Las nuevas tecnologías han cambiado el periodismo de principio a fin. ¿Cómo adaptarse al mundo digital?
Andrés Barrios Rubio*
Las nuevas exigencias
La comunicación y el periodismo están cambiando debido a la aparición de nuevos medios digitales. El uso de internet se ha intensificado y, además:
- Ha surgido una nueva producción de contenidos multimedia
- Se ha dado forma a nuevos discursos, lenguajes y narrativas;
- Cada vez es más común el uso de dispositivos móviles para la emisión y recepción de mensajes;
- Han cambiado la gestión de la información, las prácticas de comunicación y los procesos socioculturales.
El internet nos ha llevado a reinventar los medios de comunicación convencionales, a reconfigurar su modelo de negocio, sus rutinas productivas y sus objetivos en el mercado mediático.
Este proceso de adaptación de la industria de las comunicaciones al nuevo panorama tecnológico también ha afectado a los medios colombianos. Algunos casos son:
- Publicaciones Semana y Caracol Radio se han reestructurado;
- Televisa Colombia y el canal de televisión de El Tiempo cerraron;
- RCN Televisión y NTN24 llevaron a cabo despidos masivos.
Este escenario ha dejado a centenares de profesionales de la comunicación y el periodismo en el desempleo, pues como afirmó Claudia Palacios, directora de El Tiempo Televisión: “los periodistas tenemos el desafío de reinventarnos desde que aparecieron las redes sociales y plataformas digitales que cambiaron radicalmente las formas de consumo, y parecieran exigir el milagro de la inmediatez, la objetividad, la calidad técnica, la profundidad investigativa y la brevedad juntas, y además gratis”.
Las nuevas exigencias de las redes sociales también han cambiado las facultades de Comunicación Social y Periodismo. Hasta el momento, la academia había estado divorciada de la realidad; hoy, es necesario que se acople a las nuevas tecnologías y a los cambios que ellas introdujeron.
La educación en medios
![]() Foto: ANTV |
Las universidades han tenido que repensar tanto sus contenidos curriculares, como los perfiles de los estudiantes, para poder responder a los nuevos escenarios que exige el mundo digital.
Por un lado, los estudiantes deben dominar las narrativas digitales para llegar a las audiencias a través de los dispositivos móviles. Por otro lado, deben reconocer que su profesión cambió y que es necesario adaptarse a esos cambios.
En este rediseño del proceso de enseñanza y aprendizaje convergen los MediaLab con cada una de sus áreas estratégicas, como los componentes teóricos comunicativos, los campos de acción del comunicador, la investigación, las fuentes y las competencias de redacción (textuales, sonoras, audiovisuales y digitales).
Las nuevas exigencias de las redes sociales han cambiado las facultades de Comunicación Social y Periodismo.
El horizonte laboral de los futuros profesionales también cambió. Los futuros comunicadores deben:
- ser capaces de afrontar las nuevas formas de transmitir la información;
- adaptarse a las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC);
- reinventar géneros periodísticos y formatos discursivos, y
- descubrir formas de narrar contenidos para estar a la vanguardia de lo que exige la audiencia.
En definitiva, deben estar capacitados para afrontar las necesidades de consumo de un público inmerso en las redes sociales y las plataformas digitales.
Puede leer: El periodismo sigue perdiendo la perspectiva de lo público.
Los dispositivos móviles
Somos muchos los que estamos en las redes sociales. En toda Colombia, somos 49 millones de personas (45,5 según el DANE) y de ellos 31 millones hacemos uso de las redes sociales (representamos el 63 por ciento).
El mercado de la comunicación reporta la circulación de 57,5 millones de celulares, que corresponden al 116 por ciento de la población colombiana (muchas personas por supuesto tienen más de un celular). De esta cantidad de celulares, el 64 por ciento se conecta a la red.
En muy poco tiempo las redes sociales se han convertido en los principales medios informativos. Twitter, Facebook e Instagram se han constituido como el escenario público donde medios, periodistas e influencers compiten por la atención de la audiencia.
En el mundo digital, los personajes públicos tienen la necesidad de reconocimiento y relacionamiento social, que los llevan a crear nuevas estrategias de marketing comunicativo con el fin de hacerse visibles y activos en unas micro redes de usuarios que se van expandiendo.
