El Bicentenario: una conmemoración sintomática - Razón Pública
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El Bicentenario: una conmemoración sintomática

Escrito por Medófilo Medina
Medófilo Medina

medofilo medinaSe están cumpliendo 200 años de la Independencia de América Latina pero América Latina no ha tomado conciencia de sí misma y éste es un gran momento para hacerlo, sostiene el Presidente de la Asociación Colombiana de Historiadores.

Medófilo Medina

Del proceso de la Independencia los países latinoamericanos tomaron las fechas para la instauración del Día Nacional. Pero la Independencia como realidad histórica fue un proceso multirregional. En América del Sur ninguno de los países que se conformaron como Estado – Nación en el primer tercio del siglo XIX se liberó del imperio español en virtud de los esfuerzos exclusivos de los habitantes que se llamarían venezolanos, colombianos, argentinos, chilenos, ecuatorianos, peruanos, bolivianos, etcétera. La independencia fue un proceso mancomunado de ciudades, villas, pueblos, por un lado  y de  de grandes regiones que sobrepasaron las unidades administrativas coloniales (Virreinatos, Audiencias, Capitanías Generales), por el otro.  

Paradójicamente no existe una fecha que registre la dimensión continental que históricamente tuvo la Independencia. Los historiadores latinoamericanos estamos ante la necesidad de recrear la narrativa de la acción en la que se involucraron  los grandes conjuntos geohistóricos que sirvieron de escenario a la Emancipación y de identificar las fuerzas sociales que entraron en acción entre 1809 y 1811 y que culminaron la independencia en la mitad del decenio de 1820. Si bien entre 1809 y 1812 tendieron a prevalecer las juntas fidelistas o autonomistas con referencias geográficas regionales o microrregionales, a partir del segundo de estos años la dinámica emancipadora cobró orientaciones continentales como lo evidencia la conformación de los grandes ejércitos libertadores de Bolivar y San Martín.

Es reconocida la dialéctica que circula, a propósito de la conmemoración de eventos históricos, entre los factores históricos de lo conmemorado y las expectativas, sentimientos, y preocupaciones que conmueven a la sociedad del tiempo desde el cual se realiza el ejercicio de anámnesis histórica. América Latina, como las otras regiones del mundo, gira desde finales del siglo XX en el remolino de la Globalización, pero a diferencia de las otras áreas del mundo, Latinoamérica muestra un rezago en el empeño de pensarse así misma y de explorar las posibilidades de proyección de cara a la recomposición que vive el mundo. Desde ese punto de vista parecería obvio concebir el Bicentenario en una lógica muy amplia y comprehensiva. No se trata de un ejercicio de invención de la historia por cuanto como arriba se apuntó la Independencia fue en los hechos mismos una hazaña por muchos títulos: continental.

Con gran iniciativa España ha puesto en marcha una manera de celebración de la Independencia en un registro supranacional: las independencias iberoamericanas.     ¿Debemos los latinoamericanos suscribir sin controversia la plataforma española del Bicentenario? Resulta interesante el itinerario que ha seguido el gobierno español en relación con  la conmemoración de los doscientos años. Hubo un primer intento de elaboración de una plataforma iberoamericana para la celebración del Bicentenario que no suscitó entusiasmo. Se conformaron luego varias comisiones. La primera creada por el Real Decreto (R.D.) 95 de 2006 recibió el encargo de organizar el II Centenario de la Constitución de 1812, la segunda fue la Comisión del Bicentenario de la Independencia de las Repúblicas Iberoamericanas, R.D 595 del 4 de mayo de 2007, la tercera correspondió a la Comisión de la Guerra contra la invasión napoleónica, R.D 1292 del 28 de septiembre de 2007. Pero todavía el gobierno creo un nuevo organismo: el Consejo para la Coordinación de las Conmemoraciones de los Bicentenarios del Constitucionalismo en España e Iberoamérica, R.D. 1770 del 28 de diciembre de 2007. Con respecto a la denominación de este Consejo es menester anotar que en América Latina no se han creado comisiones específicas para la celebración del Bicentenario del constitucionalismo y que deban ser coordinadas. El nuevo constitucionalismo latinoamericano que se ha desarrollado desde finales del siglo XX remite a otros referentes históricos que aquellos que destaca el Consejo creado en España.

