No logró conectar a las Américas, pero dejó sembrados temas claves como el debate de las drogas y el regreso de Cuba. Por consenso se acordaron 47 mandatos, aunque nadie se enteró. Colombia quería ser el protagonista, pero no le funcionó. Por debajo se movieron los grandes hilos de la geopolítica continental. Lo explica una testigo informada.
Socorro Ramírez *
Argentina y los países del ALBA impusieron el “todo o nada”. Foto: Presidencia.
Américas desconectadas
Un colibrí de alas multicolores que vuela rápido fue el símbolo e invitación a la unidad durante la instalación de la VI Cumbre. Algunos trinos fueron escuchados, otros quedaron en el aire como un canto ilusorio.
El gobierno colombiano le apostó a construir puentes a través del diálogo franco entre mandatarios: “Aquí no hay rivalidades irreconciliables o extremismos irracionales... Aquí todos somos iguales… Hoy quiero proponerles que aprovechemos esta Cumbre para hacer que este sea ´el momento de las Américas´ … Para cumplir con ese propósito hay que desbancar mitos y prevenciones, derrotar estereotipos y superar anacrónicas amarras ideológicas”.
Los dos supuestos aducidos por el presidente Santos para mostrar que ahora sí es posible que "el hemisferio surja como una región-bloque con consensos fundamentales”, mostraron ser ambos justamente tareas pendientes:
- El primer supuesto era que “Estados Unidos ha conocido ya los límites del ejercicio aislado del poder; han aprendido que solos no pueden cargar todo el peso de mantener un mundo en equilibrio y en paz”.
Pero Washington no se muestra convencido de ello. La tensa reunión previa entre Obama y Rousseff, la intransigencia en Cartagena frente a cualquier alusión a Cuba o su rechazo a repetir las fórmulas de consenso hemisférico sobre las Malvinas, muestran que la nación del norte, bloqueada en su situación interna, no acaba de aceptar que sus vetos ya no funcionan en una América Latina que ha ganado autonomía.
- La otra razón de Santos para pensar que ahora sí es posible conectar el hemisferio tampoco resultó cierta. “En cuanto a América Latina, hemos transitado de ser una región-problema —atormentada por las crisis económicas y las dictaduras— a convertirnos en una fuente de respuestas y soluciones a los desafíos presentes”.
![]() A Brasil no le interesó acercar a las Américas. Sus mayores preocupaciones son ahora globales. Foto: Presidencia. |
Pero Argentina y los países del ALBA impusieron el “todo o nada”. A Brasil no le interesó acercar a las Américas. Sus mayores preocupaciones son ahora globales. Colombia hizo caso omiso de ese contexto y, con una demostración de empuje y capacidad organizativa, quiso servir de puente. Pero los llamados a la unidad no son suficientes para lograrla ni la logística puede reemplazar a la diplomacia. Las Américas no lograron conectarse.
El presidente Santos alertó sobre “el riesgo —y seamos francos— de que nos contentemos con simples palabras como suele ocurrir en tantas cumbres. O de que nos dediquemos a dejar constancias y dirigirnos a quienes están en nuestras casas, en vez de aprovechar la oportunidad de dialogar aquí entre nosotros, entre los que estamos”.
Para evitar una cumbre de discursos y no de diálogo, los medios de comunicación no fueron invitados a las reuniones de los presidentes. Pero algunas delegaciones lo interpretaron como un intento de colombianización de la cumbre: de hecho, el único presidente que pudo dirigirse a la audiencia nacional y regional fue el colombiano.
Aunque el acto inaugural gustó mucho, molestó el ingreso final, muy sonoro y colorido, de un conjunto de bailarines envueltos en la bandera tricolor que coparon todos los espacios mientras exaltaban a gritos a Colombia y no a las Américas.
El mayor avance: debate sobre las drogas
La política de drogas venía debatiéndose desde hace algún tiempo, pero no había llegado al más alto nivel de decisión política. La preparación de la Cumbre y su misma celebración acabaron de derrumbar el muro de silencio gubernamental que rodeaba el fracaso de la “guerra contra las drogas”. En Cartagena el tema avanzó hasta convertirse en uno de los resultados más significativos de la VI Cumbre.
Estados Unidos y Canadá tuvieron que aceptar el debate. En el proyecto de declaración reconocieron que la política de drogas no puede ser única, sino que deben diferenciarse la responsabilidad y los costos en los que incurre cada país.
Luego aceptaron participar del consenso alcanzado en la reunión cerrada de presidentes, que asignó el examen de las alternativas a la Organización de Estados Americanos (OEA), incluyendo no solo a la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD) — refractaria al cambio — sino también a la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y a los expertos, abiertos a nuevas realidades.
