

A qué se debe el resultado paradójico, y para dónde va la política polarizada, inestable y atravesada por serias tensiones regionales.
Sergio García Rendón* – José Manuel Rivas** – Asbel Bohigues***
Ganadores y perdedores
Las elecciones españolas del pasado 28 de abril renovaron el Congreso de los Diputados (350 escaños) y el Senado (208 escaños, que se suman a los 58 designados por las comunidades autónomas). Las urnas dieron como ganadores al Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Ciudadanos y Vox; y como perdedores al Partido Popular (PP) y a Unidas Podemos (UP).
El PSOE logró la mayor cantidad de escaños en el Congreso (123), de modo que le corresponde la primera opción para conformar el nuevo gobierno. Y tiene casi 12 puntos porcentuales en votos y 57 escaños de ventaja sobre la segunda fuerza, el PP.
Ciudadanos y Vox lograron arrebatar al PP parte del apoyo de los votantes más inclinados a la derecha nacionalista.
El PP y UP sufrieron una caída importante en el número de escaños con respecto a la pasada legislatura: pierden respectivamente 71 y 29.
El triunfo del PSOE
Los resultados del PSOE van en dirección contraria a los del resto de la socialdemocracia europea. La última década ha visto cómo se deteriora el apoyo electoral a los políticos que representaban esta opción: parece que solo se mantienen las socialdemocracias de España y Portugal.
Los resultados del pasado 28 de abril detienen el retroceso electoral que el PSOE había venido sufriendo desde 2011, cuando el PP consiguió una mayoría absoluta en el Congreso y numerosas autonomías y alcaldías.
Foto: La Moncloa |
¿Cómo logró el PSOE volver a ser la primera fuerza en España? Parte de la respuesta se encuentra al otro lado del espectro político. Dados los privilegios que el sistema electoral español concede a los partidos mayoritarios, la fragmentación del voto de la derecha perjudicó a los partidos que la componen.
La derecha se fragmentó entre el PP, Ciudadanos y Vox —este último un nuevo partido con discurso xenófobo, homofóbico y nacionalista—. Pero debido al sistema electoral, la suma de las “tres derechas” no es suficiente para ser mayoría (147 escaños frente a 176).
El PP perdió apoyo por las continuas denuncias de corrupción, que concluyeron con la moción de censura contra Mariano Rajoy, su presidente, en 2018. Pero además sus rivales de derecha —Ciudadanos y Vox— se alimentaron del complejo clima político que suscitó el ascenso del independentismo catalán.
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Tanto Ciudadanos como Vox capitalizaron el discurso nacionalista que se alzó en respuesta al problema catalán, y lograron posicionar el tema durante la campaña electoral. Esto hizo que muchos de los votantes del PP, desencantados con la gestión de Rajoy ante el conflicto catalán, optaran por desplazar su voto a estos dos nuevos partidos. La estrategia de Pablo Casado, líder del PP, fue tratar de acercarse al discurso nacionalista de derecha, pero descuidó el centro, que el PSOE y Ciudadanos explotaron.
Lo que parecía un problema para el PSOE (la aparición de nuevos actores de la derecha), se convirtió en su camino para recuperar el espacio de centro y centro-izquierda —un electorado que vio con temor a la derecha en ascenso—.
La fragmentación del voto de la derecha perjudicó a los partidos que la componen.
Esa amenaza quedó plasmada en la foto de Pablo Casado (PP), Albert Rivera (Ciudadanos) y Santiago Abascal (Vox) en la Plaza de Colón en Madrid durante la manifestación contra Pedro Sánchez del 10 de febrero. Es más: una vez que los tres partidos de derecha se unieron para formar gobierno en Andalucía, el PSOE quedó como la única opción de centro que no conviviría con el extremismo manifiesto de Vox. La alta participación electoral de la jornada se explica en parte por la reacción de este sector de centro, que no se había visto en las pasadas elecciones generales y en las autonómicas andaluzas. Así se puede constatar en el Cuadro siguiente:
Participación en las elecciones al Congreso de los Diputados (2016-2019)
Territorio |
2016 |
2019 |
Diferencia |
Andalucía |
66,05 |
73,31 |
+7,26 |
Aragón |
69,92 |
77,62 |
+7,7 |
Canarias |
59,11 |
68,14 |
+9,03 |
Cantabria |
68,52 |
78,09 |
+9,57 |
Castilla – La Mancha |
71,78 |
78,02 |
+6,24 |
Castilla y León |
68,79 |
78,24 |
+9,45 |
Cataluña |
63,42 |
77,58 |
+14,16 |
Ciudad de Ceuta |
50,65 |
63,97 |
+13,32 |
Ciudad de Melilla |
47,55 |
63,02 |
+15,47 |
Comunidad de Madrid |
70,81 |
79,75 |
+8,94 |
Comunidad Foral de Navarra |
67,40 |
76,29 |
+8,89 |
Comunitat Valenciana |
72,37 |
76,34 |
+3,97 |
Extremadura |
68,63 |
76,31 |
+7,68 |
Galicia |
58,76 |
73,97 |
+15,21 |
Illes Balears |
60,73 |
67,58 |
+6,85 |
La Rioja |
70,62 |
78,11 |
+7,49 |
País Vasco |
65,17 |
74,52 |
+9,35 |
Principado de Asturias |
61,09 |
73,35 |
+12,26 |
Región de Murcia |
69,58 |
75,69 |
+6,11 |
Total España |
66,48 |
75,75 |
+9,27 |
Fuente: Ministerio del Interior
No pudimos
El principal afectado por esta reconfiguración de preferencias fue Unidas Podemos, que pasó de un 21,2 a un 14,3 por ciento de votos entre las dos últimas elecciones generales. Una razón habría sido que —ante el avance de la derecha dura—, un sector de la izquierda optara por el voto útil y se sumara entonces al PSOE.
