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Encuentro ciudadano por la democracia: pedimos la palabra

Escrito por Francisco Leal Buitrago
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Francisco-Leal-2012La sorpresa política de la semana en Colombia: acaba de nacer un movimiento de ciudadanos indignados y conocidos, que esperan movilizar masivamente a otros ciudadanos anónimos, numerosos e igualmente indignados. Con habilidad y conectando redes sociales, podría estarse gestando una nueva ola verde.

Francisco Leal Buitrago

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Desde el día del encuentro comenzó la difusión de noticias fragmentarias, en función de los intereses de medios y periodistas.   Foto:feeddoo.com.

Resultó otra cosa

El anuncio de un encuentro de ciudadanos y ciudadanas llamado ‘Pedimos la palabra’ — programado para el 8 de agosto, en Medellín— despertó toda clase de especulaciones, desde las de periodistas que buscaban ‘chivas’ sin tomarse el trabajo de constatarlas, hasta columnistas de conocidos diarios e invitados a programas con amplias audiencias, como ‘Hora 20’.

Se dijo, entonces, que el encuentro buscaba reconciliar a Santos con Uribe, que era promovido por desocupados que buscaban protagonismo, o por políticos frustrados que querían resucitar. Estos fueron algunos calificativos expresados con la arrogancia propia de trayectorias profesionales conocidas a través de medios de opinión pública. Desde el día del encuentro comenzó la difusión de noticias fragmentarias, en función de los intereses de medios y periodistas.

Lo cierto es que el evento atrajo la atención pública debido a la filtración de los nombres de algunos asistentes:

  • Figuras reconocidas por su tránsito por la política, como Antanas Mockus y Antonio Navarro.
  • También asistieron entre otros —en calidad de políticos y de exfuncionarios del Estado— Iván Marulanda, José Gregorio Hernández, Juan Manuel Ospina, Ángela María Robledo y Alonso Salazar.
  • Académicos, como José Antonio Ocampo, Manuel Rodríguez y Salomón Kalmanovitz;
  • Miembros de ONG comprometidas con la democracia, como Gustavo Gallón, Pedro Santana, Pedro Medellín, Armando Novoa, Eugenio Marulanda y Claudia López;
  • Indígenas, como Lorenzo Muelas.

Comunicado de ciudadanos indignados

Estos – y otros que no pudieron asistir – suscribieron un comunicado difundido al final de la reunión, donde se afirma, entre otras cosas, lo siguiente:

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Antanas Mockus, el líder de la Ola Verde, ahora hace parte de este nuevo movimiento ciudadano. Foto:especiales.universia.net.co

“Somos un colectivo que hace parte de la ciudadanía indignada que se ha tomado la palabra para ejercer la controversia con argumentos y propuestas ajenos a la polarización y el engaño, y la arbitrariedad y la demagogia, que quieren copar el debate público.”

“Se trata de recuperar el sentido público, ético y representativo de la política, haciendo frente a la corrupción, a la captura criminal de lo público y al uso de las instituciones del Estado al servicio de la clase política que lo dirige. No se requiere reconciliación de personalismos, sino de la política con las aspiraciones de la ciudadanía.”

“Nuestro compromiso es la promoción de acciones permanentes para combatir la desigualdad, la pobreza, la inequidad y la exclusión que agobian regiones y ciudadanía. Se requiere que el modelo económico del país incluya, de manera efectiva, la política social, para difundir los beneficios de la economía a toda la ciudadanía.”

“Pedimos no aplazar más las soluciones al desarreglo institucional del Estado permeado por el clientelismo y la corrupción. Nuestra mayor aspiración es la paz de Colombia, fundada en la política al servicio del ciudadano, la equidad, la justicia y la inclusión, objetivos firmes basados en el respeto a la Constitución.”

“Nuestro propósito inmediato es recorrer el país, incluir más voces y escuchar todos los ángulos, mediante una plataforma de diálogo y acción ciudadana, que traduzca los propósitos en acciones que influyan en el rumbo de la sociedad, las instituciones y la política, a través de todos los caminos contemplados por la democracia.”

Sobre esta base, el encuentro previó una próxima reunión ampliada en Cali, con fecha aún sin definir pero para antes de que finalice este año, cuya organización quedó a cargo de un pequeño grupo de los asistentes. Durante la presentación formal del comunicado ante la prensa, tres voceros del encuentro abrieron un espacio a preguntas, cuyas respuestas se sintetizan a continuación.