Perú se comprometió a organizar una reunión de cancilleres; Colombia, a aportar su experiencia; México, a poner en marcha un grupo de trabajo sobre la política contra la delincuencia organizada, del que harían parte fuerzas de seguridad y de aplicación de la ley así como expertos de todas las Américas.
Todos aceptaron coordinar mejor la inteligencia en la lucha contra el crimen transnacional. Recién concluida la Cumbre, Estados Unidos anunció una mayor flexibilización de la política hacia los consumidores cuyo giro ya venía ensayando.
Ojalá los promotores del debate logren que no se desdibuje o se extinga en la OEA y que comiencen a ponerse en marcha políticas de reducción de los riesgos y daños en la producción, el tráfico y el consumo, para lo cual no es necesario que el debate concluya antes con un consenso hemisférico.
Cuba no podrá seguir excluida
Con el fin de tender puentes, el mandatario colombiano asumió algunos de los temas sobre los que se sabía de antemano que no habría consenso. El primero de ellos, Cuba, que entró en la agenda por la presión del ALBA.
![]() Nosotros no expropiamos”: presidente Santos; “en Colombia somos amigos de Repsol”: ministro de Comercio e Industria en el foro 'Invertir en Colombia. Foto: Presidencia. |
El presidente Santos lo mostró en su discurso inaugural como “ejemplo de las consecuencias de no superar los paradigmas del pasado —de la ausencia de puentes y de creatividad… El aislamiento, el embargo… han demostrado ya su ineficacia. En el mundo de hoy no se justifica ese camino. Es un anacronismo que nos mantiene anclados a una era de Guerra Fría superada hace ya varias décadas. Así como sería inaceptable otra cita hemisférica con un Haití postrado, también lo sería sin una Cuba presente. No podemos ser indiferentes a un proceso de cambio al interior de Cuba que es reconocido cada vez más ampliamente y que además ese cambio debe continuar. Es hora de superar la parálisis a la que lleva la terquedad ideológica y buscar consensos mínimos para que ese proceso de cambio llegue a buen puerto".
Estas palabras estremecieron y ayudaron a unificar la presión para que Estados Unidos acabe con el bloqueo. No solo fueron respaldadas por los partidarios del régimen cubano: los gobiernos latinoamericanos y caribeños que critican el partido único y el recorte de libertades y derechos en la isla, también manifestaron que no están dispuestos a que Estados Unidos siga decidiendo quién hace parte de las Américas.
No sólo existe la presión del ALBA, que supeditó la declaración política a una referencia explícita al ingreso de Cuba: la amenaza de no concurrir a una nueva cumbre sin Cuba se amplió y pone en peligro su continuidad.
El puente no llegó a Malvinas
En el tema de las Malvinas, el consenso que existía en la OEA se rompió a raíz de la tensión producida por el desplazamiento de un buque de guerra británico para acompañar la exploración petrolera en las islas, así como por la agudización del nacionalismo del gobierno argentino.
Estados Unidos, Canadá y algunos gobiernos caribeños, muy ligados a Gran Bretaña, no apoyan la solicitud argentina de sanciones. Tampoco el tema entró en el discurso inaugural del mandatario colombiano, ni siquiera con un llamado al diálogo entre Argentina y Gran Bretaña. Cristina Fernández reclamó este vacío a Santos y salió anticipadamente de la Cumbre, en protesta por la omisión.
En solidaridad con la presidenta argentina, Evo Morales apresuró también su salida de Cartagena. Aunque apreció mucho la Cumbre Social y el discurso de Santos, el mandatario boliviano añadió que Colombia había quedado atrapada en un sándwich entre Washington y el resto del continente. Los presidentes Fernando Lugo y Pepe Mujica salieron antes de tiempo sin explicar sus motivos.
Así, pues, a pesar de los llamados a la unidad del colibrí colombiano, la disgregación de la reunión presidencial fue un signo tan decepcionante como la imposibilidad de una declaración final.
No aplicó en este caso el gobierno colombiano su propuesta de "pragmatismo con principios”, que, en palabras del presidente, trata de “tender puentes, de reconocer las aspiraciones y los miedos del otro, de conectarse políticamente de manera solidaria, buscando ese ángulo insospechado y creativo, capaz de desencadenar las dinámicas que puedan solucionar problemas y acortar distancias”.
Luego de la VI Cumbre han salido a relucir molestias que podrían hacer retroceder lo avanzado en la relación argentino-colombiana. Del progresivo acercamiento que venía en marcha, ambos países podrían volver a la distancia. Los signos de distanciamiento se han multiplicado.
![]() Evo Morales aseguró que Colombia había quedado atrapada en un sándwich entre Washington y el resto del continente Foto: Presidencia |
Ante las restricciones al comercio impuestas por Argentina, que afectan no solo a Colombia sino también a Perú, Chile, México y algunos miembros del Mercosur ya se anuncia una demanda contra esa nación ante la Organización Mundial del Comercio (OMC).
