El galeón San José: ¿una oportunidad para la “etno-diplomacia”? - Razón Pública
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El galeón San José: ¿una oportunidad para la “etno-diplomacia”?

Escrito por Pastor Murillo

Pastor Murillo Colombia debe reivindicar a los afrodescendientes que sufrieron en sus tierras y apelar a la  historia verdadera de colonización y esclavitud para quedarse con las riquezas que son suyas.   

Pastor Murillo*

El litigio

El pasado 4 de diciembre el presidente Santos anunció el hallazgo del galeón San José, hundido en 1708 con tesoros de gran valor. El gobierno español reaccionó de inmediato y reclamó ese tesoro.

Por el momento las partes han acordado tramitar el asunto por la vía diplomática. En cualquier caso, este no promete ser un asunto sencillo en el plano jurídico, de modo que   Colombia tendrá que echar mano de todos sus argumentos para defender la propiedad del San José.

El litigio que se avecina nos obliga a traer a colación la conveniencia de que Colombia tome en cuenta el potencial que representan los grupos étnicos para la defensa de sus intereses nacionales, tanto en el campo diplomático como ante las jurisdicciones internacionales.  

El fallo adverso de la Corte Internacional de Justicia de La Haya que le significó a Colombia la pérdida de una extensa y rica porción de su mar territorial nos dejó una lección que aún no ha sido muy bien asimilada. Aunque es imposible saber cuál habría sido el resultado en este litigio de haberse involucrado en la defensa a la comunidad nativa raizal de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, varios coinciden en que fue un grave error de Colombia no haber tomado en cuenta a dicha comunidad.

Soy testigo del interés de voceros del pueblo raizal en vincularse a la defensa de nuestro territorio. De manera insistente argumentaron conocer jurisprudencia de la Corte Internacional de Justicia que muestra que dicha Corte considera en sus fallos el papel de la comunidad directamente afectada.

Por su parte Nicaragua parece que sí tiene muy presente el potencial de sus afrodescendientes. El gabinete ministerial del presidente Ortega cuenta con varios ministros y viceministros afrodescendientes, incluidos el ministro de Economía y el viceministro de Relaciones Exteriores, quienes pregonan con orgullo en los foros internacionales el lugar que ocupan en la dirección de su país, y las bondades del régimen autonómico de que disfrutan.

Otras experiencias para resaltar son las acciones afirmativas adoptadas en Ecuador, que incluyen la vinculación de 28 jóvenes diplomáticos afro-ecuatorianos desde 2012. Uruguay, por su parte, creó una embajada itinerante sobre los afrodescendientes que le ha permitido profundizar sus relaciones con varios países del continente africano y en América. Así mismo Brasil, cuyas exportaciones a África en 2004 tan solo llegaban al 10 por ciento, decidió introducirle el componente étnico a su economía y para 2014, estas ya eran del 30 por ciento.

Reparar el pasado

Niños afrodescendientes en el sector de La Boquilla, en Cartagena de Indias.
Niños afrodescendientes en el sector de La Boquilla, en Cartagena de Indias.
Foto: Bonifacio Casadiego

En una entrevista concedida a El Tiempo, Gonzalo Castellanos, en respuesta a las pretensiones de España sobre el galeón San José, nos recuerda que este se encuentra cargado con bienes procedentes del expolio cultural a que fueron sometidas las culturas prehispánicas durante la Conquista y la Colonia.

Castellanos señala que “atreverse a reclamar propiedad o derechos sobre la nave o sobre el cargamento, además de carecer de fundamento jurídico, equivaldría a la actitud desvergonzada de plantear que todo cuanto existe en Colombia y en América le pertenece a la corona española por razones de vínculo histórico”.

Si bien el experto no se refiere al papel de los africanos que, junto con los indígenas esclavizados, fueron quienes extrajeron esas y otras riquezas descomunales, con el San José sale a flote la deuda histórica que tienen las potencias colonialistas y esclavistas con los pueblos indígenas y afrodescendientes de América. No es de extrañar que España reclame hoy los activos. Pero, ¿qué hay de los pasivos? ¿Está lista España para hablar al respecto?

Con el San José sale a flote la deuda histórica que tienen las potencias colonialistas y esclavistas con los pueblos indígenas y afrodescendientes de América.

Las reparaciones por la cuestión del pasado es un tema de interés creciente en los foros internacionales, que toma fuerza en el Decenio Internacional de los Afrodescendientes proclamado por Naciones Unidas, y que tiene sus antecedentes en un proyecto de resolución presentado por Colombia a la ONU en 2009.

Los países de la Comunidad del Caribe integraron una comisión de reparaciones y han adoptado una agenda de diez puntos que están promoviendo en todos los foros internacionales. Esta agenda incluye dos líneas de acción:

  • Acción política, y
  • Demandas jurídicas de reparación a los países que se lucraron con la trata y la esclavitud.

