La historia de Colombia está hecha de múltiples historias, que además tienen maneras distintas de abordarse. Este libro es una compilación de materiales sobre la parte de esa historia que transcurrió en una vieja ciudad de provincia*.
Victoria Kairuz Márquez**
San Bonifacio de Ibagué, documentos para la historia de Ibagué
Hernando Márquez Arbeláez
Ediciones Unibagué
2016
La ciudad y el autor
El 14 de octubre de 1.550, la expedición al mando del capitán Andrés López de Galarza que fuera enviada por la Real Audiencia para fundar una ciudad a medio camino entre Santa Fe y Popayán, procedió a levantar toldas provisionales, a organizar una plaza central, a edificar un altar y a clavar un rollo robusto como árbol de justicia para celebrar la fundación de la Villa de San Bonifacio de Ibagué del Valle de las Lanzas.
Publicado por primera vez en 1936, el libro de Hernando Márquez es una compilación juiciosa de documentos sobre la historia multifacética de esta villa ubicada en el Valle de las Lanzas que habría de ser la capital del actual departamento del Tolima, la ubicación de muchos hechos decisivos en la historia colombiana y la cuna de muchas personas que han dejado su huella en esa historia.
Con la segunda edición de este libro, la universidad de Ibagué quiere seguir estimulando la recuperación de la historia regional.
La solapa del libro de Hernando Márquez Arbeláez (1916-1985) sintetiza la vida y las obras de este autor nacido en el Líbano, Tolima. Márquez obtuvo el título de doctor en Derecho de la Universidad Nacional, y fue uno de los más connotados intelectuales de su región. Ocupó varios cargos en el sector público, incluyendo los de director general del Ministerio de Hacienda y Crédito Público, viceministro de Minas y Petróleos, subgerente general de la Caja Agraria, secretario general de la Contraloría General de la Nación y secretario de Hacienda del Tolima.
Entre sus libros, además del San Bonifacio, se cuentan Márgenes de la Historia (1940), El crédito del Estado en la economía colombiana (1949), Reflexiones sobre la delincuencia (1950) y Crédito y fomento estatales (1950).
El terruño
![]() Arquitectura republicana en la ciudad de Ibagué. Foto: Universidad Cooperativa de Colombia |
Hernando Bonilla Mesa, miembro de Número de la Academia de Historia del Tolima y de la Academia Tolimense de la Lengua, anota en el prólogo del libro como en los inicios de 1937, cuando Márquez Arbeláez se aprestaba para comenzar sus estudios de derecho, después de terminar el bachillerato en su venerado Colegio de San Simón, liaba bártulos, pero no iba “ligero de equipaje” como exclamó el poeta sevillano, sino que, además de portar su ropa y objetos personales, llevaba un libro de su autoría ya publicado, obra en la que se combinan magistral y precozmente el tesón y el rigor investigativos con el amor por su terruño, escrito que, además, se ha constituido con el transcurrir del tiempo, como lo atestiguan innumerables bibliografías, en imprescindible auxiliar de los estudiosos de la historia de esta muy noble Villa de San Bonifacio de Ibagué.
El maestro Manuel Antonio Bonilla Rebellón, al registrar la aparición del libro en la Revista Arte apuntaba: Merece el editor de este libro, consagrado a la ciudad de Ibagué, en su aspecto geográfico, histórico, etc., elogios y felicitaciones; y se los damos muy sinceros, por su labor desinteresada y patriótica, que sabrán apreciar en todo lo que vale los nobles hijos de esta ciudad de San Bonifacio de Ibagué.
Muchas miradas distintas
El libro, sensu stricto, no es una historia de Ibagué, como Márquez Arbeláez lo aclara no sólo en su subtítulo (“ documentos para la historia de Ibagué”), sino también en sus páginas liminares cuando anota: “Así, pues, para los muchachos va el pensamiento que me animó a emprender este trabajo; ellos sabrán que sin pretensiones de literato ni ostentación de bachiller erudito y empalagoso, resolví un buen día hacer una compilación de documentos geológicos, mineros, geográficos, históricos, literarios, de aquellos que por esta ciudad se han preocupado alguna vez. No es ésta, en manera alguna, una obra original mía, sino una selección de trabajos de diferentes autores”.
En esta vertiente del quehacer histórico local el libro de Márquez Arbeláez es uno de los pioneros de los trabajos recopilatorios de Enrique Ortega Ricaurte (Los inconquistables, de 1949 y San Bonifacio de Ibagué del Valle de las Lanzas, de 1952) , de Helio Fabio González Pacheco (Un viaje por el Tolima, de 1990), de Hugo Ruiz Rojas (Ibagué ayer, hoy y mañana, de 1990), de Rubén Darío Ramírez Arbeláez (Ibagué 1880-1990: evolución y valores humanos, de 1990) y de Josué Bedoya Ramírez (Compendio de Historia de Ibagué y el Tolima, de 1991), entre otras obras.
Abarca esta miscelánea documental múltiples aspectos: estudios geológicos, como también un inventario de la riqueza minera de los alrededores de esta ciudad, elaborados por expertos en dichas materias; pormenorizada descripción de la orografía y la hidrografía de la región; estadísticas de los componentes demográficos de Ibagué; listado de las vías de comunicación que articulaban a Ibagué con el resto del país; cifras completas de la producción agropecuaria de los alrededores; transcripciones de las crónicas de los protohistoriadores que narraron la fundación de Ibagué (Fray Pedro de Aguado y Fray Pedro Simón); listados de los presidentes del Estado Soberano del Tolima y del Departamento del Tolima; una sentida reseña histórica del Colegio de San Simón, institución que es una de las dedicatarias del libro; una colección de fotografías de la época donde se puede corroborar el concepto del autor cuando dice: “Puede decirse que el momento actual marca el punto de divergencia, o mejor, de rompimiento entre el Ibagué de ayer y el que hoy se asienta sobre moldes de cemento y triturado en desarrollo de un plan de obras urbanas que habla de una Ibagué, para un futuro próximo, grandiosa en proporciones”.
La lírica
![]() Panorámica de la ciudad de Ibagué. Foto: Stephen Downes |
Dejé de última la sección donde se resalta la faceta estética y humanística de Márquez Arbeláez, aparte que conforman la colección de escritos, en poesía y en prosa, de quienes habían descrito y cantado a la ciudad: sendos sonetos de Manuel Antonio Bonilla Rebellón y Roberto Liévano; y líricas evocaciones de la ciudad escritas por Max Grillo, Emilio Rico y Juan Lozano y Lozano. Además, el autor remata magistralmente su obra transcribiendo Reminiscencias de Ibagué, El Paraíso, el legendario folleto de Alberto Castilla Buenaventura que se convirtió en insoslayable fuente de información para los estudiosos de las genealogías ibaguereñas.
Las gentes cultas de Ibagué han contraído una incancelable deuda de gratitud con la Universidad de Ibagué por su tesonera y loable tarea de reeditar nuestra buena literatura histórica del pasado, muchas veces saqueada por el plagio. Lo mismo puedo decir de la familia Márquez Tono que generosa, irrestricta y desinteresadamente colaboró para hacer realidad el viejo anhelo de ver reimpreso este referencial testimonio del devenir ibaguereño”.
** Socióloga, asesora de la Universidad de Ibagué.
*Razón Pública agradece el auspicio de la Universidad de Ibagué. Las opiniones expresadas son responsabilidad de la autora.