Desde la academia, se apuesta por formar un profesional capaz de:
- orientar al espectador y a la opinión pública;
- hacer uso de nuevas alternativas de comunicación digital;
- desarrollar y difundir información mediante la web;
- ser creador o promotor de empresas editoriales virtuales, programas de radio, televisión y/o diarios de difusión virtual;
- aplicar y crear técnicas de diseño, ejecución y evaluación estratégica dirigida a las industrias culturales.
![]() Foto: Gobierno digital |
El deber de la academia
La academia tiene el deber de preparar a los estudiantes para que sean capaces de aceptar la llegada de una verdadera democracia de la comunicación y de las redes de inteligencia colectiva. La academia debe formar comunicadores sociales y periodistas que se diferencien notablemente de los influencers y que tengan clara la razón de ser de su profesión.
Los periodistas y los medios deben dejar de buscar la paja en el ojo ajeno y empezar a preocuparse por comprender el nuevo entorno mediático.
Los medios deben ser conscientes de que la “fórmula” ha cambiado y no solo tienen que enseñarle al público a consumir contenidos de calidad, sino también a reconocer que existen distintas plataformas y escenarios de comunicación.
Los profesionales de los medios se deben diferenciar de los influencers por su capacidad de responder a la inmediatez de las necesidades informativas con un mensaje objetivo de calidad, que dé fe de la profundidad investigativa propia de un comunicador.
La academia debe formar comunicadores sociales y periodistas que se diferencien notablemente de los influencers.
Los comunicadores sociales estamos llamados a replantear la forma de llegar al objetivo que nos interesa: establecer una estrategia de identidad y marca digital para llevar al público contenido de calidad, que, si bien es gratuito en las redes sociales, puede integrarse a un modelo de negocio que haga rentable el quehacer profesional.
El problema está en cómo llegamos al público y bajo qué estrategia seguiremos siendo gestores de opinión pública. El afán por hacer viral un mensaje es propio de los influencers, personas que crearon un modelo de negocio que busca likes. Los influencers aglutinan al público alrededor de la duda, la cizaña, el doble sentido y las fake news con el fin de adelantar estrategias políticas o de mercadeo.
En las teorías de la comunicación se encuentra el fundamento de cómo participar en cada uno de los escenarios donde actúa un periodista. Los influencers sustentan sus acciones en los fundamentos del mercadeo y establecen vínculos emocionales para tener una repercusión dentro de los seguidores.
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Las nuevas generaciones
Los medios tradicionales han sido, son y seguirán siendo validadores de los hechos. Deben pasar de los clicks que conducen al contenido tradicional a entender que las redes son diversificación de su modelo de negocio e incorporar el escenario digital a sus rutinas productivas. Es decir, captar la atención de los jóvenes e incorporarse a su agenda de consumo.
Los medios y los periodistas tradicionales se han preocupado poco por saber cómo llegar a los jóvenes y cómo atender sus necesidades de consumo informativo. La razón para no preocuparse es el haber dado por sentado que el joven solo consume música.
Estudios académicos demuestran que las audiencias juveniles quieren contenido informativo, cultural y deportivo. Los jóvenes están consumiendo contenidos alternativos y atractivos que combinan el audio, el video y la fotografía.
Estos nuevos escenarios comunicativos hacen cada vez más necesario promover debates sobre dicho proceso convergente, no solo en contextos profesionales y sociales, sino también desde el punto de vista de la formación.
Los programas de Comunicación y Periodismo asumieron un gran compromiso, pues fueron llamados a incubar mentes críticas y creativas.
Por su parte, la industria tiene un compromiso complejo y está obligada a actualizar su visión del mercado, a replantear y adecuar sus competencias dentro del mundo digital. Muchos profesionales con trayectoria, conocimiento y experiencia se quedaron en el camino. Por eso es necesario que los nuevos profesionales se pregunten: ¿cuáles serán los principales debates para afrontar estos nuevos procesos comunicativos digitales? ¿Qué nuevos contenidos, narrativas, lenguajes y estilos requieren las audiencias inmersas en los dispositivos de pantalla? ¿Cuál es el reto y papel de los medios frente a las fake news?
El debate queda abierto.
*Profesor titular y director del Departamento de Comunicación Social y Cinematrografía de la Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano.
@atutobarrios.