Fue elegido con el mayor número de votos en la historia, pero a juzgar por las encuestas no le está yendo muy bien. Estos son los avances y estas son las frustraciones en cuatro y medio meses de gobierno.
Fabián Alejandro Acuña*
¿Y la luna de miel?
Durante estos primeros meses del gobierno de Iván Duque se han registrado varias salidas en falso, que a su vez explicarían la caída vertical en su popularidad. Incluso, como observan medios internacionales, el presidente de Colombia se encuentra entre los más impopulares de la región latinoamericana. Pero a diferencia de los otros, Duque acaba de posesionarse.
Verdad que la primera etapa de un gobierno suele ser difícil y que para llevar a cabo un balance ponderado debe tenerse en cuenta que:
- El gobierno entrante hereda problemas, proyectos inconclusos, déficits y descontentos del gobierno pasado y de gobiernos anteriores.
- Mientras el legislativo aprueba el plan de desarrollo y la propuesta económica del nuevo gobierno, este debe funcionar con los recursos disponibles del plan de desarrollo anterior.
- El nombramiento de nuevos funcionarios puede ser más difícil cuando la burocracia de gobiernos anteriores se mantuvo durante dos periodos por la vía de la reelección, como es el caso de Colombia.
Pero a pesar de esas dificultades, la primera etapa de gobierno también suele ser “la luna de miel”, entre otras razones porque:
El presidente de Colombia se encuentra entre los más impopulares de la región latinoamericana.
- El gobierno entra fortalecido por el nuevo aire que respira el país tras el desgaste del gobierno anterior.
- Acaba de ganar unas elecciones nacionales y puede aprovechar la necesidad que tienen las demás fuerzas políticas de hacer alianzas con el ganador.
- Por eso mismo en esta etapa suele ser posible efectuar las reformas o impulsar las iniciativas más ambiciosas del nuevo gobierno.
Pero parece que el gobierno Duque no ha podido aprovechar las oportunidades de estos primeros meses. Sobre sus políticas no hay mucho que decir, porque son pocas las que ha podido poner en marcha. En cambio, ha acumulado desaciertos que un balance objetivo no podría pasar por alto.
Las protestas estudiantiles
![]() Presidente Iván Duque. Foto: Facebook Iván Duque |
El problema de la financiación de la universidad pública no tiene su origen en el gobierno de Iván Duque.
El modelo neoliberal de principios de los años noventa implicó entregarle al sector privado ciertas funciones que deberían encontrarse en manos del Estado. Una de esas funciones es la educación, por tratarse de un motor esencial del crecimiento económico y de la movilidad social para los menos favorecidos.
Peo aunque se tratara de un problema heredado, el nuevo gobierno tenía la oportunidad de adoptar una política distinta frente a la educación pública, mucho más cuando una de las propuestas de la campaña de Duque decía textualmente: “70. Estableceremos un vehículo financiero para el fortalecimiento de las universidades públicas”.
Pero una vez elegido, el presidente tuvo que enfrentarse a una movilización sin precedentes de estudiantes en defensa de la universidad pública y respondió con displicencia y medidas represivas. Finalmente, gracias a la persistencia de los estudiantes, se llegó a un acuerdo que constituye un avance importante para la financiación de la educación superior pública. A este resultado podría haberse llegado sin la represión previa, que hizo quedar mal al gobierno de Duque.
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Funcionarios controvertidos
Los gobiernos recién instalados tienen el desafío de encontrar suficientes personas que sean aptas para el alto gobierno y que además compartan las orientaciones de la nueva administración. Es un momento importante para hacer alianzas y consolidar coaliciones.
En este caso, el presidente Duque optó por dar prioridad en su gabinete y otros altos cargos a personas con conocimientos técnicos o experiencia en el sector privado antes que a políticos. Esto ha tenido dos consecuencias negativas: la inexperiencia en asuntos públicos y la tensión o fractura con los partidos que le acompañaron en la segunda vuelta.
Además de escoger técnicos, el presidente Duque nombró a personas cercanas de su partido y leales al uribismo desde hace años. Esto era apenas lógico, pero algunos de sus compañeros de gobierno han sido duramente criticados por razones que incluyen irregularidades en cargos públicos anteriores, inexperiencia y falta de acreditaciones para cargos de tan alto nivel. Entre los funcionarios más controvertidos se cuentan:
- El ministro de hacienda, Alberto Carrasquilla. Se trata de un economista reconocido que había sido titular de la misma cartera en el primer gobierno de Uribe. Lo critican por su propuesta de gravar la canasta familiar con el IVA, pero también porque presuntamente obtuvo beneficio económico de los “Bonos de agua” que promovió desde su anterior gestión como como ministro de Hacienda. Su nombre además apareció en los “Panamá papers”. Estas críticas tempranas le costaron al gobierno un intento de moción de censura contra el ministro, que fue evitado por la bancada uribista.
