Más allá de los debates superficiales o mal intencionados, éstos fueron los resultados de la gira de la vicepresidenta al África subsahariana.
Mauricio Jaramillo Jassir*
El presidente que visitó al África y a China
El primer desplazamiento de un jefe de Estado colombiano al África subsahariana fue el de Ernesto Samper como cabeza del Movimiento de Países No Alineados (MPNOAL). Igual que sucedió con Francia Márquez, llovieron críticas de la entonces oposición conservadora, que lo consideraba excesivamente costoso y muy poco productivo.
A Samper no solo lo controvirtieron por su desplazamiento al África, sino por la primera visita oficial a la República Popular China, un país lejano donde difícilmente podría encontrarse alguna compatibilidad de intereses.
El jefe de gobierno siempre aludió a la necesidad de incorporar la doctrina de respice similia, es decir, mirar a nuestros semejantes y contrarrestar la sumisión a Estados Unidos, lesiva para la soberanía.
Hace 27 años y en medio de la polémica por estos viajes, El Tiempo consultó a varios internacionalistas. Vicente Torrijos se refirió al viaje de Samper al África en los siguientes términos: “será una experiencia igual a la que se vivió con el rimbombante desplazamiento a China. Ó sea una gran expectativa, pero un vínculo diplomático y comercial muy reducido”.
En contraste, buena parte de los internacionalistas de la época apoyó la iniciativa identificando la oportunidad de oxigenar la diplomacia, tales fueron los casos de Juan Gabriel Tokatlián, Héctor Charry Samper y Fernando Cepeda Ulloa (El Tiempo, 27 de abril de 1997).
Entre 2021 y 2022, la inversión extranjera directa de China en Colombia aumentó 318%. Nadie imaginaba en aquella época, la forma como se fortalecerían las relaciones colombo-chinas.
Redescubrir el África y aprovechar la figura de Francia Márquez
La visita de Samper a Kenia y Sudáfrica dejó la puerta abierta con el África Subsahariana, pero ningún gobierno posterior había mostrado interés en profundizar los vínculos. Esto a diferencia del caso chino, territorio que todos los presidentes posteriores a Samper han visitado.
En las capitales económicas del país, difícilmente se entiende el pedido constante de la población afrodescendiente para un acercamiento de este tipo. El reclamo fue siempre desoído por presidentes, ministros y congresistas que solo conciben la diplomacia desde Bogotá.

El viaje a Etiopia, Kenia y Sudáfrica fue importante porque puso remedio a un rezago de casi 30 años y porque el liderazgo natural de Francia Márquez en el África subsahariana no se podía dejar pasar.
Andrea Alfonso, coordinadora de Asuntos Internacionales de la Vicepresidencia y a quien se debe reconocer mérito por el viaje, cuenta cómo en su visita a Cuba, la vicepresidenta tuvo la capacidad de reunir a 23 embajadores del área subsahariana, testimonio de un liderazgo genuino e inédito en la política exterior colombiana y que pasó desapercibido en la mayoría de medios.
¿Por qué? En las capitales económicas del país, difícilmente se entiende el pedido constante de la población afrodescendiente para un acercamiento de este tipo. El reclamo fue siempre desoído por presidentes, ministros y congresistas que solo conciben la diplomacia desde Bogotá.
Alcances reales, no lugares comunes
Con el viaje se gestaron las bases para profundizar las relaciones entre Colombia y un continente lleno de riquezas y potencialidades (como mostró Mónica Amador en Razón Publica).
Para entender la dimensión real de la gira hay que empezar por poner en tela de juicio la presunción de que solo se consiguen objetivos cuando se promueve el comercio.
Con los países del Sur Global difícilmente se puede pensar en complementariedad en materia de intercambios, pues se trata de economías que compiten como resultado de la división Norte Sur que abarata flujos en ese sentido, y encarece transacciones entre los Estados de la enorme y mayoritaria periferia.
La presencia de Márquez en Etiopia, Kenia y Sudáfrica produjo avances en tres frentes: cooperación, diálogo político y multilateralismo.
En el primero sobresalen acuerdos para permitir emprendimientos con enfoque diferenciado como “Ella exporta” que busca facilitar la llegada de productos de mujeres colombianas en los tres Estados subsaharianos. El programa responde no solo a una promesa de gobierno, sino a saldar un pasivo del Estado colombiano durante décadas, política exterior con enfoque de género.
