Las medidas tomadas por los últimos gobiernos han generado menos empleos, peores salarios y una distribución desigual de los ingresos.*
Alex Smith Araque Solano** y Ana Valentina Aponte Morales***
Tipos de empleo y salario mínimo
La evolución del empleo en Colombia en los últimos 20 años no parece darles la razón a los promotores de las Leyes 50 de 1990, 789 de 2002 y 1607 de 2012 ni a quienes promueven la flexibilización del mercado de trabajo.
Este período puede dividirse en tres subperíodos claramente diferenciados:
- Entre 2000 y 2008, cuando el empleo aumentó 1,39% anualmente;
- Entre 2009 y 2012, cuando la tasa de aumento fue del 2% anual;
- Entre 2013 y 2021, cuando la economía nacional no logró generar empleo.
Gráfica 1. Ocupado en Colombia

Gráfica 2. Ocupados formales e informales

Gráfica 3. Ocupados por cuenta propia

Gráfica 4. Empleo gubernamental

La relación entre el salario mínimo y el empleo formal, el empleo gubernamental y el empleo por cuenta propia pone en evidencia que las intervenciones sobre el mercado de trabajo efectuadas por los últimos gobiernos no han sido las mejores.
El empleo formal y el empleo por cuenta propia evolucionan de la misma forma que el empleo total. En 2021, el empleo por cuenta propia superaba al empleo formal y representaba el 45% del empleo total, lo cual ratifica su gran importancia para la economía del país.
Las figuras 2,3 y 4 muestran que, hasta 2013, el salario mínimo real aumentó sin afectar el crecimiento del empleo, en cambio, entre 2013 y 2020 aumentó, pero el empleo se estancó.
Crecimiento y estancamiento
La Tabla 1 presenta la tasa de crecimiento en el período 2001-2020 con la variable Tendencia, el estancamiento de 2013-2020 con la variable bp_13 y el salario mínimo en la primera columna. En las demás columnas están el empleo total, el formal, el gubernamental y el de cuenta propia.
Tabla 1. Estimaciones del empleo formal, gubernamental y por cuenta propia
Variables | Total | Formal | Gobierno | Cuenta Propia |
Tendencia | 0.0355 | 0.0459 | -0.0322 | 0.046 |
d_13 | 49.2 | 37.8 | -53.4 | 58.0 |
bp_13 | -0.0244 | -0.0188 | 0.0266 | -0.0288 |
l_smlvr | -0.737* | -1.27 | -0.233* | -0.728* |
_cons | -51.5 | -66.3 | 74.6 | -73.6 |
r2_a | 0.933 | 0.949 | 0.857 | 0.898 |
Fuente: DANE-GEIH-IPC. Cálculos de los autores. * No significativo.
Los resultados indican que los empleos por cuenta propia y los formales tienen las mayores tasas de crecimiento. Así mismo, es evidente que, desde 2013, se redujo el crecimiento de todos los tipos de empleo.
Aunque el empleo por cuenta propia presenta la mayor caída en el último período, la pérdida de empleo gubernamental también es notable. Entre los países de la OCDE, Colombia ocupa el último lugar en la participación del empleo público en el empleo total.
La tasa de crecimiento del empleo formal se redujo para crecer en un 2,7% entre 2013 y 2020. Además, este tipo de empleo es elástico frente al salario mínimo, lo cual implica que un aumento salarial de un 1% reduce el empleo formal en un 1,27%. En los demás tipos de empleo, el aumento del salario mínimo no tiene ningún efecto negativo. Esto quiere decir que el aumento salarial sostenido no impide que el empleo crezca.
La tabla 2 muestra que el único empleo que crece en función del PIB es el empleo formal y que el salario no tiene significancia estadística. Un aumento del 1% del PIB se traduce en un aumento de la demanda del empleo formal del 1,16%. Este resultado es importante porque las empresas formales buscan más personal si se presenta un aumento de la demanda, no del salario. Esto implica que la variable clave para promover el empleo es el ingreso, puesto que de él depende la demanda.
Tabla 2. PIB vs. Empleo formal, gubernamental y por cuenta propia
Variables | Total | Formal | Cuenta propia | Gobierno |
L_pibn | 0.251* | 1.16 | -0.375* | 0.109* |
Tendencia | 0.0219* | -0.0172* | 0.0664* | -0.0381* |
bp_13
salario |
-0.0183* | 0.00963* | -0.038 | 0.0292* |
d_13 | 36.8* | -19.3* | 76.5 | -58.7* |
Salario | -0.59* | -0.589* | -0.949* | -0.169* |
_cons | -29.5* | 35.8* | -107* | 84.2* |
r2_a | 0.931 | 0.966 | 0.893 | 0.848 |
Fuente: DANE-GEIH-IPC. Cálculos de los autores. * No es significativo a ningún nivel de confianza.
En los cuadros oferta-utilización del DANE del período 2005-2019, el excedente de explotación o ingreso mixto (SCN) es alto, lo cual representa una baja participación de los trabajadores en el ingreso. Con el valor de activos de la EAM, se aprecia que, en la economía nacional, la remuneración al capital tendría una ganancia máxima cercana al 11,4%, un poco menor a 2,6%, el valor de la remuneración al trabajo. En nuestra opinión, en la economía colombiana la distribución del ingreso es absolutamente desigual, lo cual sugiere que las empresas tienen poder de mercado en el mercado laboral formal.

