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Elecciones y emociones: el triunfo del No en el plebiscito

Escrito por Armando José Mercado

Campañas del No en el plebiscito.

Armando_MercadoLa “economía política de las emociones” permite descifrar el andamiaje discursivo que utilizaron los promotores del No y otras varias elecciones recientes que han desconcertado a los analistas políticos.

Armando Mercado*

El triunfo del No. La paradoja emocional detrás del plebiscito
Andrei Gómez-Suárez
Bogotá, Icono, 2016

Democracias emocionales

La elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, el triunfo del Brexit en el Reino Unido y el auge electoral de los radicalismos de derecha en Europa -por ejemplo, Marine Le Pen en Francia, Andrej Babis en la República Checa y Geert Wilders en Holanda- son resultados electorales que sorprendieron a muchos.

Los periodistas, analistas de opinión y académicos han intentado explicarlos desde la geopolítica, las coyunturas críticas de cada país e incluso desde la perspectiva de la psicología afectiva de los votantes. El libro de Andrei Gómez-Suárez, El triunfo del No. La paradoja emocional detrás del plebiscito, se ubica en este último punto de vista.

La obra está dividida en cuatro partes. En la primera se describe y analiza el origen de la actual polarización política en Colombia que, según el autor, se remonta a la ruptura Santos-Uribe en el 2010, que posteriormente dio origen al partido Centro Democrático como oposición al actual Gobierno.

En la segunda parte el autor reconstruye brevemente la genealogía del arsenal discursivo que utiliza el Centro Democrático para oponerse al gobierno de Santos como a las negociaciones con las FARC, describiendo el origen de expresiones como “Castro-chavismo”, “Paz sin impunidad”, “Ideología de género”, entre otras, a las cuales el autor denomina “dispositivos retóricos”.

En la tercera parte Gómez Suárez describe las estrategias publicitarias empleadas en la campaña del Centro Democrático cuyo objetivo habría sido polarizar y radicalizar lo que llama las “disposiciones afectivas” de los votantes. En esta sección, el autor subraya cómo la campaña se dedicó a lograr que “la gente saliera verraca a votar”, como bien lo señalaría su gerente Juan Carlos Vélez.

En la cuarta parte -la más rica en términos teóricos-, el autor explica cómo el uso reiterado de ciertos dispositivos retóricos polarizó las disposiciones afectivas de las personas, en un proceso que él denomina “polarización de la economía política de las disposiciones afectivas”.

La obra cierra con unas reflexiones donde se llama a politizar -en el buen sentido- esa gran masa de indiferentes que son los jóvenes y a desmontar la banalización de la política.

Dispositivos retóricos y disposiciones afectivas

Juan Carlos Vélez Uribe.
Juan Carlos Vélez Uribe. 
Foto: Wikimedia Commons 

El autor identifica seis grandes dispositivos retóricos empleados por el uribismo para atacar al gobierno de Santos en general y sus políticas y, de manera especial, su proceso de paz con las FARC:

Desde el 2011 el uribismo estaba haciendo campaña en contra del proceso de paz con la guerrilla, a través de seis dispositivos retóricos que polarizaron las disposiciones afectivas de sus seguidores.
  • Castro-chavismo: la idea de que el gobierno de Santos y el proceso de paz con las FARC llevarían a Colombia a una situación similar a la de Venezuela; con esta idea se pretendía estimular el odio hacia las FARC, el desprecio hacia Santos y el temor a perder la identidad nacional.
  • Paz sin impunidad: la idea de que el proceso de paz dejaría impune los crímenes de guerra y lesa humanidad cometidos por las FARC, a la vez que les permitiría legalizar los dineros del narcotráfico y castigaría desproporcionalmente a los miembros de la fuerza pública.
  • Santos entrega Colombia a las FARC: una idea muy conectada con la anterior.
  • No + Santos: este eslogan apuntaba contra el proceso de Paz y contenía una crítica a la mayor parte de las políticas del gobierno de Santos, calificadas por el uribismo como “derrochonas” y denunciadas por tener poco apoyo popular.
  • Resistencia civil: conectado con lo anterior, este precepto se manifestaba como acción en las calles a través de marchas y manifestaciones, presuntamente adelantadas como arte de una autoproclamada resistencia civil en contra del régimen.
  • Ideología de género: fue el último dispositivo retórico en aparecer y, en un principio estaba disociado del proceso de paz, pues surgió a partir del debate en torno a las cartillas promovidas por el Ministerio de Educación. Pero el uribismo supo identificar su potencial movilizador entre vastos sectores católicos y protestantes, de manera que lo conectó con el enfoque de género incluido en los acuerdos con las FARC para causar indignación y temor en estos sectores.

