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El gran colombiano: Uribe y la histeria nacional

Escrito por Omar Rincón
omar Rincon Gran Colombiano Marcha multitud uribe

omar Rincon Gran Colombiano Marcha multitud uribe

Omar RinconNo se justifica tanta indignación: Uribe efectivamente encarna la idiosincrasia colombiana. No una esencia abstracta de la colombianidad, sino los valores concretos propios de un conservadurismo hirsuto y primitivo.

Omar Rincón*

 

De Nariño a Uribe…hay mucho trecho

En 1980, escribía Semana: “Antonio Nariño puede ser considerado sin ningún temor como el colombiano de todos los tiempos, porque encarnó como ningún otro compatriota la esencia de lo que es, de lo que siempre ha querido ser y lo que no ha podido ser Colombia. Su vida trágica, su lucha, su patriotismo desinteresado, sus adversidades, sus victorias y sus derrotas; su pensamiento y su filosofía heroica constituyen un reflejo muy preciso de lo que ha sido en sus ya casi dos siglos de vida independiente el país que contribuyó a crear”.

Al hacer esta selección, el país de la élite intentaba ajustar cuentas con la historia y con el país: reconocía que a Colombia le falta todo para llegar a ser la democracia moderna que venimos soñando desde nuestra independencia… por culpa de las mismas élites.  Por eso había que invocar a Nariño: un colombiano que se atrevió a pensar y a actuar con su propia cabeza. Por eso mismo quedó relegado de la historia.

Por eso había que invocar a Nariño: un colombiano que se atrevió a pensar y a actuar con su propia cabeza. Por eso mismo quedó relegado de la historia.

En 2003, Semana realizó una encuesta entre sus lectores, pidiéndoles que escogieran al colombiano de todos los tiempos.  El ranking fue el siguiente:

1. Gabriel García Márquez, con el 18,93  por ciento de las votaciones;

2. Álvaro Uribe Vélez, con el 5,88 por ciento;

3. Antonio Nariño, con el 4,86  por ciento;

4. Jorge Eliécer Gaitán, con el 4,60 por ciento;

5. Luis Carlos Galán, con el 4,35  por ciento. 

Aquí también la decisión fue de las élites… que leen Semana.  Al entrar en el siglo XXI, el país había cambiado: lo que enciende nuestro orgullo es la ficción.  Poco queda de historia, pero ya se asoma el nuevo mesías como el gran colombiano.

En 2013, la clasificación recién difundida por History Channel es la siguiente:

1. Álvaro Uribe Vélez, con el 30,3 por ciento de los más de 1,1 millones de votos;

2. Jaime Garzón, con el 17,5 por ciento;

3. Manuel Elkin Patarroyo, con el 4,85  por ciento;

4. Gabriel García Márquez, con el 4,78  por ciento;

5. y finalmente… Antonio Nariño, con el 4,7  por ciento.

Ahora, correspondió hacer la selección al país televidente: el público del cable, el que no lee, el que la pasa bien, el que vive en el país del billete. Un nuevo país: más diverso, donde hay campo para todas las ideologías y gustos, mientras sean divertidas. Donde todo es presente y la desmemoria es parte de la identidad.

History Channel informó oficialmente en su página web: “Álvaro Uribe Vélez fue elegido por los colombianos como la personalidad más destacada del país. Se computaron 1.132.183 votos. La masiva participación demuestra que  El Gran Colombiano es cada hombre y cada mujer, dispuestos a revisar la historia de su país y su gente.”

¿Quién está detrás del concurso?

History Channel es un canal de Rupert Murdoch — el hombre de medios más poderoso y siniestro del mundo — magnate de News Corporation, el grupo que chuzó en Gran Bretaña a políticos y a personajes de la farándula.  Pero el 10 de julio de 2011 se vio obligado a cerrar su tabloide sensacionalista dominical News of the World e indemnizar a los chuzados…

El Gran Colombiano

Como se puede constatar en la gráfica anterior, Álvaro Uribe — veterano chuzador,  quien afirmó que “las chuzadas eran una bobadita”— hace parte de la Junta Directiva de News Corporation, propietaria de History Channel…en compañía de José María Aznar, por ejemplo.

Según ConfidencialColombia.com, un bloguero les informó que History Channel “ha reconocido que el programa El Gran Colombiano nació de una idea de J. J. Rendón (ex asesor de Uribe Vélez), y fue financiado por Sofasa Renault, cuyo director (Luis Fernando Peláez) se autodenomina el más uribista de los uribistas. El patrocinador oficial del programa "El Gran Colombiano" pagó mas de 3 millones de dólares por su auspicio". Además, contó en Colombia con el aval de El Espectador, Porvenir, Tigo y Nicolás Montero.

Aquí se podría decir que Hi$tory es un canal que utiliza la historia como crónica sensacionalista, cuyo rating en Colombia no pasa de 1 por ciento.  Por ningún lado se hace explicita la mecánica del concurso: al parecer todo se hizo por internet y quienes eligieron fueron pocos, pero pudieron votar muchas veces. En otras partes del mundo, este programa es organizado por canales nacionales de gran cobertura… todo indica que solo fue un buen negocio local para el canal… Lo realmente significativo es que Uribe ganó y se considera el gran colombiano de todos los tiempos: se lo merece y nos lo merecemos.

