
El desempleo sigue disparado, pero los empleadores no logran cubrir sus puestos de trabajo: esta es la paradoja de la recuperación económica. Un examen novedoso del mercado laboral en Colombia.
Paola Ríos*
Renuncias masivas
La demanda de trabajadores ha venido aumentando gracias a la recuperación económica y a la relajación de los controles sanitarios sobre las actividades comerciales.
Y sin embargo en varios países — especialmente en los países desarrollados— se habla de la dificultad de las empresas para llenar sus vacantes. Al mismo tiempo, y para completar la paradoja, este fenómeno ha sido acompañado por un aumento en las actividades de búsqueda de empleo por parte de las personas que desean conseguirlo.
Lo último se explica sin mayor dificultad: ante un panorama económico más favorable, los trabajadores están buscando mejores oportunidades, por ejemplo, empleos con horarios más flexibles. Se habla, incluso, de una renuncia masiva o de una “gran renuncia” (“The Great Resignation”): un encuesta de Microsofot encontró que 41% de los trabajadores de distintos países estaba pensando en renunciar. En abril, Estados Unidos marcó un número récord de personas que renunciaron a sus trabajos (desde que se comenzó a llevar un registro en el año 2000).
El fenómeno anterior puede explicarse en Estados Unidos o en Europa, donde la recuperación económica sucede más rápidamente, las tasas de desempleo son más bajas y los mercados de trabajo son más competitivos. Pero en Colombia la paradoja es más difícil de explicar: aunque se reportó un record en el número de empresas que afirman tener dificultades para encontrar trabajadores, nuestro mercado laboral funciona de manera muy distinta de los mercados de países desarrollados.
Expectativas de contratación
Una encuesta reciente de Manpower indica que el 70% de los empleadores en Colombia tienen dificultades para cubrir puestos de trabajo. Es el número más alto en los últimos diez años; en 2019 (antes de la pandemia) era de apenas 54%.
Si bien el valor actual coincide con el del mundo en su conjunto (69% de empleadores que reportan escasez de trabajadores), la expectativa de contratación que tienen las empresas colombianas es diferente.
Manpower define la expectativa neta de contratación como el porcentaje de empresarios que pretenden contratar más trabajadores en el próximo trimestre menos el porcentaje que prevé un recorte de personal. En Colombia, esta expectativa neta es del 5% para el tercer trimestre de 2021, mientras países como Estados Unidos, Taiwán, Australia, Grecia o Islandia tienen una expectativa igual o superior al 15%. De 43 países incluidos en la encuesta, Colombia está entre los diez con menor expectativa de contratación. Por lo tanto, aunque las empresas nacionales afirman tener problemas para cubrir las vacantes, su expectativa de contratación no es muy alta.
¿Por qué es difícil cubrir las vacantes?
Infortunadamente el reporte de Manpower no nos permite indagar si la dificultad de las empresas para encontrar empleados es generalizada —para toda clase de ocupaciones— o se concentra en cierto tipo de perfiles. En términos generales, sin embargo, hay tres tipos de factores que podrían explicar por qué las empresas estan teniendo más problemas que antes para cubrir sus vacantes.
- Que sus mecanismos de búsqueda sean deficientes y les impidan encontrar los candidatos ideales.
- Que los trabajadores perciben un clima ideal para buscar mejores opciones y por lo tanto sean más exigentes a la hora de elegir un trabajo.
- Que exista un desbalance entre lo que buscan las empresas y la formación o las habilidades que tienen los trabajadores.
Respecto del primer factor hay que decir que los mecanismos de los empleadores para encontrar candidatos hoy son probablemente mejores que hace diez años. Hoy existen más agencias de empleo y plataformas digitales más capaces de encontrar al candidato ideal, escogiendo entre un mayor número de aspirantes.
El segundo factor opera, sobre todo, en mercados laborales muy estrechos, donde la tasa de desempleo es muy baja. Pero estas no son características del mercado laboral colombiano. Como ya vimos, la expectativa de contratación no es muy elevada y no ha llegado a los niveles de antes de la pandemia; lo mismo sucede con la tasa de desempleo. No obstante, algunos puestos de trabajo que tienen una alta demanda sí pueden producir un clima más competitivo.
