La Amazonía en llamas: más allá de la ilegalidad y el estigma - Razón Pública
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La Amazonía en llamas: más allá de la ilegalidad y el estigma

Escrito por Javier Revelo
Tala indiscriminada en el amazonas

Julio Cesar BravoJavier ReveloLa “tala y quema” de bosques pueden atentar contra el medio ambiente pero también pueden ser parte de un sistema de vida racional y sostenible. El problema de la Amazonía es muy distinto de lo que suele decirse.

Julio César Bravo* – Javier Revelo Rebolledo**

Dos caras de una moneda

Las noticias e imágenes sobre la deforestación de la Amazonía a través de la tala y la quema se dispararon en los últimos meses.

Hoy por hoy se sabe que esta práctica puede degradar los suelos, disminuir su potencial productivo, reducir la biodiversidad, trastornar el ciclo del agua, aumentar el riesgo de inundaciones y sequías intensas y producir gases que contribuyen al calentamiento global, entre otros efectos nocivos para el ambiente. Por eso es un avance que finalmente se esté hablando de este tema.

Pero también es necesario revisar el discurso que, sin mayores distinciones, criminaliza y estigmatiza como inconsciente, inmoral, irracional y criminal a todo aquel que tala y quema en la región.

A pesar de sus problemas y sus riesgos, la tala y la quema siguen siendo prácticas ampliamente utilizadas en la región. Para entender su persistencia hay que ahondar en su razón de ser y en sus estrechas relaciones con el problema del acceso a la tierra y el desarrollo rural.

El Sistema de Corte y Quema

Selva amazónica.
Selva amazónica.
Foto: Parques Nacionales Naturales

Hay que empezar por distinguir entre los actos de talar y quemar bosques (nótense las minúsculas) y la práctica ancestral conocida como “Sistema de Corte y Quema” (mayúsculas).

La tala y quema es apenas un momento del Sistema de Corte y Quema (SCQ) que ha permitido la producción y reproducción de las condiciones de vida de las comunidades rurales a lo largo y ancho del mundo durante miles de años. Tanto así que actualmente este sistema ayuda a cubrir las necesidades de casi 500 millones de personas, principalmente en los trópicos.

El SCQ es un sistema agrícola donde el bosque se tala y se quema para cultivar alimentos o materias primas durante cortos períodos de tiempo (dos años) y, acto seguido, se abandona el área para permitir el descanso de la tierra y la regeneración natural del bosque durante periodos largos (50 años o más).

Este sistema es la mejor y más eficiente adaptación tecnológica para la producción agrícola en contextos donde el factor limitante más significativo no es la tierra sino la fuerza de trabajo.

Es necesario superar el discurso que, sin mayores distinciones, criminaliza y estigmatiza como inconsciente, inmoral, irracional y criminal a todo aquel que tala y quema en la región.

El principal beneficio del SCQ es su capacidad para adecuar los suelos. La quema de la biomasa del bosque  ̶ que se regenera gracias al descanso de las áreas donde se cultivó ̶  prepara el área para el cultivo y mejora las condiciones de suelos “pobres” como los de la Amazonia.

Esto son algunos de los efectos de este sistema sobre las propiedades del suelo:

  • Facilita la penetración de las raíces (por la disminución de la densidad aparente).
  • Libera una serie de nutrientes (como el calcio, magnesio, potasio y sodio) que disminuyen la acidez de los suelos, lo cual a su vez reduce la concentración de aluminio (que es tóxico para los cultivos) y aumenta la de fósforo (que es esencial para los cultivos).
  • Aumenta la actividad microbiana que favorece la disponibilidad de nutrientes para las plantas.

El problema verdadero

El SCQ puede ser – o no ser -sostenible según cuál sea su manejo, y esto a su vez depende de las  formas del acceso a la tierra y del modelo de desarrollo rural.

El sistema es sostenible si se dan las condiciones ideales, a saber: (i) grandes extensiones de bosques disponibles, y (ii) ausencia de presiones externas, como el acaparamiento de tierras, la ganadería extensiva o los monocultivos. Estas dos circunstancias permiten la alternancia entre cortos períodos de cultivo y periodos largos de descanso, necesarios para la regeneración integral del bosque.

A diferencia de la ganadería extensiva y de los monocultivos, que tienden a la máxima simplificación, el SCQ, en condiciones ideales, fomenta la diversidad en sus varias dimensiones  ̶ biológica, cultural, epistémica, lingüística, etc. ̶ contribuyendo a crear y mantener verdaderos patrimonios para la humanidad.

La biodiversidad tiene grandes beneficios:

  • Es una fuente invaluable de material genético (con usos potenciales en ciencia y tecnología)
  • Garantiza la soberanía alimentaria de quienes la usan.
  • Está íntimamente ligada con la diversidad cultural y el conocimiento tradicional, los cuales pueden ayudar a que la ciencia occidental entienda cómo funcionan estos complejos ecosistemas y a promover su uso sostenible.

Tal diversidad determina la estabilidad de los ecosistemas y garantiza su resiliencia, por ende, su sostenibilidad; es decir, sistemas más diversos tienden a ser más sostenibles.