Ahora, correspondió hacer la selección al país televidente: el público del cable, el que no lee, el que la pasa bien, el que vive en el país del billete. Un nuevo país: más diverso, donde hay campo para todas las ideologías y gustos, mientras sean divertidas. 

Uribe, un gran colombiano

¿Qué significa la frase sibilina de History Channel: “La masiva participación demuestra que El Gran Colombiano es cada hombre y cada mujer, dispuestos a revisar la historia de su país y su gente”? 

Uribe es el gran colombiano, porque nos cuenta, nos representa y simboliza lo que somos: ¡somos como él!  Repasemos algunos rasgos esenciales de nuestra idiosincrasia:

1. Somos provincianos, apocados y sin mundo

“A mí denme un aguardiente, un aguardiente de caña, de las cañas de mis valles  y el anís de mis montañas. No me den trago extranjero  que es caro y no sabe a bueno,  porque yo quiero siempre lo de mi tierra primero”. 

Nuestro orgullo radica en ser de aquí, vivir aquí, gozar aquí: importa lo propio, miramos mal al inmigrante, al diferente, a la inteligencia–mundo: "Lo que pasa es que mientras algunos estaban leyendo la revista  Economist (sic) o a Paul Krugman, otros estábamos discutiendo con los hospitales colombianos, con las EPS, sus problemas".

“Yo no leo periódicos internacionales", confirma el gran colombiano. "Creo que la última película que vi fue El Llanero Solitario, hace unos 40 años", contó en público. ¡Si solo hubiese visto otra, a lo mejor toda la historia de Colombia hubiese sido diferente!

2. Como decía mi papá: “que el que venga atrás, que arrié“ y “pa´tras, ni para coger impulso”

Nuestra virtud no se deriva de citar brillantes inteligencias, de tener referencias ilustradas como guías para el pensamiento y la acción, de buscar argumentos en la sabiduría acumulada por la humanidad.

No recurrimos a la memoria, ni a la historia, ni a las víctimas, ni a la naturaleza, ni a nada.  Los colombianos vamos para adelante, sin reparar en las formas, arrasando con todo, porque se trata de ganar “pa’ las que sea” y como sea.

Una de las más brillantes arengas del gran colombiano: "Les pido a los congresistas que nos han apoyado, que mientras no estén en la cárcel, voten los proyectos del gobierno”.

3. “A Dios rogando y con el mazo dando”

Aquí todo lo ponemos en manos de Dios: Él es nuestra ideología, nuestra civilidad, nuestros derechos humanos — ¡la Constitución es para bobos! —; nuestra pureza no surge de los actos, ni de las palabras, ni de la ética… sino de tener fe. Y gracias a esa fe, se mueven montañas, procesos, críticas, modernidades, justicias.

“Que el amor por esta Patria sea la llama a través de la cual Nuestro Señor y la Santísima Virgen me iluminen para acertar”: el gran colombiano, al jurar sobre la Constitución.

4. Los colombianos pensamos en chiquito

Por eso hablamos en diminutivos y elegimos a mentes pequeñitas y dejamos el gustico y llegamos en camioncitos y contamos cuenticos…  y avanzamos un poquito.

"Muchachos, cuidado, piensen en que el arquitecto perfectamente organizado es el Creador, y por algo él definió las cosas: aplacen la sexualidad, que eso tiene una relación con la familia. Ese gustico es para la familia", filosofa el gran colombianito.

5. No le tenemos miedo al significado

Uribe es el gran colombiano, porque nos cuenta, nos representa y simboliza lo que somos: ¡somos como él!  

Todo lo decimos, impunemente. Se dice, pero no se significa. “No habrá una sola norma restrictiva de la libertad de prensa durante mi gobierno”. 

“La reelección inmediata no me convence, porque entonces puede ponerse al gobierno a buscarla”, decía el gran colombiano antes de que quedara atrapado por la “encrucijada en el alma” e hiciera todo lo posible por perpetuarse en el poder.

6. Pensar es repetir refranes

“No hay que peinarle moños al terrorismo”. "No tengo rabo de paja”. “¡Yo soy un servidor público, no un jugador del poder!”.  "¡No soy guayabita que les gusta a todos!". "Trabajar, trabajar y trabajar”: perlas de la filosofía del gran colombiano.

Quien trabaja-trabaja-trabaja sin reflexionar, sin sentido… es inepto.

7. Somos los más vivos del mundo

 "Estoy muy berraco con usted y ojalá me graben esta llamada. […] Si lo veo, le voy a dar en la cara, marica".  "Pregúntenme lo que quieran, que hoy estoy cargado de tigre", destellos del alma del gran colombiano.

Uribe sí merece el título de gran colombiano de todos los tiempos: porque expresa, encarna, simboliza y actúa como el país que somos. Sin mundo, sin memoria, religioso y sin ideas. Uribe es el gran colombiano: nos lo merecemos.

Proponemos aquí un plebiscito para llamar a Colombia de ahora en adelante Uribelandia y así haremos realidad nuestra histeria nacional. Amén.

 *  Centro de Estudios en Periodismo (CEPER)  de la Universidad de los Andes.

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