  • No se trata de abordar asuntos electorales, como elaborar listas para corporaciones públicas o definir una candidatura presidencial, sino de comenzar un trabajo sistemático apoyado en los principios expresados en el comunicado. Pero no se descarta la posibilidad de que en algún momento puedan abordarse tales asuntos, de acuerdo con la dinámica que adquiera ese trabajo.
  • Se trata, más bien, de asumir responsabilidades ciudadanas frente a los graves problemas que afronta el país, sin descartar ninguna de las opciones que permite la Constitución. Pero para esto no se requiere elaborar planes específicos previos que vayan más allá de lo expresado en el comunicado. Éste representa un común denominador de lo que piensa y defiende un grupo heterogéneo de ciudadanos y ciudadanas que esperan que se amplíe de manera exponencial.

Dar voz a los ciudadanos

Las expectativas y los chismes que se dieron antes y después del encuentro no se debieron solamente a las razones inicialmente expuestas. Se trata sobre todo de entender los grandes cambios que se han dado de manera rápida en las formas de comunicación, diferentes de las acostumbradas: prensa, radio y televisión, e incluso a lo que se desarrolló en las últimas dos décadas con el internet.

Francisco_Leal_pido_palabra_primavera_arabeTalvez el ejemplo más conocido de las veloces y multiplicadas cadenas de comunicación es de lo que se llamó la primavera árabe.   Foto:fundeu.es

Las veloces y multiplicadas cadenas de comunicación, mediante dispositivos de bolsillo cada vez más sofisticados, han mostrado sus bondades. También han enfrentado legislaciones que van a la zaga de esos cambios tecnológicos, lo que ha desatado conflictos cada vez más globalizados. Tal vez el ejemplo más conocido de esa expansión es el veloz desarrollo y las ramificaciones imprevistas de lo que se llamó la primavera árabe.

Tanto en el plano nacional como en el internacional, casi a diario ocurren sorpresas derivadas del alcance de esos medios alternativos y también es posible contrarrestar el deterioro –más o menos visible– de las democracias liberales, así como también los deslizamientos autoritarios que han experimentado algunas de ellas.

Además, es factible confrontar la tendencia que estos regímenes políticos presentan frente al encumbramiento de los poderes económicos trasnacionales, que disimulan manejos estatales corporativistas e incluso pueden limitar el alcance de decisiones de los líderes políticos en países avanzados.

Los periodistas se valen cada vez con mayor intensidad de estos efectos multiplicadores de expectativas, sobre todo en el orden político, para subsistir en un entorno competitivo, pero apegado a los designios de grandes y poderosos empresarios dueños de los medios.

Contra el monstruo de mil cabezas, tomarse la palabra

Si se administra de manera adecuada y prudente el surgimiento de este ‘genio’ del fondo de una especie contemporánea de ‘lámpara de Aladino’, es posible confrontar problemas tan graves y arraigados, como los que experimentamos hoy en esta sufrida y vilipendiada Colombia.

Por eso, aunque con expectativas ambivalentes —dados los enormes poderes tentaculares de la ‘mano negra’— renace una luz de esperanza: ojalá experimentos como el que reseño en este artículo logren incorporar buena parte de la diversidad de ciudadanos que han perdido la fe, se han tornado apolíticos para sobrevivir en términos sicológicos o esperan oportunidades imprevistas.

La “ola verde” en las pasadas elecciones fue apenas una muestra de lo que puede llegar a ser un movimiento en pos de recuperar la ética en la política, pese a las temerosas y desmedidas expectativas de orden negativo, que incluso afectaron en su momento al candidato que ganó la Presidencia, al punto de acudir al todo vale contratando al tal J.J. Rendón.

Esta clase de movilizaciones sociales –que pueden tornarse en movilizaciones políticas si alcanzan las dimensiones y la coherencia necesarias– es en la práctica tal vez el único instrumento con que puede enfrentarse hoy ese monstruo de mil cabezas constituido por el clientelismo, la corrupción pública y privada, el enriquecimiento fácil, la amplia y diversa criminalidad, el abandono de la población desposeída, marginada y en la miseria, y que carece de cualquier asomo de condición ciudadana como tal.

Por eso es importante unirse a esta propuesta, con el fin de aprovechar las circunstancias locales, regionales, nacionales e internacionales donde ha surgido y tratar de escapar del ambiente nacional cada vez más desesperanzador que nos arrasa.

Para ello no se requiere sino voluntad, creer y poner en práctica el común denominador de los principios básicos expresados en la declaración del ‘Encuentro ciudadano por la democracia’: pidamos, pues, la palabra, difundámosla y transformémosla en acciones colectivas, mediante el ejercicio ciudadano, cada vez más desvirtuado y deformado.

* Profesor Honorario de las universidades Nacional de Colombia y de Los Andes. 

 

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Dígalo en RP l Agosto

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