El problema entonces no radica en el uso del fuego por sí mismo, sino en la inexistencia o desaparición  las condiciones sociales y económicas que garantizan la sostenibilidad del sistema.

El SQC se torna insostenible cuando se invierte la lógica de los periodos del ciclo  ̶ es decir   periodos largos de cultivo y cortos de descanso ̶ , cuando se establecen monocultivos o sistemas de ganadería extensiva, o cuando se usa como estrategia para adquirir o acaparar tierras, en lugar de ser utilizado para la producción agrícola.

Colonización y desarrollo rural

Los bosques en el Amazonas
Conservación de bosques en el Amazonas.
Foto: Parques Nacionales Naturales de Colombia

En algunos lugares, el SCQ se ha tornado insostenible debido a la inexistencia de las condiciones  demográficas y socioeconómicas arriba mencionadas.

La historia de la deforestación es la historia de ampliación de la frontera agrícola, que en la Amazonía se ha caracterizado por la entrada de miles de campesinos que llegaron en busca de las oportunidades de vida que les fueron negadas en el centro del país.  Al Caquetá, Putumayo y Guaviare, hoy focos de deforestación y quemas, llegaron contingentes de campesinos sin tierra del Huila, Tolima, Nariño y Meta. El crecimiento poblacional, pero principalmente la concentración de la tierra, acabaron por presionar la salida de muchas familias del centro del país.

Este sistema es la mejor y más eficiente adaptación tecnológica para la producción agrícola en contextos donde el trabajo y no la tierra es el factor limitante más significativo de la producción agrícola.

Las tierras baldías le han permitido al Estado colombiano alivianar el problema de acceso a la tierra, pero sin distribuirla y protegiendo los intereses de los grandes propietarios.  Agrandar el pastel sin repartirlo implica seguir talando y quemando bosques.

Los incentivos que tienen los colonos para dirigirse al borde de la frontera son claros: mientras en las zonas más integradas las tierras ya tienen propietario y son caras, fuera de la frontera la tierra es barata o “gratuita”.

En términos generales podría decirse que colonizar implica cambiar el uso de la tierra. A este complejo fenómeno, en el discurso ambiental, se le conoce como deforestación.

La tala y la quema del bosque (en minúsculas) son entonces manifestaciones del trabajo de los colonos sobre la selva  ̶ las denominadas “mejoras” ̶ , que además de imprimirle valor comercial a la tierra, pueden permitir su titulación. Así, a corto plazo, talar y quemar beneficia a colonos agricultores o pequeños ganaderos que gracias al uso del fuego no necesitan invertir los pocos recursos que tienen, como el tiempo y la fuerza laboral o aquellos que no poseen o les son muy escasos como el capital, en la adecuación del suelo y la limpieza del área.

La tala y la quema son prácticas que han aliviado la pesada carga del trabajo rural típico de lugares como las selvas tropicales. A manera de analogía podría decirse que pedir no quemar ni talar a quienes lo hacen en tales contextos equivale a pedir a quien vive en la ciudad no usar ascensor para subir los 20 pisos del edificio donde vive o no usar carro ni bus y caminar 25 kilómetros para ir al trabajo “porque es importante para el medio ambiente”.

Los incentivos que tienen los colonos para dirigirse al borde de la frontera son claros: mientras en las zonas más integradas las tierras ya tienen propietario y son caras, fuera de la frontera la tierra es barata o “gratuita”.

El problema no sería tan grave si los colonos lograran quedarse en su parcela, pero muchos de ellos optan por vender el producto de su trabajo a quienes poseen el capital (generalmente ganaderos o mafiosos) y retornan o se internan en la selva para repetir el ciclo de colonización. A esta situación se suma el problema de la coca, producto que, aún en zonas de difícil acceso, ha permitido la consolidación de los colonos e incluso ha facilitado su transición hacia la ganadería.

Al parecer la existencia del ciclo de tumba, quema y compra-venta de tierras ha presionado, por un lado, el surgimiento de “colonos profesionales” que ni siquiera intentan asentarse y, por el otro, de inversionistas ávidos de adquirir y concentrar los baldíos y las tierras que aún no han sido apropiadas por otros colonos.

Esta es la idea que en los últimos años se viene planteando, pero es algo que debe considerarse    con cuidado porque en Colombia no existen estudios rigurosos sobre esta transformación.

No hacer caricaturas

Hoy es posible conocer tanto las coordenadas precisas de los lugares donde se tala y se quema como las causas de estas actividades. Durante los últimos meses se ha sumado una opinión pública cada vez más interesada en el tema, lo cual – insistimos- es un gran avance.

Pero el debate público está siendo dominado por una caricatura, según la cual la tala y la quema de la región amazónica son el resultado de la inconciencia ambiental, la inmoralidad, la ilegalidad y la irracionalidad. Es tiempo de abrir el debate sobre la complejidad del asunto y comprender los beneficios que ofrece el SCQ, incluso en sus versiones más insostenibles, así como los fundamentos históricos del problema.

* Candidato a doctor en agroecología de la Universidad Nacional de Colombia.

** Candidato a doctor en ciencia política de la Universidad de Pensilvania.

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