El presidente del gobierno español en visita oficial a Bogotá al terminar la Cumbre habló de sanciones contra Argentina y buscó la solidaridad en su contra por la expropiación de la empresa de hidrocarburos YPF en manos de Repsol. En clara alusión critica al gobierno argentino el presidente Santos y su ministro de Comercio e Industria — en el foro empresarial 'Invertir en Colombia', organizado por el grupo español Prisa — expresaron un innecesario “Nosotros no expropiamos”, y luego la canciller remató “en Colombia somos amigos de Repsol”.
El malestar brasileño
El gobierno colombiano había previsto que tras finalizar la VI Cumbre realizaría reuniones con los dos grandes de las Américas: Brasil y Estados Unidos.
Dilma Rousseff canceló a último momento la cita bilateral y su anunciada permanencia durante un día más en Bogotá para inaugurar la Feria del Libro, que tiene a Brasil como invitado. Como excusa se adujeron “razones de agenda”, eufemismo usado por los gobiernos para esquivar compromisos.
Según la canciller colombiana: “Lo que me explicaron y lo que se veía es que estaba muy cansada. Había venido de la India hacía muy poco, después estuvo en Estados Unidos. Tenía una semana muy complicada y estaría llegando a Brasilia a las tres de la mañana. Por todo ello pedía que reprogramáramos la reunión y pensamos que tenía toda la lógica”.
Pero la abrupta cancelación podría tener otro significado: quizás el gobierno de Brasil ya venía molesto con las inesperadas audacias de la diplomacia colombiana, como su intervención en la reconciliación de Honduras y su retorno a la OEA — donde el Brasil fue desplazado del foco de atención — y se haya sorprendido ante el mensaje colombiano de querer convertirse en el puente entre las Américas, pretensión que posiblemente Itamaraty prefirió no alimentar.
“Aliado y amigo” de Estados Unidos
En la cita bilateral post–cumbre, las cosas tomaron otro curso. Obama habló de Santos como aliado y amigo e hizo varios anuncios favorables sobre aspiraciones colombianas: entrada en vigencia del TLC, visas por diez años, apoyo a la candidatura a la OIT y al ingreso a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Obama se había mostrado más bien ausente en la Cumbre. Apareció sonriente por primera vez en Cartagena, ante el monumento al esclavo y a San Pedro Claver, al entregar títulos de propiedad de 39 valiosas hectáreas en la devorada Boquilla y de tres mil hectáreas a cerca de seis mil familias del palenque libertario de San Basilio.
Su mensaje fue contundente “No lejos de aquí sus antepasados se compraban y se vendían. Nuestros dos países han luchado por superar un doloroso pasado, ambos seguimos esmerándonos por alcanzar nuestros ideales de justicia y de igualdad. Yo estoy aquí como Presidente de los Estados Unidos y ustedes están aquí con el título de su terreno en la mano y eso es una señal de que el progreso es posible".
Agregó su valoración del acto como “un paso más hacia el final del largo conflicto que ha vivido este país, los hace –como nuevos propietarios- partícipes de la nueva Colombia”.
El acto, a más de destacar y apoyar una política prioritaria del gobierno colombiano, recogía la exigencia más fuerte de la mayor parte de foros “Camino a Cartagena”, presentada a los cancilleres y presidentes por una líder afrodescendiente en el cierre de la Cumbre Social: se necesita un esfuerzo concreto para enfrentar la realidad que muestra cómo — en todos los temas abordados por la VI Cumbre — quienes cargan la mayor desventaja son justamente los afrodescendientes.
Este hecho tendrá repercusiones. Por lo pronto, el gobierno colombiano ha anunciado una inversión de cinco mil millones para acueducto y alcantarillado en el Palenque de San Basilio, y el Congreso debatirá un proyecto de ley de cuotas orientada a estimular la igualdad de oportunidades de los afrocolombianos.