Estos dispositivos retóricos, repetidos una y otra vez, dieron pie a la polarización y radicalización de cuatro disposiciones afectivas entre los ciudadanos:

  • La simpatía: entendida como la capacidad de compartir las emociones de los demás. La simpatía dio carácter colectivo a los sentimientos de rabia, temor, indignación y decepción entre los uribistas y grupos que se fueron identificando con estas emociones.
  • La antipatía: entendida como la capacidad de conocer las emociones de los demás y desplegar emociones contrarías hacia ellos. Los uribistas y los grupos que apoyaron el No desarrollaron antipatía por las figuras de Santos, “el traidor a Uribe”, y las FARC, “los delincuentes narcoterroristas”. En vez de esperanza, desarrollaban temor; en lugar de abrir a la posibilidad de perdón, se cultivaba la rabia, etc.
  • La indiferencia: entendida como la capacidad para desconectarse emotivamente del otro. Los dispositivos retóricos lograron polarizar de tal manera la sociedad, que grupos de uribistas y defensores del No eran indiferentes ante el llamado de los colectivos de víctimas para que apoyaran el proceso, incluso ante las muestras de perdón públicas hechas por las FARC.
  • El olvido: entendido como la capacidad de no reconocer aspectos del pasado de manera intencionada o por acción de la costumbre. El uribismo logró que la atención de sus simpatizantes se centrara en los crímenes de las FARC, pero se ignoraban deliberadamente los crímenes que cometieron agentes del Estado y civiles en el marco del conflicto armado.

Desde el 2011 el uribismo estaba haciendo campaña en contra del proceso de paz con la guerrilla, independientemente del mecanismo de refrendación que se acordara a futuro. Logró crear lo que Gómez-Suárez denomina un “marco de referencia emocional adverso al proceso de paz”, a través de seis dispositivos retóricos que polarizaron las disposiciones afectivas de sus seguidores por medio de la rabia, el temor, la indignación y la decepción contra Santos y las FARC.

Un hecho para estudiar y no olvidar

Líderes de las campañas por el No a los acuerdos de paz con las FARC-EP, Álvaro Uribe y Óscar Iván Zuluaga.
Líderes de las campañas por el No a los acuerdos de paz con las FARC-EP, Álvaro Uribe y Óscar Iván Zuluaga. 
Foto: Canal Capital

En algunas ocasiones el autor descuida su interesante marco teórico para caer en los lugares comunes que explican los resultados electorales adversos a nuestros gustos. En ocasiones se hace referencia a lo poco educados que son los colombianos y que por ese motivo muchos votaron por el No.

Este tipo de simplificaciones no aporta nada en el análisis. Es como decir que el Brexit ganó en Gran Bretaña por que los británicos están poco educados.

El plebiscito del 2 de octubre se convirtió en un objeto de estudio al que los científicos sociales en Colombia apenas han empezado a acercarse. 

Creo que sus ideas sobre la economía política de las disposiciones afectivas y su análisis de los dispositivos retóricos que las polarizan contribuyen a explicar mejor resultados electorales como el triunfo del No, el Brexit, la victoria de Trump, entre otros, más que las generalizaciones simplistas.

Sin ninguna duda, el plebiscito del 2 de octubre se convirtió en un objeto de estudio al que los científicos sociales en Colombia apenas han empezado a acercarse. En este sentido están pendientes los estudios comparados sobre los resultados electorales en municipios, departamentos y regiones como los que ya han empezado a llevar a cabo algunos investigadores. Un ejemplo de esto es el trabajo de Yann Basset y su equipo del Observatorio de la Representación Política de la Universidad del Rosario, que se puede consultar en Razón Pública.

El ensayo de Gómez Suárez plantea una mirada interesante -desde la economía política de las emociones- para analizar lo acontecido en el plebiscito y, pese a su brevedad, está lleno de conceptos y hechos muy bien organizados y documentados, lo que lo convierte en un texto de consulta interesante para tratar de entender lo acontecido en aquel cercano y a la vez lejano 2 de octubre.

*Politólogo con estudios de Maestría en Conflicto Social y Construcción de Paz, investigador del Grupo Regional de Memoria Histórica de la Universidad Tecnológica de Bolívar (GRMH-UTB)

 

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