Según la información del Sistema de Contratación Pública (SECOP), esos contratos resultan ser más caros de lo que fue presupuestado. Análisis del ejercicio financiero del Estado colombiano entre 2008 y 2020.
Luis Carlos Calixto*
¿Qué hace el SECOP?
La contratación pública en Colombia tomó un nuevo aire al ser creada la Agencia de Contratación Estatal Colombia Compra Eficiente, y al ponerse a funcionar el Sistema de Contratación Pública – SECOP I.
Uno de los propósitos de SECOP es sincronizar a los actores de la oferta y la demanda de este mercado. Su última versión, SECOP II, aspira a alcanzar este propósito de manera más ágil y eficiente.
En el lado de la oferta están las empresas y personas que prestan sus conocimientos y experiencias para la provisión de bienes y servicios públicos. Mientras que del lado de la demanda están las entidades públicas nacionales y territoriales, las cuales necesitan un bien o servicio para llevar a cabo sus planes de desarrollo.
Por lo tanto, Ministerios, Superintendencias, Alcaldías o Gobernaciones, deben contratar los bienes y servicios necesarios para cumplir los propósitos del plan de gobierno. Las empresas, por su parte, deben cumplir las condiciones del contrato, como experiencia acreditada, conocimiento en el sector, y presupuesto para desarrollar el contrato.
Más competencia, menos gasto público
El segundo propósito de un sistema de contratación como SECOP es la competencia. Cuando las empresas y personas conocen los bienes y servicios que necesitan las entidades públicas, pueden participar en los procesos, ganar la contratación y producir ingresos para sus empresas.
Intuitivamente, la competencia de las empresas para obtener los contratos con las entidades públicas está enfocada, principalmente, en el costo que la empresa ofrece a las entidades públicas. Por lo tanto, se espera que, si un contrato tiene un valor de mil millones de pesos, este valor disminuya un poco por medio de la competencia.
Esto importa porque significa una disminución del gasto público, pero con la seguridad de que el servicio o bien se cumpla.
Es posible hacer un seguimiento de este ahorro mediante las variables presupuestales que maneja SECOP: el valor de Cuantía del Proceso, Cuantía del Contrato, Valor Total de Adiciones y Valor Contrato con Adiciones.
De estas variables se pueden obtener dos indicadores como lo muestran las siguientes formulas.
Estos tres indicadores tienen la misma interpretación.
Por ejemplo,
- Si el indicador toma valores mayores a 1, quiere decir que el valor de la cuantía del contrato es mayor a la cuantía del proceso. En este caso, fue mayor el contratado al valor presupuestado, es decir, que se gastó más de lo inicialmente estimado en el gasto público.
- Si este mismo indicador toma el valor de 1, significa que el valor de la cuantía del contrato es igual a la cuantía del proceso. Entonces, en este caso se gastó exactamente igual al estimado del gasto público.
- Cuando el valor de la cuantía del contrato es menor a la cuantía del proceso, quiere decir que, en términos de gasto público, hubo un ahorro presupuestal.
La idea con estos tres indicadores es comparar presupuestalmente cómo está la contratación entre:
- el comienzo del proceso y su firma para la ejecución;
- la firma de ejecución y su desarrollo y finalización del contrato, y
- el inicio del proceso y su finalización del contrato.
De esta forma, es posible establecer si ha existido ahorro o un gasto mayor después de la puesta en marcha del SECOP.
¿Colombia ahorra o gasta más de lo previsto?
Para responder a esta pregunta tomamos la información del SECOP I entre 2008 y 2020. Esta información se comparó con las siguientes variables: fecha de cargue, procesos con entidades del orden nacional, y procesos liquidados.
Un estimador previo son el porcentaje de procesos que cuentan con un valor de 0 en las tres variables descritas y que su comportamiento histórico se describe en la gráfica 1.

La gráfica 1 muestra que el porcentaje de contratos con valor de 0 (cero) en la cuantía del proceso y en la cuantía del contrato en un par de años supera el 2 % de los contratos. No obstante, la media de los contratos que tiene un valor de 0 (cero) es igual a 1, 31 % en la variable cuantía del proceso, y un 1,29 % en la variable de cuantía del contrato.
La competencia de las empresas para obtener los contratos con las entidades públicas está enfocada, principalmente, en el costo que la empresa ofrece a las entidades públicas.
Este comportamiento no es preocupante, pues son participaciones muy bajas. El comportamiento que preocupa es la participación de 0 (cero) en los procesos en la variable de Valor Total del Contrato, que presenta un promedio igual a 83,34 %.
Necesitamos una buena depuración de esta variable en el SECOP I para robustecer estos análisis. La mayoría de las observaciones desaparecerán con esta depuración, porque no permiten estimar los tres indicadores descritos.
No. Colombia no ahorra
No solo no ahorra, sino que gasta más de lo presupuestado.
En la gráfica 2 puede observarse el comportamiento de los tres indicadores en cuanto si se ahorra, se gasta o se ejecuta el presupuesto que se tenía destinado.
Por ejemplo, según el primer indicador la mayoría de los contratos se utiliza lo que se presupuesta. Pero con el indicador 2 y 3, el comportamiento de los indicadores se acentúa porque el 97 % de los contratos aumenta su presupuesto, y, por lo tanto, se gasta más de lo presupuestado.

Las gráficas 3, 4 y 5 muestran el comportamiento histórico de los tres indicadores según el caso: si se ahorra, si se gasta o si se mantiene lo presupuestado.
Por ejemplo, la tendencia del indicador 1 es que el gasto es equivalente a lo presupuestado, y que por lo tanto no hay ahorro. No obstante, no se gasta más de la cuenta. En el caso de la gráfica 4 y 5, la tendencia de los indicadores 2 y 3 es que hay más gasto del presupuestado, casi que en el 100 % de las contrataciones.



La situación es preocupante, pues en la mayoría de los contratos se gasta más de lo que se presupuesta.
Ahora bien, queda para futuras investigaciones conocer de cuánto es ese gasto no presupuestado. Así mismo, queda por analizar estos indicadores por entidad nacional, por bien o servicio adquirido, y por tipo de régimen de contratación.
*Este artículo hace parte de la alianza entre Razón Pública y la Facultad de Economía de la Universidad Externado de Colombia. Las opiniones expresadas son responsabilidad de los autores.