Unidas Podemos también padece la fatiga propia de un partido que irrumpió como alternativo pero que ahora hace parte del sistema, y que además se divide en disputas por el liderazgo.
Finalmente, desde 2016 Podemos fue abandonando su estrategia populista y llegó a las elecciones con una propuesta de izquierda social que se habría diluido en medio de la polarización alrededor de algunos de sus temas emblemáticos.
Las comunidades
Estas elecciones demostraron la pluralidad territorial en España. El aumento de la participación también favoreció a los regionalismos y a los nacionalismos periféricos: un total de 36 escaños pertenecen a formaciones políticas de ámbito no estatal, que seguirán siendo claves para la gobernabilidad local y nacional —algo común en la política española—.
En Cataluña se destaca la victoria de Esquerra Republicana (ERC), que desplazó una vez más a Junts per Catalunya (JxC) como el partido independentista más votado. Allí también fueron derrotadas las opciones nacionales de derecha, ya que si el PP, Ciudadanos y Vox han capitalizado el nacionalismo español, también han sufrido las consecuencias en la comunidad catalana.
El PP se quedó con un solo escaño de los 48 que se eligen en Cataluña, al igual que Vox. Y Ciudadanos mantiene los mismos (5) que en 2016.
Una vez que los tres partidos de derecha se unieron para formar gobierno en Andalucía, el PSOE quedó como la única opción de centro.
Mayor contraste se puede ver en el País Vasco: ninguna de las tres derechas ha obtenido representación por esa Comunidad Autónoma, y los representantes del Partido Nacionalista Vasco (PNV) y EH-Bildu han aumentado su presencia en el Congreso.
En otras comunidades autónomas que tradicionalmente han sido bastiones del PP, el partido sufrió su segunda derrota consecutiva en elecciones generales, mientras que en Galicia dejó de ser la fuerza más votada.
Foto: Flickr |
Además de renovar el Congreso y el Senado, donde el PSOE obtuvo mayoría absoluta, el 28 de abril se celebraron elecciones en la Comunitat Valenciana. Este territorio ha sido uno de los bastiones del PP desde 1995, con una sucesión ininterrumpida de mayorías absolutas. En 2015 una coalición de izquierdas formada por el PSOE, Compromís y Podemos consiguió la mayoría y arrebató la presidencia a un PP desgastado por la corrupción. En 2019 el PP no solo recuperó el bastión, sino que ha visto bajar aún más su caudal electoral, la entrada de Vox en las Cortes Valencianas, y una subida de Ciudadanos que los deja a un solo escaño de los populares.
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Lo que era un símbolo de la fortaleza electoral del PP (también de su corrupción) va camino de convertirse en un símbolo de mayorías y gobiernos de izquierda, que agrupan partidos de ámbito estatal (PSOE, Unidad Popular) con partidos regionalistas/nacionalistas de ámbito no estatal (Compromís).
Conviene subrayar que el PSOE en Andalucía logró más votos que en las elecciones autonómicas de 2018, cuando formó el gobierno de derecha e irrumpió Vox, y que pareció augurar un golpe para Pedro Sánchez y Susana Díaz, la líder del Partido en Andalucía. De aquí podría inferirse que la alta participación y los resultados del 28 de abril son una suerte de reacción a la derrota de entonces.
Balance
La derecha española se está reconfigurando. Las elecciones andaluzas, generales y valencianas así lo demuestran.
Pero el ciclo electoral no ha terminado todavía. El próximo 26 de mayo tendrán lugar las elecciones locales (más de 8.100 municipios), autonómicas en 12 comunidades y europeas.
A finales de mes serán puestos a prueba la recuperación del PSOE, la fragmentación de la derecha, y la fortaleza de los regionalismos.
También se medirá de nuevo la fuerza de Vox en todas las instancias donde se den elecciones. En otras palabras, el 26 de mayo se verá si triunfan los pactos a la andaluza o a la valenciana.
* Profesor de la Universidad Santiago de Cali, doctor en Estado de Derecho y Gobernanza Global de la Universidad de Salamanca, mster en Ciencia Política de la FLACSO Ecuador, licenciado en Estudios Políticos de la Universidad del Valle.
**Profesor de la Universidad Sergio Arboleda, doctor en Estado de Derecho y Gobernanza Global y máster en Estudios Latinoamericanos, Universidad de Salamanca, licenciado en Ciencias Políticas y de la Administración y en Derecho, Universidad de Granada.
** Investigador predoctoral en el Área de Ciencia Política y de la Administración de la Universidad de Salamanca, licenciado en Ciencias Políticas y de la Administración por la Universitat de València.