Muy pocas personas tienen un contrato laboral que garantice su estabilidad salarial y prestacional. ¿Cómo aumentar la estabilidad laboral para disminuir la informalidad?
Luis Carlos Calixto Rodríguez*
Dos explicaciones
La informalidad es el rasgo principal del mercado laboral colombiano.
Aunque disminuyó entre 2012 y 2022, el promedio de los últimos diez años fue del 47,4% para los principales centros urbanos y del 48,6% para las restantes 23 ciudades. Casi uno de cada dos trabajadores colombianos vive de la informalidad.
¿A qué se debe la alta informalidad en Colombia? Una explicación sería que las empresas no encuentran rentable garantizar la permanencia de sus trabajadores, y otra explicación sería que los trabajadores tienen incentivos para no contribuir a la seguridad social.
Los anteriores resultados parecen indicar que no existe una relación directa entre los meses continuos de trabajo y los niveles de informalidad. Por eso cabría decir que la informalidad no siempre está vinculada con la inestabilidad laboral.
Pues bien. Según la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH) para el 2022, el 78,1% de los trabajadores colombianos laboraron durante todo el año. Los cinco departamentos con mayor estabilidad son Santander (85,85%), Córdoba (85,71%), San Andrés (85,48%), Magdalena (8530%) y Bolívar (83,96%).
Por su parte, los departamentos con mayor número de personas que trabajaron apenas durante un mes fueron Boyacá (2,96%), Atlántico (2,60%), Norte de Santander (2,43%), Choco (2,27%) y Caquetá (2,0%).
De los cinco departamentos con más meses de trabajo, cuatro pertenecen a la región Caribe. Por su parte las ciudades con más altas tasas de informalidad fueron Valledupar, Riohacha, Santa Marta, Sincelejo y Cúcuta. Las ciudades con índices menores de informalidad fueron Armenia, Tunja, Medellín, Manizales y Bogotá.
Los anteriores resultados parecen indicar que no existe una relación directa entre los meses continuos de trabajo y los niveles de informalidad. Por eso cabría decir que la informalidad no siempre está vinculada con la inestabilidad laboral.
Probablemente, los costos y los incentivos que reciben los trabajadores para no cumplir con sus labores tal y como lo exige la ley pueden ser los verdaderos responsables.

Nivel de formación
De igual forma, es necesario analizar los meses de trabajo según el nivel de formación. En primera instancia, se esperaría que entre más alto es el nivel, mayor es la estabilidad laboral.
En los niveles más bajos (sin formación, prescolar y primaria), la participación de los trabajadores que indican haber ejercido durante doce meses es variable. En el nivel medio (secundaria hasta especialización) se observa un aumento significativo en lo concerniente a la continuidad laboral. Por último, en los niveles más altos (maestría y doctorado) se manifiesta un rendimiento decreciente, ya que la participación disminuye en comparación con los que fueron a la universidad o poseen una especialización.
Por estas razones, no es válido decir que la continuidad laboral sólo depende de los costos laborales, de los incentivos o del nivel educativo de los trabajadores. El problema va mucho más allá porque debe contemplarse la injerencia de los niveles de tecnificación, las facilidades comerciales y la correcta institucionalidad.
Por ejemplo, el 85,57% de los trabajadores con especialización laboraron doce meses, mientras que el porcentaje de los que tenían una maestría fue de 82,15%. La diferencia entre los dos grupos es de 3,41 puntos. Sin embargo, si se compara con los trabajadores que tienen un doctorado, la brecha aumenta a 3,6. La siguiente tabla muestra la relación entre los meses de trabajo y el nivel de formación.

Por estas razones, no es válido decir que la continuidad laboral sólo depende de los costos laborales, de los incentivos o del nivel educativo de los trabajadores. El problema va mucho más allá porque debe contemplarse la injerencia de los niveles de tecnificación, las facilidades comerciales y la correcta institucionalidad.
Por el momento, puede fortalecerse la continuidad laboral a través de la tecnificación de los trabajadores y con la generación de incentivos que disminuyan la informalidad. Específicamente, hay que tener en cuenta los niveles de ingreso, y, por ende, a los trabajadores que podrían acceder al Sistema de Seguridad Social. En consecuencia, aumentar los niveles de educación y los controles en la contratación tendrían impactos positivos en la continuidad laboral.
*Este artículo hace parte de la alianza entre Razón Pública y la Facultad de Economía de la Universidad Externado de Colombia. Las opiniones expresadas son responsabilidad de los autores.