De igual forma, la posibilidad de avanzar en cadenas de valor para el café con Kenia y Etiopia permitiría que Colombia exporte capacidades, así como en el pasado se concretaron en materia de defensa y seguridad en América Central. Debemos superar el mito de que solo somos capaces de exportar conocimiento en seguridad y defensa y contemplar que el emprendimiento colombiano es apetecible en otras zonas.
En turismo sostenible habida cuenta de la enorme vulnerabilidad de ambas regiones frente al cambio climático, es invaluable el Memorando de Entendimiento firmado. El turismo es una de las fuentes de ingresos con mayores posibilidades de proyección, solamente en marzo de este año se produjo un aumento de 63,5% respecto al mismo mes en 2022.
En cuanto al diálogo político y el multilateralismo, es relevante el involucramiento con la Unión Africana con intermediación de Kenia y Etiopia en cuya capital está la sede del organismo. Nairobi es el centro de las actividades del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) por lo que esa nación ha acumulado conocimiento respecto del desarrollo de formas de producción que palíen la pobreza al tiempo que sean compatibles con los ecosistemas.
África es esencial en una reivindicación que debe ser prioritaria para nuestra política exterior en los años venideros: el canje de deuda externa por inversión en energías renovables y protección del medio ambiente.
A este conjunto se suman acuerdos cuyo desarrollo depende de que gobiernos futuros hagan viable el acercamiento con la apertura de más misiones diplomáticas. Actualmente disponemos de seis, la mitad en el norte, Argelia, Egipto y Marruecos y el resto en el espacio subsahariano, Ghana, Kenia y Sudáfrica.
Después del viaje, la idea es que se dé la apertura de la embajada sudafricana y que Colombia abra una en Etiopía. En este momento no hay una sola embajada de Estados subsaharianos en territorio colombiano. Solamente con una presencia activa se puede pensar en turismo, inversiones, intercambios educativos y movilidad humana sostenibles en el tiempo y con costos transaccionales razonables.
La apuesta por el África subsahariana debe sobrepasar la idea sin fundamento de que se trata del continente del futuro, pero sin presente. No se puede seguir aplazando el acercamiento. Basta imaginar cómo estaríamos hoy en día si los gobiernos de Pastrana, Uribe, Santos y Duque hubiesen seguido la tradición de estrechar lazos, así fuera con pequeños pasos.
Desafíos futuros
Colombia es parte del Sur Global o lo que algunos denominan países en vías de desarrollo. Sin embargo, su política exterior ha estado alineada con Estados Unidos, por razones geopolíticas, algunas comprensibles y justificadas. El problema radica en pensar que cualquier intento por diversificar las relaciones con otras regiones del mundo implique un abandono de esa alianza.
Como parte del Sur, el país tiene hoy unas reivindicaciones en materia de seguridad alimentaria, transición energética, defensa del medioambiente, multilateralidad y comercio justo que desde el norte industrializado se aprecian con distintas ponderaciones que en nada tiene que ver con nuestras sensibilidades.
La apuesta por el África subsahariana debe sobrepasar la idea sin fundamento de que se trata del continente del futuro, pero sin presente. No se puede seguir aplazando el acercamiento. Basta imaginar cómo estaríamos hoy en día si los gobiernos de Pastrana, Uribe, Santos y Duque hubiesen seguido la tradición de estrechar lazos, así fuera con pequeños pasos. Tendríamos más inversiones y comercio, movilidad humana y cooperación y seguramente el control político sobre esta gira, se hubiese podido hacer con menos prejuicios y de forma más efectiva.
Basta observar a quienes ejercieron un control pormenorizado de gastos del viaje. Una vez concluida la gira, no han mostrado interés alguno por indagar en los 17 mecanismos de cooperación suscritos o en los resultados generales. Como recuerda Jerónimo Delgado Caicedo, internacionalista y apasionado por el África cuando le preguntan por el balance del viaje. “Palabras más, palabras menos” asegura que el mayor éxito reside en poner a esta región en boca de todo un país que rara vez habla de temas internacionales.
Así fuera por unas semanas, en la retórica internacional avara de los medios, asomó un África complejizada y alejada de los odiosos pero muy cómodos lugares comunes.