Algunos subestiman la visita de la vicepresidenta Márquez a varios países africanos, pero ese continente tiene una importancia y un potencial energético, económico, geopolítico y cultural muy grande para Colombia. Estas son las razones.
Mónica Amador-Jiménez*
Un mundo multipolar
Algunos comentaristas han subestimado la importancia de la visita que encabezará la vicepresidenta Francia Márquez a varios países africanos cuando en realidad se trata de un recorrido inteligente y audaz, porque en un mundo cada vez más multipolar es importante que Colombia haga una avanzada al continente africano.
La pandemia y la guerra entre Rusia y Ucrania han afectado la economía mundial, incluyendo la de los países africanos y de Colombia, donde se han elevado los precios de los alimentos y los combustibles. Sin embargo, antes de la pandemia, las principales economías africanas como Nigeria, Egipto, Sudáfrica, Argelia, Marruecos y Kenia mantenían un crecimiento sostenido, en 2022 alcanzaron una tasa de 3% y para este año se proyecta una de 4,1 %. Se espera que este ritmo se mantenga o aumente hasta 2027.
Además, para 2050 se proyecta que uno de cada cuatro ciudadanos del mundo vivirá en África. En diez años, habrá más personas en edad de trabajar en África que en China e India. Esto se debe a que la expectativa de vida ha aumentado y a las condiciones para desarrollar industrias y empleos también han mejorado. En resumen, seremos más afrodescendientes en el mundo de lo que hubiéramos podido imaginar.
África, energía sostenible y organismos internacionales
Para lograr una transición energética adecuada es preciso disponer de minerales como el cobre, que se encuentra principalmente en países africanos, así como en Chile y Perú. Este continente tiene el 60 % de los recursos solares del mundo, pero actualmente usa apenas el 1 %. África tiene el potencial de producir hasta el 40 % de la energía solar mundial, y se espera que produzca el 10 % de la energía eólica para 2050.
Los grandes inversionistas mundiales, como Estados Unidos, China y Rusia, están ingresando al mercado africano para establecer las bases de esta transición energética global. Si Colombia quiere avanzar hacia la transición energética, debe coordinar sus estrategias con las de África, de esta manera podríamos tener una mejor posición negociadora con los grandes inversionistas.
La competencia por África no se limita a inversiones tempranas en un mercado muy prometedor, que marcará la historia de la segunda mitad del siglo XXI. También tiene un aspecto geopolítico importante, pues África cuenta con 54 votos en Naciones Unidas, que son decisivos para cambiar varios de los paradigmas que Colombia y América Latina están planteando.
Para lograr una transición energética adecuada es preciso disponer de minerales como el cobre, que se encuentra principalmente en África. Este continente tiene el 60 % de los recursos solares del mundo, pero actualmente usa apenas el 1 %. África tiene el potencial de producir hasta el 40 % de la energía solar mundial, y se espera que produzca el 10 % de la energía eólica para 2050.
Estos incluyen el pago de la deuda climática, la conservación de los bosques tropicales, el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la sostenibilidad de la paz mundial y el des escalamiento nuclear. Se ha visto que no podemos confiar en Europa, América del Norte y Rusia para estos temas.
Por lo tanto, la competencia por África es también importante desde el punto de vista geopolítico, ya que las decisiones que se tomen en este continente tendrán efectos significativos para todo el mundo. Colombia debe estar atenta a estas cuestiones y trabajar en coordinación con los países africanos para lograr propósitos comunes.
Una herida en común
África y América Latina comparten una historia de colonialismo. Como resultado, tenemos la capacidad de marcar una diferencia en comparación con los dos bloques que se han consolidado desde la segunda mitad del siglo XX. Por un lado, tenemos a Norteamérica y Europa, y por el otro, a Rusia y China.
Es importante mencionar que algunos países africanos como Sudáfrica, Uganda, Egipto, Nigeria y Etiopía han optado por ser neutrales en el conflicto ruso-ucraniano. Esto nos convierte en aliados geopolíticos para mediar en un diálogo global de paz y evitar que la guerra afecte el crecimiento económico de nuestros países y que se oprima el botón nuclear.
La vicepresidenta planea visitar Sudáfrica, un país muy importante. Este logró una transición a la democracia y luchó contra el apartheid, uno de los logros más importantes del siglo XX, lo cual lo convierte en un ejemplo para aprender sobre reconciliación y desarrollo económico, pues las próximas elecciones en Sudáfrica son en 2024.
