Ante una nueva alza en la gasolina y altos precios internacionales del petróleo, muchos se preguntan si habrá llegado la hora de cambiar de fórmula para fijar el precio interno. El análisis es más complejo e interesante de lo que a primera vista parece y se justifica dar un debate serio, por el interés general a largo plazo.
Amylkar D. Acosta M.*
El petróleo, disparado
Según explica Céline Antonin, analista del Centro de Investigación en Economía (OGCE) de París, "En 2010, el consumo mundial de petróleo aumentó fuertemente, presionado por la demanda de los países emergentes. Sin embargo, como la oferta no continuó creciendo, a causa de las cuotas de producción, los precios terminaron por aumentar" [1].
De allí que, después del derrumbe de los precios del crudo, arrastrados por la crisis del 2008, éstos tuvieran un repunte y llegaron a rebasar los 90 dólares por barril a finales del año anterior. Los precios en el mercado de futuros escalaron en la segunda semana de enero situándose en los 92,39 dólares el barril; es más, en Londres, en el Intercontinental Exchange, el barril de Brent del Mar del Norte para entregar en febrero cerró a 98,12 dólares.
Hace más de un año Sintje Diek, analista petrolero del HSH Nordbank, vaticinó que los precios internacionales del crudo oscilarían en torno a los 80 dólares el barril en 2010 y erró su cálculo por sólo 40 centavos, pues el promedio registrado fue de 79.61 dólares.
Pues bien, el mismo experto se atreve a pronosticar ahora que se puede esperar "que este año sea más volátil que el 2010 y no descarto que veamos el crudo a más de 100 dólares el barril".
La Agencia Internacional de Energía (AIE) esperaba un precio promedio para este año de 95 dólares el barril, antes de que se precipitaran los acontecimientos recientes del Norte de África y el Medio Oriente. Estudios más recientes ubicaban el precio alrededor de 105 el barril, justo el nivel alcanzado en la primera semana de marzo.
Esta espiral alcista por supuesto se traduce en ganancias importantes para los países productores, y en pérdidas importantes para los importadores:
ECOPETROL ha venido sacando provecho de esta coyuntura de precios al alza. Un reflejo son los resultados que registró su operación del año anterior. En efecto, obtuvo 8,3 billones de pesos de utilidad neta, 59 por ciento superior a los 5,2 billones de pesos de 2009. Este es el segundo mejor rendimiento después de los 11,6 billones de pesos de 2008.
Estos mayores ingresos de Ecopetrol se traducen en mayores dividendos para sus accionistas, siendo el Estado colombiano el mayor de todos con el 89,9 por ciento, por lo cual recibirá más de 5 billones de pesos (¡!) por este concepto.
Se estima que por cada dólar de aumento en el precio del barril de crudo, Ecopetrol recibe aproximadamente 260 millones de dólares de ingreso adicional, lo que le reporta 114 millones de utilidad (¡!).
El impacto inflacionario
Pero unas son de cal y otras son de arena: en el escenario descrito unos ganan y otros pierden. Así en Colombia, entre 2003 y 2006 el precio de la gasolina tuvo un aumento promedio de 15 por ciento y en 2008 tuvo otro de 12,7 por ciento, siempre por encima del Índice de Precios al Consumidor (IPC). Más recientemente, en 2010, los precios de referencia de la gasolina y del ACPM aumentaron en un 13 y 19 por ciento, respectivamente, frente a un aumento del IPC del 3,17 por ciento [2].
Hay gran preocupación por parte del Banco de la República (B de la R) ante el riesgo de que las alzas sostenidas en los precios de los combustibles, aunadas a las de los precios de los alimentos, impidan cumplir su meta de inflación, como ocurrió el año anterior.
De hecho, a consecuencia de la racha de alzas de comienzo de año, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de los meses de enero y febrero de este año ya "consumió" el 50 por ciento de la meta para todo el año; ello obligó al B de la R a aumentar su tasa de intervención del 3 por ciento al 3,25 por ciento, en un intento por frenar la inflación.
El B de la R no descarta que los mayores precios internacionales previstos para el petróleo y el gas repercutan en las proyecciones del IPC, haciendo que la inflación se ubique al final del presente año en un nivel cercano al 3,6 por ciento, según encuesta revelada por la propia institución.