- Claudia Ortiz inicialmente estaba postulada para la Unidad Nacional de Protección, pero debido a sus pronunciamientos contra líderes sociales —a quienes tendría que proteger en ese cargo—, su nombre no fue bien visto. Finalmente Ortiz fue designada en la Agencia de Desarrollo Rural, un cargo para el cual no acreditaba títulos ni experiencia en el sector. Sin embargo, su nombramiento quedó en firme.
- Otro fue el caso de las postulaciones fallidas para el Centro de Memoria Histórica (CNMH). Inicialmente se propuso a Mario Javier Pacheco, que hasta el momento se conocía como periodista de Norte de Santander, reconocido por sus posiciones contrarias a esta institución y por una hoja de vida dudosa. Posteriormente, el presidente nombró a Vicente Torrijos, quien había sido desvinculado de la Universidad del Rosario por afirmar que tenía un título de doctorado que en realidad no poseía.
- Finalmente, con ocasión del escándalo de corrupción de Odebrecht donde el fiscal general Néstor Humberto Martínez, tenía conflicto por tener alguna cercanía con las empresas implicadas, el presidente tenía el encargo de nombrar una terna ad hoc de un fiscal que se hiciera cargo de las investigaciones, la Corte Suprema de Justicia, devolvió la terna al presidente, ante la renuncia —voluntaria— de la postulación de la Magistrada Margarita Cabello.
A la luz de estos y otros casos, puede decirse que el gobierno no ha sido tan afortunado en sus nombramientos.
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El Congreso y el partido
Según el Estatuto de Oposición, cada partido político debe tomar una posición frente al nuevo gobierno: hace parte de su coalición, es independiente o se declara oposición.
Aunque los acuerdos entre el gobierno y los partidos generalmente son vistos como clientelismo o mermelada, la elección de nuevos funcionarios en esta primera etapa puede ayudarle al gobierno a consolidar coaliciones a su favor para lograr aprobar sus propuestas en el Congreso, con todo, varias colectividades asumieron independencia y oposición al gobierno.
Puede decirse que el gobierno no ha sido tan afortunado en sus nombramientos.
Sin embargo, las coaliciones del gobierno de Duque han sido débiles, y por eso sus proyectos iniciales han naufragado —o están cerca de hacerlo—:
- La ley de financiamiento y la reforma judicial han tenido un trámite traumático en el legislativo.
- El principal fracaso ha sido la reforma política impulsada por el gobierno, que no ha contado con las mayorías necesarias.
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Esto ha dejado saldo un rojo para el ejecutivo, especialmente para la ministra del interior Nancy Patricia Gutiérrez, quien es criticada por su falta de liderazgo en la relación con el Congreso.
Incluso miembros del uribismo han pedido la remoción de una parte del gabinete ministerial o han criticado duramente al joven gobierno:
- Entre ellos se encuentran los senadores José Obdulio Gaviria y María Fernanda Cabal, quienes atribuyen los pocos resultados legislativos a la inexperiencia de los ministros, a su origen técnico-no político y a su falta de identidad con los idearios del Centro Democrático. Mientras ellos afirman que deberían dar un “paso al costado”, voces como las del presidente del Congreso Ernesto Macías afirma que se les debe dar tiempo de adaptación.
- El exministro Fernando Londoño —un personaje muy importante del uribismo—ha criticado al canciller y al presidente por lo que considera negligencia del gobierno en la defensa de Andrés Felipe Arias. Incluso ha afirmado que en ese sentido este gobierno es peor que el de Santos.
- En términos de fracturas internas una de las críticas más relevantes es la del senador y expresidente Álvaro Uribe —padrino político del actual mandatario—quien tuvo posiciones contrarias a la propuesta del gobierno de grabar con el IVA la canasta familiar.
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No pinta bien
![]() Reunión con miembros del Gobierno ¿tambalea el gabinete? Foto: Facebook Iván Duque |
Es muy temprano aun para hablar de resultados concluyentes para el ejecutivo, pero el comienzo del gobierno Duque ha resultado muy distinto de lo que se esperaba. Al revés de lo que suele decirse, sus resultados negativos no son efectos de la oposición; en su mayoría se trata de decisiones propias y de críticas que sus cercanos —“fuego amigo” —.
El balance de estos primeros meses de gobierno podría resumirse en:
- Represión desmedida a la movilización social.
- Nombramiento de funcionarios controvertidos.
- Una coalición oficialista débil en el Congreso.
- Posiciones contrarias del uribismo frente al gobierno que los representa.
Lo anterior ha hecho que disminuyan los niveles de gobernabilidad y que aumente la impopularidad del presidente Duque, que apenas va a completar cinco meses de los cuarenta y ocho que durará su gobierno.
*Estudiante de Doctorado en Investigación en Ciencias Sociales de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales Flacso-México @acuna_fabian