Sobre el tercer factor —que indicaría un desbalance entre las habilidades demandadas y las habilidades ofrecidas— no se tienen datos generales que puedan demostrarlo de manera clara y concreta. Sin embargo, en Colombia hay estudios de algunos sectores que sí sugieren una posible escasez de talento, sobre todo en el sector tecnológico.

Escasez de talento especializado
Según el registro de vacantes en el Servicio Público de Empleo (SPE), parece que la demanda de trabajadores con un nivel educativo superior al bachillerato ha tenido un mayor dinamismo en el último tiempo. Durante el primer semestre de 2021 este tipo de vacantes aumentó 26% respecto del 2020, aunque está un 15% por debajo de lo registrado en 2019.
En cuanto a las vacantes para bachilleres o personas con un nivel educativo más bajo, el aumento comparado con el primer semestre de 2020 fue del 21% y el rezago frente al primer semestre de 2019 fue del 25%. Estas cifras pueden ser un indicio de que hay mayor demanda de perfiles técnicos o profesionales.
Asimismo, la pandemia aceleró la adopción de tecnologías, lo cual sugiere que habría una mayor demanda de personas capaces de manejar las herramientas tecnológicas. Esto también lo sugiere un análisis de los textos de 1.183.501 ofertas de empleo según el cual las competencias informáticas —que van desde la ofimática hasta el manejo de software especializado— fueron más numerosas en 2020 que en 2019.
Un estudio para identificar las brechas de capital humano en el sector de las TIC — elaborado por el Ministerio del Trabajo, el Ministerio de las TIC y otras entidades— encontró un déficit de programas educativos para cargos asociados con el desarrollo de software y una brecha en la demanda de estos programas; es decir las personas optan por estudiar otras carreras.
El mismo estudio indica que hay una distancia entre lo que necesita el sector productivo y las habilidades que tienen los egresados de las instituciones educativas; especialmente en cuanto a “habilidades blandas”, como la orientación al cliente, las destrezas de comunicación, el liderazgo y la resiliencia.
Otro análisis elaborado por CEPAL, usando información de dos plataformas de trabajo remoto, indica que, a pesar de la demanda global de oficios en el sector de la economía digital, en Colombia no hay una oferta suficiente de cargos relacionados con tecnologías de la información, programación, ventas y marketing. Este mismo reporte señala la escasa representación de las mujeres en la economía digital, especialmente en oficios relacionados con tecnologías de la información y programación.
Un estudio más, elaborado por el Ministerio de Trabajo, el Ministerio de Cultura y otras entidades, sobre los sectores de audiovisuales y BPO (Bussiness Process Outsourcing), mostró brechas en el manejo de inglés, herramientas TIC y programación. También se observaron brechas en “habilidades blandas” como la comunicación asertiva, el autoaprendizaje o el relacionamiento.
Más educación y orientación profesional
Aunque se necesita más información para entender este aumento del porcentaje de empresas que tiene dificultades para encontrar personal, sí podemos afirmar con certeza que la pandemia aceleró el proceso de digitalización en muchos sectores productivos e impulsó especialmente al sector tecnológico. De igual forma, las tendencias globales muestran la necesidad de tener una fuerza laboral con más alto nivel educativo, habilidades en herramientas TIC y con talento en “habilidades blandas”.
Los datos en Colombia parecen confirmar esta tendencia. Hay más demanda de personas con habilidades en informática y de perfiles técnicos y profesionales. Por eso han de ajustarse los programas académicos, no solo en la educación terciaria sino también en los procesos formativos más tempranos y en la orientación profesional, pues parte de la escasez de talento se puede explicar por la poca disponibilidad de personas que optan por carreras en el sector de la economía digital o que adquieren habilidades en herramientas TIC. Además, deberían prestarse otros esfuerzos para mejorar las habilidades de quienes ya participan en el mercado laboral.