Precisa el informe "que en 2011 la inflación en Colombia podría seguir afectada por choques de oferta agropecuaria y por los altos precios internacionales de los alimentos y los combustibles" [3].
Dice también el informe que "podrían afectar permanentemente la inflación en la medida en que se transfieran a las expectativas y que afecten las negociaciones de precios y salarios mediante los diferentes mecanismos de indexación aún activos" [4]. Y remata diciendo que estas alzas "superarían el rango meta de inflación" [5].
Paganinis y protestas
Pero los más preocupados deberían ser los empresarios, los transportadores, las aerolíneas, los pasajeros y el ciudadano de a pie, porque estas alzas en los precios de los combustibles afectan la competitividad, los fletes, los pasajes y el costo de vida.
Valga decir que el gasto en transporte representa el 15 por ciento en la canasta básica de consumo. Según la firma Raddar, el consumo de gasolina por parte de los hogares pasó de 7,9 billones de pesos en 2009 a 8,8 el año pasado [6]. Se calcula que los hogares destinan el 3,19 por ciento de sus ingresos a cubrir el gasto de combustibles.
Por eso han levantado tantas ampollas los últimos aumentos decretados por el ministerio de Minas y Energía, de 210 pesos por galón el 28 de febrero y de otros 150 pesos el pasado 31 de marzo.
De acuerdo con la resolución, en Bogotá el precio de referencia del galón de gasolina corriente es ahora de 8.449 pesos con 52 centavos, cuando en enero costaba 8.089,52 pesos, mientras el del diesel pasó a costar 7.288 pesos con 3 centavos.
Las reacciones no se hicieron esperar. "Lo preocupante es que si esto sigue así, posiblemente tengamos manifestaciones. Yo ya había anunciado hace algún tiempo el descontento que hay, como pasó con el paro camionero que no solo era la tabla de fletes, sino que también estaban pidiendo que sus combustibles bajaran" [7], aduce Alvaro Yunes, Presidente de la Federación Nacional de Distribuidores de Derivados del Petróleo, FEDISPETROLEO.
Y no ha faltado quien traiga a colación el hecho incontrastable de que los precios de los combustibles en Colombia son altos, tan altos que ubican al país como el sexto más caro en el continente, como lo ilustra la siguiente gráfica.
Es más: "No se justifica que los ciudadanos de un país productor de petróleo tengan que pagar por los combustibles a precios de productos importados" [8], alega el Senador Luis Fernando Velasco.
Incluso, ha anunciado que aspira a que "con la firma de 200 diputados, de tres mil concejales y un millón quinientos mil ciudadanos, presentemos una ley de iniciativa popular para cambiar la fórmula mediante la cual se calcula el precio de los combustibles en Colombia" [9].
No todo lo producimos
Es bueno aclarar que, si bien es cierto que Colombia es un país productor de crudo, a la vez es importador neto de sus derivados. Estas cifras son ilustrativas al respecto: en el 2010 Colombia importó 351.881 barriles de gasolina, 1,4 por ciento de las ventas en el mercado doméstico; entre enero y febrero de este año se importó un volumen mayor -189.720 barriles, o un 4,3 por ciento de las ventas- debido a la interrupción del suministro de etanol para mezclarlo con gasolina.
En cuanto al diesel, se importaron el año anterior 14.101.563 barriles, es decir un 38,6 por ciento de las ventas nacionales; entre enero y febrero de este año se importaron 1.964.528, un 33,4 por ciento de las ventas; ello, en razón de las limitaciones de las dos refinerías con que cuenta Colombia para garantizar el suministro, en Cartagena y en Barrancabermeja.
Es más, por lo menos un 20 por ciento del crudo que refina Ecopetrol lo compra a los asociados o a otras empresas petroleras que operan en el país y lo debe cancelar a precios internacionales, es decir, para efectos prácticos, es como si lo importara.
Razones para las alzas
Por su parte el Ministro de Minas y Energía Carlos Rodado Noriega, es enfático en que "el incremento en los precios de la gasolina y el ACPM se hace necesario con el fin de ayudar a reducir el déficit del Fondo de Estabilización de Precios a los Combustibles (FEPC), que al presente mes de febrero supera los 270.000 millones de pesos. El déficit es el resultado, entre otras razones, de las medidas que fue necesario adoptar con motivo de la devastación que causó la ola invernal".
