El gobierno ha mostrado habilidad para sobreaguar la crisis pero también incompetencia en el manejo fiscal.
César González Muñoz *
La última versión del Marco Fiscal de Mediano Plazo que publicó el Ministerio de Hacienda provoca preocupación y desaliento. Evidencia la mediocridad del régimen político colombiano. Las declaraciones oficiales que intentan darle color rosa a esa oscura realidad deberían provocar indignación entre quienes -desde la academia o la política – observan el desempeño del gobierno. En tales declaraciones hay dos elementos malignos: Por una parte, una consciente reducción de los alcances y las responsabilidades de la política pública en materia de intervención estatal en la economía; y por la otra, una falta de lealtad con la democracia.
Sobre la reducción de las perspectivas que debiera tener la política fiscal, las cifras son elocuentes.
El Plan Financiero proyecta, para 2009, un déficit del Gobierno Nacional Central de 4.0% del PIB (20 billones de pesos) y de 24 billones para 2010 (4.4% del PIB); los ingresos tributarios crecerían el año entrante el 3.1%. ¿Qué se espera de la composición del recaudo tributario el año entrante? El escenario es vergonzoso: caerá el recaudo del impuesto de renta en 3 billones de pesos; de esta suma, 2.3 billones corresponderán al menor giro de impuestos de renta por parte de Ecopetrol. El recaudo del 4 por mil aumentará medio billón hasta llegar a 4 billones de pesos y el IVA crecerá unos dos billones. Entre tanto, según ANIF, las exenciones al impuesto de renta llegan acerca de 6 billones de pesos.
Los ingresos de capital del gobierno representados en los excedentes financieros que las empresas públicas le transfieren caerán, según el documento oficial, en unos 4 billones de pesos entre 2009 y 2010. Esta significativa reducción correrá principalmente por cuenta de la caída de los dividendos pagados por Ecopetrol al gobierno: Estos pasarán de 8 a 3 billones de pesos; Así pues, la reducción del impacto fiscal positivo de la empresa petrolera no será inferior a los 7 billones de pesos según el Plan Financiero. El presupuesto nacional ha sido altamente dependiente de la operación de Ecopetrol durante los años de bonanza de precios. No se hizo provisión alguna para los tiempos menos felices.
Mientras tanto, los gastos totales del gobierno nacional crecerían un flaco 2.1% entre 2009 y 2010; pero, atención: el giro de intereses de la deuda (interna y externa) sí crecería el 11%, lo mismo que el pago de servicios personales; las transferencias a las regiones crecerán un 9%; por su parte, la inversión del gobierno nacional disminuiría un 18%. En conjunto, la inversión de todo el aparato estatal seguirá siendo inferior al 4% del PIB, tal como ha ocurrido durante los últimos quince años.
Para quienes no creemos que las finanzas públicas sean simplemente un asunto de cuadre de cuentas y de "sanidad" contable, es bien mediocre el papel que desempeña el Estado en Colombia como agente del bienestar ciudadano. Este país sigue a la espera de un sistema tributario promotor de la igualdad y de la justicia social. Para añadirle insulto a la injuria, el gobierno no tiene inconveniente alguno en decir que cualquier iniciativa que tome en cuanto al impuesto al patrimonio será concertada previamente con "el sector privado". ¿Cuáles son las organizaciones legítimamente representativas del "sector privado" en materias tributarias? ; Los congresos gremiales o los "conversatorios" a puerta cerrada obviamente no reemplazan las obligaciones de deliberación y legislación del Congreso de la República. Las cosas no andan bien en materia de manejo fiscal, y van peor en cuanto a las obligaciones del gobierno de respetar la Constitución y promover la democracia. La falta de dignidad del Congreso es el mejor caldo de cultivo de estos embates autoritarios disfrazados de "democracia comunitaria".
*Miembro fundador de Razón Pública. Para ver el perfil del autor, haga clic aquí.