El papel de las economías regionales
Las economías regionales más importantes de Colombia definen el comportamiento del empleo nacional en virtud de su cuantificación sobre las áreas metropolitanas. La región Bogotá-Cundinamarca tuvo la mayor tasa de crecimiento anual del empleo en todo el país entre 2001 y 2012 y en el período 2013-2021 Bogotá y Bucaramanga experimentaron las mayores pérdidas.
La elasticidad salario vs. empleo es unitaria, por lo cual un aumento del salario mínimo del 1% reduce los ocupados en la misma proporción en Bogotá. Aunque las economías regionales no definen el crecimiento del empleo, sí pueden intervenir a través de la inversión pública en bienes locales y los impuestos a la propiedad.
Los empleos formales y por cuenta propia tienen las mayores tasas de crecimiento. Así mismo, es evidente que, desde 2013, se redujo el crecimiento de todos los tipos de empleo.
De acuerdo con Confecámaras, entre 2013 y 2017 la tasa de entrada neta promedio de empresas fue del 1,1%. En 2019, el 76% de las 309.463 empresas nuevas eran personas naturales y el 92,3% del total de empresas empleadoras tenían entre 1 y 19 empleados y concentraban el 23% del empleo. En contraste, las firmas empleadoras que cuentan con más de 500 empleados son responsables del 35,5% del empleo total. Estos datos indican que, para promover el empleo formal, hay que apostarles a las empresas pequeñas.
Como se observa en la Tabla 3, al incorporar las tendencias y la inversión pública como variable explicativa del PIB en las principales ciudades de las áreas metropolitanas encontramos que las inversiones públicas aumentan el PIB, el empleo y la valorización de los inmuebles. Bogotá presenta los mayores efectos de la inversión sobre las tres variables y el empleo es la variable que menos responde a la inversión pública en todas las ciudades.
Tabla 3. Efecto de la inversión pública sobre el Empleo, PIB y la Valorización predial
Variable | L_empleo | L_pib | L_valorización |
Bogotá | 0.261 | 0.579 | 0.616 |
Medellín | 0.196 | 0.500 | 0.333 |
Cali | 0.128 | 0.273 | 0.330 |
Barranquilla | 0.209 | 0.558 | 0.620 |
Bucaramanga | 0.127 | 0.484 | 0.520 |
Fuente: DANE-FUT. Cálculos del autor
El efecto de la inversión sobre el PIB en Medellín es 2.55 veces el efecto sobre el empleo y 1.5 veces sobre la valorización. Sobre esta última variable el efecto es cerca de 1.7 veces el efecto sobre el empleo. En Cali las elasticidades son aún menores: 0.128% para el empleo, 0.273% para el PIB y 0.33% para la valorización inmobiliaria. En Barranquilla el mayor efecto de la inversión ocurre en la valorización de los inmuebles, cerca de 3 veces el efecto sobre el empleo y un 11% más que sobre el PIB. Bucaramanga tiene la elasticidad inversión del empleo igual a la de Cali, la más baja de las áreas metropolitanas en análisis.
A modo de conclusión
Estas cifras sugieren que el mecanismo de transmisión al empleo es inversión pública local, PIB y empleo, pero también a la valorización inmobiliaria. En términos de productividad, es sensato que buena parte de la inversión pública sea destinada a la movilidad para reducir los costos de la congestión. Sin embargo, esta valorización estrangula los beneficios del 95% de las empresas de las ciudades que no pueden evadir la dictadura de la renta del suelo. En ese sentido, la tributación sobre los inmuebles permite financiar más inversión y programas de distribución del ingreso.
Lo que no es sensato es no cobrar ese proceso de valorización para promover la distribución del ingreso, que sí genera empleo. El Censo Inmobiliario de Bogotá de 2019 indica que el valor de los inmuebles de la ciudad alcanzaba los 623.8 billones de pesos mientras que el recaudo de predial fue tan solo de 3.3 billones de pesos, una tasa promedio impositiva del 5.5 por mil que corresponde a la tarifa de los predios de menor precio en Bogotá.
En conclusión, las intervenciones al mercado de trabajo realizadas por los últimos gobiernos han generado más trabajo, menos empleo, peor remuneración y una distribución desigual del producto a pesar del crecimiento de la economía. Sin duda, es necesario repensar el mercado laboral.
* Este texto forma parte de la Alianza Poder y Territorio para discutir asuntos territoriales en el contexto de las elecciones de 2022, establecida entre la Friedrich Ebert Stiftung en Colombia (Fescol), el concejal Diego Cancino y un grupo de académicos formado por Carmenza Saldías, Andrés Hernández, Mario Noriega, Alex Araque, José Salazar y Angélica Camargo.