Chimamanda fue una de las invitadas de honor de la FILBO 2023. En su conferencia tocó temas fundamentales para Colombia, como el papel de la mujer o los derechos de las personas afro.
Darío Rodríguez*
La actual consejera
Cada generación halla su guía espiritual en una autora o un autor como pasa con Chimamanda Ngozi Adichie —y como ocurrió hace unos años con escritores de inmensa popularidad como Richard Bach o Ernesto Sábato—. No sólo se divierte con las historias que cuenta, no sólo se emociona con altura ante poemas o ensayos. A esta autora la entienden como una especie de faro moral o sabia consejera dentro de la sociedad desigual y capitalista. Desde luego a partir de percepciones literarias bastante diferentes.
Adichie, por cierto, reúne las condiciones para ser una especie de profeta en nuestro tiempo: mujer, artista de la palabra, africana negra, feminista, activista.
Se la conoció en un principio gracias a la inmensa celebridad obtenida por su charla TED titulada ‘Todos deberíamos ser feministas’ del 2013, que se volvió viral y luego se adaptó a un libro. Esta charla ha sido vista millones de veces y ha sido traducida a varios idiomas. En la conferencia y en el libro Chimamanda Adichie aboga por la igualdad de género y desafía las expectativas sociales que se depositan en las mujeres.
Las ideas expresadas en ‘Todos deberíamos ser feministas’ han sido elogiadas por su estilo de escritura accesible y convincente, y su capacidad para inspirar a quienes la leen en temáticas como la identidad o los prejuicios raciales y sociales.
Quizá más como líder social que como escritora, Chimamanda Ngozi Adichie llegó a la inauguración de la Feria del Libro de Bogotá en este 2023. Es el tipo de escritora que viene precedida por una fama mediática, aunque no banal, y también por la importancia del lugar de donde proviene: el continente africano. No es casual que gran número de los asistentes a los eventos en los cuales Adichie participó fueran miembros de etnias o de grupos afrocolombianos.
Cada generación halla su guía espiritual en una autora o un autor como pasa con Chimamanda Ngozi Adichie —y como ocurrió hace unos años con escritores de inmensa popularidad como Richard Bach o Ernesto Sábato—. No sólo se divierte con las historias que cuenta, no sólo se emociona con altura ante poemas o ensayos. A esta autora la entienden como una especie de faro moral o sabia consejera dentro de la sociedad desigual y capitalista. Desde luego a partir de percepciones literarias bastante diferentes.
Conviene decir, además, que no es sólo por este carácter de divulgadora ideológica sino también por un estilo literario en el que vale la pena destacar una chispa especial para los detalles mínimos —por ejemplo, en ‘Americanah’ se resalta, con gracia particular, el pelo afro—, y una sensibilidad descriptiva para captar datos históricos, y tendencias sociales.
Valga mencionar, así mismo, y como una manera de destacar el gran talento como escritora de Chimamanda Adichie, la historia de amor esforzado y casi heroico que contrasta con la guerra de Biafra en la novela ‘Medio sol amarillo’.
Este contraste serviría para dar una muestra del carácter claroscuro o agridulce del estilo de la autora. En consonancia con lo dicho, es de subrayar ese mismo tono, pero oral, mezcla de humor y análisis sesudo, durante algunas de sus conferencias.

A modo de biografía
Nacida el 15 de septiembre de 1977 en Enugu, Nigeria, Adichie creció en una familia de seis hijos. Su padre era profesor de estadística y su madre trabajaba como funcionaria de una universidad.
Antes de los diecisiete años de edad asistió a escuelas primarias y secundarias en su país natal. Después se trasladó a los Estados Unidos para estudiar Comunicación y Ciencias Políticas en la Universidad Estatal del Este de Connecticut. Más tarde obtuvo una maestría en Escritura Creativa de la Universidad Johns Hopkins y una maestría en Estudios Africanos de la Universidad de Yale.
Había escrito algunos poemas y textos teatrales antes del inicio de su carrera literaria en 2003, año en el que se publicó su primera novela ‘La flor púrpura’. El libro fue bien recibido tanto por la crítica como por los lectores y ganó el Premio de Escritores de la Commonwealth al Mejor Primer Libro.
Su segunda novela ‘Medio sol amarillo’, publicada en 2006, tuvo aún más éxito y ganó el Premio Orange de Ficción. Está ambientada durante la Guerra Civil de Nigeria y explora los temas del amor, la guerra y la inestabilidad política. El título hace referencia a la bandera de Biafra —nación que quiso independizarse de Nigeria— con su sol cortado a mitad.
Chimamanda Adichie también ha escrito otros libros como ‘Americanah’ que se publicó en 2013 y explora los temas de raza, identidad, migración y la imagen propia que tiene una joven africana como habitante reciente de los Estados Unidos. Y ‘Querida Ijeawele. Cómo educar en el feminismo’, que es una carta a una amiga sobre cómo criar a su hija con valores feministas y anti racistas.
Pese a que se presenta siempre como narradora de historias o como novelista —aunque sus novelas no estén exentas de cierta ambición formal y poseen argumentos singulares—, Adichie ha asumido con rigor, a partir de la más reciente década, el papel de conferencista y divulgadora de los derechos civiles.
Su estadía en Bogotá
En el diálogo de la Filbo que sostuvo con la periodista y librera Claudia Morales, Chimamanda Adichie volvió sobre una de sus ideas centrales, la de ‘Historia única’, que recorre gran parte de su narrativa y la totalidad de su obra ensayística.
El prejuicio o la idea unívoca, sin matices ni amplitud, que tenemos de algunas personas o grupos humanos determinan destinos totales, incluso causan daños irreparables. Esto demuestra que puede ser leída en dos planos: el de creadora literaria y el de abierta defensora de la justicia social.
Digna representante de estos tiempos en que los valores heteropatriarcales están siendo puestos en cuestión dentro de todos los órdenes sociales, la autora de ‘Medio sol amarillo’ es la abanderada de grupos humanos a los cuales les ha costado desde hace muchos años el simple derecho a hablar o expresarse. Sólo por esto sería valiosa su lectura. Y también porque las batallas de Chimamanda Adichie se ejercen desde una literatura de óptima calidad, gran sencillez y brillo.
Su trabajo ha sido traducido a más de treinta idiomas y ha sido ampliamente aclamado sobre todo por el modo sencillo y metódico que tiene para estudiar y explicar temas complejos.
No es exagerado afirmar que gran parte de la acogida de esta escritora en nuestro país se debe más a sus libros de ensayos y de ideas que a sus novelas. No obstante, la propia Chimamanda Adichie afirmó en el discurso inaugural de la Filbo que la realidad social puede ser transformada con los testimonios y las historias.
Digna representante de estos tiempos en que los valores heteropatriarcales están siendo puestos en cuestión dentro de todos los órdenes sociales, la autora de ‘Medio sol amarillo’ es la abanderada de grupos humanos a los cuales les ha costado desde hace muchos años el simple derecho a hablar o expresarse. Sólo por esto sería valiosa su lectura. Y también porque las batallas de Chimamanda Adichie se ejercen desde una literatura de óptima calidad, gran sencillez y brillo.