Al respecto, en la Conferencia Regional del Decenio Afro, realizada en Brasilia los días 3 y 4 de diciembre de 2015, los países de América Latina y el Caribe decidieron “apoyar la iniciativa de la Comunidad del Caribe (CARICOM) sobre reparaciones”. La declaración de la Conferencia, entre otros asuntos, acogió varias iniciativas estratégicas promovidas por Colombia.

Para sustentar sus demandas, el CARICOM se apoya en la doctrina internacional, según la cual, para demandar reparación en tribunales nacionales e internacionales se requiere que:

a) "La injusticia esté bien documentada; los datos históricos que establecen los detalles de la injusticia deben soportar un escrutinio científico y ser verificable para la satisfacción de un órgano jurisdiccional;

b) Las víctimas deben ser identificables como grupo, y

c) Los actuales miembros del grupo deben seguir sufriendo daño".

Por su parte, el Comité para la Eliminación Racial de la ONU (CERD), con ocasión del examen a su informe periódico, le recordó a la Santa Sede su deuda histórica con los pueblos indígenas y los afrodescendientes e invitó a dicho Estado a adoptar acciones tendientes a la reparación moral de estos, incluidas la anulación de varias bulas papales referidas a los pueblos indígenas, la emisión de una encíclica sobre eliminación del racismo y llegar a examinar el papel y la responsabilidad de la Iglesia católica en el colonialismo, la esclavitud y la trata trasatlántica de esclavos.   

Esta es una carta adicional que Colombia debería considerar en su diálogo diplomático con el gobierno de España. No faltarán quienes llamen a la cautela, no sea que nos retiren la anhelada exención de visa que, gracias al liderazgo de España, hoy nos permite ingresar “libremente” a la “madre patria” y a otros destinos de Europa.      

La etno-diplomacia

Fotografías del yacimiento submarino del Galeón San José en la costa Caribe colombiana.
Fotografías del yacimiento submarino del Galeón San José en la costa Caribe
colombiana.
Foto: Presidencia de la República

La etno-diplomacia, es decir, el enfoque étnico en la diplomacia, ya le ha dejado grandes dividendos al país. Es notable el impacto de triunfos como el de María Isabel Urrutia, primera medallista Olímpica, el pintor Carlos Jacanamijoy o la Selección colombiana de fútbol, desde la era Maturana.

También se puede recordar el papel de la cuestión de los afrodescendientes en el proceso de aprobación del TLC con Estados Unidos, que derivó en la adopción de un decálogo que incluyó el nombramiento de la primera ministra afrocolombiana, un viceministro y el ascenso de un general de la República, entre otros avances.

Dentro de ese contexto, en 2007 el presidente de Estados Unidos, George W. Busch, dedicó la tercera parte de su visita al país a nueve líderes afrocolombianos. En 2013 la visita del presidente Barack Obama a Colombia también incluyó a los afrodescendientes. Lo propio ocurrió en el año 2001 con Jacob Suma, actual presidente de Sudáfrica.

La etno-diplomacia no puede ser un asunto utilitarista

Colombia también fue sede de la Tercera Cumbre Mundial de Alcaldes y Mandatarios Africanos y Afrodescendientes, que atrajo a grandes figuras del mundo afro, de donde surgió una Alianza Mundial.

En un hecho histórico, el pasado 20 de noviembre, bajo el liderazgo diplomático del embajador Andrés González, su equipo y la viceministra del Interior, Carmen Inés Vázquez Camacho, la OEA aprobó la integración de un grupo de trabajo sobre los afrodescendientes que se ocupará de la formulación u ejecución de un Plan de Acción Continental para el presente decenio.

La etno-diplomacia no puede ser un asunto utilitarista, como ocurrió en el pasado cuando el país necesitaba los votos de los países del Caribe para elegir a Cesar Gaviria como secretario general de la OEA y centró su estrategia en la afinidad étnica del país con otros de la región.

Así nos lo recordaron los países del Caribe con la posición que asumieron frente a la cuestión fronteriza con Venezuela. También nos lo hacen notar con frecuencia los países africanos que cuentan con alrededor de 56 votos en Naciones Unidas y son decisivos en otros foros, como quedó en evidencia en la derrota que sufrimos con la candidatura de Angelino Garzón a la OIT.

En contraste, esos mismos países y actores le han brindado su apoyo a Colombia cuando   están de por medio los intereses de los afrodescendientes. ¿Con el caso del galeón San José descubrirá por fin Colombia el valor de la etnodiplomacia?

 

* Miembro del Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial, CERD, de las Naciones Unidas, consultor internacional en asuntos de derechos étnicos y  ex director de Asuntos de las Comunidades Negras del Ministerio del Interior.

 

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