De prosperar la iniciativa planteada por el senador Velasco se podrían malograr los proyectos que ha emprendido Ecopetrol para ampliar y modernizar sus refinerías, como también los proyectos previstos para ensanchar la capacidad logística de transporte por la red de oleoductos y de almacenamiento.
Manzana de la discordia
Pero el meollo del asunto está en la fórmula que aplica el gobierno para fijar el precio de los combustibles, fórmula que no es nueva: es la misma que se ha venido aplicando con leves variaciones desde enero de 1999 [10]. Forzado por la crisis fiscal de la época, el gobierno resolvió desmontar los subsidios a los precios de los combustibles, por considerar que mantenerlos era insostenible desde el punto de vista fiscal.
Desde entonces se adoptó una metodología para el cálculo de los precios, tanto para el productor como para el consumidor, basada en el concepto de costo de oportunidad, entendido como la diferencia entre el precio interno en Colombia y el precio de referencia vigente para la Costa del Golfo de México. Esto se justifica porque, en vez de venderlo en Colombia, ECOPETROL podría exportar su petróleo yel país recibirá el total de las divisas.
Contrario sensu, el senador Velasco considera que el consumidor final "sólo debería pagar el costo de producción más un margen de utilidad" [11]. Este es el criterio que se aplica en Venezuela, por ejemplo, y de ahí que el precio del galón de gasolina en ese país sea irrisorio – estimulando un consumo irracional y el contrabando del combustible-.
Al fin y al cabo Petróleos de Venezuela, PDVSA, es una empresa enteramente estatal y sirve de caja menor al gobierno; no es el caso de ECOPETROL, pues en virtud de la Ley 1118 de 2006 la empresa industrial y comercial del Estado, que era ECOPETROL, se transformó en una empresa mixta por acciones, que se cotizan en bolsa. La entidad se rige desde entonces por un régimen corporativo, que la ha protegido de seguir siendo el paño de lágrimas del gobierno de turno [12].
A este respecto, el Ministro de Hacienda Juan Carlos Echeverry fue enfático al señalar que "ser productores de petróleo no quiere decir que tengan que subsidiar el precio de la gasolina para mi carro" [13].
El debate apenas empieza. Y todo en el futuro apunta a que los precios del crudo seguirán aumentando es decir, a que mantener los subsidios -como quisiera el senador Velasco- sería cada vez más y más costoso. Por eso, en el resto de este artículo reviso las tendencias de más largo plazo en el precio mundial del petróleo.
El poder de la OPEP
La creciente turbulencia en el Norte de África y el Medio Oriente está exacerbando la volatilidad que caracteriza al mercado del petróleo. Y no es para menos, pues allí se concentra más del 70 por ciento de las reservas de crudo del mundo. Primero fue Túnez, luego Egipto y ahora el levantamiento popular se extiende a Yemen, Libia, Siria y Bahréin, amenazando con contagiar al resto de la región.
Los tiempos han cambiado desde la década de los 70, pues, mientras las gigantes multinacionales petroleras, más conocidas como las Siete Hermanas (Texaco, Royal Dutch Shell, Anglo-Iranian Oil Company, Standard Oil of New York, Standard Oil of New Jersey (Esso), Standard Oil of California y Gulf Oil Corporation) acaparaban en los años 60 más del 85 por ciento de las reservas de petróleo y gas del planeta, ya para finales de los 70 esa proporción había caído al 60 por ciento.
Hoy en día, ya no supera el 15 por ciento; las mayores reservas pasaron a manos de los países agrupados en la Organización de Países Exportadores de Petreóleo (OPEP) -casi todos del Medio Oriente y el África- organización que controla el 75 por ciento de las reservas probadas de petróleo del mundo entero, el 51 por ciento del crudo que se comercializa en los mercados internacionales y el 43 por ciento de la producción total.
Como si lo anterior fuera poco, la OPEP concentra la totalidad de la capacidad excedentaria de producción del mundo, convirtiéndose virtualmente en el banco central del mercado petrolero.
De lo anterior se sigue que la OPEP juega un papel determinante en el suministro internacional del oro negro y desde luego en la formación del precio del mismo.
