Está lejos el primer día de la paz estable - Razón Pública
Inicio TemasEconomía y Sociedad Está lejos el primer día de la paz estable

Está lejos el primer día de la paz estable

Escrito por César González

cesar gonzalez muñozJunto con la indispensable contundencia militar y policial y con reformas liberales como las que han echado a andar en la escena legislativa, Colombia necesita una revolución cultural que le abra espacios a la vida apacible.

César González Muñoz *

Es el fin del fin, apuntan algunos especialistas en asuntos de guerra, que la ven como un  juego de vídeo.  Es el principio del fin, dicen los gobernantes. Acabo de leer otro análisis periodístico que dice que estamos en el fin del principio. Más allá de los juegos de palabras, si uno piensa en las condiciones de una Colombia apacible (no apaciguada a golpes como una protesta callejera violenta), pues estamos lejos.

La paz estable no va a estallar delante de los ojos de esta generación. Si nos va bien, ella irá consolidándose guiada por la igualdad, por la erradicación de la miseria, por la justicia, después de haberles extirpado las organizaciones armadas ilegales.

Hay que seguir viviendo el día a día en estas breñas; Colombia tendrá que montarse en una continua rutina de acciones promotoras de una sociedad apacible, para que después amanezca la historia de una paz estable; la que nunca, nunca, ha reinado en este territorio  en los últimos doscientos años.  

Me alegran mucho, y observo con entusiasmo, las acciones de paz  que propone el gobierno con el apoyo de amplios sectores políticos incluyendo el Partido Liberal. Acciones de paz como la Ley de Víctimas y la de Restitución de Tierras, combinadas con la acción militar y policial del Estado, hacen la receta que se necesita para que los futuros moradores de este país huelan el aire de la vida apacible. Los que ven la guerra como un juego de vídeo, y quienes dicen que hay que convertir, ya, las armas estatales en herramientas, son víctimas de alucinaciones peligrosas. Tanto más  si llegaran al poder: mucho daño le harían a esta comunidad, alejando el primer día de la paz estable.

Hay que poner el registro histórico al derecho: El Partido Liberal ha sido el promotor y el proponente de las principales reformas que ahora están puestas a consideración del Congreso. Hoy día ese partido no es mayoritario, por cuenta de mucha heridas auto infligidas. Pero las ideas liberales tienen una fuerza enorme en el espíritu colectivo, y comandan una evidente influencia en la agenda del gobierno sin estar formalmente en él.  Son los extraños modos de la política.  Ya veremos cómo les va a las ideas liberales y al Ejecutivo en el piso del Capitolio con estas acciones de paz.

En el Congreso hay fuerzas que insisten  en construir un país sobre los cimientos del autoritarismo, la dictadura y la exclusión; son las mismas que hoy chupan mucho del débil néctar fiscal que produce el Estado colombiano. Las nociones de cambio no la van a tener fácil.  

Ahora bien, junto con la indispensable contundencia militar y policial y con reformas liberales como las que han echado a andar en la escena legislativa, Colombia necesita una revolución cultural que le abra espacios a la vida apacible. Creo que muchísimos compatriotas, víctimas, espectadores y protagonistas de las violencias históricas nuestras, tienen pensamientos sumamente violentos y crueles, cuyo predominio podría destruir cualquier éxito militar, cualquier avance progresista en la organización colectiva. No concuerdo con quienes se alivian con la idea del Buen Salvaje y piensan que todo será paz y armonía cuando haya "condiciones objetivas".  El Estado tiene una tremenda obligación en este campo cultural, empezando por los propios funcionarios, algunos de los cuales, a muy alto nivel, destilaron una crueldad inaceptable con ocasión de la muerte de Jojoy. El Estado no puede tener un espíritu de revancha frente  a sus enemigos militares; es desalentador ver a funcionarios estatales propiciando en la gente la carnicería y no la indignación civilizada frente a los actos y a los destinos de los criminales.

 *Cofundador de Razón Pública. Para ver el perfil del autor, haga clic aquí. 

Artículos Relacionados

Dejar un comentario

*Al usar este formulario de comentarios, usted acepta el almacenamiento y manejo de sus datos por este sitio web, según nuestro Aviso de privacidad

Este sitio web utiliza cookies para mejorar tu experiencia. Leer políticas Aceptar

Política de privacidad y cookies