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Estados Unidos: elecciones decisivas para el mundo

Escrito por Diana Rojas
Diana Marcela Rojas

Diana-Marcela-RojasCinco temas para escoger entre Obama y Romney: economía, migración, seguridad, riesgo climático / política energética, visión geoestratégica. Y la escogencia nos va a afectar a todos.

Diana Marcela Rojas* 

Sigue siendo un imperio

Parecen evidentes las razones por las cuales las elecciones presidenciales en Estados Unidos constituyen la decisión más trascendental para el planeta, pero no alcanzamos a medir el impacto que ellas tendrán en el orden mundial de los años por venir.

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América Latina sólo ha sido mencionada de paso por el candidato Romney en relación con los tratados de libre comercio.
Foto: Facebook de Mitt Romney
 

Estados Unidos sigue siendo “la nación indispensable”, la única potencia con un alcance y una influencia económica, política y militar de carácter global, pese a su grave y enquistada crisis económica, al deterioro de las condiciones de vida de amplios sectores de su población, al enorme déficit fiscal, a la gigantesca deuda externa, a la parálisis política como consecuencia de la radicalización de los partidos y a los fracasos de las guerras en Irak y Afganistán.

Basta con citar algunas cifras:

  • la economía estadounidense es la más grande del planeta al aportar la cuarta parte del PIB mundial.
  • su gasto militar representa más del 40 por ciento del total mundial y supera el gasto conjunto de los siguientes catorce países con los ejércitos más grandes.
  • este extraordinario dispositivo militar no sólo dispone del arsenal más grande y sofisticado — convencional y no convencional — sino de una capacidad de despliegue sin igual: 865 bases e instalaciones en el extranjero.
  • pese a la competencia de los países asiáticos, Estados Unidos sigue siendo el líder en la investigación científica y la innovación tecnológica: 11 de las 20 mejores universidades del mundo son estadounidenses;
  • el American Dream sigue atrayendo a cientos de miles de migrantes cada año y
  • la máquina de sueños de Hollywood seduce a millones de espectadores en todas partes.

Sin duda, el rumbo que tome Estados Unidos concierne, de una manera u otra, al mundo entero; pero ¿qué diferencia habría entre un segundo mandato del presidente Obama y una administración republicana con Mitt Romney?

No da lo mismo

En primer lugar, las medidas económicas para solucionar la crisis variarían de manera significativa entre republicanos y demócratas. La propuesta conservadora se basa en el dogma de la libertad de mercado y aspira a reducir la intervención del Estado. Romney propone entonces:

  • el recorte del gasto fiscal en todos los sectores — a excepción del gasto militar — ;
  • deshacer la reforma progresista a la salud que hizo Obama;
  • privatizar los ferrocarriles;
  • hacer permanentes los recortes tributarios de la era Bush, con el fin de estimular la creación de nuevos empleos;
  • crear 12 millones de empleos y adoptar medidas para retener el capital humano en el país.

Entre tanto, Obama promete más de lo mismo:

  • aumento de la ayuda federal a los Estados,
  • bajar impuestos a la clase media y aumentarlos a los más ricos;
  • mayor inversión social, con reformas en salud y educación;
  • programas de reentrenamiento para los trabajadores;
  • aumento del control de las operaciones financieras.

Ambas plataformas están dirigidas a lograr la recuperación de la economía estadounidense. Sin embargo, ¿cuál de ellas parece más prometedora? Los especialistas no se ponen de acuerdo, pero la propuesta demócrata, aunque limitada, parece ser más realista que la republicana. Sea cual sea el resultado, el rumbo que tome la economía estadounidense tendrá un impacto decisivo en el ritmo de la economía global.

Se acaba el sueño americano

En segundo lugar, con respecto a la migración, los republicanos se han mostrados reticentes a aprobar una reforma amplia; el apoyo a políticas represivas como la Ley de Arizona muestra que, bajo un gobierno Romney se acentuaría el enfoque que criminaliza la migración ilegal.

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La propuesta conservadora se basa en el dogma de la libertad de mercado y aspira a reducir la intervención del Estado.
Foto: Facebook de Mitt Romney
 

Entre tanto, el Dream Act propuesto por Obama busca una salida intermedia entre una abierta amnistía y la deportación masiva. Esta iniciativa le otorga una residencia permanente a los jóvenes escolarizados que hayan llegado como menores de edad al país; sin embargo, el proyecto sigue estancado en el Congreso.

Las probabilidades de hacer realidad ese sueño en suelo estadounidense serán cada vez más bajas: ya sea bajo un gobierno demócrata o uno republicano, tanto para los migrantes indocumentados que lleven años esperando una oportunidad para obtener la ciudadanía, como para aquellos que desde los países subdesarrollados todavía aspiran a una vida mejor en Estados Unidos.

Las palomas son halcones disfrazados

En tercer lugar, en lo concerniente a la seguridad internacional, tradicionalmente los demócratas ha sido asociados con las “palomas”, mientras que los republicanos tenderían a ser más “halcones” es decir, serían proclives al uso de la capacidad militar en la solución de los conflictos.