Los resultados temáticos
El discurso inaugural de Santos hizo alusión a otros temas escogidos para la VI Cumbre donde sí hubo consenso: “La naturaleza de los retos que enfrentamos en el campo político, en el económico, en el ambiental y en el de seguridad, no nos da otra opción que la de trabajar juntos de la mano. Tenemos que identificar acciones concretas, realizables y medibles, que tengan financiación y que les lleguen —sobre todo- a todos los ciudadanos de nuestro continente”. Durante meses los gobiernos negociaron documentos sobre cada uno de esos otros temas y llegaron a Cartagena con un consenso sobre ellos. Pero la falta de acuerdo sobre la declaración final, como había acontecido en las dos cumbres anteriores, y la salida apresurada de algunos presidentes dejó la sensación de absoluto fracaso. La rueda de prensa final del presidente Santos diluyó el acuerdo en torno a los ejes de la Cumbre. Tal vez porque no se lograron solo cinco mandatos, uno por cada tema, como lo pretendía el alto gobierno colombiano, sino 47. No se trata, además, de mandatos precisos con camino despejado. Con todo, son mucho menos que los 1.120 de las cinco cumbres anteriores y trazan una hoja de ruta cuyos efectos se irán sintiendo poco a poco, en algunas dimensiones y entre aquellas subregiones de las Américas que sean capaces de cooperar. El rico debate de los cinco ejes de la agenda hemisférica que fueron examinados desde ángulos distintos por los gobiernos, empresarios y actores sociales, deja miradas y propuestas que permiten avanzar.
Otros foros exitosos
Para evaluar en su conjunto lo ocurrido en Cartagena debe reconocerse que la Cumbre presidencial estuvo precedida por dos convocatorias amplias desde la sociedad, que, una semana antes, habían arrojado buenos resultados:
- La Cumbre empresarial congregó a los “cacaos” hemisféricos en diálogo con una docena de presidentes. Los participantes salieron comprometidos con algunas inversiones e intercambiaron opiniones y experiencias sobre cómo convertir la prosperidad económica en prosperidad social.
- La Cumbre de actores sociales obtuvo un amplio reconocimiento y mejoró el nivel de interlocución con los gobiernos, con la participación en la sesión final de la casi totalidad de cancilleres, incluida Hillary Clinton, y con dos presidentes que completaban el abanico político multicolor de las Américas: Juan Manuel Santos y Evo Morales.
La capacidad propositiva de los actores sociales había sido nutrida por meses de debates conocidos como “Camino a Cartagena", sobre los temas de la VI Cumbre y el contexto hemisférico, que por iniciativa de redes juveniles y sociales, de la OEA y del país anfitrión, reunieron más de 10.000 personas en 20 países.
Sus síntesis y recomendaciones fueron entregadas periódicamente a los gobiernos para que nutrieran sus debates y prepararan su interlocución con los actores sociales. Si se tuviera en cuenta la participación virtual de quienes siguieron por internet los foros preparatorios y la misma Cumbre, la cifra de participantes sería incalculable.
El debate se prolonga mediante la biblioteca virtual abierta en Cartagena, que recoge audios y videos, estudios y ponencias, declaraciones y propuestas, editadas además en el libro “Foros Camino a Cartagena”.
También sesionó en Cartagena un foro interparlamentario con los distintos parlamentos subregionales del hemisferio y algunos voceros nacionales que contribuyeron al debate sobre la situación de las Américas y de los temas de la VI Cumbre.
Sensación de fracaso, logros reales La falta de acuerdo sobre la declaración política, como había acontecido en las dos cumbres anteriores, y la salida apresurada de algunos presidentes, dejaron la sensación de fracaso de la VI Cumbre de las Américas. Pero no todo fue un trino ilusorio del colibrí. Las cumbres social y empresarial fueron un éxito, dejan nexos, debates y propuestas y un alto nivel de interlocución con los gobiernos.
La cumbre presidencial canalizó el debate que había tomado fuerza en el “Camino a Cartagena”, en particular sobre las drogas y sobre Cuba. Dejó 47 puntos de acuerdo sobre los cinco temas de la Cumbre que ojalá no engrosen los incumplimientos acumulados en estos 18 años de un difícil intento de diálogo entre las Américas. América Latina fue capaz de unirse en torno al rechazo a la exclusión de Cuba y el apoyo a Argentina, pero no supo convertir ese consenso en un real avance de su unidad.
La VI Cumbre no fue el punto de partida para una concertación de la región orientada a cambiar las relaciones entre las potencias del norte y el resto del continente. No lo permiten la intransigencia estadounidense – canadiense, el “todo o nada” de Argentina y el ALBA, la distancia de Brasil, ni la pretensión solitaria del gobierno colombiano.
En cuanto al desempeño nacional, el hilo conductor del discurso presidencial, la única pieza que se conoció sobre la apreciación gubernamental del sentido de la VI Cumbre y del papel de Colombia, nos ha permitido acercarnos a un primer balance de lo esperado y logrado por el gobierno anfitrión y nos ha mostrado sus osadías, limitaciones e incoherencias.
Colombia se proyectó como un país en proceso de cambio y mostró gran capacidad organizativa. Pero su pretensión de unir a las Américas no resulta un propósito alcanzable en esta coyuntura. Menos aún para un país solo y limitado por el peso de su propia realidad interna, por sus errores de apreciación de la situación y por los problemas de su dispositivo diplomático.
*Cofundadora de Razón Pública. Para ver el perfil de la autora, haga clic aquí.