Así, además de ser la segunda economía más grande en África, después de Nigeria, es hogar de las diez empresas más importantes en África, en sectores como telecomunicaciones, finanzas y minería de oro y platino. Según el Banco Mundial, Sudáfrica lidera el tránsito hacia una economía sin carbono en el continente, lo que podría ser útil para Colombia.
Colombia puede obtener beneficios de Sudáfrica más allá de las inversiones y el intercambio tecnológico, pues podemos mejorar la formación y la investigación de nuestros profesionales mediante la cooperación en áreas como la educación, la cultura y las artes. Las universidades de Cape Town y Pretoria son de alta calidad académica y podrían ayudar a calificar a nuestros profesionales.
Esta visita se enfoca en países africanos de habla inglesa. Además de Sudáfrica, Francia Márquez también visitará Kenia y Etiopía. Aunque Etiopía fue invadida por Italia en el pasado, es el único país de África que no fue formalmente colonizado.
Hay interesantes oportunidades para establecer relaciones con países de habla francesa, como Senegal, Marruecos y Argelia, y con países de habla portuguesa como Angola, Mozambique y Cabo Verde, para lo cual podríamos trabajar con nuestros aliados brasileños.
Kenia es un país importante en África oriental y Nairobi, su capital, es la cuarta sede de Naciones Unidas, después de Nueva York, Ginebra y Viena, así que es un país muy importante en el juego internacional.
Pese a los conflictos y protestas recientes, Kenia ha mantenido su democracia y su economía está en crecimiento, con una tasa de 7,8 % similar al de Colombia de 7,5 %, Kenia tiene una economía centrada en la agricultura, la manufactura, la minería de oro, cobre y minerales raros, y el ecoturismo.
Además, este país tiene acceso directo a Asia a través de sus puertos en el Océano Índico y puede ser una puerta de entrada a los mercados y la geopolítica de África Oriental, donde se encuentran países interesantes como Uganda, Ruanda y Tanzania.
En África del Este se encuentran los principales parques naturales del continente y la trayectoria y experiencia en el manejo de estas áreas es una de las más robustas en el mundo. Los esfuerzos por la conservación de la biodiversidad y los bosques, así como permitir que las comunidades locales vivan y obtengan su subsistencia dentro de estas áreas son interesantes.
Por lo tanto, de Kenia se puede recoger esta experiencia en el manejo y conservación de la naturaleza. Además, la visita puede ayudarnos a mejora nuestra posición en la ONU y abrir nuevos mercados para nuestros productos.
Etiopía es un país con un intenso conflicto armado inter-tribal, especialmente en la región de Tigray. Incluso nuestro Nobel de Paz Juan Manuel Santos ha participado como mediador en este conflicto. Aunque la situación es difícil, Addis Ababa es la sede de la Unión Africana, el equivalente a la Organización de Estados Americanos (OEA) para América. Hay que hablar con este organismo multilateral si queremos establecer relaciones serias con África.

África y América Latina comparten una historia de colonialismo. Como resultado, tenemos la capacidad de marcar una diferencia en comparación con los dos bloques que se han consolidado desde la segunda mitad del siglo XX. Por un lado, tenemos a Norteamérica y Europa, y por el otro, a Rusia y China.
Etiopía es un competidor en la exportación de café, ya que el café es originario de allí. Sin embargo, también podemos aprender de otras experiencias de Etiopía, como la articulación de la cooperación internacional para la reforestación del Sahel, la zona de transición entre el desierto del Sahara y las selvas tropicales de África Ecuatorial.
Esta experiencia es valiosa porque reúne recursos de cooperación de diferentes donantes y coordina a los países de la región para restaurar la Gran Muralla Verde, que atraviesa África de este a oeste. A la vez, se promueve la reforestación con medios de subsistencia sostenibles para las comunidades. Podemos aplicar esta experiencia (sus aspectos positivos, así como no repetir los negativos) en nuestra intención de proteger y restaurar la Amazonía.
La visita a África de la vicepresidenta Francia Márquez y un equipo de representantes colombianos, es una iniciativa muy interesante para la política exterior del gobierno y del país. Esto demuestra una actitud multilateralista que reconoce la transición hacia un nuevo orden mundial.
Colombia necesita actualizarse para no quedarse atrás en el desarrollo económico y geopolítico, como ya lo están haciendo otros países latinoamericanos como Brasil, México y Chile, que también están buscando oportunidades en África.
La visita de Francia Márquez a África tendrá un gran efecto en Colombia, ayudando a fortalecer nuestra democracia, ya que significa aceptar que nuestra nación tiene diversas raíces ancestrales, algunas de las cuales provienen del continente africano.