
Las elecciones se acercan y es momento de analizar los posibles resultados de las elecciones al Congreso y a las consultas para las presidenciales.
César Caballero*
El Congreso
Llegó la hora de definir. Durante las próximas semanas los candidatos, movimientos y partidos deberán tomar sus decisiones finales acerca de las listas, coaliciones y otros asuntos estratégicos. Como siempre las reglas del juego importan y condicionan a los participantes.
Entre las opciones posibles, veamos las diferentes rutas de los distintos partidos: bancadas hacen los últimos esfuerzos para asegurar más curules que hace cuatro años o al menos evitar la pérdida de las que tienen. Este es el panorama:
- Los partidos cristianos no católicos (el Mira, Colombia Justa y Libre y el C4) tienen un caudal electoral cercano al millón de votos. En el 2018 y de forma dispersa lograron seis curules en el Senado.
Con la posibilidad de una lista de convergencia podrían ascender ahora a nueve o diez curules sin necesidad de que su votación aumente mucho. Han acordado que el próximo 20 de julio, de acuerdo a las normas, los senadores electos podrían conformar dos bancadas.
- El Pacto Histórico optó por la lista de convergencia, pero con un acuerdo para actuar como bancada unificada. Ellos decidieron presentar una lista cerrada y podrían aumentar de las cinco curules actuales a un rango de entre catorce y diecisiete.
- El Partido Liberal irá con lista abierta. Aunque confía en tener 25 candidatos con una fuerza electoral propia, ha sufrido bajas importantes. Tres de sus actuales senadores no repetirán y es posible que un cuarto tome la misma decisión en los próximos días.
Hasta el momento los liberales no tienen una figura de opinión y parecen confiar en su organización política para repetir las catorce curules actuales, pero es probable que consigan apenas entre nueve y doce senadores.
- Para la llamada Coalición de la Esperanza el escenario no es claro todavía. Los verdes, Robledo y Cristo quieren que la coalición sea una lista abierta unificada encabezada por Humberto de la Calle. Otros prefieren una lista cerrada e incluso hay quienes desean que el Nuevo Liberalismo se presente con una lista propia y los demás estén juntos.
No es claro cual será el rumbo. Si acuerdan la lista abierta, unificada y con Humberto de la Calle a la cabeza podrían lograr entre 13 y 16 curules. Si van divididos y sin De la Calle, la lista de coalición podría repetir las nueve curules actuales del Partido Verde y el Nuevo liberalismo podría no lograr el umbral.
- El Centro Democrático está debilitado y apenas sumó una nueva figura con votación propia: Miguel Uribe. No contará con las fuerzas electorales del exsenador Álvaro Uribe por problemas legales, ni de Luis Pérez que ya no apoyará a su sobrino, ni de Ernesto Macías quien no aspira al Congreso. Así, puede tener entre ocho y diez senadores de los veinte que fueron elegidos hace cuatro años.
- El Partido Conservador mantiene casi todas sus organizaciones políticas intactas y las refuerza con la llegada de los Aguilar por medio de una de sus hermanas. Pero la aspiración de Barguil a la presidencia y la muerte de Eduardo Enríquez Maya lo debilita. El partido podría lograr entre doce y trece curules de las catorce actuales.
- El Partido de la U, que eligió catorce senadores en 2018, se moverá entre seis y ocho dependiendo de las figuras con votación propia que se inscriban.
- Cambio Radical eligió dieciséis senadores hace cuatro años y perdió a Rodrigo Lara, German Varón y los Aguilar. Sin embargo, se reforzó con David Luna y Carlos Julio González, así que puede moverse entre catorce y 16 curules.
- También vienen una serie de movimientos nuevos y partidos pequeños que aspiran a cruzar el umbral y obtener tres senadores cada uno. Entre los que podrían lograrlo están Fuerza Ciudadana, con su base en el Magdalena, Estamos Listas, que desde Medellín pretende proyectarse nacionalmente y Opción Ciudadana.