Aumento del consumo
El mundo consume diariamente 218 millones de barriles equivalentes de petróleo de combustibles de origen fósil, de los cuales un 40 por ciento corresponde a petróleo propiamente dicho, 24 por ciento a carbón y 23 por ciento a gas natural.
Es de anotar que el 35 por ciento de la energía mundial es consumida por el sector automotor, que depende en un 96 por ciento del petróleo y sus derivados. De modo que "se requiriría de la producción de seis Arabia Saudita para satisfacer esta demanda", en concepto de Mark Maher, Director Ejecutivo de Sistemas Avanzados de Propulsores de Vehículos de General Motors [14].
Según cifras de la AIE, el año anterior el consumo de crudo aumentó en 2,8 millones de barriles diarios con respecto a 2009, es decir un 3,3 por ciento. Para 2011 se espera un incremento menor, de 1,5 millones de carriles, para un 1,7 por ciento, debido fundamentalmente a la desaceleración de la economía mundial, que no acaba de salir de su crisis.
Así las cosas, según las previsiones de la AIE del 10 de febrero pasado, el consumo de crudo se elevaría este año a la astronómica cifra de 89,3 millones de barriles diarios, contra 86,7 millones de 2010 y 84,3 millones en 2009.
Según las proyecciones promedio de la misma AIE, la demanda de crudo crecerá un 18 por ciento entre 2009 y 2035, estimando en 99 millones de barriles la demanda de crudo para este último año (ver el gráfico siguiente)
Se teme que "los precios por encima de 100 dólares por barril para el resto del año podrían arrastrar a la economía global a una nueva crisis económica similar a la de 2008" [15], como lo sostiene el Director de la AIE, Nobuo Tanaka.
Al fin y al cabo todas las recesiones ocurridas desde 1973 – 1975, pasando por las de 1980, 2000 y más recientemente la de 2008 [16], han estado precedidas de bruscas alzas en los precios del petróleo.
Según un modelo de la Reserva Federal de Estados Unidos, por cada 10 dólares de aumento sostenido en el precio internacional del crudo, el PIB de este país cae 0,2 por ciento y el desempleo se agrava en 0,1 por ciento. Ello podría dar lugar a un efecto de rebote, ya que un menor ritmo de crecimiento de la economía global traería aparejado un relajamiento de la presión de la demanda por crudo en el mercado y en consecuencia la caída de los precios del crudo.
La persistente devaluación del dólar, los bajos rendimientos de los bonos del Tesoro y la incertidumbre han llevado al capital financiero a migrar hacia las commodities (materias primas y productos básicos) y el petróleo es una de ellas. Esta estampida ha repercutido en la espiral alcista de los precios de todos ellos: es el caso del oro, que superó la barrera de los 1.440 dólares la onza.
El caso de los precios de los alimentos es patético, pues según la FAO alcanzaron en enero de este año su máximo histórico en 20 años, por encima de la marca de 2008, cuyo índice de 224,1 se vió superado por el de ahora, de 230,7.
En conclusión, ni lo más optimistas le apuestan a una caída de los precios del crudo por debajo de los 100 dólares, razón por la cual hay que prepararse para un largo período de precios altos, aún haciendo abstracción de las presiones geopolíticas que generan las tensiones sociales en curso.
*Ex presidente del Congreso de la República
Notas de pie de página
[1] Milenio On Line. Marzo, 10 de 2011
[2] Idem
[3] AméricaEconomía. 21 de febrero de 2011
[4] Idem
[5] Idem
[6] El Tiempo. 9 de marzo de 2011
[7] Colprensa. 16 de febrero de 2011
[8] El Nuevo Siglo. 9 de marzo de 2011
[9] Idem
[10] Ministerio de Minas y Energía. Decreto 82438 de 1998
[11] La República. 11 de noviembre de 2010
[12] Acosta M., Amylkar D.: Combustibles al alza. 28 de enero de 2011
[13] El Nuevo Siglo. 9 de marzo de 2011
[14] El Espectador. 10 de noviembre de 2010
[15] Dinero. 4 marzo de 2011
[16] Acosta M. ,Amylkar D.: El tercer shock petrolero. 21 agosto de 2008