u otras formas para poder aprovecharlos.

Lea en Razón Pública: El oligopolio de las basuras.

La importancia de las instituciones

Por último, es importante mencionar que las instituciones jugarán un papel fundamental en la transición hacia la economía circular, pues de ellas dependerán el diseño y la ejecución de las políticas y los programas destinados a regular, supervisar, vigilar y controlar la gestión de residuos.

El mayor reto será educar a la población para que se comprometa con la separación selectiva.

También de ellas dependerá el manejo de información esencial para la toma de decisiones políticas, pues las empresas de servicios públicos serán las responsables de alimentar, con información tan precisa como sea posible, las bases de datos de la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios que a su vez fortalecerán el Sistema Único de Información (SUI). Esta información será una herramienta fundamental para las autoridades distritales y para la ciudadanía en general.

En suma

Aunque es muy prematuro evaluar el nuevo enfoque de gestión de residuos sólidos del país, podría decirse que las acciones que adelanta el actual sistema de aseo de Bogotá están pensadas para ensamblarse con la política de gestión integral de residuos sólidos que le apunta a la economía circular. No obstante, le falta un largo camino por recorrer para lograr que la ciudad sea verdaderamente sostenible y la calidad de vida de los bogotanos mejore de manera sustantiva.

Sin lugar a duda, el mayor reto será educar a la población para que se comprometa con la separación selectiva, pues solo así mejorarán las tasas de aprovechamiento de residuos. También habrá que mejorar de verdad las condiciones de disposición final en el relleno sanitario Doña Juana, tema que amerita un análisis independiente.

*Abogada y doctora en Derecho del Externado de Colombia, proyecto posdoctoral en curso con la Universidad de Barcelona, docente investigadora del Departamento de Derecho del Medio Ambiente del Externado de Colombia.

 

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