Cuando se cierren las listas habrá más claridad sobre estos temas, pero es muy probable que en el Senado la coalición del gobierno Duque pueda perder entre 20 y 27 curules. Los partidos que lo acompañan, con excepción de los cristianos, parecen no tener opciones de crecer o mantenerse, porque basaron sus apuestas en organizaciones políticas regionales con pocas figuras de opinión.
Las consultas en marzo que son fundamentales para analizar el panorama electoral.
Salvo Catherine Ibargüen en la U y David Luna en Cambio Radical, todos parecen depender de la compota del gobierno nacional y de su capacidad logística para atraer votantes. En esencia, la coalición de gobierno enfrentará las parlamentarias a punta de maquinaria.
Las consultas
Por otro lado están las consultas en marzo que son fundamentales para analizar el panorama electoral. De acuerdo con la información disponible hasta la fecha habrá cuatro consultas:
- La de los cristianos, mediante la cual aspiran a impulsar las listas del Senado y a medir su caudal político real.
- La del Pacto Histórico donde el ganador se da por descontado (Petro) y cuyo atractivo es el compromiso de que el segundo será la formula vicepresidencial.
- La del Centro Esperanza que podría ser una de las más competitivas porque la fuerza de varios de sus candidatos luce más pareja.
- Finalmente, la consulta de la derecha donde aún hay mucho por definir:
- ¿Recibirán al uribismo?
- ¿Dilian finalmente será candidata o usarán el aval de la U para alguien más?
- ¿Char y Peñalosa lograrán el número mínimo de firmas o tendrán el aval de otro partido?

Todavía puede plantearse otra consulta, pero es improbable. Sin embargo, hay varias figuras que no encuentran espacio en las cuatro mencionadas. Por ejemplo Luis Pérez, Mauricio Cárdenas y muchas de las personas que están recogiendo firmas y que posiblemente no lo lograrán.
De este modo, en las consultas presidenciales de marzo podrían participar entre 17 y 21 personas para ser uno de los cuatro candidatos que saldrán de allí. Los resultados de las consultas no sólo se medirán por el ganador de cada una de ellas, sino por el volumen de votos que obtengan las distintas coaliciones.
Hoy no es claro cual de ellas obtendrá la mayor cantidad de votos. Todas tienen atractivos, opciones y limitaciones. La de los cristianos claramente no aspira a ser la más votada, pero si a movilizar un sector específico del electorado, impulsar la lista de Senado y mostrar su capacidad de endoso. La de la derecha respaldada por las grandes organizaciones políticas confía en el poder de la maquinaria, la del centro puede ser la más competitiva y la de la izquierda apela a la indignación ante la situación actual, el deseo de cambio y el voto de opinión.
La decisión de ir a las consultas tiene dos implicaciones importantes. Los participantes podrán tener reposición de votos, publicidad desde enero y recaudo oficial de donaciones. La atención de los medios y los ciudadanos durante el primer trimestre del año será para ellos y todo esto les da una gran ventaja sobre quienes no compitan en consultas.
Los demás deberán esperar hasta después de las elecciones de marzo.
Gracias a las normas e instituciones electorales de nuestra democracia, el listado de más de 80 precandidatos iniciales se ha depurado a menos de 50 y después de marzo se reducirá un escenario de entre cuatro y seis figuras competitivas en el tarjetón de primera vuelta.
Los políticos tendrán tres semanas para tomar importantes decisiones frente a las elecciones de marzo: Congreso y consultas. Tras la temporada de final de año y las primeras semanas de enero, con el panorama claro de los finalmente inscritos, afinarán sus estrategias para iniciar la intensa campaña para el Congreso y la consultas en marzo.
Cuando esto acabe, los ciudadanos tendrán un panorama más claro sobre sus opciones reales para la primera vuelta. Aún hay mucha confusión, pero todo esta aclarándose.