Juventudes: el campo en movimiento, una iniciativa creada por jóvenes para dignificar los territorios rurales del país y evitar la migración en busca de mejores oportunidades.
Marla Castellanos Aponte*
¿Por qué un proyecto de jóvenes rurales?
Son muchos los retos que encuentran los proyectos ideados por las y los jóvenes colombianos. Es importante pensar en su impacto y entender por qué este grupo poblacional busca la cooperación de entidades nacionales e internacionales para mejorar sus territorios sin tener que abandonarlos.
De los 51,52 millones de personas que vivimos en Colombia, 12,22 millones lo hacen en entornos rurales y no podemos desconocer que gran parte de nuestra economía aún se basa en estos territorios.
Por otro lado, la cifra de jóvenes en Colombia –entre los 14 y 28 años– es de 12,7 millones. Se estima así que el 23,8 % del total de los jóvenes del país habitan en centros poblados y se encuentran dispersos en la ruralidad.
Uno de los documentos del informe de la Comisión de la Verdad indica que los proyectos de vida de las y los jóvenes del país fueron los primeros en verse afectados por la violencia y el conflicto armado. Si bien no es lo mismo haber sido un joven colombiano en la década de los 80 que serlo en la actualidad, persisten patrones que afectan de forma directa a este grupo poblacional, por ejemplo: reclutamiento por grupos armados, maternidades y paternidades tempranas, brechas salariales y falta de oportunidades laborales y académicas.
Además, el mundo contemporáneo contempla otros retos como el desarrollo tecnológico que va más allá de adquirir teléfonos inteligentes, toda vez que busca la inmersión de tecnologías que hagan más sostenible y global el trabajo y la vida en el campo colombiano.
En este contexto la unión de entidades de cooperación internacional, voluntad institucional de Colombia y organizaciones de jóvenes, entre otras entidades, es esencial para cerrar las brechas que existen en el campo y especialmente las que padecen los jóvenes de estas zonas.
Juventudes: el campo en movimiento
El pasado 20 de junio, con actos culturales, feria de emprendimiento y coctel, se llevó a cabo el lanzamiento del proyecto Juventudes: el campo en movimiento. Iniciativa liderada por jóvenes habitantes de los espacios rurales del país que recibió el apoyo de la Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo (AICS) y el Departamento Nacional de Planeación (DPN) con una inversión 3´300.000 de euros.
Uno de los documentos del informe de la Comisión de la Verdad indica que los proyectos de vida de las y los jóvenes del país fueron los primeros en verse afectados por la violencia y el conflicto armado.

Esta iniciativa resultó del trabajo autónomo adelantado desde 2020 por la Mesa Nacional de Empleabilidad y Emprendimiento Juvenil Rural (MEEJR). Juventudes: el campo en movimiento busca impactar a más de 500 proyectos de jóvenes rurales que cuentan con emprendimientos, servicios culturales, ambientales, entre otros.
Tal como lo indica Andreas Björjund de la delegación de la Unión Europea: “Los jóvenes con esta iniciativa nos ponen retos, nos cuestionan y buscan proyectos de dignificación para sus territorios”.
En el lanzamiento del proyecto se presentaron iniciativas como Semillas del Volcán, con artesanías del páramo; Apatapela, iniciativa de mujeres artistas; Qwiiatmos proyecto de servicios de comunicación desde el Valle del Cauca. Entre muchos otros que demuestran la diversidad cultural del país.
Chocó, Antioquia y el Meta también estuvieron presentes con delegaciones como la oficina de Colombia Joven, Naciones Unidas y la Agencia de Cooperación Internacional.
¿Nuevas juventudes?
Los jóvenes que lideran la MEEJR pronunciaron su manifiesto: demostraron su voluntad de reconciliación con la naturaleza, arraigo al territorio y conexión con el mundo actual. Mundo que clama formas de desarrollo económico menos extractivista y que apoyen a las economías sostenibles, la cultura y memoria de los territorios.
Estos compromisos no implican que se hable de una “nueva juventud”, más bien se trata de una población que responde a las demandas de la actualidad, una juventud consciente del planeta que habita y de la esencia humana, como ellos dicen:
“Hoy elevamos nuestro compromiso al siguiente nivel. Nos declaramos como dinamizadores territoriales, dispuestos a romper barreras y superar obstáculos. Estamos aquí para desafiar las limitaciones dispuestas e impuestas en el territorio, el abandono institucional, la falta de recursos y profundizando desigualdades sociales. Nos negamos a aceptar la marginalización y la falta de oportunidades que históricamente ha afectado a nuestras comunidades rurales.” (Manifiesto de la MEEJR).
Ejes del proyecto
El proyecto contará con seis enfoques transversales que ayudarán a cerrar las brechas de acceso al trabajo, la dignificación de los productos y servicios rurales:
- desarrollo rural con enfoque territorial;
- enfoque diferencial de género y étnico;
- enfoque ambiental;
- gestión del conocimiento;
- enfoque basado en los derechos de los jóvenes;
- y alianzas público-privadas.
Además enfrenta retos como el cumplimiento del Acuerdo de Paz de 2016, en un ejercicio de reparación directa con los territorios y de respuesta a los desafíos a los que se enfrentan las poblaciones rurales del país:
- capacidades organizativas;
- estrategias de producción sostenible y comercialización;
- y rutas de género que empoderen a las mujeres jóvenes campesinas, étnicas y diversas.
Futuro rural
Este último reto se instala en la agenda actual. La equidad de género sigue siendo una consigna de esta generación que nos recuerda que el 48.2% de las mujeres labran nuestros campos y que casi el 13 % de ellas son jóvenes. Sin embargo, tienen brechas salariales del 28,3 % respecto de los hombres.
se trata de una población que responde a las demandas de la actualidad, una juventud consciente del planeta que habita y de la esencia humana
Esperamos que Juventudes: el campo en movimiento sea una de esas iniciativas que realmente brinde un cambio a la ruralidad colombiana que tantas necesidades padece, a causa de las secuelas del conflicto armado; las brechas económicas, académicas, de género, étnicas, y el abandono estatal. Que iniciativas como estas nos permitan tener un futuro compartido en donde asumamos la ruralidad como parte de nuestro norte económico y sostenible.
1 Comentario
Me parece pertinente el llamado a visibilizar la problemática de los jóvenes en la ruralidad y el cómo el conflicto armado, afecta su desarrollo profesional y personal.
A pesar de eso, buscan por medio de proyectos, conversatorios, emprendimientos y demás, concientizar a los colombianos de la importancia de la naturaleza y el planeta en los proyectos sociales, a pesar del abandono por parte del estado y la marginación de los territorios.