Las diversas comisiones españolas para el Bicentenario fueron integradas por altos funcionarios del  Estado. Se les fortaleció con la incorporación de figuras políticas. Excepcionalmente se advierte la presencia de historiadores. Si arriba se aludió al diálogo entre el pasado histórico y las realidades actuales en la celebración de efemérides, en el despliegue bicentenarista español predomina notablemente el peso de los interese actuales tanto del Estado Español como de los inversionistas. No le va mal al buen momento de la expansión económica de España en América Latina el uso de fechas emblemáticas para revestir de prestigio histórico el programa económico y financiero actual.

En contraste los países de América Latina han remitido privilegiadamente la conmemoración de la Independencia hispanoamericana a los ámbitos nacionales, en los cuales un comité en cada país ha recibido la tarea de diseñar y dirigir las celebraciones civiles. En este aspecto, y no obstante la diferencia de épocas, el Bicentenario tiende a parecerse al Centenario. Las iniciativas que trascienden los escenarios nacionales han resultado tímidas y carentes de continuidad. En julio de 2007 los países que registran sus bicentenarios en fechas entre 2009 y 2011: Bolivia, Ecuador, Chile, Colombia, México, Paraguay, acordaron la creación del Grupo Bicentenario. En noviembre de 2007 en el curso de la XVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno que tuvo lugar en Santiago de Chile se convino que el Bicentenario se proyectara como conmemoración latinoamericana.

En el encuentro de representantes de los comités nacionales e historiadores celebrado en Quito en agosto de 2008 bajo la denominación Diálogos del Bicentenario por iniciativa de la Comisión de España y de la Secretaria General Iberoamericana se discutió la propuesta de transformar el Grupo Bicentenario en la Comisión Iberoamericana para los Bicentenarios de España, Portugal y América Latina. No se trataba solamente de cambio de códigos sino de la adopción del enfoque español sobre el Bicentenario.

La proposición se llevó a México para ser discutida en la "Reunión de Coordinación de los Países Iberoamericanos convocada por la Secretaría de Relaciones Exteriores de México y la Secretaría General Iberoamericana  (SEGIB)" El documento que presenta las conclusiones del evento resulta bastante contradictorio. Así por ejemplo en la introducción se señala que las Independencias se inician en 2008 "…con el traslado de la Corte Portuguesa a Brasil y en 2009  con los Gritos Libertarios del primer ciclo de las independencias latinoamericanas…" Es decir se tendrían dos comienzos de la conmemoración de los mismos procesos históricos en años diferentes. Pero en el mismo documento en la parte inicial del capítulo Acuerdan, se lee: "Definir el año 2009 como año del inicio de la conmemoración iberoamericana del proceso de la independencia latinoamericano". En México se mantuvo el Grupo Bicentenario que había tenido su origen en Chile en 2007 pero al tiempo se acordó "…mantener los diversos ámbitos de conmemoración sobre los que ya se viene trabajando: nacional, subregional, latinoamericano, iberoamericano". Se trata de una fórmula de compromiso entre la posición española apoyada por México y la que goza de mayor acogida en los países latinoamericanos. 

En este contraste de modelos de conmemoración y de cruce de intereses diversos sobre las celebraciones preocupa la sintomática incoherencia de los países latinoamericanos que no han acertado a diseñar una alternativa propia de proyección del Bicentenario de la Independencia. En este caso el ejercicio de la memoria histórica ofrece una evidencia de cuan rezagada se encuentra América Latina en un proceso de integración que la sitúe como conjunto geosocial, como espacio cultural y económico de cara a la recomposición que ha catalizado el proceso de globalización mundial.  Por supuesto la organización del Bicentenario en Colombia demanda análisis específico que se abordará luego. 

 

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