
El manejo de la pandemia tiene al sistema de salud al límite. Hay mucho que corregir y poco margen de error. ¿Cómo es el panorama de los hospitales en el país?
Luis Jorge Hernández Flórez*
Ocupación camas UCI
La pandemia somete al sistema sanitario a una presión enorme. Las camas hospitalarias y las unidades de cuidado intensivo (UCI) no dan abasto. De igual forma, el talento humano experto en hospitalización y urgencias está agotado.
El Ministerio de Salud señaló que en el país hay 10.225 camas UCI y con los ventiladores entregados por el Gobierno se instalaron 3.707 de esas camas.
En el Cuadro 1 se muestra el numero de camas registradas (REPS) y el número de camas adicionales que están disponibles que equivale al 13,1 % de camas nuevas. La última columna muestra el número de camas hospitalarias disponibles. Un color señala una semaforización: el cuadro es de color verde cuando más del 50 % de las camas están disponibles.
Para el segundo pico de la pandemia se habilitaron nuevamente algunas camas que se cerraron desde septiembre de 2020. Asimismo, las hospitalizaciones por razones distintas a la COVID-19 aumentaron, debido a las enfermedades que no se atendieron durante el primer pico de la pandemia por las cuarentenas y las restricciones de movilidad.
Cuadro 1: Camas disponibles, ocupación y porcentaje de camas disponibles en Colombia.
Fuente: Ministerio de Salud.
*Camas REPS: camas informadas en el Registro Especial de Prestadores de Servicios de Salud.
El porcentaje ocupacional es el número de camas ocupadas sobre el total de camas disponibles. Es un indicador que debe complementarse con el rendimiento o giro cama. Este último es el número de egresos sobre el total de camas en un periodo de tiempo determinado, por ejemplo, una semana o un mes.
Otro indicador es la estancia hospitalaria. Esta es el promedio que se obtiene dividiendo la sumatoria de las estancias sobre el número de los egresos, dando como resultado el promedio de días estancia por egreso. El Cuadro 2 resume esta información.
Cuadro 2
Fuente: elaboración propia.
Los cuadros 3 y 4 muestran los municipios que están en rojo por no disponer de camas UCI. Hay que recordar que las alarmas suenan desde que la ocupación alcanza el 70%.
Cualquier porcentaje por encima de ese valor es una alerta roja. Esto sucede porque los servicios de salud siempre deben trabajar con holgura, dejando camas disponibles en caso de nuevos requerimientos de la población.
Cuadro 3: los municipios con menos disponibilidad de camas UCI
Fuente: Ministerio de Salud.
Cuadro 4: los municipios con menos disponibilidad de camas UCI
Fuente: Ministerio de Salud.
Lea en Razón Pública: ¿Y si nos quedara una sola cama?
Cuidado intensivo, cuidado intermedio y hospitalización
La Gráfica 1 muestra el ingreso diario desde el comienzo de la pandemia a los servicios de cuidados intensivos, intermedios y hospitalización. De entre 34 y 111 hospitalizaciones diarias pasó a tenerse entre 300 y 465 en el primer pico de la pandemia, entre los meses de julio y agosto del año 2020. En enero de 2021 las hospitalizaciones diarias están entre 220 y 234.
Gráfico 1: hospitalizaciones en Colombia. Hospitalización general, UCI y cuidados intermedios.
Fuente: Ministerio de Salud.
Las unidades de cuidados intermedios son servicios que usualmente dependen de las UCI, pero tienen un nivel de monitoreo de pacientes superior al de la hospitalización general. Incluso pacientes con ventilador pueden estar en estas unidades.
Personas intubadas al día
La Gráfica 2 muestra el número de pacientes intubados al día. Este procedimiento consiste en ubicar una sonda o tubo en la tráquea del paciente a través de la boca o la nariz, para asistir al enfermo en la respiración mediante un ventilador que se encarga de ‘respirar’ por él.
El Gobierno no debió apostar por un mayor número de camas UCI, sino por un modelo distinto de atención en salud.
El número de pacientes intubados al día varió entre los 912 y los 1912 en el primer pico de la pandemia: entre julio y agosto de 2020. Nunca se descendió al número de casos diarios de mayo y junio. Entre los meses de diciembre y enero de 2021 el numero de pacientes intubados aumentó y se mantiene entre los 2200 y los 2800 pacientes diarios.
Gráfica 2: número de pacientes intubados
Fuente: Ministerio de Salud.

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¿Qué pasó con los servicios de salud del país?
El propósito de la primera cuarentena era aplanar la curva epidémica, es decir, bajar el número de contagios y preparar los servicios de salud, sin embargo esto no se hizo. En el caso de Bogotá, las simulaciones mencionaban que se necesitaban entre 4000 y 5000 camas UCI, pero apenas se obtuvieron 2300.
Además de esto, se favorecieron las medidas de restricción de movilidad y de aforos en detrimento de un modelo de atención primaria que evitara que los pacientes necesitaran de las UCI.
Según cifras de la Secretaría de Salud de Bogotá entre el 20 % y el 50 % de las personas que deberían estar en aislamiento no lo están por razones socioeconómicas.
Un modelo de atención primaria-APS implica que el equipo de salud de las EPS visite los domicilios para educar en salud, realizar el tamizaje de la COVID-19, diagnostique y trate a los pacientes de manera oportuna, identifique a los pacientes con otras morbilidades, atienda en salud mental y realice el seguimiento de los pacientes crónicos ya diagnosticados.
Esto se llama demanda inducida. El Gobierno no debió apostar por un mayor número de camas UCI, sino por un modelo distinto de atención en salud.
Por si fuera poco, las cuarentenas fueron devastadoras para la salud mental y física de las personas. La falta de actividad física y la inasistencia a los controles de crecimiento y desarrollo, vacunación y control prenatal pasarán factura.
El programa de pruebas, aislamiento sostenido y sostenible (PRASS) no funcionó. Las tasas de contactos de las personas en diciembre estuvieron por encima del 10 %. En promedio, una persona tuvo contacto con más de diez durante diciembre.
La detección de casos sintomáticos y asintomáticos que se aíslan en las primeras 48 horas fue bajo. Igualmente el rastreo de contactos que debería estar entre cuatro y diez personas, está en menos de dos.
Según cifras de la Secretaría de Salud de Bogotá entre el 20 % y el 50 % de las personas que deberían estar en aislamiento no lo están por razones socioeconómicas.
Ante la falla en las estrategias de mitigación y del PRASS se optó por las cuarentenas “estrictas” y los toques de queda que debieron imponerse en diciembre en el caso de Bogotá y no en enero.
La remisión de pacientes UCI a otras ciudades es una media extrema y necesaria, pero debe reforzarse la capacidad de respuesta de los servicios de salud en el país, ya que Bogotá se convirtió en el centro de remisión de pacientes. Esto implica mejorar el sistema de salud de Cundinamarca, Tolima, Meta y Boyacá.
La escasez de UCI crea un problema de equipamiento, dotación y talento humano de alto nivel. La situación empeora debido a los casos de contagio en el personal sanitario y al síndrome de desgaste profesional, también denominado síndrome del quemado o de estrés laboral.
Finalmente, el país necesita una red de oxigenoterapia para pacientes ambulatorios que fueron hospitalizados por la COVID-19 con el fin de evitar reingresos hospitalarios. La situación empeora y estos problemas deben corregirse.