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Su gasto militar representa más del 40 por ciento del total mundial y supera el gasto conjunto de los siguientes catorce países con los ejércitos
más grandes.

Foto: Casa Blanca.
 

Sin embargo, la presidencia de Obama no puede calificarse de “blanda” – pese a la tentativa inicial de reactivar un proceso de paz entre palestinos e israelíes, la intención de promover una gestión más multilateral y consensuada de la seguridad global, y el retiro de las tropas de Irak.

Si bien el actual gobierno redujo sus intervenciones militares abiertas, ha hecho uso intensivo de los llamados “drones”, de las operaciones clandestinas y de los targeted killings (asesinatos selectivos). Se pasó del estilo de una guerra abierta como la de Irak, a la denominada “guerra fantasma”, una estrategia menos costosa, más “limpia” y aceptable para los políticos y para la opinión pública norteamericana, pero no menos letal.

Las sanciones a Irán, así como las declaraciones en el sentido de que la opción militar no está descartada, no dejan dudas sobre el propósito de impedir a cualquier costo la proliferación nuclear en Medio Oriente y de mantener su alianza privilegiada con Israel.

Mientras tanto, bajo la presidencia de Romney sería de esperar una actitud más belicosa – y en concordancia con sus declaraciones respecto a mantener el liderazgo y la supremacía mundial de Estados Unidos haciendo uso de “todos los recursos a su disposición”. Algunos se preguntan si una nueva administración republicana no vendría a ser una especie de tercer mandato Bush, dada la influencia que siguen teniendo el sector neoconservador y el radical Tea Party dentro del partido.

En fin, si bien la diferencia entre Romney y Obama no equivale a elegir entre la guerra y la paz internacionales, lo cierto es que sigue habiendo cierta distancia entre una versión más liberal y una más conservadora del imperio.

Riesgo ambiental y política energética

En cuarto lugar, en lo tocante a riesgos globales como el cambio climático, los republicanos se han mostrado renuentes a plegarse a regímenes de carácter multilateral como el protocolo de Kyoto.

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El Dream Act propuesto por Obama busca una salida intermedia entre una abierta amnistía y la deportación masiva para los inmigrantes.
Foto: Casa Blanca
 

La devastación producida por el huracán Sandy a una semana de las elecciones hace pensar que, pese a que el tema no ha estado en la agenda electoral, más temprano que tarde la próxima administración tendrá que enfrentar el problema y entablar un dialogo más franco y cooperativo con la comunidad internacional.

En cuanto a los recursos energéticos, ambos candidatos han afirmado la necesidad de garantizar la seguridad energética nacional, pero sus posiciones son diferentes:

  • Romney insiste en aumentar la producción doméstica de petróleo, gas y carbón, así como la energía nuclear para alcanzar la independencia energética en 2020. Se emprenderían nuevas exploraciones en el Golfo de México, Alaska y la Costa Atlántica bajo iniciativa privada. Ha propuesto también completar el oleoducto Keystone XL (que atraviesa el país de norte a sur) y cuya construcción se encuentra detenida por razones ambientales.
  • Obama combina un mayor respeto medioambiental — manteniendo la prohibición de nuevas exploraciones en espacios protegidos — y haciendo una apuesta por las energías renovables y la eficiencia energética.

Estas diferencias por supuesto tendrán un impacto tanto sobre los mercados de hidrocarburos como sobre los avances científicos en la materia y los efectos medioambientales en todas partes.

 

Visión global insuficiente, elecciones determinantes

Finalmente, con respecto a la visión que Estados Unidos tiene del resto del mundo, la atención seguirá concentrada en Medio Oriente por razones geopolíticas y de seguridad.

El otro gran foco de atención lo constituye China. Frente a ella, los candidatos también presentan una perspectiva diferente:

  • Para Obama, el gigante asiático, además de ser el mayor acreedor de Estados Unidos, es un aliado comercial con el que hay que tener relaciones cordiales;
  • Entretanto, Romney calificó a ese país como “adversario”, y ha criticado a Obama por no haber sido suficientemente agresivo contra las injustas prácticas comerciales chinas. El republicano prometió sanciones unilaterales, así como una acción coordinada con países aliados para obligar a China a cumplir con las reglas globales de comercio.

De otra parte, Europa no aparece en el radar, sino para señalar los malos ejemplos que no se deben seguir, como el de Grecia.

En cuanto al vecindario, América Latina sólo ha sido mencionada de paso por el candidato Romney en relación con los tratados de libre comercio. La región sigue siendo vista como una reserva de materias primas y como mercados secundarios para las exportaciones estadounidenses (¡nada muy distinto de lo que ya significábamos para la potencia un siglo atrás!). En esto no hay diferencias significativas entre los dos candidatos.

El próximo martes se juega no sólo el destino de Estados Unidos para por lo menos los próximos cuatro años, sino que se define una parte significativa de la agenda internacional: estas elecciones resultan determinantes en el rumbo y la comprensión del actual juego político mundial.

 

* Investigadora y docente del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales, IEPRI, de la Universidad Nacional, co-directora del Centro de Estudios Estadounidenses CEE-Colombia.

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